LITURGIA ANGLICANA,

Ó

LIBRO DE ORACION COMUN,

Y

Administracion de los Sacramentos,

Y OTROS

RITOS Y CEREMONIAS DE LA IGLESIA,

SEGUN EL USO

DE LA. IGLESIA DE INGLATERRA:

JUNTAMENTE CON EL

SALTERIO Ó SALMOS DE DAVID,

PUNTUADOS SEGUN SE HAN DE CANTAR O REZAR EN LAS IGLESIAS;

Y LA FÓRMULA

DE LA CONSAGRACION, ORDENACION, É INSTITUCION DE LOS OBISPOS, PRESBÍTEROS, Y DIACONOS.



IMPRESO POR LA
SOCIEDAD PARA PROPAGAR LOS CONOCIMIENTOS CRISTIANOS.

LONDON: NORTHUMBERLAND AVENUE, W.C.

1923.


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ÍNDICE
DE LAS COSAS COMPRENDIDAS EN ESTE LIBRO.

Prefacio
Tocante al Servicio de la Iglesia
De las Ceremonias. Razones para la abrogacion de algunas y la retencion de otras
Orden prescripto para leer el Salterio
Orden establecido para leer lo demas de la Escritura santa
Tabla de Lecciones propias y de Salmos propios
El Calendario con la Tabla de las Lecciones
Tablas y Reglas para los dias de Fiesta y los Ayunos por todo el Año
El órden de la Oracion Matutina
El órden de la Oracion Vespertina
El Credo de S. Atanasio
La Letanía
Oraciones y Acciones de Gracias en varias ocasiones
La Colectas, Epístolas, y Evangelios que se deben usar en la administracion de la
  santa Comunion durante el Año
El órden de administrar la Santa Comunion
Bautismo público de Párvulos
Bautismo privado de Párvulos
Bautismo de Adultos
El Catecismo
El órden para la Conflrmacíon
Forma de Solemnizar el Matrimonio
Visita de Enfermos
Comunion de los Enfermos
Oficio de Sepultura
Accion da Gracias despues de Parto
Conminacion, ó Amenazas de Dios contra los Pecadores
El Salterio
Fórmulas de orar que han de usarse en el Mar
Modo y Fórmula de la Institucion, Ordinacion, y Consagracion de los Diaconos, Presbíteros, y Obispos
Fórmula de Oracion que ha de usarse en el Aniversario del Dia de la Elevacion al  
  Trono del Soberano Reinante
Artículos de Religion
 
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PREFACIO.
(A. C. 1661.)

TAL ha sido la prudencia de la Iglesia de Inglaterra, desde que organizó su liturgia pública, que constantemente ha guardado el medio entre estos dos estremos, de rehusar con demasiada terquedad innovacion alguna en ella, ó de admitirla con facilidad escesiva. Pues por un lado enseñando la comun experiencia, que de variar (sin necesidad urgente) cosas prudentemente establecidas, se siguen varios males; y estos á veces mayores en número, y aun mas graves que aquellos mismos cuyo remedio se procuraba por medio de tal variacion; y por otra parte constando que las formas particulares del culto Divino, con los ritos, y ceremonias destinadas al mismo. son cosas por su naturaleza indiferentes, de consiguiente susceptibles de alteracion, y por tales reconocidas; es justo, que por motivos graves y de alta consideracion, conforme á la varia exigencia, de los tiempos y circumstancias, se hagan y admitan en esta materia aquellas innovaciones que á los que están constituidos en autoridad pública parezcan necesarias, ó al menos convenientes y útiles. Así vemos que en los Reinados de varios Príncipes de feliz memoria despues de la Reformacion, la Iglesia, por justas y poderosas razones, hizo en algunas cosas aquellas alteraciones que con respecto á los diferentes tiempos estimó conducentes; si bien de tal modo que el cuerpo, y lo esencial del culto Divino, (así en cuanto á sus principales partes, ,corno en cuanto á su forma y órden) han permanecido lo mismo hasta esto dia, y aun permanecen firmes é inmobles; no obstante que fueron acometidos repetidas veces por los vanos esfuerzos y violentos asaltos de hombres sediciosos, que en todo tiempo se mostraron mas amigos de sus caprichos é intereses, que de contribuir al bien público.

Con qué ardides y perniciosos designios, durante las últimas y desgraciadas turbulencias, vino á cesar el uso de la sagrada Liturgia, (sin embargo de estar sancionado por las Leyes del pais, y de que jamas hasta el presente fueron estas revocadas,) ya es bien sabido de todo el mundo,y no es nuestro ánimo renovar aquí la memoria de ello. Mas despues de la feliz restauracion de la Magestad Regia, considerándose verosímil, que el uso de la Liturgia. no habiendo estado nunca abolido legalmente, habria tambien de volver entre otras cosas á su curso, sino se adoptaban algunos medios para impedirlo; aquellos hombres, que bajo loa. últimos usurpadores se habian cuidado muy mucho de excitar el pueblo al desafecto á ella, creyeron que por su propia reputacion é interes, debian (á no querer confesar francamente que habian errado, lo que difícilmente se puede esperar de tales hombres) redoblar sus esfuerzos para estorbar el restablecimiento de la misma. A este fin se hicieron circular varios Folletos contra el Libro de la Oracion Comun, y se suscitaron las antiguas objeciones, con adicion de algunas nuevas, que sobre las primeras contribuyeron solamente á abultar el número. Finalmente, se pidió con instancia ti su Magestad la revision de dicho Libro, y que se hicieran en él las alteraciones, ó adiciones, que se estimasen conducentes para tranquilizar las conciencias mas delicadas: á lo que su Magestad condescendió graciosamente, llevado de la buena disposicion de su voluntad á dar gusto (en cuanto pudo razonablemente esperarse) á todos sus súbditos de cualquiera opinion que fuesen,

En la cual revision hemos procurado observar la misma moderacion, que en igual caso vemos fué usada en tiempos precedentes. Y por tanto de las diversas alteraciones Que se nos han propuesto, hemos desechado todas aquellas de que podria originarse algun peligro, (ya fuese impugnando ocultamente algun dogma recibido, ya alguna práctica laudable de la Iglesia de Inglaterra, ó bien de toda la Iglesia Católica de Cristo) ó las que no eran de. importancia alguna, sino al contrario enteramente vanas y frívolas. Empero aquellas alteraciones que se nos dirigieron, y que nosotros consideramos de algun modo necesarias y conducentes. á todas estas (prescindiendo del autor, fin ó pretesto con que se nos proponian) prestamos nuestro asenso de buena voluntad, sin que nos obligase á hacerlo así la fuerza de algun argumento, que nos convenciera de la necesidad de dichas innovaciones: pues estamos firmemente persuadidos (y lo declaramos á la faz del mundo) de que en la Liturgia, segun estaba Antes establecida por las leyes, nada se contenía contrario á la palabra de Dios, ó á la sana doctrina, ó á que un hombre piadoso no pudiera someterse en conciencia; ó finalmente que no pudiera defenderse de buena fé contra cualquiera que se opusiera á la misma; con tal que no se desdeñasen las justas y benignas interpretaciones, que la comun equidad exige en favor de todos los escritos humanos, especial. mente respecto de aquellos que están promulgados por la Autoridad publica, y aun respecto de las mejores versiones de las Escrituras santas.

No fué pues nuestro principal intento en esta empresa. el satisfacer á este ó estotro partido en sus imprudentes demandas; sino el hacer todo lo que nos pareció había de conducir mas principalmente á conservar la paz y la unidad en la Iglesia, á conciliar la reverencia, y á excitar la piedad y la devocion en el culto público de Dios; y finalmente el quitar las ocasiones de cavilaciones y disputas contra la Liturgia de la Iglesia, á aquellos que las buscan y en cuanto á aquello en que difiere la Liturgia, cual está ahora, de como estaba antes, ya sen por haberse mudado alguna cosa, ya por haberse añadido, ó por cualquier otro motivo, baste advertir en general, que la mayor parte de las alteraciones se han hecho, primeramente, ó para la mejor direccion de lo que se ha de oficiar en el servicio Divino; lo cual se ha consignado principalmente en el Calendario y Rúbricas: ó en segundo lugar, para reducir la espresion de algunas palabras, ó frases de uso antiguo, á términos mas acomodados al lenguage de los tiempos presentes, y para inteligencia mas clara de algunos otros dichos y frases, que ó eran de significacion dudosa, ó de otro modo es puestas á siniestras interpretaciones: ó en tercer lugar, para mas perfecta representacion de aquellas porciones de la santa Escritura, que se han insertado en la Liturgia; cuyas porciones se han de leer ahora, especialmente en las Epístolas y Evangelios, y en otros varios lugares, conforme, la última version de la sagrada Biblia. Ha perecido tambien conveniente añadir, en sus debidos lugares, algunas oraciones y acciones de gracias, dispuestas para especiales ocasiones, en particular para uso de los que navegan, juntamente con un oficio para el Bautismo de los adultos; el cual, aunque no era tan necesario cuando se compiló la primera Liturgia, sin embargo ahora con el acrecentamiento de los Anabaptistas, que con motivo de la relajacion en los tiempos pasados se introdujeron entre nosotros, ha venido á ser indispensable, y siempre podrá usarse para bautizar á los naturales de nuestras colonias, y á otros convertidos á la fé. Si alguno desea una razon mas circunstanciada de cada una de las varias alteraciones hechas en cualquier parte de la Liturgia, en comparando esta presente con la antigua, no dudamos que el motivo de tales variaciones le será facilmente conocido.

Habiéndonos pues esforzado á llenar nuestro deber en este importante negocio, como en la presencia de Dios, y á confirmar nuestra sinceridad en ello (en cuanta ha estado de nuestra parte) para con las conciencias de todos los hombres; aunque conocemos que es imposible, en medio de tanta variedad de opiniones, caprichos, é intereses como hay en el mundo, agradar á todos, ni deba esperarse que hombres de un espíritu faccioso, bronco, y perverso, se den por contentos con lo que se haga en esta materia por otro alguno que ellos mismas: no obstante tenemos la buena esperanza, de que aquello que presentamos aquí, y que ha sido diligentemente examinado y aprobado por el Sinodo de ambas Provincias será tambien bien recibido y aprobado por todos los moderados, pacíficos, y verdaderamente concienzudos hijos de la Iglesia de Inglaterra.


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TOCANTE AL SERVICIO DE LA IGLESIA
(A.C. 1548.)

JAMAS hubo cosa tan perfectamente deliberada por el entendimiento humano, ó tan firmemente establecida., que con el transcurso del tiempo no se hubiese viciado y corrompido; como, entre otras cosas, se deja ver claramente en las fórmulas de las preces públicas de la Iglesia., llamadas comunmente Divinos Oficios. Acerca. de su origen, si alguno examina detenidamento los escritores antiguos, hallará que fueron instituidas con el mejor designio, es decir, para promover la piedad. Con efecto los santos Padres dispusieron este negocio de tal manera, que pudiera leerse una vez cada año toda la Biblia, ó la mayor parte de ella; proponiéndose en esto, que el Clero, y especialmente los Ministros de la Iglesia, con la frecuente lectura y meditacion de la Escritura, se excitaran ellos mismos á la piedad, y se hicieran mas capaces para. instruir á la congregacion en la sana doctrina, y para refutar ti, los que fuesen opuestos á la verdad: y tambien que el pueblo, mediante la diaria lectura de la divina palabra en la Iglesia, progresara mas y mas en el verdadero conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesu-Cristo, y se estimulase con el ejercicio al amor de la Religion verdadera.

Pero pasados muchos años, estas. piadosas y saludables disposiciones de los Padres fueron de tal modo alteradas, despreciadas, y corrompidas con la agregacion de historias inciertas y fabulosas; como tambien con tal multitud de Responsorios,Versiculos, Conmemoraciones. vanas repeticiones, y Sinodales, que por lo comun habiendose principiado á leer algun libro de la sagrada Escritura, des pues de leidos tres ó cuatro capítulos, los demas quedaban sin leerse. De esta suerte el libro de Isaías se principiaba en la Dominica primera de Adviento, y el del Genesis en la Dominica de Septuagésima; mas solamente se comenzaban, y nunca eran del todo leidos. sucediendo lo mismo respecto á los demas libros de la sagrada Escritura. Ademas de esto, aunque deseaba S. Pablo que en la Iglesia se hiciese uso de un lenguage acomodado á la Inteligencia del pueblo, á fin de que oyendo pudiera edificarse; con todo en esta Iglesia de Inglaterra fueron leidos los Divinos oficios por espacio de muchos años en latin al pueblo el cual no entendia tal idioma; de manera que solamente oían con sus oidos, pero su corazon, espíritu y mente, ningun fruto sacaban de aquello. Aun hay mas, á pesar de que los antiguos Padres dividieron todos los Salmas en siete porciones, cada una de las cuales se llamaba un Nocturno; no obstante ahora en los últimos tiempos se leia solamente un corto número de ellos, quedando los demas enteramente omitidos. Ademas de lo dicho, llegó do ser tal el número y obscuridad de reglas llamadas Pie, y tanta la variedad de oficios. que muchas veces ofrecia mas trabajo el revolver el libro para hallar lo que habia de leerse, que la lectura misma de lo que se habia hallado.

Considerados pues estos Inconvenientes, se establece aquí un órden, por medio del cual vendrán A desaparecer los mismos. A este fin, y para evitar todo embarazo en esta materia, hase dispuesto un Calendario sencillo y fácil de entender. en el que (en I cuanto ha sido posible) se propone de tal manera la lectura de la sagrada Escritura, que en adelante podrá hacerse todo en el debido órden, sin interrupciones ni fracciones en la parte de un mismo libro. Por esta razon se han quitado las Antífonas, Responsorios, invitatorios, y otras tales cosas que interrumpian el continuado curso de las lecciones de la Escritura.

Mas por cuanto no podria obtenerse el remedio sin el auxilio de ciertas Reglas, por esto se previenen aquí algunas. pocas en número, y que muy facilmente pueden entenderse. Asimismo se dejará ver un órden para las Preces, y para las lecciones de las Escrituras santas, mas acomodado á la mente y propósito de los antiguos Padres, y mucho mas útil y cómodo, que el que anteriormente estuvo en uso. Mas útil, porque se han omitido muchas cosas, de las cuales unas eran falsas, otras inciertas, otras vanas y supersticiosas: y nada se ha ordenado para que haya de ser leido, sino la Palabra pura de Dios, la Escritura santa, ó lo que es conforme á la misma; y esto en un lenguage y órden adecuado á la capacidad, así de los lectores como de los oyentes. Es tambien mas cómodo, así por su brevedad y claridad de método, como por ser las reglas pocas y sencillas.

Y por cuanto ántes de ahora ha habido, en el rezo y en el canto, gran diversidad en las iglesias de estos reinos, por seguir unos la práctica de Salisbury, otros la de Hereford, otros la de Bangor, otros, de York, otros, de Lincoln; ahora y de aquí en adelante no ha de haber mas que una sola práctica en todo el reino.

Empero por cuanto ninguna cosa puede establecerse con tanta claridad, que despues no se fomenten dudas en el uso y práctica de la misma; para terminar cualquiera diferencia, (si ocurre alguna) y para la resoluclon de las dudas tocantes al modo de entender, hacer, y ejecutar las cosas contenidas en este libro; los particulares que lleguen ti dudar, ó tomar en diversos sentidos alguna cosa, recurrirán siempre al Obispo de la Diócesis, quien segun su discrecion arbitrará medios para deshacer y apaciguar las tales desavenencias; si bien nana deberá ordenar que sea contrario á lo contenido en este libro. Y si el Obispo mismo de la Diócesis estuviere en duda, entónces podrá acudirse al Arzobispo para que este resuelva.

AUNQUE esté determinado que todo se lea y cante en la Iglesia en lengua nativa, á fin de que la congregacion pueda por ello edificarse; no por esto se repute por cosa mala, si alguno, al orar de mañana ó tarde, lo hace en qualquier lenguage que él mismo entienda.

Todos los Presbíteros y Diáconos deberán rezar diariamente la Oracion Matutina y Vespertina, ya sea pública ó prividamente, á no ser que lo impida enfermedad, ú otro urgente motivo.

Y el Cura Que sirve en Iglesia Parroquial ó Capilla, estando en el pais, y no teniendo razonable impedimento, ha de rezar tambien lo mismo en la Iglesia Parroquial ó Capilla donde administra; y cuidará de que se toque la campana ti tiempo conveniente ántes de principiar, para que el pueblo acuda á oir la palabra de Dios, y á orar juntamente con él.


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DE LAS CEREMONIAS:
RAZONES PARA LA ABROGACION DE ALGUNAS Y LA RETENCION DE OTRAS

EN el número de las Ceremonias, que ha observado la Iglesia, y que tuvieron un origen humano, hubo algunas, que en su principio se instituyeron realmente con recto fin, y se enderezaron á objetos piadosos, mas vinieron con el tiempo ti parar en pura vanidad y supersticion: no pocas se introdujeron en la Iglesia mediante una devocion indiscreta, y por medio de un zelo sin ciencia; y como en los principios se tolerase su observancia, cada vez lilas y mas se fué aumentando su abuso, hasta que no solo por su inutilidad. sino por haber tambien obcecado al pueblo, y obscurecido la gloria de Dios, no merecieron otro fin que su estirpacion y total aniquilamiento: hay, empero, otras, que si bien de institucion humana, ha parecido justo conservarias hasta el día de hoy, tanto por el decoro y buen órden en la Iglesia (fin único de su institucion), cuanto por ser muy propias para la edificacion, á la cual, segun el Apóstol, debe dirigirse cuanto se practicare en la Iglesia.

Y aunque la observancia, ó inobservancia de una Ceremonia, considerada en sí misma. sea cosa de poquísima importancia; con todo la voluntaria,. altanera transgresion y violacion del órden público, y de la disciplina, es una no pequeña ofensa a los ojos de Dios. “Hágase todo entre vosotros," dice San Pablo, "con decoro, y con órden." El establecimiento, empero, de este órden no pertenece á un mero particular; á ninguno, por tanto, á no haber sido legalmente llamado y autorizado para ello, sea lícito entrometerse en ello ni arrogarse la facultad de instituir ó alterar cosa alguna en el órden público, ó comunmente recibido en la Iglesia de Cristo.

Pero siendo tal en nuestros dias la variedad de opiniones de la mente humana, que al paso que unos tienen por un grave negocio de conciencia la mas ligera omision de la mas pequeña de sus Ceremonias, tan aferrados están en sus antiguas costumbres; y como otros sean, por el contrario, tan amantes de la novedad, que todo lo querrian renovado, y tan despreciadores de lo antiguo, que nada sino lo nuevo merece su aprobacion; se ha juzgado por conveniente, prescindiendo de respetos y contemplaciones, no tanto el satisfacer á alguno de los dos partidos, cuanto el agradar á Dios, y procurar el aprovechamiento de ambos. Y para que ninguno de cuantos hacen un libre uso de su razon, llegue á escandalizarse, sino que pueda quedar satisfecho, se esponen aqu algunos de los verdaderos motivos, por los cuales se han abolido algunas de las tales ya usadas Ceremonias, y otras se han conservado en su vigor y aun actualmente se conservan.

Unas se abrogaron, porque su gran multitud llegó á tal punto en estos últimos dias, que su peso se hizo intolerable: sobre lo cual ya se quejaba San Agustin en su tiempo, visto que se habia aumentado el número de Ceremonias en un grado tal, que en esta parte el pueblo cristiano habia llegado ya á ser de peor condicion que el judáico; y era de sentir que á la primera ocasion oportuno que se presentase de poderlo hacer pacíficamente, se quita,se semejante carga y yugo. ¿Y qué hubiera dicho San Agustin, á haber sido testigo presencial de las nuevas ceremonias de estos últimos dias usadas públicamente entre nosotros, ya que el gran número de las de su tiempo no era, ni con mucho, comparable con el de las del nuestro? Fué tan escesivo el hacinamiento de nuestras ceremonias, y tan tenebrosas muchas de ellas, que mas bien servian ya para declarar y mostrar los beneficios de Cristo para con nosotros. Y fuera de esto, el Evangelio de Cristo no es una ley ceremonial (como lo fué por la mayor parte a ley de Moisés), sino que es una religion instituida para servir á Dios, no bajo la esclavitud de figuras y sombras, sino con la libertad del Espíritu; y que se da por contenta. únicamente con aquellas ceremonias mas conducentes para un órden decoroso y una piadosa. disciplina, y mas idoneas para excitar el alma indolente á que se recuerde de sus deberes para con Dios, mediante Alguna notable y singular significacion, de la que pueda resultar su edificacion y espiritual provecho. Y prescindiendo de todo esto, la principal causa de la abolicion de algunas Ceremonias fué el haber llegado su abuso á un grado tal, que á no haber atacado la existencia de ellas mismas, habría sido imposible desarraigar la ceguedad supersticiosa de los hombres rudos é ignorantes, y por otra parte la insaciable avaricia de los que se afanan mas por su propio interes que por la gloria de Dios.

Y ahora en cuanto á aquellos que tal vez se escandalizarán de que todavía se conserven en su vigor algunas de las antiguas Ceremonias, si los tales reflexionan que es imposible, sin algunas ceremonias¡ conservar el órden y la tranquila disciplina en la Iglesia, con facilidad encontraran justo motivo para. reformar sus juicios: y si tanto les desagrada que se retengan algunas de las antiguas ceremonias, y quieren mas bien inventarlas todas de nuevo, entonces estos tales, ya que conceden la conveniencia. de que existan algunas, pudiéndose rectamente usar las antiguas, no podrán racionalmente reprobarlas por el mero hecho de su antigüedad, sin dar un manifiesto testimonio de su propia insensatez; porque en tal casa su misma antigüedad debe hecerlas mas respetables, si es que prefieren manifestarse, y ser ellos tenidos por mas amantes de la concordia, que de las innovaciones y novelerias, las cuales (en cuanto pueda ser esto compatible con el verdadero instituto del cristianismo) deberán siempre evitarse.

Ni mucho menos tienen los tales la mas mínima razon para escandalizarse por las ceremonias que se han conservado; porque así como se abrogaron todas aquellas de que se habia hecho mayor abuso, y que no servian sino de gravámen de las conciencias sin motivo alguno, así las demás que han sido conservadas, lo fueron á causa del órden y de la disciplina, la cual por justas causas puede ser alterada y abrogada, y nunca, por tanto, debe representarse igual á la Ley de Dios.

Estas Ceremonias, además, ni son obscuras, ni mudas. sino tales que cualquiera puede percibir facilmente su significado y su verdadero uso, no siendo verosímil que lleguen á degenerar en lo venidero en abusos, como sucedió con las que se abrogaron. Ni por estas nuestras disposiciones condenamos á ninguna otra nacion. ni le prescribimos tampoco cosa alguna, sino únicamente ti nuestro propio pueblo: porque opinamos que es conveniente se valga cada pais de aquellas ceremonias que estime mas á propósito para ensalzar él honor y la gloria de Dios, y para reducir al pueblo á una mas perfecta y piadosa conducta, sin errores ni supersticiones; y que deseche cuantos abusos graves se Dotaren introducidos con el transcurso del tiempo, como en todas las disposiciones humanas acontece con frecuencia, y de muy diversas maneras segun la diversidad de los paises.


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ÓRDEN PRESCRIPTO PARA LEER EL SALTERIO

EL Salterio se ha de leer una vez cada mes, segun está allí señaledo, así para la Oracion Matutina como para. la Vespertina. Mas en Febrero se leerá solamente hasta el dia veinte y ocho ó veinte y nueve del mismo.

Y por cuanto Enero. Marzo, Mayo, Julio, Agosto. Octubre, y Diciembre, tienen treinta y un dias cada uno; se ha ordenado, que en el último dia de dichos Meses se lean los mismos Salmos, que fueron leidos el dia ántes; á fin de que el salterio pueda principiarse de nuevo el primer dia del Mes próximo siguiente.

Estando dividido el Salmo cxix en veinte r dos porciones, y siendo demasiado largo para ser leido de una vez; se ha dispuesto, Que en cada vez no se lean arriba de cuatro ó cinco de dichas porciones.

Y al fin de cada Salmo, y de cada una de las partes del Salmo cxix. se repetirá este Himno:

   Gloria sea al Padre, y al Hijo; y al Espíritu Santo;
   Como era al principio, es ahora, y será siempre; por los siglos de los siglos. Amen.


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   ÓRDEN ESTABLECIDO PARA LEER LO DEMAS DE LA ESCRITURA SANTA

EL Antiguo Testamento está destinado para las primeras Lecciones en la Oracion de la Mañana y de la Tarde; de manera que se leerá una vez cada año la mayor parte de él, segun está señalado en el Calendario.

Se designa el Nuevo Testamento para la segunda Leccion de la Oracion Matutina y Vespertina; el cual vendrá á ser leido por órden dos veces en cada año, una por la mañana, y otra por la tarde, ademas de las Epístolas y Evangelios; escepto el Apocalipsis, del cual se han señalado solamente algunas Lecciones al fin del año, y ciertas Lecciones propias para diversas Fiestas.

Y para saber las Lecciones que se han de leer cada día. mírese el día del mes en el siguiente Calendario, y allí se encontrarán los Capítulos que deberán leerse así en la Oracion Matutina como en la Vespertina; esceptuándose solamente las Fiestas Movibles, que no están en el Calendario, y las Inmovibles, en seguida de las cuales de ha dejado un blanco en la columna de las Lecciones; las propias de todos los tales dias se hallarán en la Tabla de las Lecciones Propias.

Esceptuados aquellos Domingos para los cuales hay especialmente señaladas segundas Lecciones alternativas. si en algun otro Domingo se dijere la Oracion Vespertina en un mismo lugar de culto público en dos diferentes horas de la tarde, para la segunda Leccion del segundo servicio puede tomar el Ministro. segun su discrecion, algun Capitulo de los cuatro Evangelios, ó alguna Leccion de las designadas en la Tabla de Lecciones de los cuatro Evangelios.

En lugar las Lecciones señaladas en el Calendario se pueden sustituir otras previo el consentimiento del Ordinario, en algunas ocasiones por el aprobadas.

Y nótese, que cuando quiera que se señalan Salmos Propios ó Lecciones, entonces los Salmos y Lecciones del curso ordinario señalados en el Salterio y Calendario (si fueren diferentes) se omitirán por aquella vez.

Es de advertir que en especiales ocasiones, determinadas por el Ordinario, con su consentimiento se pueden sustituir otros Salmos á los que se hallan designados en el Salterio.

Si alguno de los días de Fiesta, para los cuales hay señaladas Lecciones Propias, cayera en la primera Dominica de Adviento, en Pascua de Resurreccion, en Pentecostes. ó en Trinidad. se deberán leer las Lecciones seña· ladas para la tal Dominica; mas si cayere en alguna otra Domínica, queda á discrecion del Ministro el leer las Lecciones para. el tal Domingo señaladas, ó las que estuvieren designadas para aquel dia de Fiesta.

Nótese tambien, que la Colecta. Epístola, y Eyangelio, señalados para el Domingo. servirán despues toda la semana, á no ser que se ordenare otra cosa en este Libro.

EL ORDEN

DE LA

ORACION MATUTINA,

CADA DIA POR TODO EL AÑO

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¶ Al principio de la Oracion por la Mañana, el Ministro leerá en alta voz una ó mas de las Sentencias de las Escrituras, que se siguen. Y entonces dirá lo que está escrito des pues de las dichas Sentencias.
 

APARTÁNDOSE el impío de su impiedad que hizo, y haciendo juicio y justicia. hará vivir su alma.   Ezeq. xviii. 27.
   Yo reconozco mis rebeliones; y mi pecado está siempre delante de mí.   Salmo li. 3.
   Esconde tu rostro de mis pecados, y borra todas mis maldades.   Salmo li. 9.
   Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado: al corazon contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.   Salmo li. 17.
   Lacerad vuestro corazon, y no vuestros vestidos; y convertíos á Jehová vuestro Dios: porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira, y grande en misericordia, y que se arrepiente del castigo.   Joel ii. 1·3.
   De Jehová nuestro Dios es el tener misericordia, y el perdonar, aunque contra él nos hemos rebelado; y no obedecimos á la voz do Jehová nuestro Dios, para andar en sus leyes, las cuales puso él delante de nosotros.   Daniel ix. 9, 10.
   Castígame, oh Jehová; mas con juicio: no con tu furor, porque no me aniquiles.   Jerm. x. 24.
   Arrepentíos, que el reino de los cielos se ha acercado.  Mat. iii. 2.
   Me levantaré, é iré á mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo, y contra tí ; ya no soy digno de ser llamado tu hijo.   S. Luc. xv. 18, 19.
   Oh Señor, no entres en juicio con tu siervo; porque no se justificará delante de tí ningun viviente.   Salmo cxliii. 2.
   Si dijéremos que no tenemos pecado, nos engañamos á nosotros mismos, y no hay verdad en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para que nos perdone nuestros pecados, y nos limpie de toda maldad.   1 de S. Juan i. 8, 9.
 
HERMANOS muy amados, la Escritura Santa nos amonesta en muchos lugares, que confesemos y conozcamos la muchedumbre de nuestras iniquidades y ofensas; y que no las debemos en manera alguna disimular ni encubrir delante de nuestro Dios y Padre Celestial; mas al contrario confesarlas con corazon contrito y humillado, para alcanzar la remision de ellas por su bondad y misericordia infinita. Y aunque en todos tiempos debemos hacer á Dios humilde confesion de nuestras culpas delante de su divino acatamiento, esta obligacion es precisa cuando nos juntamos á darle debidas gracias por los grandes é inenarrables beneficios que de su liberal mano cada dia recibimos, á predicar sus alabanzas, á oir su divina Palabra, y á pedirle todas las cosas que nos son necesarias, así para nuestros cuerpos como para nuestros almas. Por tanto yo os ruego y requiero, á todos los que estais aquí presentes, que con un corazon verdaderamente humillado me acompañeis diciendo:

¶ CONFESION GENERAL que toda la Congregacion debe decir de rodillas, siguiendo al Ministro.

PADRE Omnipotente y Misericordioso: Nosotros nos hemos desviado de tus senderos, y como ovejas perdidas hemos andado descarriados fuera de tus caminos. Hemos desordenadamente seguido los designios y deseos de nuestro propio corazon. Hemos quebrantado tus santos mandamientos. No hemos hecho lo que debiamos; Antes bien hemos puesto por obra lo que no debiamos hacer; Y en nosotros no hay salud. Mas tú, Señor, apiádate de nosotros, miserables pecadores. Perdona, oh Dios, á los que confiesan sus culpas. Restablece á los que se arre pienten; Segun tus promesas declaradas al género humano en Jesu-Cristo, nuestro Señor. y por amor suyo concédenos, oh Padre Misericordioso, que' de aquí adelante vivamos sobria, justa, y religiosamente, para gloria de tu Santo Nombre.   Amen.
 
¶ LA ABSOLUCION, ó REMISION de pecados, que solo el Presbítero ha de pronunciar, estando en pié ; y el Pueblo arrodillado.

EL Dios Todo-poderoso, Padre de nuestro Señor Jesu-Cristo, que no desea la muerte del pecador, sino qué se convierta y viva; y ha dado poder y mandamiento á sus Ministros de declarer y pronunciar á su pueblo arrepentido la absolucion y perdon de sus pecados: El es el que perdona y absuelve á todos los que verdaderamente se arrepienten, y que sinceramente creen su Evangelio. Por tanto supliquémosle que nos dé verdadero arrepentimiento, y su Santo Espíritu, á fin que las obras que al presente hacemos le sean agradables; y que nuestra vida de aquí adelante sea pura y santa, para que finalmente en la otra gocemos de la gloria eterna; por Jesu-Cristo, nuestro Señor.

¶ El Pueblo responderá aquí, y al fin de todas las otras Oraciones: Amen.

¶ Entonces se arrodillará el Ministro, y dirá la Oracion Dominical en voz clara, tambien el pueblo arrodillado, y repitiéndola con él aquí, y en cualquiera parte que fuere dicha en el Oficio.
 
 
PADRE nuestro, que estás en los cielos, Santificado sea tu Nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, así en la tierra, como en el cielo. El pan nuestro de cada dia dánosle hoy. Y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos á nuestros deudores. Y no nos dejes caer en tentacion ; Mas líbranos de mal: Porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, Por siempre jamas. Amen.
¶ Asimismo dirá luego:

   Señor, abre nuestros labios.
   Respuesta. Y nuestra boca anunciará tu alabanza.
   Presbítero. Señor, apresúrate á socorrernos.
   Respuesta. Date priesa en nuestro auxilio, Señor.

¶ Aquí estando todos en pié, el Presbítero dirá:

   Gloria sea al Padre, y al Hijo; y al Espíritu Santo:
   Respuesta. Como era al principio, es ahora, y será siempre : por los siglos de los siglos. Amen.
   Presbítero. Load al Señor.
   Respuesta. El nombre del Señor sea alabado.

¶ En seguida se dirá ó cantará el Salmo siguiente, escepto el dia de Resurreccion, para el cual hay señalada otra Antífona; y en el dia diez y nueve de cada mes no debe ser leido aquí, sino en el Curso ordinario de los Salmos.

VENITE, EXULTEMUS DOMINO.
Salmo xcv.

VENID, celebremos. alegremente á Jehová : cantemos con júbilo á la Roca de nuestra salud.
   Lleguemos ante su acatamiento con alabanza : aclamémosle con cánticos.
   Porque Jehová es Dios grande : y Rey grande sobre todos los dioses.
   Porque en su mano están las profundidades de la tierra : y las alturas de los montes son suyas.
   Suya tambien la mar, pues él la hizo : y sus manos formaron la seca.
   Venid, adoremos y postrémonos : arrodillémonos delante de Jehová nuestro Hacedor.
   Porque él es nuestro Dios : y nosotros el pueblo de su dehesa, y ovejas bajo de su mano.
   Si hoy oyereis su voz, no endurezcais vuestro corazon : como en Meriba, como el dia de Masa en el desierto;
   Donde me tentaron vuestros padres : probáronme, y vieron mi obra.
   Cuarenta años estuve disgustado conla nacion, y dije : Pueblo es este que divaga de corazon, y no han conocido mis caminos.
   Por tanto juré en mi furor : que no entrarian en mi reposo.
   Gloria sea al Padre, y al' Hijo; y al Espíritu Santo :
   Como era al principio, es ahora, y será siempre; por los siglos de los siglos. Amen.

¶ Luego se dicen los Salmos por el mismo órden que están en la tabla, sino es alguno de los dias que tienen propios Salmos. Y al fin de cada Salmo, como tambien del Bencdictus, Benedicite, Magnificat, Nunc dimittis, se dirá siempre:

   Gloria sea al Padre, y al Hijo; y al Espíritu Santo :
   Como era al principio, es ahora, y será siempre; por los siglos de los siglos. Amen.

¶ Despues en voz clara y distinta se leerá la primera Leccion, tomada del Antiguo Testamento, como en el Calendario se dice, si el dia no las tiene propias. El que leyere estará en pié, y vuelto de modo que pueda ser mejor oido de todos los que están presentes.

¶ Acabada la primera Leccion, se dirá ó cantará todos los dias del año el Himno, Te Deum laudamus, en lengua vulgar.

¶ Nótese que ántes de cada Leccion el Ministro deberá decir: Aquí empieza tal ó tal Capítulo, ó tal Verso de tal Capítulo de tal Libro: Y al acabar la Leccion: Aquí acaba la Primera ó la Segunda Leccion.
 
TE DEUM LAUDAMUS.
O DIOS, á tí te loamos : y confesamos que tú eres el Señor.
   Toda la tierra te adora : oh Padre Eterno.
   A tí los Angeles, los cielos : y todas sus potestades levantan sus voces.
   A tí los Querubines y Serafines : claman sin cesar,
Santo, Santo, Santo : Señor, Dios de los Ejércitos.
   Llenos están los cielos y la tierra : de la majestad de tu gloria.
   La Compañía gloriosa de los Apóstoles : te alaba.
   La Congregacion escelente de los Profetas : te celebra.
   El Ejército triunfante de los Mártires: te alaba.
   La Santa Iglesia Católica : te confiesa ;
   Padre : de Majestad infinita;
   A tu Hijo único : verdadero y venerable;
   Tambien al Espíritu Santo : Consolador.
   Tú eres el Rey de la gloria : oh Cristo.
   Tú eres el Hijo eterno : del Padre.
   Cuando tú te dignaste emprender nuestra redencion : no desdeñaste las entrañas de la Vírgen.
   Tú, habiendo vencido el aguijan de la muerte : abriste el Reino de los Cielos á todos los creyentes.
   Tú estás sentado á la diestra de Dios : en la gloria del Padre.
   Nosotros creemos que vendrás : á ser nuestro Juez.
   Por tanto te suplicamos socorras á tus siervos : que redimiste con tu preciosa sangre.
   Haz que sean del número de tus santos : en la gloria eterna.
   Señor Dios, salva tu pueblo: y bendice tu heredad.
   Gobiérnalo : y ensálzalo perpetuamente.
   Todos los dias : te bendecimos.
   Y honramos tu Nombre : eternamente.
   Señor, dígnate preservarnos este dia : de todo pecado.
   Oh Señor, apiádate de nosotros : apiádate de nosotros.
   Oh Señor, sea tu misericordia sobre nosotros : como esperamos en tí.
   Señor, en tí he esperado : no permitas que sea jamas confundido.

¶ O este Cántico:

BENEDICITE, OMNIA OPERA.

BENDECID al Señor, todas las obras del Señor : alabadle, y ensalzadle en los siglos.
   Angeles del Señor, bendecid al Señor : alabadle, y ensalzadle en los siglos.
   Cielos, bendecid al Señor : alabad le, y ensalzadle en los siglos.
   Todas las aguas, que estais sobre los cielos, bendecid al Señor : alabadle, y ensalzadle en los siglos.
   Todas las virtudes del Señor, bendecid al Señor : alabadle, y ensalzadle en los siglos.
   Sol y Luna, bendecid al Señor : alabad lo, y ensalzadle en los siglos.
   Estrellas del cielo, predicad al Señor : alabadle, y ensalzadle en los siglos.
   Lluvia y Rocío, bendecid al Señor : alabadle, y ensalzadle en los siglos.
   Vientos, bendecid al Señor : alabadle, y ensalzadle en los siglos.
   Fuego y Calor, bendecid al Señor: alabadle, y ensalzadle en los siglos.
   Invierno y Estío, bendecid al Señor : alabadle, y ensalzadle en los siglos.
   Rocíos y Hielos, bendecid al Señor : alabadle, y ensalzadle en los siglos.
   Heladas y Frias, bendecid al Señor : alabadle, y ensalzadle en los siglos.
   Hielos y Nieves, bendecid al Señor : alabadle, y ensalzadle en los siglos.
   Noches y Dias, bendecid al Señor : alabadle, y ensalzadle en los siglos.
   Luz y Tinieblas, bendecid al Señor : alabadle, y ensalzadle en los siglos.
   Relámpagos y Nubes, bendecid al Señor : alabadle, y ensalzadle en los siglos.
   Bendiga la tierra al Señor : alábele, y ensálzele en los siglos.
   Montes y Collados, bendecid al Señor : alabadle, y ensalzadle en los siglos.
   Plantas y Yerbas del campo, bendecid al Señor : alabadle, y ensalzadle en los siglos.
   Fuentes, bendecid al Señor : alabadle, y ensalzadle en los siglos.
   Mares y Rios, bendecid al Señor : alabad le, y ensalzadle en los siglos.
   Mónstruos de los mares, y cuanto tiene vida en las aguas, bendecid al Señor : alabadle, y ensalzadle en los siglos.
   Aves del cielo, bendecid al Señor : alabadle, y ensalzadle en los siglos.
   Bestias y Ganados, bendecid al Señor : alabadle, y ensalzadle en los siglos.
   Hijos de los hombres, bendecid al Señor: alabadle, y ensalzadle en los siglos.
   Bendiga Israél al Señor : alábele y ensálzele en los siglos.
   Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor : alabadle, y ensalzadle en los siglos.
   Siervos del Señor, bendecid al Señor : alabadle, y ensalzadle en los siglos.
   Espíritus y Almas de los justos, bendecid al Señor : alabadle, y ensalzadle en los siglos.
   Santos y humildes de corazon, bendecid al Señor: alabadle, y ensalzadle en los siglos.
   Ananias, Azarias, y Misael, bendecid al Señor : alabadle, y ensalzad le en los siglos.
   Gloria sea al Padre, y al Hijo; y al Espíritu Santo:
   Como era al principio, es ahora, y será siempre; por los siglos de los siglos. Amen .

¶ Luego se leerá del modo dicho la segunda Leccion, tomada del Nuevo Testamento: Yen seguida el Himno siguiente, escepto cuando Si haya de leer en el Capítulo del Día, ó en e Evangelio del Día de S. Juan Bautista.
 
 
BENEDICTUS.
San Luc. i. 68.
BENDITO el Señor Dios de Israél : que ha visitado, y hecho redencion á su pueblo.
   Y nos alzó un cuerno de salvacion : en la casa de David su siervo;
   Como habló por boca de sus santos profetas : que fueron desde el principio:
   Salvacion de nuestros enemigos : y de mano de todos los que nos aborrecieron;
   Para hacer misericordia con nuestros padres : y acordándose de su santo pacto;
   Del juramento que juró á Abraham nuestro padre : que nos habia de dar,
   Que sin temor, librados de nuestros enemigos, le serviriamos,
   En santidad y justicia delante de él : todos los di as de nuestra vida.
   Y tú, niño, Profeta del Altísimo serás llamado : porque irás ante la faz del Señor para aparejar sus caminos,
   Dando conocimiento de salud á su pueblo : para remision de sus pecados,
   Por las entrañas de misericordia de nuestro Dios : con que nos visitó de lo alto el oriente,
   Para dar luz á los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte : para encaminar nuestros piés por camino de paz.
   Gloria sea al Padre, y al Hijo; y al Espíritu Santo:
   Como era al principio, es ahora, y será siempre; por los siglos de los siglos. Amen.

¶ O este Salmo.

JUBILATE DEO.
Salmo c.

CANTAD alegres á Dios, habitantes de toda la tierra : servid á Jehová con alegría; venid ante su acatamiento con regocijo.
   Reconoced que Jehová él es el Dios: él nos hizo, y no nosotros á nosotros mismos; pueblo suyo somos, y ovejas de su prado.
   Entrad por sus puertas con reconocimiento, por sus atrios con alabanza : alabadlo, bendecid su Nombre.
   Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia : y su verdad por todas las generaciones.
   Gloria sea al Padre, y al Hijo; y al Espíritu Santo:
   Como era al principio, es ahora, y será siempre; por los siglos de los siglos. Amen.

¶ Despues se dirá ó cantará el Credo de los Apóstoles, estando el Ministro y el Pueblo en pié; escepto cuando se prescribe el Credo de S. Atanasio.
 
 
CREO en Dios Padre Todo-poderoso, Criador del cielo y de la tierra:
   Y en Jesu-Cristo, su único Hijo, Señor nuestro; Que fué concebido por el Espíritu Santo; Nació de Maria Vírgen; Padeció bajo el poder de Poncio Pilato; Fué crucificado, muerto, y sepultado; Descendió á los infiernos; Al tercero dia resucitó de entre los muertos; Subió al cielo; Está sentado á la diestra de Dios Padre Todo-poderoso; De donde vendrá á juzgar los vivos y los muertos.
   Creo en el Espíritu Santo; La Santa Iglesia Católica; La Comunion de los Santos; El Perdon de los pecados; La Resurreccion. de la carne, Y la vida perdurable. Amen.
¶ Hecho esto, se harán estas plegarias, estando todos devotamente de rodillas; pronunciando primero el Ministro en alta voz:

   El Señor sea con vosotros.
   Respuesta. Y con tu espíritu.
   El Ministro. Oremos.
   Señor, apiádate de nosotros.
       Cristo, apiádate de nosotros.
   Señor, apiádate de nosotros.

¶ Entonces el Ministro, los Clérigos, y todo el Pueblo dirán la Oracion Dominical en alta voz.
 

PADRE nuestro, que estás en los cielos, Santificado sea tu Nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, así en la tierra, como en el cielo. El pan nuestro de cada dia dánosle hoy. Y perdónanos nuestras deudas, Así como nosotros 'perdonamos á nuestros deudores. Y no nos dejes caer en tentacion; Mas líbranos de mal. Amen.
¶ Despues el Presbítero levantándose, dirá:

   Señor, muéstranos tu misericordia.
   Respuesta. Y dános tu salud.
   El Presbítero. Señor, salva el Rey.
   Respuesta. Y óyenos clementemente cuando te invocamos.
   El Presbítero. Llena á tus Ministros de virtudes.
   Respuesta. Y da alegría á tu pueblo escogido.
   El Presbítero. Señor Dios, defiende á tu Pueblo.
   Respuesta. Y bendice á tu heredad.
   El Presbítero. Dános paz en nuestros dias, oh Señor.
   Respuesta. Porque no hay otro que pelée por nosotros, sino tú, oh Dios.
   El Presbítero. Oh Dios, purifica nuestros corazones.
   Respuesta. Y no quites de nosotros tu Santo Espíritu.

¶ Siguense luego tres Colectas; la primera será del Dia, es á saber, la que está ordenada para la Comunion; la segunda por la Paz; la tercera por la Gracia de bien vivir. Las dos postreras no varían, mas se dicen todo el año en la Oracion Matutina, como se sigue; todos de rodillas.

La segunda Colecta, por la Paz.
OH Dios autor de la Paz, y amante de la Concordia, de cuyo conocimiento de. pende nuestra vida eterna, y cuyo servicio es plena libertad; Defiende á estos tus humildes siervos en todos los ataques de nuestros enemigos; para que confiando enteramente en tu. proteccion y amparo, no tengamos ocasion de temer la fuerza de ningun adversario, mediante el poder de Jesu-Cristo nuestro Señor. Amen.
 
La tercera Colecta, por la Gracia.
SEÑOR nuestro, Padre Celestial, Eterno y Todo-poderoso, que nos has hecho llegar al principio de este dia; Guárdanos en él con tu gran poder, y haz que el dia de hoy no caigamos en ningun pecado, ni incurramos en ningun peligro; ántes bien, que todas nuestras acciones sean dirigidas por tí, de modo que siempre hagamos lo que es justo y agradable á tus ojos; mediante Jesu-Cristo nuestro Señor. Amen.

¶ En Coros, y en Lugares donde hay música, se canta aquí la Antifona.

¶ Despues se dicen estas cinco Oraciones, escepto cuando se lee la Letanía.; y entonces saló las dos últimas deben ser leidas como se hallan allí.
 
 
Oracion por S. M. el Rey.
OH Señor nuestro, Padre Celestial, Alto y Poderoso, Rey de reyes, Señor de señores, solo Gobernador de príncipes, que desde tu trono miras todos los habitantes de la tierra; De corazon te suplicamos que mires favorablemente á nuestro noble soberano, el Rey JORGE; Y que de tal modo lo llenes de la gracia de tu Santo Espíritu, que siempre haga tu voluntad, y no se aparte de tus sendas: provéelo en abundancia de dones celestiales; concédele prosperidad y larga vida; .fortalécelo de modo que pueda vencer, y someter á sus enemigos; y que finalmente, despues de esta vida, alcance gozo y felicidad eterna; mediante Jesu-Cristo nuestro Señor. Amen.
 
Oracion por la Familia Real.
OMNIPOTENTE Dios, fuente de toda bondad, humildemente te suplicamos bendigas á nuestra muy noble soberana la Reina Maria, á la Reina-Madre Alejandra, á Eduardo Príncipe de Gales, y á toda la Real Familia. Llénalos de tu Santo· Espíritu; enriquécelos con tu gracia celestial; concédeles toda felicidad, y condúcelos á tu reino eterno; por Jesu-Cristo nuestro Señor. Amen.

Oracion por el Clero y Pueblo.
OMNIPOTENTE y Eterno Dios, que eres el solo autor de obras maravillosas; envia sobre nuestros Obispos y Curas, y todas los Congregaciones encomendadas á su cargo, el saludable Espíritu de tu gracia; y para que ellos verdaderamente te agraden, haz bajar sobre ellos el continuo rocío de tu Bendicion. Concede esto, oh Señor, por el honor de nuestro Abogado y Mediador, Jesu-Cristo. Amen.
 
Oracion de S. Juan Crisóstomo.
OMNIPOTENTE Dios, que nos has dado gracia para que en la ocasion presente te dirijamos de comun acuerdo nuestras súplicas; y has prometido que cuando dos ó tres esten congregados en tu Nombre, les concedrás sus peticiones : Cumple ahora, oh Señor, los deseos y ruegos de tus siervos, como mas les convenga; concediéndonos en este mundo conocimiento de tu Verdad, y en el venidero vida eterna. Amen.

2 Cor. xiii. 13.

LA gracia de nuestro Señor Jesu-Cristo, y el amor de Dios, y la participacion del Espíritu Santo, sea con todos nosotros. Amen.

Aquí acaba el órden de la Oracion Matutina por todo el Año.

EL ORDEN

DE LA

ORACION VESPERTINA,

CADA DIA POR TODO EL AÑO

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¶ Al principio de la Oracion Vespertina, el Ministro leerá en alta voz una ó mas de estas Sentencias de las Escrituras, que se siguen. Y entonces dirá lo que está escrito despues de las dichas Sentencias.
 

APARTÁNDOSE el impío de su impiedad que hizo, y haciendo juicio y justicia, hará vivir su alma.   Ezeq. xviii. 27.
   Yo reconozco mis rebeliones; y mi pecado está siempre delante de mí.   Salmo li. 3.
   Esconde tu rostro de mis pecados, y borra todas mis maldades.   Salmo li. 9.
   Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado: al corazon contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.   Salmo li. 17.
   Lacerad vuestro corazon, y no vuestros vestidos y convertíos á Jehová vuestro Dios: porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira, y grande en misericordia, y que se arrepiente del castigo.   Joel ii. 13.
   De Jehová nuestro Dios es el tener misericordia, y el perdonar, aunque contra él nos hemos rebelado; y no obedecimos á la voz de Jehová nuestro Dios, para andar en sus leyes, las cuales puso él delante de nosotros.   Daniel ix. 9, 10.
   Castigame, oh Jehová; mas con juicio: no con tu furor, porque no me aniquiles.   Jer. x.24.
   Arrepentíos, que el Reino de los Cielos se ha acercado.   Matt. iii. 2.
   Me levantaré, é ire á mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo, y contra tí ; ya no soy digno de ser llamado tu hijo.   S. Luc. xv. 18, 19.
   Oh Señor, no entres en juicio con tu siervo; porque no se justificará delante de tí ningun viviente.   Salmo cxliii. 2.
   Si dijéremos que no tenemos pecado, nos engañamos á nosotros mismos, y no hay verdad en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para que nos perdone nuestros pecados, y nos limpie de toda maldad.   1 de S. Juan i. 8, 9.
 
HERMANOS muy amados, la Escritura Santa nos amonesta en muchos lugares, que confesemos y conozcamos la muchedumbre de nuestras iniquidades y ofensas; y que no las debemos en alguna manera disimular ni encubrir delante de nuestro Dios y Padre Celestial; mas al contrario confesarlas con corazon contrito y humillado, para alcanzar la remision de ellas por su bondad y misericordia infinita. Y aunque en todos tiempos. debemos hacer á Dios humilde confesion de nuestras culpas delante de su divino acatamiento, esta obligacion es precisa cuando nos juntamos á darle debidas gracias por los grandes é inenarrable s beneficios que de su liberal mano cada dia recibimos, á predicar sus alabanzas, á oir su divina Palabra, y á pedirle todas las cosas que nos son necesarias, así para nuestros cuerpos como para nuestras almas. Por tanto yo os ruego y requiero, á todos los que estais aquí presentes, que con un corazon verdaderamente humillado me acompañeis diciendo:
  Exhortation
¶ CONFESION GENERAL que toda la Congregacion debe decir de rodillas, siguiendo al Ministro.

PADRE Omnipotente, y Misericordioso; Nosotros nos. hemos desviado de tus senderos, y como ovejas perdidas hemos andado descarriados fuera de tus caminos. Hemos desordenadamente seguido los designios y deseos de nuestro propio corazon. Hemos quebrantado tus santos mandamientos. No hemos hecho lo que debiamos; Antes bien hemos puesto por obra lo que no debiamos hacer j Y en nosotros no hay salud. Mas tú, Señor, apiádate de nosotros, miserables pecadores. Perdona, oh Dios, á los que confiesan sus culpas. Restablece á los que se arrepienten; Segun tus promesas declaradas al género humano en Jesu-Cristo nuestro Señor. y por amor suyo concédenos, oh Padre misericordioso, que de aquí adelante vivamos sobria, justa, y religiosamente, para gloria de tu Santo Nombre. Amen.
  Confession
¶ LA ABSOLUCION, ó REMISION de pecados, que solo el Presbítero ha de pronunciar, estando en pié; y el pueblo arrodillado.

EL Dios Todo-poderoso, Padre de nuestro Señor Jesu-Cristo, que no desea la muerte del pecador, sino que se convierta y viva; y ha dado poder y mandamiento á sus Ministros de declarar y pronunciar á su pueblo arrepentido la absolucion y perdon de sus pecados: El es el que perdona y absuelve á todos los que verdaderamente se arrepienten, y que sinceramente creen su Evangelio. Por tanto supliquémosle que nos dé verdadero arrepentimiento, y su Santo Espíritu, á fin que las obras que al presente hacemos le sean agradables; y que nuestra vida de aquí .adelante sea pura y santa, para que finalmente en la otra gocemos de la gloria eterna; por Jesu-Cristo nuestro Señor. Amen.

¶ Entonces se arrodillará. el Ministro, y dirá la Oracion Dominical; el pueblo tambien arrodillado, y repitiéndola con él.
 
  Absolution
PADRE nuestro, que estás en los cielos, Santificado sea tu Nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, así en la tierra, como en el cielo. El pan nuestro de cada dia dánosle hoy, Y perdónanos nuestras deudas. así como nosotros perdonamos á nuestros deudores. Y no nos dejes caer en tentacion; Mas líbranos de mal: Porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, Por siempre jamas. Amen.
¶ Asimismo dirá luego:

   Señor, abre nuestros labios.
   Respuesta. Y nuestra boca anunciará tu alabanza.
   Presbítero. Señor, apresúrate á socorrernos.
   Respuesta. Date priesa en nuestro auxilio, Señor.

¶ Aqui estando todos en pié, el Presbítero dirá:

   Gloria sea al Padre, y al Hijo; y al Espíritu Santo:
   Respuesta. Como era al principio, es ahora, y será siempre; por los siglos de los siglos. Amen.
   Presbítero. Load al Señor.
   Respuesta. El Nombre del Señor sea alabado.

¶ Despues se, dicen ó le cantan los Salmos en el órden en que estan señalados. Luego se leerá la leccion del Antiguo Testamento, segun el órden señalado. Despues la Magnificat (ó Cántico de la bendita Virgen Maria) en lengua vulgar, como se sigue.

MAGNIFICAT.
S. Luc. i. 46.

ENGRANDECE mi alma al Señor: y mi espíritu se alegró en Dios mi Salvador.
   Porque ha mirado : á la bajeza de su criada.
   Porque hé aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones.
   Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso: y santo es su Nombre.
   Y su misericordia de generacion á generacion : á los que le temen.
   Hizo valentía con su brazo : esparció los soberbios del pensamiento de su corazon.
   Quitó los poderosos de los tronos : y levantó á los humildes.
   A los hambrientos hinchió de bienes : y á los ricos envió vacíos.
   Recibió á Israel su siervo, acordándose de la misericordia : como habló á nuestros padres, á Abraham y á su simiente para siempre.
   Gloria sea al Padre, y al Hijo; y al Espíritu Santo:
   Como era al principio, es ahora, y será siempre; por los siglos de los siglos. Amen.

¶ O este Salmo; esepto el diez y nueve del Mes, en que es leido segun el Curso ordinario de los Salmos.
 
Lord's Prayer 
CANTATE DOMINO.
Sal. xcviii.
CANTAD á Jehová cancion nueva : porque ha hecho maravillas .
   Su diestra lo ha salvado : y su santo brazo, Jehová ha hecho notoria su salud : en ojos de las gentes ha descubierto su justicia.
   Hase acordado de su misericordia y de su verdad para con 1ft casa de Israel : todos los terminas de la tierra han visto la salud de nuestro Dios.
   Cantad alegres á Jehová, los de toda la tierra : levantad la voz, y aplaudid, y salmead.
   Salmead á Jehová con harpa : con harpa y voz de cántico.
   Aclamad con trompetas y sonido de bocina : delante del Rey Jehová.
   Brame la mar, y su plenitud : el mundo, y los que en él habitan.
   Los rios batan las manos; les montes todos hagan regocijo delante de Jehová : porque vino á Juzgar la tierra.
   Juzgará al mundo con justicia : y á los pueblos con rectitud.
   Gloria sea al Padre, y al Hijo; y al Espíritu Santo:
   Como era al principio, es ahora, y será siempre; por los siglos de los siglos. Amen.

¶ Lueqo se dice una leccion del Nuevo Testamento y despues el Nunc dimittis (ó el Cántico de Simeon) en lengua vulgar, como se sigue.

NUNC DIMITTIS.
S. Luc. ii. 29.

A HORA Señor, despides en paz á tu siervo : conforme á tu palabra.
   Porque han visto mis ojos : tu salvacion,
   La cual has aparejado : en presencia de todos los pueblos;
   Luz para ser revelada á los Gentiles : y la gloria de tu pueblo Israél.
   Gloria sea al Padre, y al Hijo; y al Espíritu Santo:
   Como era al principio, es ahora, y' será siempre; por los siglos de los siglos. Amen.

¶ O este Salmo; escepto el Dia doce del Mes.

DEUS MISEREATUR
Sal. lxvii.

DIOS tenga misericordia de nosotros, y nos bendiga : haga resplandecer su rostro sobre nosotros.
   Para que sea conocido en la tierra tu camino : en todas las gentes tu salud.
   Alábente los pueblos, oh Dios : alábente los pueblos todos.
   Alégrense, y gócense las gentes : cuando juzgares los pueblos ·con equidad, y pastoreares las naciones en la tierra.
   Alábente los pueblos, oh Dios : todos los pueblos te alaben.
   La tierra dará su fruto : nos bendecirá Dios, el Dios nuestro.
   Bendíganos Dios : y témanlo todos los fines de la tierra.
   Gloria sea al Padre, y al Hijo; y al Espíritu Santo;
   Como era al principio, es ahora, y será siempre; por los siglos de los siglos. Amen.
 
 
CREO en Dios Padre Todo-poderoso, Criador del cielo y de la tierra:
   Y en Jesu-Cristo, su único Hijo, Señor nuestro; Que fué concebido por el Espíritu Santo; Nació de Maria Vírgen; Padeció bajo el poder de Poncío Pilato; Fué crucificado, muerto, y sepultado; Descendió á los infiernos; Al tercero dia resucitó de entre los muertos; Subió al cielo; Está sentado á la diestra de Dios Padre Todo-poderoso; De donde vendrá á juzgar los vivos y los muertos.
   Creo en el Espíritu Santo; La Santa Iglesia Católica; La Comunion de los Santos; El Perdon de los pecados; La Resurreccion de la carne; Y la vida perdurable. Amen.
¶ Despues de esto se harán estas plegarias, estando todos devotamente de rodillas; pronunciando priméro el Ministro en alta voz.

   El Señor sea con vosotros.
   Respuesta. Y con tu espíritu.

El Ministro. Oremos.

   Señor, apiádate de nosotros.
       Cristo, apiádate de nosotros.
   Señor, apiádate de nosotros.

¶ Entonces el Ministro, los Clérigos, y todo el Pueblo dirán la Oracion Dominical en alta voz.
 
  Apostles' Creed
PADRE nuestro, que estás en los cielos, Santificado sea. tu Nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, así en la tierra, como en el cielo. El pan nuestro de cada dia dánosle hoy. Y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos á nuestros deudores. Y no nos dejes caer en tentacion; Mas líbranos de mal. Amen.
¶ Despues el Presbítero levantándose, dirá:

   Señor, muéstranos tu misericordia.
   Respuesta. Y dános tu salud.
   El Presbítero. Señor, salva el Rey.
   Respuesta. Y óyenos clementemente cuando te invocamos.
   El Presbítero. Llena á tus Ministros de virtudes.
   Respuesta. Y da alegría á tu pueblo escogido.
   El Presbítero. Señor Dios, defiende á tu Pueblo.
   Respuesta. Y bendice á tu heredad.
   El Presbítero. Dános paz en nuestros dias, oh Señor.
   Respuesta. Porque no hay otro que pelée por nosotros, sino tú, oh Dios.
   El Presbítero. Oh Dios, purifica nuestros corazones.
   Respuesta. Y no quites de nosotros tu Santo Espíritu.

¶ Luego se siguen tres Colectas: La primera del dia; la segunda por la Paz; la tercera por alcanzar ayuda contra todos los Peligros, como se sigue. Estas dos postreras se dirán cada dia á la Oracion Vespertina, sin mudanza.
 
  Lord's Prayer 
La Segunda Colecta á la Oracion Vespertina.
OH Dios, de quien proceden todos los . buenos deseos, buenos intentos, y buenas obras; da á tus siervos la paz que el mundo no puede dar; de modo que nuestros corazones se inclinen á obedecer tus mandamientas, y que siendo librados por tí del temor de nuestros enemigos, pasemos nuestra vida en reposo y tranquilidad; por los merecimientos de Jesu-Cristo, nuestro Señor. Amen.
 
  2nd Collect at Evening Prayer
La tercera Colecta para pedir socorro contra
todos los peligros.
A CLARA nuestras tinieblas, suplicámoste, oh Señor; y por tu gran misericordia guárdanos de todos los peligros y riesgos de esta noche; por amor de tu Hijo único, nuestro Salvador Jesu-Cristo. Amen.

¶ En Coros, y en Lugares donde hay música, se canta aquí la Antífona.
 
  3rd Collect, for Aid against all Perils
Oracíon por S. M. el Rey.
OH Señor nuestro, Padre Celestial, Alto y Poderoso, Rey de reyes, Señor de señores, solo Gobernador de príncipes, que desde tu trono miras todos los habitantes de la tierra: De corazon te suplicamos que mires favorablemente á nuestro noble soberano, el Rey JORGE; Y que de tal modo lo llenes de la gracia de tu Santo Espíritu, que siempre haga tu voluntad, y no se aparte de tus sendas: provéelo en abundancia de dones celestiales; concédele prosperidad y larga vida; fortalécelo de modo que pueda vencer, y someter á sus enemigos; y que finalmente, despues de esta vida, alcance gozo y felicidad eterna; mediante Jesu-Cristo nuestro Señor. Amen.
 
  Prayer for the King
Oracion por la Familia Real.
OMNIPOTENTE Dios, fuente de toda bondad, humildemente te suplicamos bendigas á nuestra noble soberana, la Reina Maria, á la Reina-Madre Alejandra, á Eduardo Príncipe de Gales, y á toda la Real Familia. Llénalos de tu Santo Espíritu; enriquécelos con tu gracia celestial; concédeles toda felicidad, y condúcelos á tu reino eterno; por Jesu-Cristo nuestro Señor. Amen.
 
  Prayewr for the Royal Family
Oracion por el Clero y Pueblo.
OMNIPOTENTE y Eterno Dios, que eres el solo autor de obras maravillosas; envia sobre nuestros Obispos y Curas, y todas las Congregaciones encomendadas á su cargo, el saludable Espíritu de tu gracia; y para que ellos verdaderamente te agraden, haz bajar sobre ellos el continuo rocío de tu Bendicion, Concede esto, oh Señor, por el honor de nuestro Abogado y Mediador, Jesu-Cristo. Amen.
 
  Prayer for Clergy & People
Oracion de S. Juan Crisóstomo.
OMNIPOTENTE Dios, que nos has dado gracia para que en la ocasion presento te dirijamos de comun acuerdo nuestras súplicas; y has prometido que cuando dos ó tres esten congregados en tu Nombre, les concederás sus peticiones: Cumple ahora, oh Señor, los deseos y ruegos de tus siervos, como mas les convenga; concediéndonos en este mundo conocimiento de tu verdad, y en el venidero vida eterna. Amen.

2 Cor. xiii, 13.

LA Gracia de nuestro Señor Jesu-Cristo, y L el amor de Dios, y la participacion del Espíritu Santo, sea con todos nosotros. Amen.

Aquí acaba el órden de la Oracion Vespertina por todo el año.


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EN LA ORACION MATUTINA

¶ En estas Fiestas; Nacimiento de Cristo, ó Dia de Navidad, la Epifania, S. Matias, Dia de Pascua, Dia de la Ascension, Pentecostes, S. Juan Bautista, Santiago, S. Bartolomé, S. Matéo, S. Simon, y S. Judas, S. Andrés, y en la Dominica de Trinidad, será cantada ó rezada en la Oracion Matutina, en lugar del Credo de los Apóstoles, esta Confesion de nuestra Fé Cristiana, comunmente llamada el Credo de San Atanasio, por el Ministro y Pueblo, estando en pié.

QUICUNQUE VULT.

CUALQUIERA que quiera ser salvo: debe ante todas cosas tener la Fé Católica.
   La cual el que no guardare pura y entera : sin duda perecerá eternamente.
   Es pues la Fé Católica : que adoremos un Dios en Trinidad, y la Trinidad en Unidad; Sin confundir las personas : ni dividir la esencia.
   Porque una es la persona del Padre, otra la del Hijo: otra la del Espíritu Santo.
   Mas la Deidad del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo, no es sino una : la Gloria igual, la Majestad Coeterna.
   Cual es el Padre, tal es el Hijo : y tal el Espíritu Santo.
   El Padre no criado, el Hijo no criado : y el Espíritu Santo no criado.
   El Padre inmenso, el Hijo inmenso : y el Espíritu Santo inmenso.
   El Padre Eterno, El Hijo Eterno : y el Espíritu Santo Eterno.
   Con todo eso no son tres eternos : mas un eterno.
   Como ni hay tres inmensos, ni tres no criados : mas un increado, y un inmenso.
   Asimismo el Padre es Todo-poderoso, el Hijo Todo-poderoso : y el Espíritu Santo Todo-poderoso.
   Y con todo eso no son tres Todo-poderosos : mas un Todo-poderoso.
   Del mismo modo el Padre es Dios, el Hijo es Dios : y el Espíritu Santo es Dios.
   Y con todo eso no son tres Dioses : mas un Dios.
   Así tambien el Padre es Señor, el Hijo es Señor : y el Espíritu Santo es Señor.
   Y con todo eso no son tres Señores : mas un Señor.
   Porque como la verdad cristiana nos obliga á confesar : que cada una de las personas de por sí es Dios y Señor;
   Así la Religion Católica nos prohibe decir : que hay tres Dioses ó tres Señores.
   El Padre de nadie es hecho : ni criado, ni engendrado.
   El Hijo es de solo el Padre : no hecho, ni criado mas engendrado.
   El Espíritu Santo es del Padre, y del Hijo : no hecho, ni engendrado, mas procedente.
   Hay pues un Padre, no tres Padres; un Hijo, no tres Hijos : un Espíritu Santo, no tres Espíritus Santos.
   Y en esta Trinidad nada hay primero ni postrero : el uno no es mayor que el otro.
   Mas las tres Personas son juntamente : do una misma eternidad é igualdad.
   De manera que en todo (como se ha dicho) : es necesario adorar la Unidad en Trinidad, y la Trinidad en Unidad.
   Cualquiera, pues, que quiere ser salvo : debe así pensar y creer de la Trinidad.
   Ademas de esto, es necesario para conseguir la salud eterna : creer fielmente la Encarnacion de nuestro Señor Jesu-Cristo.
   Es pues la verdadera Fé, que creamos y confesemos : que nuestro Señor Jesu-Cristo, Hijo de Dios, es Dios y Hombre;
   Dios, engendrado de la substancia del Padre ante todos los siglos : y Hombre, de la substancia de su madre, nacido en el mundo.
   Dios perfecto, y Hombre perfecto : subsistente de alma racional y de carne humana;
   Igual al Padre segun su Deidad : é inferior al Padre segun su Humanidad.
   El cual, aunque sea Dios y Hombre : con todo eso no es dos, mas un Cristo.
   Uno, no por conversion de la Deidad en carne : mas por asuncion de la humanidad por la Deidad.
   Uno totalmente, no por confusion de substancia : mas por unidad de persona.
   Porque como el alma racional y la carne as un hombre : así Dios y hombre es un Cristo.
   El cual padeció por nuestra salud : descendió tí los infiernos; y al tercero dia resucitó de entre los muertos.
   Subió tí los cielos; está sentado á la diestra de Dios Padre Todo-poderoso : y de allí vendrá á juzgar los vivos y los muertos.
   A cuya venida todos los hombres resucitarán con sus cuerpos : y darán cuenta de sus proprias obras.
   Y los que hubieren obrado bien, irán á la vida eterna: y los que mal, al fuego eterno.
   Esta es la Fé Católica : la cual el que no creyere fielmente, no podrá ser salvo.
   Gloria sea al Padre, y al Hijo; y al Espíritu Santo:
   Como era al principio, es ahora, y será siempre; por los siglos de los siglos. Amen.

LA LETANIA

¶ Aquí se si,que la LETANIA, ó General Pleqaria, para ser cantada ó rezada despues de la Oracion Matutina, los Domingos, Miércoles, y Viernes, y en cualquier tiempo que se mande por el Ordinario.

OH Dios Padre Celestial : apiádate de nosotros miserables pecadores.
   Oh Dios Pad1'e Celestial: apiádate de nosotros miserables pecadores.
   Oh Dios Hijo, Redentor del mundo : apiádate de nosotros miserables pecadores.
   Oh Dios Hijo, Redentor del mundo : apiádate de nosotros miserables pecadores.
   Oh Dios Espíritu Santo, procedente del Padre y del Hijo : apiádate de nosotros miserables pecadores.
   Oh Dios Espíritu Santo, procedente del Padre y del Hijo : apiádate de nosotros miserables pecadores.
   Oh Santa, Bendita, y Gloriosa Trinidad, tres Personas y un solo Dios : apiádate de nosotros miserables pecadores.
   Oh Santa, Bendita, y Gloriosa Trinidad, tres Personas y 1m solo Dios : apiádate de nosotros miserables pecadores.
   Oh Señor, no te acuerdes de nuestros pecados, ni de los de nuestros padres, ni tomes venganza de nuestras iniquidades: perdónanos, oh Señor, perdona á tu Pueblo que tú redimiste con tu preciosa Sangre, y no este s para siempre irritado contra nosotros.

Perdónanos, oh Señor.
   De todo mal, y daño; de todo pecado, de las astucias y asaltos del Diablo; de tu ira, y de condenacion eterna,
Líbranos, Señor.
   De ceguedad de corazon; de soberbia, vanagloria, é hipocresía; de envidia, odio, y mala voluntad, y te toda falta de caridad,
Líbranos, Señor.
   De fornicacion, y de cualquier otro pecado mortal; y de todos los engaños del Mundo, Demonio, y Carne,
Líbranos, Señor.
   De rayos y tempestades; de peste. contagio, y hambre; de guerra, de homicidio, y de muerte repentina,
Líbranos, Señor.
   De toda sedicion, conspiracion secreta, y rebelion; de toda falsa doctrina, heregía, y cisma; de todo endurecimiento de corazon, de menosprecio de tu Palabra y de tus Mandamientos.
Líbranos, Señor.
   Por el Misterio de tu santa Encarnacion ; por tu santa Natividad, y Circuncision; por tu Bautismo, Ayuno, y Tentacion,
Líbranos, Señor.
   Por tu Agonía y Sudor de sangre; por tu Cruz y Pasion; por tu preciosa Muerte y Sepultura; por tu gloriosa Resurreccion y Ascension; y por la Venida del Espíritu Santo,
Líbranos, Señor.
   En todo tiempo de nuestra tribulacion; en todo tiempo de nuestra prosperidad; en la hora de la muerte, y en el dia del juicio,
Líbranos, Señor.
   Oh Buen Dios, nosotros pobres pecadores te suplicamos oigas nuestros ruegos; y que tengas por bien de regir y gobernar tu Santa Iglesia universal por el camino recto;
Suplicámoste nos oigas, oh Señor,
   Que te dignes de preservar y fortalecer en tu verdadero servicio, y en toda justicia y santidad de vida, á tu siervo JORGE, nuestro noble Rey;
Suplicámoste nos oigas, oh Señor,
   Que te dignes de gobernar su corazon en tu fé, temor, y amor, de modo que siempre confie en tí, y procure en todo tiempo tu honra y gloria;
Suplicámoste nos oigas, oh Señor,
   Que te dignes de ser su defensa y ámparo, dándole victoria de todos sus enemigos;
Suplicámoste nos oigas, oh Señor,
   Que te dignes de bendecir y conservar á nuestra noble reina Maria, tí la Reina-Madre Alejandra, á Eduardo Príncipe de Gales, y á toda la Real Familia;
Suplicámoste nos oigas, oh Señor,
   Que te dignes de iluminar á todos los Obispos, Presbíteros, y Diáconos, dándoles el verdadero conocimiento é inteligencia de tu Palabra; de modo que con su predicacion la publiquen, y con su ejemplo conforme la manifiesten:
Suplicámoste nos oigas, oh Señor,
   Que te dignes de ilustrar con gracia, sabiduría, é inteligencia, á los Señores del Consejo de su Majestad, y á todos los Nobles del Reino;
Suplicámoste nos oigas, oh Señor,
   Que te dignes de bendecir y conservar á los Magistrados, y de darles gracia para que hagan justicia, y mantengan la verdad;
Suplicámoste nos oigas, oh Señor,
   Que te dignes de bendecir y de guardar todo tu Pueblo;
Suplicámoste nos oigas, oh Señor,
   Que te dignes de dar á todas las Naciones, union, paz, y concordia;
Suplicámoste nos oigas, oh Señor,
   Que te dignes de darnos un corazon que sepa amarte y reverenciarte, y de hacemos vivir guardando cuidadosamente tus mandamientos;
Suplicámoste nos oigas, oh Señor,
   Que te dignes de dar á todo tu pueblo aumento de gracia, para oir con humildad tu Palabra, para abrazarla con sincero afecto, y para producir los frutos del Espíritu;
Suplicámoste nos oigas, oh Señor,
   Que te dignes de traer al camino de la verdad á todos los que están en error y engaño;
Suplicámoste nos oigas, oh Señor,
   Que te dignes de fortalecer á los que aun se mantienen rectos; de sostener y dar ánimo á los flacos, de alzar á los caidos, y finalmente de hacemos hollar á Satanás bajo nuestros piés;
Suplicámoste nos oigas, oh Señor,
   Que te dignes de ayudar, defender, y consolar, á todos los que están en peligro, necesidad, y tribulacion;
Suplicámoste nos oigas, oh Señor,
   Que te dignos de conservar á los viajantes por mar ó por tierra, á todas las mugeres que están de parto, á todos los enfermos y niños; y de compadecerte de los encarcelados y cautivos;
Suplicámoste nos oigas, oh Señor,
   Que te dignes de amparar y abrir, camino á todos los huérfanos y viudas, y á todos los desconsolados y oprimidos.
Suplicámoste nos oigas, oh Señor,
   Que te dignes de tener misericordia de todo el género humano;
Suplicámoste nos oigas, oh Señor,
   Que te dignes de perdonar á nuestros enemigos, perseguidores, y calumniadores, y convertir sus corazones;
Suplicámoste nos oigas, oh Señor,
   Que te dignes de damos y conservar los frutos de la tierra, para que en su tiempo loa gocemos;
Suplicámoste nos oigas, oh Señor,
   Que te dignes de damos verdadero arrepentimiento; de perdonamos todos nuestros pecados, descuidos, é ignorancias; otorgándonos la gracia de tu Santo Espíritu, á fin que enmendemos nuestra vida, segun tu Santa Palabra ;
Suplicámoste nos oigas, oh Señor,
   Hijo de Dios, suplicámoste nos oigas;
   Hijo de Dios, suplicámoste nos oigas.
   Oh Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo;
       Dános tu Paz.
   Oh Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo;
       A piádate de nosotros.
   Oh Cristo, óyenos.
       Oh Cristo, óyenos.
   Señor apiádate de nosotros.
       Señor, apiádate de nosotros.
   Cristo, apiádate de nosotros.
       Cristo, apiádate de nosotros.
   Señor, apiádate de nosotros.
       Señor, apiádate de nosotros.
  The Litany 
¶ Entonces el Presbítero, y el Pueblo con él, dirá la Oracion Dominical.

PADRE nuestro, que estás en los cielos, Santificado sea tu Nombre. Venga tu reino. Hágase tu Voluntad, así en la tierra, como en el ciclo. El pan nuestro de cada dia dánosle hoy. Y perdónanos nuestra deudas, Así como nosotros perdonamos á nuestros deudores. Y no nos dejes caer en tentacion ; Mas líbranos de mal Amen.
   El Presbítero. Oh Señor, no procedas con nosotros segun nuestros pecados.
   Respuesta. Ni nos pagues segun nuestras iniquidades.

Oremos.

OH Dios, Padre Misericordioso, que no desprecias los gemidos de un corazon contrito, ni el anhelo de los angustiados; Acoge misericordiosamente las oraciones que te dirigimos en todos nuestros trabajos y adversidades, cuando caen 'sobre nosotros; y óyenos clementemente, para que estos males que la astucia y sutileza, bien sea del demonio, ó bien de otros hombres, obra contra nosotros, sean reducidos á nada, y por la providencia de tu bondad sean disipados; para que nosotros tus siervos, estando libres de persecuciones, te demos gracias en tu Santa Iglesia, mediante Jesu-Cristo nuestro Señor.
   Oh Señor, levántate, ayúdanos, y líbranos por tu Nombre.

OH Dios, hemos oido con nuestros oidos, y nuestros padres nos han contado las obras gloriosas que tú hiciste en sus dias, y en tiempo anterior á ellos.
   Oh Sellar, levántate ayúdanos, y líbranos por tu Honor.
   Gloria sea al Padre, y al Hijo; y al Espíritu Santo:
   Como era al principio, es ahora, y será siempre; por los siglos de los siglos. Amen.
   Defiéndenos de nuestros enemigos, oh Cristo.
   Mira clementemente nuestras aflicciones.
Considera piadosamente la angustia de nuestros corazones.
   Perdona misericordiosamente los pecados de tu pueblo.
   Oye favorablemente y con misericordia nuestros ruegos.
   Oh Hijo de David, apiádate de nosotros.
   Ahora y siempre dígnate oirnos, oh Cristo.
   Oyenos clementemente, oh Cristo, óyenos clementemente, oh Cristo, Sellar nuestro.
   Presbítero. Oh Señor, muéstranos tu misericordia :
   Respuesta. Como esperamos en tí.

Oremos.

NOSOTROS te suplicamos humildemente, oh Padre, que mires con piedad nuestras flaquezas; y por la gloria de tu Nombre aparta de nosotros todos estos males que hemos muy justamente merecido; y concede que en todas nuestras calamidades pongamos toda nuestra esperanza y confianza' en tu misericordia, y te sirvamos siempre en santidad y pureza de vida, á tu honra y gloria; por la intercesion de nuestro solo Mediador y Abogado, Jesu-Cristo nuestro Señor. Amen.
 
Oracion de S. Juan Crisóstomo.
OMNIPOTENTE Dios, que nos has dado gracia para que en la ocasion presente te dirijamos de comun acuerdo nuestras súplicas; y has prometido que cuando dos ó tres esten congregados en tu Nombre, les concederás sus peticiones; Cumple ahora, Oh Señor, los deseos y ruegos de tus siervos, como mas les convenga; concediéndonos en este mundo conocimiento de tu verdad, y en el venidero vida eterna. Amen.

2 Cor. xiii. 13.

LA gracia de nuestro Señor Jesu-Cristo, y el amor de Dios, y la participacion del Espíritu Santo sea con todos nosotros. Amen.

Aqui acaba la LETANÍA.

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