La Palabra de Dios en el ministerio
de aconsejar:

LA ASIGNACION DE TAREAS - Parte I


por Pablo David Tripp


Un método que usa el consejero bíblico es la tarea que regularmente se asigna al aconsejado, que aplica los principios bíblicos que van a gobernar su problema.  Una tarea adecuada y bien pensada puede jugar un papel esencial en el proceso de cambio. El escritor cristiano Jay Adams escribió: «Los consejeros bíblicos han descubierto que la tarea que se asigna, es uno de los aspectos más vitales y eficientes que pueden ayudar en el ordenamiento del ministerio de consejos». ¿Por qué la asignación de tareas? Por cierto que no hay un texto que lo pruebe. Por lo tanto, ¿es la asignación de tareas simplemente cuestión de descubrir por casualidad una técnica que ha sido demostrada en forma pragmática? ¿Goza de apoyo bíblico?

           Las tareas para el aconsejado han sido un énfasis consecuente en el ministerio de consejos bíblicos porque el uso de tareas está regido por doctrinas bíblicas fundamentales. Para el consejero bíblico la teología no es sólo una cuestión del contenido de la fe y la práctica. La teología bíblica también aborda el proceso de modificación de creencias y comportamientos: tanto los métodos de consejería (por parte del consejero) como la santificación progresiva (por parte del aconsejado). Los métodos para los consejos bíblicos emergen de la Biblia. Lo que el consejero bíblico realiza durante las sesiones de consejos (y pide que hagan los aconsejados) debe estar en un todo de acuerdo bíblicamente con lo que él o ella dice. Como método, la tarea asignada es una prolongación lógica y práctica de aquello que hace de los consejos bíblicos algo singular y distintivo.

           En estos dos artículos hablaré de cinco doctrinas que rigen el uso de tareas que se asignan al aconsejado.

1. La doctrina de la Escritura

           Manuel había sido miembro de la iglesia durante un largo tiempo. En los últimos años había enfrentado dificultades: su esposa murió luego de una larga enfermedad; su empresa farmacéutica se vio afectada por nueva competencia; una vieja lesión deportiva recrudeció y comenzó a hacerlo cojear; y la congregación se comprometió a un programa de ampliar el templo a pesar de la oposición de Manuel. Su carácter se fue volviendo cada vez más áspero a medida que las cosas no salían como él quería. Él está amargado, desilusionado, infeliz, lleno de quejas, disgustado con Dios, con el prójimo y con las circunstancias. ¿Cómo ayudar a Manuel? ¿Qué función puede tener la tarea que se asigna?

           Por definición, los consejeros bíblicos están comprometidos a reconocer la autoridad y suficiencia de las Escrituras. En razón de este compromiso ellos consideran los problemas humanos desde la perspectiva de la verdad de la Palabra de Dios. Por ejemplo, la Biblia trata en detalle el problema de Manuel en los muchos pasajes sobre el problema de las «quejas» por lo que anhelamos o por el temor en situaciones de estrés (Nm. 11-21; Fil. 2:14-16; etc.). Se desprende, entonces, que los consejeros bíblicos quieren ayudar a sus aconsejados a pensar bíblicamente sobre las cuestiones de la vida. La mente de Manuel necesita ser renovada; él necesita procesar las dificultades de la vida como Dios lo indica.

           El consejero bíblico proporciona mucho más que un oído atento y palabras alentadoras de comprensión y apoyo: escucha, se conduele con un hombre tentado, probado y que a veces falla, pero también conduce a Manuel a entenderse a sí mismo y a su problema bíblicamente a la luz de quién es Cristo. El entendimiento bíblico conduce a acción, a hacer lo que es bíblicamente apropiado en cada fase de la situación. El consejero bíblico, entonces, trabaja para que el aconsejado vaya a la Palabra de Dios a fin de que el programa diario del aconsejado sea cada vez más bíblico. Tal vez Manuel quiera descargar quejas y quiera probarse a sí mismo y probarle a usted que la vida es deplorable. Dios quiere que Manuel se arrepienta de las quejas y que en los tiempos difíciles viva para gloria de Dios.

           La tarea asignada al aconsejado le permite extraer por sí mismo las riquezas de la Escritura para obtener entendimiento, convicción, promesas y dirección en la vida. La tarea pensada bíblicamente le da al consejero la agradable oportunidad de sorprender al aconsejado con la sabiduría personal y práctica de la Escritura que habla a los aspectos específicos de su vida particular al decir: «Consideremos el ejemplo de quienes pasaron por dificultades y cómo fueron tentados a responder en esa situación (Nm. 11-21). Consideremos lo que Dios quiere hacer en medio de esas dificultades en que la gente se da cuenta de cuán frágil es la vida (Dt. 8). Consideremos a lo que Dios quiere que usted haga para el problema de sus quejas y por volverle la espalda a Él (Fil. 2:1-16)».

           La tarea bíblica requiere compromiso. Al inicio mismo de las sesiones de consejos, la tarea pone al aconsejado bajo la autoridad de Dios en la Escritura. Todos los caminos de Dios son rectos y todas sus palabras son verdad, de manera que la tarea asignada requiere que el aconsejado aprenda a examinar cada pregunta según la Escritura. Requiere que los aconsejados se esfuercen por estudiar de manera de llegar a una sabiduría bíblica funcional en las cuestiones de la vida. La tarea asignada necesita que el aconsejado haga a un lado su propia interpretación y adopte la de Dios. Requiere que el aconsejado tenga una vida regida y moldeada por los principios de la Biblia, no por emociones o deseos personales.

           En resumen, la tarea asignada aplica de manera práctica la doctrina de la autoridad y suficiencia de la Palabra de Dios en la vida del aconsejado. Requiere razonamiento y acción acordes con la enseñanza de la Escritura. Nuestra doctrina de la Escritura requiere que en tareas asignadas, los aconsejados vayan a la Biblia.

2. La doctrina de la responsabilidad humana

           Cuando entraron a mi oficina, Guillermo y Alicia ofrecían un espectáculo patético. Guillermo estaba rígido y silencioso, mientras que Alicia rompió a llorar antes que comenzara el diálogo. Finalmente hice mi primera pregunta: «Díganme por qué vinieron a verme. ¿Cuál es el problema que tienen?» Al mismo tiempo ambos dijeron una palabra que resumía la evaluación de su problema matrimonial. Guillermo dijo: «Alicia». Alicia dijo: «Guillermo».

           Como consejero, quien estaba en problemas era yo. Ni Guillermo ni Alicia habían venido como aconsejados. Cada uno pensaba que el problema era del otro. Cada uno estaba diciendo que si el otro se componía, todo se iba a arreglar. Para un consejero ésta es una situación difícil ya que nadie está asumiendo la responsabilidad por los problemas de la relación o por los cambios que deben ocurrir. Los consejos así no llegarían muy lejos a menos que cada uno comenzara a aceptar la responsabilidad por los problemas existentes y por los cambios necesarios. ¿De qué manera la tarea que se asigna ayuda a que los aconsejados concentren su atención donde corresponde?

           Obviamente, el tema de las responsabilidades es de importancia crucial para el consejero bíblico. La Escritura indica que cada uno de nosotros es responsable ante Dios. Cada persona dará cuenta de cada palabra y cada acción. Dios nos llama a un autoexamen sincero, a confesión sincera y a arrepentimiento sincero. La Escritura nos llama a preocuparnos más por la viga en nuestros ojos que por la paja del prójimo (Mt. 7:3-5). Dios pide que la gente cambie los dedos acusadores por un examen del corazón.

           La doctrina de la Escritura requiere que en las tareas asignadas los aconsejados escuchen a Dios. Esta doctrina de responsabilidad humana requiere otra clase de tarea: el mirarse a uno mismo. La función de la tarea asignada es dirigir el enfoque del ministerio de consejos. Un adecuado autoexamen hace que el enfoque principal no sean las acciones de otros sino la manera en que el aconsejado responde a las circunstancias. La tarea que se asigne a Guillermo y Alicia hará que ellos sean responsables por su participación momento a momento y día a día en el proceso de cambio. La tarea asignada se centra en lo que se espera de ellos. Hace que la gente deje de creer que otras personas o circunstancias cambiarán y harán más fácil la vida. Lleva a la gente a dejar de esperar que el consejero realizará maravillas que producirán cambio. Concentrarse en la responsabilidad personal hace que la esperanza esté en Dios y en el poder del evangelio para cambiar al aconsejado.

           La tarea que se le asigna requiere que el aconsejado comience a entenderse a sí mismo ante Dios, a confiar su vida a Dios y a caminar en forma responsable ante Él. Además la tarea contribuye a que el aconsejado sea responsable por los cambios que deben tener lugar en relación a Dios y al prójimo. Él no va a la sesión de consejos para sentarse pasivamente ante un padre espiritual, sino que el consejero es guía y maestro y le muestra al aconsejado la parte que debe tener en el proceso de cambio.

           Los seres humanos son responsables, y de este hecho surgirá una tarea adecuada para el aconsejado. Esto es importante porque va en contraposición al impulso y dirección de la caída del hombre y de nuestra cultura. Guillermo y Alicia viven en una sociedad que ha institucionalizado el hábito de echar culpas. A esto se agrega la tendencia natural que tienen los corazones humanos de erigir elaborados sistemas de excusas y culpa, y al mismo tiempo cerrar los ojos al mal que hay en nosotros. Uno comienza a comprender qué importante puede ser la tarea asignada que conduce al aconsejado a tener parte activa autoexaminándose y realizando cambios en virtud de la esperanza en Dios y la dependencia de Dios. Nuestra doctrina de responsabilidad humana requiere que en la tarea que se asigna a los aconsejados, éstos hagan una pausa y se miren a sí mismos con precisión.

3. La doctrina de Dios

           A Susana le temblaba la voz. Su ansiedad era evidente: –Empezaré a ir al consejero otra vez. Estoy terriblemente nerviosa. Ya he consultado a ocho terapeutas. Fui hospitalizada y hasta me hicieron terapia electro-convulsiva. He probado infinidad de tratamientos medicinales. He tratado de tomar resoluciones al empezar el año. He ido de vacaciones. He tratado de conseguir empleo y ver si mejoro. He probado grupos de apoyo. He acudido a especialistas en sanidad interior para ver si las cosas espirituales podían curar mis heridas internas. He cansado a todos mis amigos con tantos problemas que tengo. He tratado.

           ¿De qué manera la tarea que le asigne el consejero podría ayudar a Susana?

           Los consejeros bíblicos se diferencian de todo otro sistema porque creen que Dios es quien cambia a las personas. El elemento distintivo de la consejería bíblica es la confianza en un Dios redentor que tiene poder para cambiar fundamentalmente el corazón del hombre. El consejero bíblico se ve a sí mismo no como el creador del cambio sino como un instrumento en las manos de Aquel que puede producir un cambio mejor del que todo consejero o aconsejado pueda esperar o imaginar.

           El problema estriba en que en medio de la presión de las circunstancias y el egocentrismo de la carne, la gente saca de su mira a Dios. Pero éste no es un fenómeno novel. Cuando acampó frente al Mar Rojo, el pueblo de Israel se sintió aterrorizado al ver que el ejército de Egipto los perseguía. Israel perdió de vista a Dios, dejó de ver su amoroso control y su propósito redentor. Los primeros versículos de Éxodo 14 dejan en claro que la situación no estaba fuera de control, que Israel no había sido abandonada y que Dios tenía un propósito para toda esa experiencia.

           El pueblo de Israel no difería mucho de Susana. Como había sucedido con Israel, Susana perdió de vista a Dios y perdió de vista el señorío divino sobre las circunstancias, y el poder divino para permitirle hacer todo lo que Él la había llamado a hacer en medio de lo que Susana estaba experimentando. A menudo los aconsejados no interpretan las circunstancias desde la perspectiva de la gran verdad de que Dios existe, y continúa teniendo control amoroso y redentor sobre todas las cosas. Y como no interpretan su situación de acuerdo a Dios, a su carácter y a su obra, ellos responden a lo que sucede como si estuvieran solos. El no estar conscientes de Dios moldea el razonamiento y el comportamiento de los aconsejados.

           La tarea para el aconsejado proporciona una grandiosa oportunidad para que Dios vuelva a estar en la mira. La tarea asignada que pone la mira en Dios y en la obra de Dios por su pueblo, hace que Susana interprete las circunstancias de manera radicalmente diferente. La tarea que le da al aconsejado conciencia de Dios, ayuda a clarificar de qué cosas es responsable en la situación, y qué cosas debe confiar a Dios. La tarea centrada en Dios suele hacer que el aconsejado deje de depender en el consejero y entre en una más profunda y confiada dependencia de Dios. El aconsejado que tiene a Dios en la mira, verá sus propios fracasos, debilidades e incapacidades sin tener miedo; su esperanza está en Dios, y puede prestar una atención disciplinada y tranquila a las cosas que Dios lo ha llamado a hacer, mientras al mismo tiempo deja en manos de Dios las cosas que no puede hacer.

           Nuestros aconsejados deben ver a Dios tal como Dios es. Susana debe comprender la parte que Dios tiene en su vida. Ella debe empezar a entender qué es lo que Dios quiere de ella como hija de Dios.

           La existencia de Dios y su obra deben ser los principales intérpretes de la experiencia personal para el aconsejado. Se hacen vitales los estudios bíblicos donde Dios ocupa un lugar central. Estos estudios deben incluir:

           1. Quién es Dios: su carácter y sus atributos;

           2. Cómo obra Dios: su proceso de santificación, su control soberano, y su gracia y perdón;

           3. La relación del aconsejado con Dios: identidad en Cristo y adopción como hijos; cómo tener un encuentro con Dios; cómo servir a Dios en el Espíritu Santo;

           4. Estudios de ejemplos en la Escritura: Dios obrando para bien de su pueblo. Dios el que cumple sus promesas.

           La tarea que centra la atención en estas verdades sobre Dios, pondrá en una correcta perspectiva bíblica las circunstancias y problemas del aconsejado. La verdad quita los ojos del aconsejado de los dilemas del momento y lo lleva a mirar con confianza y esperanza al autor y consumador de la fe. Es importante hacer más que simplemente decir estas verdades al aconsejado. Los aconsejados deben tener parte en el proceso de examinar las Escrituras de manera que la poderosa presencia de Dios se grabe indeleblemente en sus corazones. Nuestra doctrina de Dios requiere tareas asignadas en que los aconsejados tengan un encuentro con Dios. 



4. La doctrina del pecado

           Cuando Diego y María vinieron en busca de consejos matrimoniales, resultó claro que los problemas que tenían no eran nuevos. Su matrimonio siempre había estado en conflicto. Diego era exigente, perfeccionista, un hombre demasiado volcado a su trabajo que consideraba el fracaso como una maldición y el tiempo libre como una evidencia de irresponsabilidad. Siempre exigía mucho de su esposa y la juzgaba con dureza cada vez que el trabajo de ella no era un éxito rotundo. La forma en que se comunicaba con María y con sus hijos era negativa y cínica.

           Por su lado María vivía enojada y diariamente se repetía la lista de las cosas malas de Diego para con ella. Podía recordar dichos incidentes muy detalladamente. A su manera le hacía la guerra a Diego todos los días. A su manera le devolvía los golpes una y otra vez. Sin embargo, María no se veía a sí misma como una persona enojada. Era bastante santurrona y farisaica, y se consideraba una víctima desvalida que vivía un infierno constante. ¿Cómo entendemos el problema de Mary? ¿De qué manera la tarea que ella haga contribuirá a que tanto ella como el consejero vean las cosas tal cual son?

           Los problemas de los aconsejados van más allá de su comportamiento. Van más allá de los sentimientos. Van más allá de los rótulos que nuestra sociedad le pone a los problemas. Hay problemas más fundamentales que los hábitos, las acciones y las palabras. La responsabilidad del consejero bíblico va más allá de cambiar un comportamiento por otro, un sentimiento por otro, una percepción por otra. La responsabilidad del consejero bíblico es ir a la raíz del problema del aconsejado.

           El consejero bíblico tiene la característica de preocuparse por el «corazón», como la Biblia lo define. Éste es un enfoque radical en una cultura que ni siquiera cree que existe el corazón. En la psicología moderna el término sólo funciona como anacronismo. En las psicologías cristianizadas el término está cargado de todo tipo de bagaje secular: oímos que hay «corazones lastimados» o «corazones necesitados» o que el corazón es un depósito de heridas reprimidas y recuerdos penosos. Ninguna de estas definiciones es cierta. Cuando el control lo tienen las categorías seculares, la causa de los problemas humanos inevitablemente estará mal diagnosticada.

           Por cierto que nuestros aconsejados han recibido la influencia del debate cultural contemporáneo sobre el problema. Para que haya un cambio fundamental y duradero, el aconsejado debe entender el problema desde el punto de vista bíblico. El aconsejado debe obtener una definición bíblica del pecado. Y dicha definición no puede hacer otra cosa que incluir el tema del corazón.

           La Escritura declara que las raíces de los problemas humanos están en el corazón. Las raíces del pecado están allí. Lo que produce el fruto de las palabras y las acciones de una persona, es el sistema fundamental del corazón (He. 4:12; Gn. 6:5). Lo que controla el corazón moldea la conducta y tiene influencia sobre cada aspecto de la vida de una persona.

           Cristo lo dijo de una manera clara y sencilla. Lo bueno proviene de lo bueno que ha sido guardado en el corazón, y lo malo proviene de lo malo que ha sido guardado en el corazón. Los problemas del fruto están directamente relacionados con los problemas de la raíz. Sin embargo, pocos aconsejados llegan preparados para examinar su corazón. Muy a menudo están dispuestos a lo externo. Quieren que el «problema» situacional sea removido o arreglado, de manera sentirse felices otra vez. O lo que desean que suceda en su interior es que simplemente desaparezcan los sentimientos desagradables.

           Ezequiel 14:5 dice que Dios tiene otro plan: tomar el corazón de quienes se han alejado de Él. Él vuelve a ganarse el corazón de su pueblo para que su pueblo lo sirva a Él y sólo a Él. El consejero bíblico también debe tener este objetivo en cuanto al corazón.

           Nuevamente aquí la tarea asignada se vuelve importante. La Escritura actúa como un espejo. A medida que el aconsejado se mira en ella con atención, se ve a sí mismo tal como es. Hebreos 4:12 explica que la Escritura es la gran reveladora de los misterios del corazón. La Escritura puede atravesar y descubrir los pensamientos y las intenciones que están allí y que moldean la conducta del aconsejado.

           El aconsejado necesita ver que su corazón está interactuando con todo lo que sucede a su alrededor; y si su corazón no está controlado por Dios, el aconsejado no habrá de responder a las circunstancias de la manera ordenada por Dios. Por ejemplo, según el apóstol Santiago la causa del conflicto humano son los deseos que batallan en el corazón (Stg. 4:1). En razón de estos deseos allí arraigados, los seres humanos están en guerra unos con otros. Es crucial que el aconsejado reconozca y admita los pensamientos y las intenciones de su corazón ya que en base a esto se genera la respuesta a la vida. ¿De qué manera la tarea específica para el aconsejado se basa en la doctrina del pecado?

           Yo le pedí a María que escribiera un diario de sus conversaciones con Diego. Le dije que lo hiciera durante varias semanas. Yo sabía que el enojo sería uno de los temas recurrentes, y estaba en lo cierto. Cuando leí el diario, marqué con rojo todos los lugares donde se evidenciaba enojo. Había color rojo en todo el diario. Y mientras María escribía su diario, le asigné como tarea que estudiara Ezequiel 14:1-5, Lucas 6:43 y sig., y Santiago 4. Mary comenzó a ver su corazón, comenzó a ver el enojo que regía su vida y la manera en que ese enojo moldeaba su comportamiento hacia Diego.

           Un diario cuidadosamente planeado y organizado, unido a tareas bíblicas sobre el corazón, obrará para que la preocupación del aconsejado sea asumir responsabilidad por un cambio fundamental y de raíz. Obrará para corregir las falsas creencias culturales sobre la causa del problema del aconsejado, y atravesará la ceguera causada por el engaño del pecado.

           El pecado es identificado a la luz de las alternativas: rectitud, pacificación, amor, obediencia, resolución de problemas. María se apega al evangelio de Cristo, y a medida que identifica lo que está mal (lo abandona), también comienza a ver lo que Dios quiere que ella haga (lo incorpora a su vida). La tarea se vuelve específica y tiene que ver con la pacificación: búsqueda de perdón, aprender a confrontar en amor y humildad, hechos de amor tangible aun cuando el prójimo actúe como un enemigo. La tarea se convierte en la ocasión para planear las «buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas» (Ef. 2:10) en situaciones particulares. Nuestra doctrina de pecado requiere una tarea que lleve a los aconsejados a repensar la manera en que entienden sus problemas, y luego los conduzca a cambios específicos en la vida.



5. La doctrina de la santificación progresiva

           Miguel dijo: —Pero ya lo he intentado. He hecho todo lo que Dios nos ordena hacer en cuanto a la codicia, pero nada funciona. Me he arrepentido. He orado. Le he entregado el control al Señor. He reprendido a Satanás. A veces creo que ya he solucionado el problema para siempre, pero al mes vuelvo a caer.

           El consejero hizo más preguntas sobre otras cosas: las circunstancias en que Miguel cayó en inmoralidad, si Miguel había compartido con algún cristiano maduro cuáles eran sus luchas, y si Miguel estaba buscando algo que solucionara las cosas de una vez y para siempre. Las repuestas fueron previsibles. Miguel prácticamente no sabía nada sobre la manera en que funciona la vida cristiana y los medios de gracia que emplea Dios.

           El teólogo Berkhof describe de esta manera el proceso de santificación: "... la santificación es una obra cuyo autor es Dios, no el hombre.... Sin embargo, se diferencia de la regeneración en que el hombre puede y debe esforzarse para una santificación siempre en aumento usando los medios que Dios ha colocado a su disposición. Esto se enseña claramente en la Escritura: 2 Corintios 7:1; Colosenses 3:5-14; 1 Pedro 1:22».

           ¿Cuáles son los medios que utiliza Dios para santificar a sus hijos? Los tres medios más prominentes en el Nuevo Testamento son: la Palabra de Dios, la providencia de Dios y el ministerio de edificación que tiene el cuerpo de Cristo. Estos tres medios conforman la consejería bíblica. La consejería es el ministerio de la Palabra de creyente a creyente en el contexto de lo que Dios está haciendo en la situación de una persona. La consejería bíblica inmediatamente reconoce la autoridad de la Palabra de Dios, la soberanía de Dios sobre las circunstancias, y el llamado del cuerpo de Cristo a un ministerio personal de un cristiano hacia otro.

           ¿De qué manera esto se relaciona con las tareas que se asignan al aconsejado? Dichas tareas proporcionan una oportunidad para que el aconsejado entienda el propósito santificador de Dios y participe en ese proceso. La tarea pide del aconsejado participación en las disciplinas de santificación, particularmente el estudio de la Palabra, persistencia al aplicar la Palabra de Dios en acciones de fe y obediencia, y sumisión al ministerio de edificación, ánimo y exhortación que tiene el Cuerpo de Cristo.

           La tarea le enseña al aconsejado que el crecimiento en la gracia no ocurre con rayos y truenos ni encuentros mágicos sino con una humilde, sincera, obediente y práctica aplicación de la Palabra de Dios a la situación específica de la experiencia diaria. En la santificación, ¿a qué llama Dios a sus hijos sino a seguir, a no ceder, a abandonar, confiar, despojarse y vestirse, correr, obedecer, dar muerte, estudiar, huir, resistir, etc....? La tarea toma este llamado de Dios y lo aplica con especificidad a la situación del aconsejado. La tarea asignada pide que en el contexto de la circunstancia particular, el aconsejado haga lo que Dios lo ha llamado a hacer como participante de su misericordia santificadora.

           La tarea para el aconsejado también es adecuada para el prolongado proceso de la santificación. Las metáforas que en la Escritura hallamos sobre la santificación --por ejemplo correr la carrera, crecer de la niñez a la adultez, y el crecimiento de la semilla hasta ser una planta madura-- describen la santificación como un proceso prolongado. En realidad, es un proceso que abarca toda nuestra vida. La tarea ayuda a cortar con la expectativa de una solución instantánea. La tarea ayuda al aconsejado a creer en un proceso de cambio paso a paso. La tarea va marcando la importancia de cada paso que se da en el nombre de Dios, erigiendo mojones a los que se puede volver a mirar en alabanza a Dios. Un diario o un cuaderno de notas funcionará como un registro alentador del progreso que ha tenido lugar a medida que Dios ha usado el ministerio de consejos para continuar su obra de santificación.

                                                                       Por último, la tarea asignada por el consejero presenta un desafío a la actitud de tener «derecho a la vida privada» según manifiestan muchos cristianos en su experiencia cristiana. A menudo a la santificación se la considera un asunto privado entre la persona y Dios. Pero es imposible leer Efesios 4 y 1 Corintios 12 y llegar a la conclusión de que la santificación es un asunto individual. La esencia de la tarea que asignan los consejeros es que demanda responsabilidad y sumisión ante otros cristianos. Requiere que el aconsejado sea sincero ante Dios y ante el consejero, uno de sus instrumentos de redención. La tarea se asigna para que el aconsejado la lleve a cabo durante la semana y la comente con el consejero en la sesión de consejos. Requiere que, con gratitud a Dios, el aconsejado abandone el orgullo y el temor que lo llevan a esconderse de aquellos a quienes Dios ha levantado para ayudar y actuar. Nuestra doctrina de santificación progresiva requiere asignaciones de tareas que animen a los aconsejados en el proceso de cambio y los conecten a otras personas de una manera continua.

Resumen       

           Nuestra doctrina de la Escritura requiere que en tareas asignadas, los aconsejados vayan a la Biblia.

           Nuestra doctrina de responsabilidad humana requiere que en la tarea que se asigna a los aconsejados, éstos hagan una pausa y se miren a sí mismos con precisión.

           Nuestra doctrina de Dios requiere tareas asignadas en que los aconsejados tengan un encuentro con Dios.

           Nuestra doctrina de pecado requiere una tarea que lleve a los aconsejados a repensar la manera en que entienden sus problemas, y luego los conduzca a cambios específicos en la vida.

           Nuestra doctrina de santificación progresiva requiere asignaciones de tareas que animen a los aconsejados en el proceso de cambio y los conecten a otras personas de una manera continua.

           La tarea asignada es una parte esencial de la consejería bíblica. Utilizarla está de acuerdo con las doctrinas que proporcionan el fundamento para un ministerio de consejos verdaderamente bíblico, como he ilustrado en los cinco ejemplos de más arriba. La tarea proporciona una manera para que esas doctrinas se conviertan en los principios prácticos que operan en la vida diaria de cada aconsejado.

LA ASIGNACIÓN DE TAREAS EN EL MINISTERIO DE ACONSEJAR

Parte 2

Por Paul David Tripp



           El miedo controlaba la vida Sue.  Cuando fue a consejería, me dijo que había sacado todos los cuchillos de su casa porque tenía mucho miedo de que estando sonámbula fuera a lastimar a su esposo o a su hijo.  Constantemente estaba preocupada porque pensaba que había contraído alguna enfermedad mortal.  Desconfiaba irracionalmente de su marido.  Ella tenía temor de que hubiera dicho o hecho algo que lastimara, enojara o alejara a sus pocos amigos.  Tenía temor de iniciar la consejería porque “nadie entenderá lo que estoy pasando” y “me rechazarán”.  ¿Cómo pueden penetrar las tareas esta pesadilla y ayudar a Sue a aprender a confiar tanto en Dios como en su consejero?

           El Salmo 37 da a los nerviosos y temerosos alguien en quien confiar, alguien cuyo cuidado es más profundo que sus problemas.  El Salmo 37 abiertamente discute las situaciones aterradoras de la vida.  Y el Salmo 37 desafía a las personas temerosas a examinar sus propias vidas.  Al final de nuestra primera sesión, le pedí a Sue que leyera este Salmo varias veces durante la semana y que se hiciera la pregunta: “¿Qué me está diciendo Dios?”  En las semanas subsecuentes, el salmo 37 fue un vehículo para entrar al mundo de temor de Sue y para edificar una relación de consejo con ella.  Otras tareas basadas en el Salmo sacaron las experiencias de temor de Sue y las pusieron al lado de las promesas del Señor.  Sue enfrentó la causa de sus temores destructivos: su reacciones a los pecados de la gente a su alrededor revelaron sus propios pecados e incredulidad.

           Ni Fran ni Bill vinieron a consejería para ser aconsejados.[1]  Cuando les pregunté, en la primera sesión, qué es lo que pensaban que estaba mal en su matrimonio, inmediatamente mencionaron el primer nombre del otro.  Cada uno vino a la consejería para decirme cómo componer al otro. ¿Cómo podrían las tareas enfocar nuestra recolección de información e irrumpir en sus acusaciones y defensas mutuas?

           Durante nuestra segunda sesión discutí el principio de la “paja y la viga”, la gracia de Dios y el camino al arrepentimiento.[2]  Le pedí a cada uno que elaborara una “lista de vigas”: ¿Qué estás haciendo que es incorrecto y daña la unión que Dios ha ordenado para tu matrimonio?  Fran y Bill hicieron la tarea; ambos se convirtieron en aconsejados esa semana (discípulos del Señor Jesucristo).  La resolución de problemas en las sesiones subsecuentes se basó en las listas y los principios de la Escritura que encontraron en esa tarea.

           “¡No vas a creer lo que descubrí al hacer mi tarea esta semana!” – fueron las primeras palabras de Judy al comenzar nuestra quinta sesión.  Le había pedido a Judy que llevara un diario de sus encuentros con su esposo.  Su matrimonio era una zona de guerra, y Judy estaba convencida que todo era culpa de la “típica respuesta egoísta que Jim tiene para todo”  Judy había “orado por años, y nada había cambiado”.  ¿Cómo podrían las tareas ayudar a Judy a tener una perspectiva bíblica de ella misma?

           El diario de Judy registraba cada discusión entre ella y Jim, específicamente haciendo notorio lo que ella estaba pensando, deseando, sintiendo y haciendo en cada encuentro.  Judy fielmente llevó su diario por tres semanas.  En la cuarta semana su tarea era leer su diario varias veces, buscando pautas de pensamiento, motivos y comportamiento.  Ella comparó lo que encontró con pasajes bíblicos sobre las relaciones: Santiago 4:1-6; Efesios 4:25-32; 1 Corintios 13.  Yo sí sabía lo que Judy había descubierto esa semana; La verdad de Dios había penetrado.  Podía escuchar nueva humildad y nuevas esperanzas en sus palabras; podía ver en su rostro y escuchar en su voz que las palabras ya no eran sólo palabras.

           Bart ha estado alejado de su familia por muchos años.  En el proceso de consejería, su amargura e indiferencia fría dieron lugar a la gracia de Dios.  ¿Cómo podrían las tareas iniciar cambios en el corazón y la actitud de Bart?  De tarea el escribió una carta de reconciliación a su madre, a quien no contactaba desde hacía diez años.  Le pedí que no le enviara la carta, sino que la trajera a nuestra siguiente sesión para que la evaluáramos juntos.  Tanto él como yo queríamos asegurarnos que la carta de Bart expresara el programa de cambio que Dios tenía en la relación de Bart con su familia, los cambios que fluían del cambio en la relación de Bart con Dios.

           Podemos ver en estas historias, cuatro ejemplos de tareas, cada una bastante diferente, cada una buscando lograr un propósito diferente.  Mi  tarea con Sue fue un medio para penetrar sus paredes de autoprotección y para edificar su relación con Dios y conmigo.  Para Fran y Bill, la tarea fue un medio importante para poner en perspectiva el proceso de recolección de datos.  La tarea de Judy fue autoreveladora: le ayudó a verse en el espejo de la Escritura.  La tarea de Bart fue una instancia de aplicación concreta del programa de Dios para su vida diaria.

           Las tareas son más que un estudio bíblico guiado que refuerza los aspectos de enseñanza en la consejería.  Las tareas para el consejero bíblico no se limitan a un solo enfoque y un solo propósito.  Las tareas, diseñadas con creatividad y usadas apropiadamente, impulsa cada fase de la consejería. Si se usan bien, las tareas no funcionan como algo adicional al proceso de consejería sino como parte integral del mismo.  Cada paso del proceso de consejería continúa, aun cuando el consejero y aconsejado no estén juntos, porque las buenas tareas mantienen en movimiento el proceso.

           El consejero bíblico debe preguntarse en cada fase de la consejería, “¿qué tipo de tarea sería apropiada y útil?  ¿Qué reforzaría, apoyaría o avanzaría lo que estamos trabajando ahora?”

           Para los fines de este artículo quiero dividir el proceso de consejería en cuatro “fases”.  Por supuesto, en la práctica, estas fases nunca son tan claramente divisibles como lo serán aquí.  Las cuatro fases de consejería que guiarán la discusión son:

1.      Bienvenida: edificación de una relación piadosa con los aconsejados.

2.      Entendimiento: Reunir información que nos lleve al corazón.

3.      Confrontación y Consolación: Ayudar al consejero a verse bíblicamente y a abrazar las promesas de Dios.

4.      Acción: Aplicar en la vida diaria el plan de Dios para el cambio.



Para cada fase daré una meta sintetizadora seguida de un ejemplo de tarea que fluye de cada meta.  Este artículo tiene el propósito de abrir tu apetito por buenas tareas; necesitarás desarrollar un menú diverso y completo para tu propio ministerio de consejería.



Bienvenida
           Meta: Edificar una relación de entendimiento y confianza con el aconsejado mientras que al mismo tiempo se edifica su esperanza en Dios.

           La consejería es una relación entre dos (o más) personas.  La consejería es una relación que Dios, en Su soberanía, ha iniciado para lograr su propósito santificador.

           ¿Qué tan importante es la vida y amor del consejero en la consejería? Pongamos atención al ejemplo de Cristo, el Admirable Consejero.  En entró a nuestro mundo y se familiarizo íntimamente con nuestra experiencia.  El llegó a ser un Sumo Sacerdote empático y comprensible, tocado por nuestra debilidades, tentaciones y sufrimientos.  Podemos acercarnos a Él con confianza porque sabemos que el será misericordioso y lleno de gracia en nuestro tiempo de necesidad.[3]  Notemos el ejemplo de Pablo.  Su amor evidente por aquellos a los que ministraba y la honestidad con la que vivió delante de la gente, le dieron integridad y fuerza persuasiva a todo su ministerio de la Palabra.[4]

           En breve, ¿Qué es la consejería bíblica?: “hablar la verdad en amor para crecer en todo en Cristo”[5]  Los aconsejados necesitan saber que estás hablando la verdad de Dios.  Los aconsejados necesitan saber que pueden confiar en ti: el que les habla está de su lado.  Como Cristo, debes mostrar empatía, comprensión y humildad para que los aconsejados comiencen a poner en tus manos la “vajilla fina” de sus vidas. ¿Saben los aconsejados que el consejo que reciben viene de alguien que entiende su mundo y ha sido tocado por sus debilidades?  Esto acerca al aconsejado a una participación confiada en el proceso de consejería.

           ¿Cómo se relaciona esto con la tarea?  Una meta de las tareas durante esta fase inicial de la consejería es edificar las relaciones que son los canales de la gracia transformadora.  Yo deseo que el aconsejado sepa desde el comienzo que Dios tiene algo que decir con respecto a su lucha.  Yo deseo que mi aconsejado desde el comienzo sepa que el consejero lo ha escuchado y lo entiende su lucha.

           Al comenzar la consejería, busco los asuntos que son de la “puerta del frente” que darán su valor a la tarea y los comentarios iniciales.  Los que asuntos que son de la “puerta del frente”, frecuentemente son aquellos “problemas presentados” con los que el aconsejado está luchando.  Puede ser que no sean los asuntos centrales con los que al final de cuentas se lidiará, pero éstos nos abren la puerta para entrar a la vida de una persona.  Los asuntos de la “puerta del frente” ser tratados si deseamos que el aconsejado se comprometa a cambiar y sea participativo en el proceso de discipulado.  Me pregunto, “¿Con qué está luchando ahora esta persona? ¿Qué tarea puedo darle que toque ese problema? Los ejemplos de los asuntos de la “puerta del frente” incluyen el miedo, desánimo, enojo, amargura, soledad y desesperanza.

           Cuando los asuntos de la “puerta del frente” son manejados bien por el consejero, a menudo conducen a problemas más fundamentales.  Por ejemplo, Sue, cuya vida se estaba desintegrando por los temores, necesitaba una seguridad básica: sus problemas eran comprensibles; no estaba loca; Dios se interesa en ella; la consejería bíblica puede ayudarla.  Subsecuentemente, emergieron problemas más básicos: enojo, demandas, temor al hombre, egoismo, perfeccionismo, e incredulidad.  Desde el comienzo habíamos creado un contexto de confianza y verdad que nos permitió lidiar con estas cosas.

           Al diseñar y asignar tareas para tratar las preocupaciones de la “puerta del frente”,  hay dos cosas que las tareas le comuniquen al aconsejado.  Primero, “Te he escuchado y estoy tratando de entender lo que estás pasando con el fin de ayudarte”.  Segundo, “Dios se interesa en ti; puedes poner tu esperanza en Él”.  A menudo, los aconsejados vienen a la consejería con poca o nada de esperanza.  Las tareas que proveen esperanza dan una entrada natural a la relación con el aconsejado y estimulan la confianza en Dios.

           Sara era una mujer soltera de casi treinta años.  Ella se describió en su Inventario de Información Personal[6] como una “mujer pasada de peso solitaria e introvertida”.  Sara odiaba su empleo, se sentía incómoda e incomprendida en su iglesia, y estaba separada de su familia.  Ella dijo que su mejor amigo era su gato.  Estaba convencida que su vida era horrible, que ella era “uno de los errores de Dios”, y que no había escapatoria más que la muerte.  ¿Qué tarea podía animar a Sara a pensar que tanto Dios como su consejero la entendían?  Le asigné la tarea de 1 Corintios 10:13.

           Esta tarea debe ser presentada cuidadosamente por el consejero antes de darse.  Implica estudiar 1 Corintios 10:1-14 con el aconsejado durante la sesión en la que la tarea será asignada.  El pasaje habla de personas en dificultades; identifica reacciones pecaminosas comunes ante las dificultades de la vida; habla de cómo Cristo el Señor está presente para bendecir en medio de la tentación.[7] ¿Qué logró esta tarea en Sara?  Primero, me permitió entrar a la experiencia de Sara.  Segundo, ayudó a Sara a ver que su desesperanza tenía una causa identificable.  Estaba ligada a la manera como ella veía a Dios, a ella misma y a su situación.  Estaba ligada a la manera como ella respondía.  Y tercero, ayudó a Sara a comenzar a reinterpretar las luchas que enfrentaba.  Al ver sus problemas bíblicamente, creció su sentido de esperanza.

           Haz tu mismo este estudio.  Fotocópialo y úsalo en tu propia practica de consejería, o adáptalo.

           Aquí hay otros ejemplos tareas para asuntos de la “puerta del frente” y edificación de relación:

1.      La esperanza crece al ver el plan de Dios en tus sufrimientos y dificultades.  Por ejemplo, estudia Romanos 5:1-11; 8:18-39; Santiago 1:2-27; 1 Pedro 1:1-2:3

2.      Enfócate en tus recursos e identidad como hijo de Dios.  Por ejemplo, estudia Efesios y qué significa estar “en Cristo”.

3.      Usa las narraciones bíblicas que enfatizan el ver a Dios en tu situación.  Por ejemplo, Exodo 13-14; Número 11; 1 Samuel 17 se enfoca en si las personas se olvidaron o recordaron al Señor.  ¿Qué dificultad están enfrentado? ¿Qué piensa la gente en la situación acerca de lo que está pasando? ¿Qué sienten? ¿Cómo reaccionan? ¿Qué quieren? ¿Qué está haciendo Dios? ¿Qué indicadores hay del involucramiento de Dios en la situación? ¿Cómo se hubieran comportado diferente las personas si hubieran “visto a Dios” en la situación?

4.      Estudia a la gente en la Escritura que cayó en desánimo,  Por ejemplo, Elías en 1 Reyes 19; Samuel en 1 de Samuel 8; Moisés en Números 11.  Enfócate entre preguntas: ¿Cuál fue la causa del desánimo? ¿Qué fue lo que Dios respondió alas personas en desánimo? ¿Cuál fue la solución para el desánimo?

5.      Trata con el miedo y la ansiedad como experiencias humanas comunes; por ejemplo Filipenses 4:4-10, Salmo 37; Salmo 46.  Pregúnta: ¿Qué causa el temor? ¿Cuáles son los resultados del temor en tu vida? ¿Qué soluciones al temor encontramos en estos pasajes? ¿Cómo afecta tu relación con Dios tu temor? ¿Cómo sería diferente tu vida si vivieras sin temor?

Encontrarás asuntos de la “puerta del frente” en las vidas de los aconsejados alrededor de los cuales se puedan asignar tareas.  Esta tarea le comunica al aconsejado: “He escuchado tu preocupación.  La he tomado en serio.  Estoy tratando de entender lo que estás pasando.  Dios está involucrado.  Puedes encontrar esperanza y ayuda en él”.  Al salir Sara de la sesión se sintió entendida y animada porque la tarea le tocó donde ella estaba luchando.



Entendimiento
               Meta: Llegar a conocer al aconsejado, la situación en la que Dios le ha puesto, cómo está respondiendo a la situación, y qué asuntos del corazón dan forma a esas respuestas, mientras se es instrumento de Dios para que el aconsejado tenga una mayor consciencia de sí mismo.

           Las tareas deben cumplir el propósito doble de la fase de recolección de información en la consejería: Tener conocimiento de primera mano y reenfocar la atención en lo que es importante.  Primero, es vital que establezca un entendimiento detallado de esta persona y su situación.  El pecado y la obediencia nunca son generales.  Siempre son procesos particulares de la situación específica en la que Dios ha puesto a la persona.  La consejería bíblica tiene el propósito de aplicar la Palabra de Dios de una manera específica.  Esto la distingue de la predicación pública.  Reúno suficiente información para entender al aconsejado como persona y los detalles de su situación con el fin de hacer aplicaciones concretas de la Escritura.  La recolección de información es una actividad de encarnación.  Tiene que ver con entrar al mundo del aconsejado, llegar a familiarizarse con los detalles de ese mundo, el ser tocado por sus realidades.

           Segundo, la recolección de información enfoca la atención en lo que en verdad es importante.  Me provee de una oportunidad de enseñanza natural e interactiva.  Al hacerles preguntas que surgen de una perspectiva bíblica de la gente y sus problemas, los aconsejados se ven orillados a pensar mejor y más bíblicamente acerca de ellos y de la situación que enfrentan.  Mi meta aquí es llevar al aconsejado a una consciencia de sí mismo más bíblica.  Al estar avanzando la recolección de información, el aconsejado debe aprender cosas nuevas aun antes de que cualquier instrucción se lleve a cabo.  No sólo estoy reuniendo información para encontrar en dónde debe realizarse el cambio, sino la buena recolección de información llega a ser parte del proceso de cambio.  La recolección de información es instructiva.  Las buenas preguntas comienzan a enseñar al aconsejado a organizar, interpretar y explicar bíblicamente su mundo.

           Yo quiero que las tareas asignadas durante esta fase de consejería impulsen estos dos propósitos fuera de la sesión semanal.  Una de las mejores herramientas para recabar datos es llevar un diario.  Sería abrumador y contraproducente hacer que el aconsejado escriba todo o cualquier cosa.  Sin embargo, puede ser muy útil asignar un diario estructurado y específico.  Aquí presento cómo lo estructuré para Judy, la aconsejada que pensaba que todos los problemas eran culpa de su esposo:

1.      Le pedí que compre una libreta de bolsillo que pudiera llevar fácilmente.  Esta libreta serviría para anotar algunas cosas para referencias ulteriores.  Quería que Judy la tuviera a la mano todo el tiempo. Podía escribir un par de palabras que le ayudarán más tarde a recordar la situación cuando se sentara a llenar su diario.

2.      Le pedí que escribiera en su diario acerca de las situaciones de conflicto con su esposo Jim.

3.      Le pedí que respondiera cinco cosas en cad incidente:

·        ¿Qué pasó?

·        ¿Qué sentiste?

·        ¿Qué estabas pensando?

·        ¿Qué querías?

·        ¿Qué hiciste?

4.      Le pedí que llevara este diario por tres semanas.  Después de este período, la tarea de Judy fue leer su diario, buscando temas repetitivos y pautas.  En las siguientes sesiones comparamos sus descubrimientos con la Escritura.

El diario de Judy me dio toda clase de información detallada acerca de ella y de sus luchas.  También me ayudó a ver apropiadamente a su situación y cómo interactuaba con ella.

Existen muchos otros tipos de tareas útiles para recolectar información.  Por ejemplo, a menudo uso listas y cuestionarios que guían al aconsejado en una autoevaluación:

·        Una lista de “Vigas” como mencioné con respecto a Fran y Bill al principio del artículo;

·        “Las maneras como me gustaría ver que cambie mi matrimonio”;

·        “Si pudiera oprimir un botón mágico y mi vida pudiera ser simplemente de la manera como yo quiero, ¿Cómo sería?”;

·        Wayne Mack en su libro “Homework Manual for Biblical Counseling” tiene algunas tareas muy útiles para la evaluación matrimonial.



Un ensayo de evaluación a menudo es útil para lograr que la gente describa sus vidas.

·        Estoy infeliz con mi vida porque . . .

·        La cosa más importante en mi vida en este tiempo es . . .

·        Los años de mi crecimiento en mi hogar fueron . . .

·        Mi matrimonio sería mejor si tan sólo . . .

Úsalos como ejemplos y adáptalos a las personas con las que trabajas.



Para algunos aconsejados, las historias y los cuadros les permiten comunicar cosas que serían difíciles de describir con palabras.  Cuando estoy reuniendo información de su historial, a menudo le pido al aconsejado que escriba acerca del origen de su familia en forma de una historia, “Mi vida en la familia ______”.  Los dibujos también son útiles; por ejemplo, le pido al aconsejado que hago un dibujo que describa las relaciones en su familia de origen.  Le pido al aconsejado que explique e interprete el dibujo durante la siguiente sesión.

Una de mis tareas favoritas para recabar información es la que llamo la tarea del “Cuadro Completo”.  Presento la tarea leyendo con el aconsejado Lucas 6:43 en adelante y le presento el concepto de “fruto y raíz” .  Le digo que no quiero que la consejería se enfoque sólo en la situación y sus dificultades, o en otras personas, o en sólo la conducta.  Yo quiero que nos detengamos un momento y obtengamos el cuadro completo: situación, fruto y raíz.  De esta manera, le pido al aconsejado que escriba un respuesta a las cuatro preguntas de la página de tarea.

Escribir una carta puede ser una herramienta útil para hacer que el aconsejado exprese honestamente lo que está pasando.  Aquí la carta que el aconsejado escribe no  es para ser enviada.  Se escribe con el propósito de recabar información.  Es una manera de lograr que el aconsejado ponga sobre papel su agenda o programa.  Esta tarea funciona bien cuando el aconsejado está batallando con una relación en particular.  Le pido al aconsejado que escriba la carta de sus sueños, siendo honesto acerca de los pensamientos y emociones con relación a la relación.  Obviamente, es muy importante que esta carta no sea enviada.  Es para el uso del consejero y el aconsejado como un medio para reunir información acerca de los verdaderos deseos e intenciones del aconsejado.

John, ya de veinte años, soltero y enojado, escribió la carta para su madre que le pedí que escribiera.  ¡Qué carta! ¡Era de diez páginas!  La carta fue muy útil para mí; a través de la carta logré enterarme de qué era lo que movía a John.  Pero hubo algo más.  John comenzó a conocerse él mismo.  John se vio a si mismo escrito en papel.  La carta y las preguntas que salieron de ella comenzaron a abrir ventanas de autoconsciencia y convicción para John.  Las tareas para recabar información dirigieron a John en los primeros pasos del cambio: “Soy una persona molesta.  ¿Cómo puedo cambiar?”

Las tareas proveen oportunidades de mantener el movimiento de la recolección de información aun más allá de la oficina de consejería.  Involucra al aconsejado en un proceso activo de autoexaminación.  Las tareas mantienen al aconsejado involucrado, no sólo siendo conocido por otra persona, sino asumiendo responsabilidad de la autoexaminación y aprendiendo a pensar acerca de sí mismo en nuevas maneras bíblicas.



Confrontación y Consolación
           Meta: Ayudar a los aconsejados a verse bíblicamente y a abrazar las promesas de Dios.

           Debido al engaño del pecado, todos necesitamos ser confrontados.  Debido a la culpa, el poder y la miseria del pecado, todos necesitamos ser consolados en Cristo.  Necesitamos personas que acepten el llamado de Dios de “hablar la verdad en amor”.  La confrontación ha tenido una mala reputación en nuestra cultura.  La confrontación ha llegado a tener la connotación de decir algo con “tosquedad” o “aspereza”.  Pero la Escritura presenta la confrontación como un acto de amor: palabras que son amorosas, perceptivas y cándidas, motivadas por la necesidad de mi vecino y no por mi conveniencia.

           Similarmente, el consuelo y el ánimo han adquirido connotaciones que confunden: tolerarlo todo, afirmarlo todo, adular para promover la autoestima, “apoyo” incondicional.  Pero el consuelo bíblico está lleno de la verdad, con el evangelio del Salvador crucificado y del poder del Espíritu Santo para cambiarnos.

           Permite que tres aspectos  del “hablar la verdad” bíblico guíen tu pensamiento acerca del proceso de confrontación – consolación, y cómo usar las tareas como parte de él.  Primero,  capta la atención de tu aconsejado.  Segundo, mantén en alto y mantén firmes las palabras de Dios para tu aconsejado.  Tercero, trata los asuntos del corazón como también los asuntos del comportamiento.

           Primero, ¿cómo puedes captar la atención de tu aconsejado, alguien que tal vez este reacio hacia la verdad? 2 Samuel 12:1-25 es un ejemplo.  El profeta Natán confrontó a David por su adulterio y asesinato.  Notemos la metodología de la confrontación de Natán.  El creó un diálogo, en vez de poner a David inmediatamente a la ofensiva.  Su historia captó la atención de la consciencia de David; penetró las paredes de autoengaño y ocultamiento.  Natán dijo luego, “Tú eres ese hombre”.  Esta confrontación franca y oportuna no encontró resistencia, engaño o excusas.  El Salmo 32 y 51 describen la dinámica interior del arrepentimiento de David ante la confrontación habilidosa de Natán.

           Natán fue también un consolador habilidoso y oportuno.  No le dio a David ningún mensaje incondicionalmente positivo, de tolerancia o para aumentar su autoestima.  Pero amó a David y trajo la esperanza de Dios a David: ”Jehová ha puesto a un lado tu pecado; no morirás”.  David le creyó con todo su corazón.  Natán más adelante trajo otro mensaje divino de consuelo para David: “Jehová ama a Salomón”.  Por lo tanto, Salomón obtuvo un segundo nombre, Jedidías (Amado por el Señor).[8]  El Salmo 32 y 51 describen la fe de David en las promesas de gracia que Natán le comunicó a David.  La confrontación y la consolación que ofreces en la consejería pueden ser beneficiosas siguiendo el modelo interactivo de Natán.

           El segundo aspecto de la confrontación – consuelo bíblico se encuentra en el primer capítulo de Santiago: mantén en alto el estándar de Dios y mantén firmes las promesas de Dios.  Santiago 1:22-24 compara la Escritura con un espejo.  Esto describe maravillosamente cómo la confrontación se realiza en la consejería.  En la fase de la consejería de “hablar verdad”, yo quiero ayudar a los aconsejados a verse reflejados con precisión en la Palabra de Dios.  A menudo se han estado viendo en espejos distorsionados de autoengaño y la opinión de otras personas.  Tienen visiones distorsionadas de ellos mismos.  La confrontación pone el espejo de la Palabra enfrente de los aconsejados para que ellos se vean tal y como son.  El consejero bíblico efectivo no siempre tiene que decir las palabras de reprensión.  Sencillamente, levantan el espejo.  Usan la Escritura de tal manera que las palabras de Dios rompen la ceguera y ponen bajo convicción a la persona.  El autoconocimiento verdadero nos lleva al verdadero arrepentimiento y la confesión.

           Santiago 1 también abunda en consolación.[9] El corazón del consuelo bíblico no es la afirmación humana para aumentar la autoestima, el substituto fraudulento del mundo: “Estoy contigo.  Creo en Ti.  Estás bien”.  El consuelo también viene de Dios.  Si la confrontación levanta el espejo de Dios, el consuelo reafirma las promesas de Dios.  “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, - si tu necedad y pecado emergen cuando eres probado -  pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.”  Esa es una promesa que los aconsejados pueden abrazar y aplicar.

           El tercer aspecto crucial de la fase confrontación – consolación de la consejería también está presente en Santiago 1.  Los versículo 14 y 15 muestran cómo los deseos pecaminosos dan a luz un estilo de vida pecaminoso, el cual tiene como resultado la miseria de la maldición de Dios.  Sue, Fran y Bill, Judy, y Bart, experimentaron miseria, confusión e infelicidad.  Todos expresaron pecados específicos en su actitudes, acciones y palabras.  Todos se habían alejado de Dios en sus corazones, sirviendo a creencias falsas y deseos de la carne.  Debes exponer esos asuntos del corazón al igual que los comportamientos que resultan de ellos.

           ¿Cuál es el programa de Dios para las vidas de las personas? Consideremos Joel 2:12-13:

“convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento.  Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo.”

           El profeta se refiere a la costumbre del Antiguo Testamento de rasgar las vestiduras en señal de dolor.  Rasgarse las vestiduras era una señal externa de una respuesta del corazón.  Dios no desea “arrepentimiento” sólo al nivel del comportamiento.  El desea arrepentimiento que comienza con y fluye de un corazón que regresa a Él.  El quiere recapturar y gobernar el corazón del aconsejado, de esta manera, cambiando la manera en la que vive.  El consuelo de la consejería invita a la gente a regresar al Dios misericordioso de todo corazón.  El “hablar la verdad” en la consejería debe dirigirse tanto al corazón como al comportamiento.

           La consejería necesita ser interactiva, bíblica y penetrante.  ¿Cómo pueden ayudar las tarea? Las tareas que asigno en esta fase de la consejería cae en dos categorías: la tarea de instrucción y la tarea de autoconsciencia.  Discutiremos cada una de éstas y daremos ejemplos de tareas.

           Yo asigno las tareas de instrucción porque muchos de mis aconsejados han sido enseñados pobremente.  No conocen o entienden conceptos, categorías, principios, mandamientos y promesas fundamentales de la Escritura.  El entendimiento de la verdad es vital si el aconsejado ha de interpretar y reaccionar ante la vida de una manera bíblica.  Así que debo enseñarles al mismo tiempo que los confronto; debo enseñarles al mismo tiempo que los consuelo.

           La tarea “¿Qué es la vida Cristiana?“ ofrece un ejemplo de tarea que instruye.  Esta tarea en particular provee una enseñanza que anima.  También apunta algunos desafíos para el aconsejado.  La consejería bíblica no divide grandemente entre confrontación y consolación; los dos funcionan mano a mano para cumplir los fines de Dios.

           ¿Por qué es útil un estudio como este? Muchos aconsejados no entienden los aspectos básicos de la santificación progresiva.  “Dios está obrando en tu vida.  Un discípulo camina en la senda de la transformación constante, no siendo aun perfecto, todavía fallando, pero siempre creciendo en fe y obediencia.”  Algunos entienden que la vida cristiana es un proceso de cambio, ni de perfección ni de derrota.  Muchos aconsejados andan en busca de un “secreto” de la vida cristiana para remover la lucha.  Muchos otros simplemente se dan por vencidos y bregan en sus pecados y miseria.  Otros no han escuchado que el Señorío de Cristo está sobre todos los cristianos, no sólo sobre una élite dedicada que han dado un segundo paso de consagración.  Otros todavía no han entendido que Dios nos salva no sólo de la condenación del pecado (justificación), sino también del dominio del pecado (la santificación y el discipulado).  La cita de Lutero y los pasajes de la Escritura son simultáneamente una llamada de atención, un desafío, y un fortalecimiento.  Estudia “¿Qué es la vida Cristiana?” para ti mismo.  Úsala para ayudar a la gente que aconsejas, o adapta las preguntas para que sean apropiadas para las personas que aconsejas.

           Los sistemas no bíblicos de pensamiento deben ser reemplazados por perspectivas de la vida que sean notoriamente bíblicas.  Yo asigno los siguientes estudios instruccionales vez tras vez:

1.      ¿Qué dice la Escritura del corazón? (Proverbios 4:23; Lucas 6:43, Santiago 4:1-5)

2.      ¿Qué es la idolatría? (Ezequiel 14:1-6, Romanos 1:18-32, 1 Corintios 10:1-14; Efesios 5:3-7);

3.      ¿Cuál es la identidad en Cristo del aconsejado? (Romanos 6:1-14, Efesios 1:3-9);

4.      ¿Quién es Dios y qué está haciendo? (Salmo 34, Salmo 46, Isaías 40, Romanos 8);

5.      ¿Cómo entiendes las pruebas y el sufrimiento? (Romanos 5:1-5; Santiago 1:1-8, 1 Pedro);

6.      ¿Cómo debes manejar los casos en los que pecan contra ti? (Mateo 5; Mateo 18:15-35; Romanos 12:9-21).

Esta no es un lista exhaustiva, sino ejemplos del tipo de tareas de instrucción que pueden ser asignadas durante la fase de confrontación – consuelo de la consejería.  Estas asignaciones permiten que el tiempo de consejería sea usado más eficientemente.  El aconsejado viene a la sesión ya habiendo completado un estudio guiado acerca de las verdades críticas que necesita incorporar a su vida y serán discutidas en la sesión.

El segundo tipo de tarea de confrontación–consolación que asigno es la tarea de autoconsciencia.  Estas tareas se enfocan en los asuntos del corazón puesto que el corazón da forma al comportamiento.  La lucha con el engaño del pecado se realiza internamente; el arrepentimiento y la fe ocurren internamente.

Una tarea que a menudo doy está basada en Santiago 4:1-6.  Santiago declara que el conflicto humano es causado por los deseos que gobiernan el corazón.  La gente se acerca a las personas con un programa a seguir, con demandas implícitas o explícitas.  Le pido al aconsejado que responda por escrito la pregunta, “Lo que realmente quiero de la vida es . . .”  Luego le pido al aconsejado que escriba las maneras como estos deseos han afectado sus relaciones.  Una manera como hago la pregunta es, “¿Cómo el programa a seguir de tu corazón (deseos gobernantes) han dado forma a la manera en la que sientes y actúas hacia los demás?”

Obviamente, la meta de esta tarea es lograr que el aconsejado reconozca los ídolos de su corazón que consistentemente lo alejan del comportamiento que Dios requiere.  Muchos aconsejados no cuestionan la lógica de su comportamiento.  De hecho, no piensan que el comportamiento tenga significado; esto es, que nuestras acciones expresen los pensamientos e intenciones de nuestro corazón.  Debido a esto, los aconsejados a menudo piensan que no tienen opción sino seguir haciendo lo que hacen.  Cuando entienden que ellos sí tienen opción, entonces la promesa de Santiago 4:6 comienza a ser significativa: ”Pero él da mayor gracia.  Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.”  La autocosciencia llega a ser consciencia de la presencia de Dios y conduce a encontrar a Dios (Santiago 4:7-10).

Yo quiero ayudar a los aconsejados a pensar con motivación.  Quiero ayudarlos a ser capaces de hablar desde el corazón.  Una manera de hacerlo es con la tarea “Respondiendo a las situaciones de la vida”.  Escribo un párrafo presentando un problema similar al tipo de cosas que el aconsejado este pasando.  Luego le pido al aconsejado que responda a la viñeta, listando cinco posibles respuestas a la situación, juntamente con la razón que alguien pudiera tener escoger cada respuesta.  Esta parte de la tarea le ayuda a reconocer la naturaleza estratégica del comportamiento.  Luego les pido que caractericen su respuesta con respecto a una situación particular que hemos discutido y examinado que revela los deseos y propósitos de su corazón.

El estudio de narraciones bíblicas puede ser útil aquí, y puede fácilmente incorporarse a la tarea “Respondiendo a las situaciones de la vida”.  Le pido al aconsejado que examine la respuesta del personaje bíblico a su situación, y luego busque claves de qué está motivando esas respuestas: Jonás; Moisés en Número 11; Gedeón en Jueces 6; Pedro en Gálatas 2; Herodes en Marcos 6; Esther en Esther 4-5.  Esta tarea establece el llamado a responder de maneras piadosas por razones de gratitud a Dios e interés en la gloria de Dios.

Otra tarea que uso frecuentemente en este punto de la consejería emplea Mateo 22:37-40.  Preparo al aconsejado para la tarea discutiendo el pasaje con él durante la sesión en la que se la asigno.  Le pido al aconsejado que medite uno de los dos grandes mandamientos, y cómo éstos estableces la agenda para lidiar con la situación en la que está viviendo y con la gente con la que debe relacionarse cada día.  Luego elabora dos listas con los encabezados: “Si en verdad amo a Dios por sobre todas las cosas, entonces . . . “ y “Si en verdad amo a mi prójimo como a mí mismo, entonces . . .”  La siguiente semana discutimos las listas y luego, los cambios específicos que éstas requieren.

La meta de la confrontación-consolación es el verdadero arrepentimiento que incluye pensamiento, motivo y conducta.  El consejero bíblico necesita diseñar tareas que capten la atención del aconsejado en el proceso de la autoexaminación bíblica que lo lleven a la confesión sincera a Dios, a abrazar a Cristo, y a promover el cambio funcional en el estilo de vida de la persona.



Acción

           Meta: ayudar al aconsejado a aplicar las verdades aprendidas acerca de Dios, de él mismo  y de otros a los detalles de su situación de vida, haciendo las correcciones bíblicas e instituyendo nuevos hábitos bíblicos.

           La consejería no termina en el momento del entendimiento.  El entendimiento del aconsejado acerca de sí mismo a la luz de la Palabra de Dios es la base de los cambios fundamentales que deben darse a continuación.  La Escritura tiene el propósito funcional de que estemos “enteramente preparados para toda buena obra”. El consejero bíblico necesita estar en el terreno de acción cuando el aconsejado comienza a aplicar lo que ha aprendido de la realidades difíciles de la vida diaria.

Hasta este punto de la consejería, se han aprendido cosas importantes que necesitan ser aplicadas.  Aquí está la descripción del trabajo del consejero.  Primero, funciona como un guía, dirigiendo al aconsejado cuando está buscando aplicar las verdades que pueden ser nuevas para él.  También, el consejero funciona como un amigo que da consuelo, apoyo y ánimo cuando el aconsejado busca lidiar con las viejas presiones de la vida en maneras nuevas.  Tercero, el consejero funciona como un pastor, haciendo que el aconsejado se comprometa con los estándares supremos de Dios cuando viene la tentación de retroceder o renunciar.  Cuarto, el consejero funciona como un vigilante, consciente de la realidad de la tentación, advirtiendo al aconsejado de los ataques del enemigo, y ayudándolo a diseñar medios de defensa en contra de las estratagemas del enemigo.  Quinto, el consejero funciona como maestro.  El curso no termina cuando el discípulo tiene un nuevo entendimiento bíblico.  La vida real es el campo de práctica, es el laboratorio.  El maestro necesita continuar reforzando las verdades que han sido aprendidas.

Deseo tomar estas cinco funciones y permitir que estructuren nuestro examen de los tipos de tareas que son apropiados en esta fase de la consejería.

1. Guía. Haz que el aconsejado construya una Agenda Bíblica Personal.  Primero, le pido al aconsejado que establezca metas para él mismo en las que se requieran cambios en él.  Debe preguntarse, “¿En qué áreas de mi vida diaria, Dios me está llamando a cambiar? (Ejemplo, cambios en el estilo de vida personal y los hábitos, cambios en las relaciones y cambios en la situación de vida).  Segundo, le pido al aconsejado que, debajo de cada meta, escriba una lista de maneras específicas de lograr esa meta.  El aconsejado está creando una lista de Tareas Estratégicas.  Los cambios instituidos tienen un propósito; deben hacer que el aconsejado se mueva hacia las metas de Dios.  Tercero, le pido al aconsejado que establezca prioridades tanto con respecto a las metas como a las tareas escritas debajo de cada meta.  Durante nuestra siguiente sesión afinamos el plan para que el aconsejado comience a actuar.

           Otra manera de ayudar al aconsejado a enfocarse durante la fase de acción en la consejería es trabajar en una lista de “Vestirse/despojarse”.  Quiero que el aconsejado se pregunte, “¿Qué cosas de mi vida, mis hábitos personales, mis relaciones y mi situación de vida necesitan ser abandonadas? ¿Qué no he estado haciendo que se que debo tener el compromiso de hacer?” Les dejo esto como una tarea porque quiero que el aconsejado tome responsabilidad de esta clase de autoexamen y planeación bíblica.  La planeación específica nos lleva a la obediencia específica.

           También es muy importante definir las responsabilidades.  Muchos aconsejados están confundidos con respecto a las cosas de las que son responsables y las que no. Para clarificar este asunto, les asigno una tarea sencilla basada en el llamado de Dios a “confiar y obedecer”.  (Ver la tarea “Clarificando la responsabilidad”).  La mayoría de la gente que ha hecho esta tarea ha salido beneficiada.  La presento de una manera muy sencilla diciendo, “Todos nosotros tenemos dos círculos en nuestras vidas, un círculo más pequeño de responsabilidad y un círculo más amplio de preocupación.  Nuestro círculo de responsabilidad contiene todas las cosas que Dios nos ha llamado para hacer.  Aquí estamos llamados a obedecer.  Estas responsabilidades no las podemos pasar a nadie más.  Son mandamientos de Dios en nuestra situación ordenada por Dios.  El segundo círculo es el círculo de la preocupación.  En este círculo están las cosas que son importantes para nosotros y son parte de nuestras preocupaciones diarias pero que no es nuestra responsabilidad producirlas y no están bajo nuestro control.  En estas cosas debemos confiar en Dios.  Quiero que tomes las cosas en tu vida y las coloques en el círculo correspondiente.”  Está tarea ha demostrado ser un método sencillo de clarificar el asunto de la responsabilidad.  También clarifica la causa de enojo, ansiedad, temor, manipulación, pasividad, y muchos otros pecados.  La raíz de toda clase de mal es intentar controlar donde eres llamado a confiar y no actuar donde eres llamado a obedecer.

           Una de las maneras en las que introduzco esta tarea es llevando al aconsejado a Romanos 12:17-21.  Pablo discute acerca de cuando alguien peca en tu contra.  Distingue entre la responsabilidad de Dios y la nuestra: no es nuestro deber pagar mal por mal; a Dios le corresponde la venganza.  Nuestra responsabilidad es vencer el mal con el bien.  Pablo dice, “dejad lugar a la ira de Dios”.  El está diciendo, “no intentes hacer el trabajo que le corresponde a Dios; no te entrometas.  Encomienda la venganza a Dios y haz lo que claramente te está ordenando que hagas”.  Pablo también dice “mientras dependa de vosotros estad en paz con todos”.  Tu responsabilidad es buscar la paz.  Pero no eres responsable de cambiar a las otras personas o convertir a un enemigo en amigo.  Debes confiar el resultado de tus esfuerzos a Dios – ya sea agradable o triste.  Este pasaje provee una forma simple de introducir la tarea acerca de la responsabilidad. Úsala o adáptala a aquellos a quienes aconsejas.

           2. Amigo.  El enfoque aquí es animar y apoyar al aconsejado con el evangelio cuando ellos realizan el duro trabajo de la aplicación.  Generalmente, les asigno estudios guiados de pasajes de la Escritura que subrayan nuestra identidad como hijos de Dios, la esperanza del evangelio, las promesas de Dios, los recursos que Dios ha provisto, el poder que Dios nos da para cambiar y obedecer, el ministerio actual del Espíritu Santo, el ver la lucha de hoy desde la perspectiva de la eternidad, y el poder de Dios sobre el mal.  Diseño cada tarea para las necesidades del aconsejado en particular, le pido que se la lleve a casa y trabaje en ella durante la semana, y luego la discutimos juntos al principio de la siguiente sesión.

3. Pastor.  En Hebreos 13 el pastor es descrito como alguien que cuida al pueblo de Dios, como alguien que va a dar cuentas.  La consejería es más que proveer consejos.  La consejería tiene una función pastoral.  Soy personalmente responsable delante de Dios de la gente que ha puesto bajo mi cuidado.  El pastor no sólo le da la verdad de Dios a la gente; también les pide cuentas en cuanto a la fe y obediencia a la verdad. En esta función les asigno dos tipos de tareas.  La primera es una tarea de evaluación.  La presento de esta manera:

·        Cosas que he aprendido (acerca de Dios, de mí mismo, de la vida, el evangelio, mi situación de vida, etc.)

·        Cosas que necesito aprender (áreas de confusión o duda).

·        Cosas que he cambiado (lista cambios específicos que han ocurrido)

·        Cosas que todavía necesitan cambiar

·        Cosas que estoy haciendo para atender las áreas donde se necesita el cambio.

Uso el formato tarea – discusión – acción que ya he mencionado varias veces.

La segunda tarea que empleo aquí es el diario.  Lo presento al aconsejado con las cinco preguntas, de la misma manera como describí anteriormente en este artículo.  Esto funciona muy bien como evaluación y como medida de supervisión.  También es fácil comparar este diario con el diario hecho anteriormente en otra etapa de la consejería.  Esto lleva al aconsejado a la alabanza sincera y al reconocimiento de la necesidad de consistencia, disciplina y mayores cambios.

5.Vigilante.  Aquí el consejero funciona de dos maneras principales.  Primero, el vigilante advierte.  Quiero mantener al aconsejado alerta de los ataques del enemigo.  Segundo, el vigilante protege.  Quiero ayudar al aconsejado a establecer defensas apropiadas contra estos ataques.  Daré un ejemplo de una tarea correspondiente a cada función:

·        Advertencia: Una tarea frecuente es una lista de “puntos de presión”.  Lo que quiero es que el aconsejado identifique dónde están teniendo lugar las luchas.  Quiero que identifiquen en qué son tentados a romper las reglas y tomar atajos.  Y quiero que consideren por qué son particularmente vulnerables en estos puntos.  La discusión que produce esta tarea es muy útil para preparar la agenda de la siguiente tarea.

·        Protección: Después de la tarea de los “puntos de presión”, usualmente le pido al aconsejado que diseñe un plan contra la tentación para lidiar con los lugares donde está ocurriendo el ataque.  A menudo, ya que los aconsejados han hecho la tarea y la hemos comentado, les pido que escriban los elementos importantes en una tarjeta, para tenerlos disponibles en el momento que la tentación ataca.  El plan incluye tres cosas:

·        Cosas para pensar (pasajes importantes, conceptos bíblicos importantes, advertencias).

·        Acciones para realizar (cosas que deben hacerse para tener la victoria sobre la tentación).

·        Una persona a quien llamar (alguien que haya estado de acuerdo a estar “de guardia” como apoyo y ánimo en tiempo con estos sean necesitados.

5. Maestro.  Finalmente, funciono como un maestro en medio de los estudiantes reunidos alrededor de la mesa del laboratorio.  El guía la aplicación del trabajo.  El maestro hace preguntas y observaciones que los estudiantes tal vez no hagan.  Inclusive enseña cosas nuevas cuando es apropiado.  Así, yo como un “experto en la materia” continuo enseñando a mis aconsejados cuando aplican las cosas que han aprendido.  Quisiera mencionar dos tipos de tareas de enseñanza.

Primero tenemos la tarea de interpretación bíblica.  El propósito de esta tarea no sólo es ayudar al aconsejado a pensar bíblicamente acerca de su vida sino también a aprender el proceso del desarrollo del entendimientos e interpretación bíblica válida de las cosas con las que tiene que lidiar diariamente.  Identificamos situaciones que todavía provocan confusión o lucha.  Encontramos pasajes relevantes de la Escritura y los asignamos como tarea.  Le pido al aconsejado que se haga cuatro preguntas en cada pasaje:

·        ¿Cómo describe esto Dios?

·        ¿Cuál es propósito de Dios en esto?

·        ¿Qué quiere Dios que haga?

·        ¿Qué recursos me ha dado Dios para esto?

Luego tomamos lo que ha aprendido de la Escritura y le ayudo a usarlo para interpretar lo está experimentado.

El segundo tipo de tarea que asigno en mi función de enseñanza es la tarea de nuevo tema.  Esta tarea está orientada a los temas específicos que el aconsejado no entiende desde una perspectiva bíblica.  Algunos ejemplos de estos temas podrían ser finanzas, sexo, trabajo y carrera, la iglesia, la educación de los hijos, comunicación, vida devocional personal, etc.  Diseño estudios guiados apropiados al nivel de madurez del aconsejado.  Deseo que aconsejado excave un poco antes de que discutamos juntos el tema.

La meta final de la consejería es llegar a la acción.  Tiene que ver con realmente hacer lo que Dios me ha llamado a hacer en el lugar de la vida que Él ha ordenado para mí.  Para los consejeros este paso de acción significa guiar, ser amigo, pastorear, proteger y enseñar.  La tarea es una de las herramientos que el consejero bíblico debe usar para cumplir estas metas.  Las razones de todo esto son muy claras.  Esta fase de la consejería se dirige a la acción.  La tarea logra eso exactamente.  Requiere que el aconsejado actúe.  Requiere que acepte responsabilidad por los cambios en su vida.  Requiere que excave, estudie, evalúe, haga, y haga de nuevo.   Y que edifique su músculo espiritual y disciplina espiritual al mismo tiempo.

Es difícil enfatizar demasiado la importancia de las tareas en la consejería que tenemos con personas como Sue, Fran y Bill, Judy y Bart, a quienes Dios envía a nuestro camino.  La tarea no es un lujo.  No es algo que se agrega al proceso normal de consejería bíblica.  Es una parte vital de la consejería bíblica productiva.  Las tareas son útiles ya sea que estemos edificando relaciones, recabando información, confrontando el pecado, ofreciendo el consuelo de Cristo, o haciendo aplicaciones concretas.  Hacen que el aconsejado se mantenga activo; lo mantiene en la Escritura; involucra el corazón; lo hace responsable de su comportamiento.  Jay Adams, al discutir acerca de las tareas, dice:

“Desde el principio, se requiere a los aconsejados que hagan lo que Dios espera de ellos a la luz de la Escritura y en dependencia del poder del Espíritu Santo.  El consejero no hace la tarea en lugar de ellos.  El los dirige; él es un pastor que guía a las ovejas.  Sin embargo, ellos realizan su trabajo.  El insiste en que ellos aprendan a “ocuparse de su salvación” (solución) a través de la obediencia a Dios y dependencia en Su ayuda.  Las tareas ponen el énfasis donde es debido – en la responsabilidad del aconsejado hacia Dios y su prójimo”[10]



Respondiendo a las Circunstancias de la Vida





Lee el siguiente cuento cuidadosamente.  (El consejero escribe un párrafo que relaciona con una de las circunstancias en la vida del aconsejado.)



Escribe cinco maneras en que una persona debe de responder a la situación arriba y luego piensa en la meta o propósito de cada una.



                             RESPUESTA                                                            RESPUESTA



1.                                                                                    1.



2.                                                                                    2.



3.                                                                                    3.



4.                                                                                    4.



5.                                                                                    5.





¿Cómo has respondido tú a ___________________________?



__________________________________________________________________

__________________________________________________________________



¿Qué te dice esto acerca de los deseos y propósitos de tu corazón? __________________________________________________________________

__________________________________________________________________

__________________________________________________________________

__________________________________________________________________



ACLARANDO RESPONSABILIDAD


Responsabilidad

Obedecer

Importancia

Confiar
1. _________________

2. _________________

3. _________________

4. _________________

5. _________________

6. _________________

7. _________________

8. _________________

9. _________________

10. ________________



1. _________________

2. _________________

3. _________________

4. _________________

5. _________________

6. _________________

7. _________________

8. _________________

9. _________________

10. ________________



Asuntos que son importantes en mi vida pero no son mis responsabilidades. Estas cosas tengo que encomendar a Dios.

Asuntos que son mis responsabilidades ordenadas por Dios, y por lo tanto no pueden ser dados a nadie más.


Cambios que tengo que hacer:


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[1] Presenté a Fran y Bill en mi artículo previo, “Las tareas y la Consejería Bíblica”, The Journal of Biblical Counseling, XI:2 (Winter, 1993), pag. 22

[2] Mateo 7:1-5; Lucas 6:37-42

[3] Hebreos 4:15-5:9 es un pasaje notable que motiva la confianza en Cristo a través de remarcar Su identificación con nosotros.

[4] Ver 2 Corintios 1:3-4, 1 Tesalonisenses 2:2-10, y Hehos 20:17-38 que son tres pasajes extensos en los que el amor y la honestidad personal establecen el escenario para el ministerio efectivo de la Palabra.  Pablo continuamente construye la relación con sus oyentes, aun en esas epístolas que son relativamente más “impersonales” y “objetivas” (por ejemplo, Efesios, Colosenses, Romanos):

[5] Efesios 4:15

[6] Un ejemplo de un Inventario de Información Personal (IIP) puede ser encontrado en “The Christian Counselour´s Manual” (USA: Presbyterian & Reformed, 1973) de Jay Adams, páginas 433-435.

[7] Esta hoja puede se útilmente combinada con el pamfleto de Jay Adams, “Christ and your Problems” (Phillipsburg, New Jersey: Presbyterian & Reformed, 1971) el cual explica 1 Corintios 10.13

[8] 2 Samuel 12:24-25

[9] Por ejemplo: versos 2-5, 17, 18, 25

[10] Jay E. Adams, The Christian Counselor´s Manual (USA:Presbyterian & Reformed, 1973), p. 306


Pablo David Tripp es Director Académico de la fundación de Consejería y Educación Cristiana y maestro de consejería de Westminster Theological Seminary en Filadelfia, EE.UU.

Tomado del Journal of Biblical Counseling (Vol. 11, Número 2, Invierno 1993), usado con permiso.

Traducido y adaptado para AP por Leticia Calçada

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