Salmos para Cantar
Salmos Bíblicos
Antiguos y Modernos

SALMO 77  SALMO 78  SALMO 79  SALMO 80  SALMO 82 
SALMO 84  SALMO 87  SALMO 88  SALMO 89

Salmo 77

1 Yo con mi voz clamé á Dios;
Clamé por que él me escuchará;
El día de mi angustia fuí
En busca del Señor Jehová.

CORO

Sus obras nunca olvidaré,
Antiguas maravillas mil;
Meditaré en ellas hoy;
Diré que nunca tienen fin.

2 ¿Acaso ha olvidado Dios?
¿Cerró con ira su piedad?
¿Los años de su diestra ya
Olvido? ¿Tan enfermo estoy?

3 De noche incesante el mal,
Desmayo, quejas y clamor,
De Dios recuerdos sin placer.
Consuelo mi alma rechazó.

4 Mis párpados temas tu,
No hablaba; el mal me quebranté;
Los años de los siglos ví;
De días larga sucesión.

5 Cada canción nocturna fué
Traída á cuenta y reflexión;
¿Acaso desechó sin fin?
¿Acaso ya murió su amor?

(Es de Salmos de David en Verso Coleccionados por el Revdo. Neill E. Pressly,
publicado por Imprenta "La Fe Cristiana", 1909)

SALMO 78

1 Que sepa la posteridad.
Los hechos del Señor;
El padre al hijo contará
La historia de su amor.

2 Un testimonio levantó
Ley puso en Israel,
Al exigir su trasmisión
Y cumplimiento fiel.

3 Que puede esta ley saber
En todo el porvenir,
Los hijos á su hijos den
encargo hasta el fin.

4 Confianza en Dios
Sin olvidar el bien
Debido á sin igual bondad
Sin olvidar su ley.

(Es de Salmos de David en Verso Coleccionados por el Revdo. Neill E. Pressly,
publicado por Imprenta "La Fe Cristiana", 1909)

  Salmo 79 Versos 8, 9, 11.

1 En contra nuestra la maldad
De infiel progenitor
No quieras, Padre, recordar,
Ten pronto compasión.

2 Nos anticipe tu piedad;
A triste condición
Estamos reducidos ya;
A prisa ven, Señor.

3 Auxiliamos, ¡oh Salvador!
Tú nombre honra así;
Libértanos, y cubre hoy
Pecados contra ti.

4 Del preso el triste suspirar
Escucha, é interven
En pro de los que á morir van
Los guarde tu poder.

(Es de Salmos de David en Verso Coleccionados por el Revdo. Neill E. Pressly,
publicado por Imprenta "La Fe Cristiana", 1909)

         Salmo 80: 1, 8.

1 Escucha, benigno Pastor de Israel,
Que como á oveja cuidaste á José,
Que sobre querubes de gloria estás,
Delante del mundo esplenda tu faz.

2 Tú, de los ejércitos Dios sin rival,
Apiádate y mira el estado fatal
De lo que tu diestra divina plantó,
La vida escogida que tuya nació.

3 Nos tornaremos de ti que nos das
La vida de santificamos capaz;
Tu nombre invocando podremos volver,
Y salvos seremos tu rostro al ver.

(Es de Salmos de David en Verso Coleccionados por el Revdo. Neill E. Pressly,
publicado por Imprenta "La Fe Cristiana", 1909)

   Salmo 80: Versos 14-19.

1 Dios de los huestes, torna ya
Tu faz, y míranos aquí;
De célicas alturas paz
Trayendo, baja hasta tu vid.

2 Tu diestra, Eterno, la plantó
No pienses en dejarla, pues;
Que tu ceñuda reprensión
Consumirá su poco bien.

3 Al hombre de tu diestra ten
De tu promesa y protección;
Y lograremos no volver
Nunca, Señor, de ti en pos.

4 Tu nombre á invocar con fe
Ayúdanos, Eterno, Amor;
Tu rostro haz resplandecer,
Y da completa salvación. 

(Es de Salmos de David en Verso Coleccionados por el Revdo. Neill E. Pressly,
publicado por Imprenta "La Fe Cristiana", 1909)

Salmo 82

  Dios es en el reunión de los dioses
De Dios: En medio, muy atento,
De Jueces juzgando está.
¿Hasta cuando oh hombres hasta cuando
Juzgareis vosotros injustamente?
Y contra el pobre y el inocente
¿Aceptareis de voluntad
A los impíos, hombres de maldad?

  Al pobre y simple haced derecho,
Y al huérfano más sin cohecho:
Al menesteroso juzgad,
Y al pobre así justificad.
Librad pues al pobre oprimido,
Y al menesteroso afligido:
Librado de mano
De los llenos de iniquidad.

  No saben; sus almas impuras
Andan en tinieblas oscuras:
Y vacilando todos están
Los cimientos de la tierra tiemblan.
Dioses sois vosotros, yo dije
Todos hijos del Altísimo.
Pero como hombres moriréis:
Como cualquiera caeréis.

  Levántate, oh muy potente,
Juzga la tierra justamente:
Porque, Señor, heredarás
Todas las gentes con paz

(Es de los Salmos metrificados por Juan LeQuesne, de 1606, utilizando el deletreo moderno del castellano.)

            SALMO 84:1,2,4

1. ¡Cuán amables son tus moradas,
oh Dios de los ejércitos, Jehová!
Anhela mi alma ardientemente,
desea los atrios de Dios.

2. Bienaventurados los que habitan
en tu presencia, oh Señor.
Mi corazón canta al Dios vivo:
“Tú eres mi Dios y mi Rey”.

(Se puede encontrar la melodía en el libro Cánticos Espirituales, Publicaciones Andamio, c/. Alts Forns no 68 – 08004 Barcelona, teléfono 432-2523)

          Salmo 84:1-5.

1 Amables tus moradas son,
Omnipotente Sér;
Anhelo aquel recinto ver,
La Sión de Dios.

2 El alma mía, oh Santo Dios,
Defalleciendo está;
Y con mi carne voces da
Mi corazón

3 Hasta el gorrión albergue halló,
Y nido para criar.
La golodrina, oh Jehová,
Los compartió.

4 En tus altares, oh Señor,
Aun estás  aves hay;
Y lejos tengo que vagar,
Mi Rey, mi Dios.

5 Dichosos los que están allí;
Te alaban sin cesar;
Tu eres quien fuerza les das;
Viven por ti.

(Es de Salmos de David en Verso Coleccionados por el Revdo. Neill E. Pressly,
publicado por Imprenta "La Fe Cristiana", 1909)

                       Salmo 87

  Su cimiento está en montes muy sagrados
De santidad. Las puertas de Sión
Dios ama más que todas las moradas 
De Jacob, los lugares amados.

  Cosas de ti de honra vánse diciendo
Ciudad de Dios. De Egipto acordárme he,
De Babilonia así me acordaré
Entre los que aun me están conociendo:

  He aquí Tiro, y Palestina bella,
Etiopia más: este nació allá.
Y de Sión un día se dirá.
Este y aquel han nacido en ella.

  Y la virtud de Dios el Omnipotente
La mantendrá y fortificará.
El Altísimo así los contará:
Al inscribir a los pueblos.

  Allí nació este. Y al Altísimo
Cantores aun entonces cantarán:
Músicos más de flautas se holgarán.
Y en ti estarán todas mis fuentes.

(Es de los Salmos metrificados por Juan LeQuesne, de 1606, utilizando el deletreo moderno del castellano.)

Salmo 88

  Yo clamo, oh Dios mi Salvador,
Delante de ti noche y día.
Entre la suplicación mía
Delante de ti, oh Señor:
A mi clamor y voz ayna
Oh Señor, tu oído inclina.

  Porque de males harta está
Mi alma: y mi vida ha Vegado
A la sepultura. Y contado
Yo soy oh Jehová, con los
Que al hoyo descienden a una:
Soy como hombre sin fuerza alguna.

  Abandonado entre los muertos me has:
Como los que pasados a espada.
Que duermen en el sepulcro,
Que son de tu memoria  cortados,
Me has puesto en tinieblas oscuras:
En hoyo profundo, y honduras.

  Reposa sobre mi
Tu furor: y más afligido
Con todas tus ondas he sido.
Alejaste de mí así
Mis conocidos: y me has puesto
A ellosen  horror con todo esto:

  Soy encerrado, y no saldré.
Enfermaron los ojos míos
De aflicción, con los lloros suyos.
Oh Señor Dios llamádote he,
Y a ti cada día extendido.
Mis manos he, muy oprimido.

  ¿Milagro a los muertos harás?
¿Levantarse han los muertos
Para alabarte Altísimo?
¿Será tu gran bondad demás
En el sepulcro pues contada?
¿Tu verdad en la muerte se hablara?

¡Será tu maravilla así
En las tinieblas conocida!
¿Y su justicia más cumplida
En la tierra de olvido así?
Y a ti, oh Dios, yo he clamado,
Y con mis ruegos madrugado.

  ¿Porque me desechas? ¡oh Dios!
¿Tu rostro escondes glorioso
De mí? yo soy menesteroso:
Desde la mocedad tu voz,
Y tus temores he llevado,
Y siempre medroso he estado.

  Sobre mi tus irás fueron,
Tus espantos hánme cortado.
Como aguas hánme rodeado
De contínuo, y me cercaron.
Has alejado de mí, digo,
En la tiniebla mi amigo.

(Es de los Salmos metrificados por Juan LeQuesne, de 1606, utilizando el deletreo moderno del castellano.)

  Salmo 89 Versos 15-18

1 ¡Conocer el grande aviso!
Dicha tal pueblo sabedor;
Es la luz de su camino
La benigna faz de Dios.

2. En tu nombre todo el día
Regocijo tiene, y paz;
Comprendiendo tu justicia
Ensalzado al fin será.

3 Porque de su fortaleza
Gloria eres y canción;
Nuestro cuerno de defensa 
Afianzóse es tu favor.

4 Propiedad es nuestro escudo,
La razón es nuestra bien,
Del Señor amante y justo,
Del Rey santo de Israel.

(Es de Salmos de David en Verso Coleccionados por el Revdo. Neill E. Pressly,
publicado por Imprenta "La Fe Cristiana", 1909)


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