EL EVANGELIO DE JESUCRISTO RESUCITADO

por Oscar Tenes Pellecer

INTRODUCCION

Para principiar con este tema leeremos lo que el apóstol Pablo escribió en 2 Corintios 11:4-6 dice: “Porque si viene alguno predicando a otro Jesús que el que hemos predicado, o sí recibís otro espíritu que el que habéis recibido u otro evangelio que el que habéis aceptado, bien lo toleráis; y pienso que en nada he sido inferior a aquellos grandes apóstoles.  Pues aunque sea tosco en la palabra, no lo soy en el conocimiento; en todo y por todo os lo hemos demostrado”

Es clara la recomendación del apóstol Pablo, en cuanto a como  debe ser nuestra predicación;  enfatiza tres aspectos asi:
1. OTRO JESUS: Debemos predicar a Jesucristo Resucitado, ya que si el no resucito vana es nuestra predicación, leamos 1 Corintios 15:14-15 “Y si Cristo no resucito, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe. Y somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos testificado de Dios que él resucitó a Cristo, al cual no resucitó, si en verdad los muertos no resucitan”
2. OTRO ESPIRITU: No podemos recibir otro espíritu que no sea el espíritu de amor y de consolación inspirado en el evangelio después de la cruz, leamos 2 Corintios 1:3-4 “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios” Ahora bien, este no es el espíritu que perneaba cuando la ley de Moisés estaba vigente, el espíritu de la ley era de condenación y se mezclaba con reglas o disposiciones de hombres, lamentablemente en la actualidad algunos  equivocadamente, pretenden regirse por este espíritu, así como por  reglas y disposiciones de hombres..
3. OTRO EVANGELIO: Asi mismo el evangelio que debemos predicar es el de la incircusición, que aplica después de la cruz, y que fue dado por Dios al apóstol Pablo (Galatas 1:11-12) esto se llevó a cabo en el tercer cielo o en el paraíso (2 Corintios 12:1-4)...

Dicho de otra manera, nosotros los que Dios a levantado para predicar su palabra o como pastores, no podemos dar otro anuncio, adicional al que ya fue dado después de la cruz, el cual fue dado por Dios mismo; Por otro lado, recordemos que el que puso el fundamento fue Pablo y ese fundamento es Jesucristo (1 Corintios 3:10-11)  Analicemos estos detalles a continuación.

EL CENTRO DE NUESTRA PREDICACION

Leemos en la Biblia en Filipenses 1:12-18  lo siguiente: “Quiero que sepáis, hermanos, que las cosas que me han sucedido, han redundado más bien para el progreso del evangelio, de tal manera que mis prisiones se han hecho patentes en Cristo en todo el pretorio, y a todos los demás. Y la mayoría de los hermanos, cobrando ánimo en el Señor con mis prisiones, se atreven mucho más a hablar la palabra sin temor.  Algunos, a la verdad, predican a Cristo por envidia y contienda; pero otros de buena voluntad.  Los unos anuncian a Cristo por contención, no sinceramente, pensando añadir aflicción a mis prisiones; pero los otros por amor, sabiendo que estoy puesto para la defensa del evangelio.  ¿Qué pues? Que no obstante, de todas maneras, o por pretexto o por verdad, Cristo es anunciado; y en esto me gozo; y me gozaré aún”

Estos versículos denotan como Pablo centraba su atención en Cristo y en este resucitado.  El predicar el evangelio no es simplemente predicar una doctrina; es predicar a Jesucristo y a este como Señor, es decir como Dios mismo, así como también, declarándolo Dios sobre todas las cosas. Esto significa que Jesucristo es el primero, es el que lleva la preeminencia en todas las cosas; eso quiere decir, que  tenemos que presentar a Jesucristo resucitado, por eso Pablo lo expreso claramente en 2 Corintios 5:16 “De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne; y aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos asi”

Derivado de esto, podemos exponer que la principal implicación consiste en que el centro de nuestra predicación es Jesucristo y este resucitado. No es presentar a Jesús antes de la cruz o sea a Jesucristo cumpliendo la ley, porque la ley Jesucristo la abolió con su sacrificio en la cruz (Romanos 1:4) por eso Pablo dice que aun si ha Cristo conocimos según la carne, ya no le conocemos así.  No lo conocemos guardando la ley sino que lo conocemos resucitado, en otras palabras el evangelio se presenta en otro espíritu que no es un espíritu de condenación, como se acostumbraba antes de la cruz del Calvario; sino de amor, de consolación,  y de justificación, lo cual es el verdadero Espíritu de gracia. 

En el evangelio se nos presenta a todos nosotros ya justificados, leamos Romanos 5:1 “Justificados, pues, por la fe, tenemos para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”  Pero es muy evidente, como menciona el apóstol Pablo que esto es aparte de la ley (Romanos 3:21)  

HACIENDO LA VOLUNTAD DE DIOS

Leemos en Hebreos 10:29 lo siguiente: ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia?

Algo importante de entender es que: Si alguien le hace afrenta al espíritu de gracia, esto se genera o se lleva a cabo, cuando se toma a la iglesia de Jesucristo, o sea a su esposa que es la iglesia, y se le maltrata con predicas o enseñanzas de condenación, de maldición;  emanadas de enseñanzas que aplicaban antes de la cruz, como es costumbre en algunas iglesias.  Se les  juzga, se les esclaviza, con opiniones de los mismos pastores o predicadores y no con la opinión de Dios;  entendamos amados hermanos,  los pastores o predicadores, no fuimos escogidos para hacer nuestra voluntad, sino la voluntad de Dios, la cual es agradable y perfecta, eso es el año agradable del Señor, la cual consiste en amor y en consolación.

Si como menciona el apóstol Pablo somos administradores de los misterios de Dios (1 Corintios 4:1)  Y uno de los misterios en la Biblia nos dice que: Tenemos que presentar a la iglesia de Cristo santa y sin mancha (Efesios 5:25-27)  sin condenación, sin escogencia ni preferencias, por consiguiente asi tenemos que presentarla.

Podemos fácilmente comprobar que, nadie ha resistido a la voluntad de Dios; por lo tanto, hay que acatar la voluntad del alfarero; por eso Pablo dijo ya no vivo yo pues vive Cristo en mi (Galatas 2:20) estamos en su perfecta voluntad, el evangelio es aceptación hacia los demás tal y como Dios lo hizo, aceptándonos a nosotros tal como somos (Efesios 1:6)  El espíritu del evangelio fue dado para consolar, para edificar y para redargüir, asimismo el evangelio es un espíritu de consolación.  Y esto se logra por el Espíritu Santo que ya está en nosotros y que nos fue dado (Romanos 5:5) Este es el año agradable del Señor.

Por consiguiente las intenciones del que predica deben estar claras; debe poseer la suficiente madurez, y entendimiento; siendo lo primordial en su enseñanza el tener claro que toda la obra es del Señor y no de él mismo, Pablo dice que algunos predican por envidia, otros por contienda nosotros no podemos predicar el evangelio pensando contender con otras personas, o contender con otras opiniones;  Dios no nos llama a predicar un evangelio por contención, tenemos que predicar el evangelio de buena voluntad, no como algunos que solo predican por contienda.

Debemos procurar no tratar de  echar la culpa a los demás de lo que pase a nuestro alrededor; Pablo es contundente cuando afirma: Una de dos, o se predica el evangelio por amor, soportando los padecimientos las aflicciones, y luchando legítimamente. O lo hacemos por contienda, por vana gloria, por ignorancia o por comercio, como algunos acostumbran.


CONCLUSION:

2 Timoteo 1:7 dice: “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”

Esta palabra es Clara, Dios no nos creo y nos escogió para que andemos o seamos temerosos, sino libres, con convicciones propias, sin someternos a hombres, pues al someternos a estos nos volvemos sus esclavos.

Pablo pudo discernir en su tiempo, que no todos en ese tiempo predicaban el evangelio legítimamente; esto es semejante a lo que aconteció a Jesús cuando vivió, “vinieron a el algunos diciendo que en el nombre de el habían hecho muchas cosas, pero Jesús les contesto, apartados de mi nunca os conocí hacedores de maldad, asimismo en nuestro tiempo hemos visto a muchos enriquecerse por medio del Evangelio, pero recordemos lo que dice Galatas 6:7 “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará”.

El mismo Pablo dice en 1 Timoteo 3:1-6 “Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea.  Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar; no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro, que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿Cómo cuidará de la iglesia de Dios?) no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo”

Además Pablo en sus escritos dijo en 2 Timoteo 2:1 “Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús” pero tenemos que luchar legítimamente, tenemos  que correr la carrera de una buena manera, yo golpeo mi cuerpo y lo pongo en servidumbre dice Pablo, esto  para que queriendo ser heraldo yo mismo no sea eliminado de la carrera, la carrera del evangelio es simple es de predicar con limpia conciencia a fin de que el evangelio se anuncie con gracia, Pablo sabia que había algunos que no predicaban correctamente que predicaban para su vana gloria; Por consiguiente, no podemos atemorizar, pues Dios no nos ha dado espíritu de temor sino de poder, de amor, y de dominio propio.

Otra cosa importante es que para predicar el evangelio, únicamente tenemos que seguir las instrucciones que ya están en la Biblia , no las nuestras, es necesario que se predique de buena voluntad, donde se presente a Jesucristo como Dios con un espíritu de amor y respetándole a él, a su palabra y a quienes nos escuchan;  esto es  sin temor y esclavitud, esto denota que no debemos esclavizar. La Biblia dice que el conocimiento envanece pero el amor edifica.

El secreto es amar a Dios, pero ¿Cómo amamos a Dios? La respuesta es simple y es “amando a los demás, es decir a nuestro prójimo.  Al predicar debemos ser amadores de verdades, esto se logra predicando lo que dice el evangelio en la Biblia y fundamentalmente amándonos unos a otros.  La Biblia dice que todo se acabará, pero permanecerán para siempre la fe la esperanza y el amor. Siendo el más grande de estos tres el amor (1 Corintios 13:13)

Por otro lado, cuando se predica y se quita el ingrediente del amor, nuestra predicación se convierte en un evangelio diferente. Dios es amor y la doctrina o anuncio que debemos enseñar, esta doctrina o anuncio debe basarse en el amor y en la  consolación hacia nuestros hermanos. ¡GLORIA A DIOS!


PASTOR, LICENCIADO: OSCAR ENRIQUE TENES PELLECER
MINISTERIO DE JESUCRISTO RESUCITADO
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Email: famtenes@yahoo. com

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