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Salmo 19: Versos 7-10

1 Perfecta ley la de Jehová,
El alma vuelve al bien.
Al simple testimonio da
Que le es luz y sostén.

2 Preceptos rectos promulgó,
De gozo manantial,
Pura es la ley que ordenó,
Lumbrera espiritual.

3 Temor de Dios limpieza da,
Durable hasta el fin;
Sus juicios todos son verdad,
De centro á confín.

4 Que el oro son de más valor
Que el más rico caudal;
Supera de ellos el dulzor
Al del mejor panal.

(Es de Salmos de David en Verso Coleccionados por el Revdo. Neill E. Pressly,
publicado por Imprenta "La Fe Cristiana", 1909)

     SALMO 19:7-11

1 La ley perfecta es de Jehová;
Convierte el alma al bien;
Fiel testimonio del que da
Al párvulo saber.

2 Es recta de Jehová la ley,
Alegra el corazón;
Preceptos da al que le es fiel
Que aclaran su visión.

3 Purificante es el temor
De Dios, y durará;
Sus ordenanzas justas son
Compendio de verdad.

4 Que el oro más deseables son;
Que el refinado más;
Que miel más dulce, que licor
Goteado del panal.

5 Su siervo amonestado es
También con su temor;
El Maestro recompensa bien
A su fiel guardador.

(Es de Salmos de David en Verso Coleccionados por el Revdo. Neill E. Pressly,
publicado por Imprenta "La Fe Cristiana", 1909)

  Salmo 19: Versos 1-3, 7, 10, 14

1 Los cielos y tierra declaran Señor,
La gloria y potencia de su Creador,
El día y la noche levantan su voz,
Y en preces humildes alaban á Dios.

CORO

Que tu gloria Señor,
Que tu gloria Señor
Se declare por mi boca,
Por los siglos. —Amén.

2  Oh Dios, tu palabra un sol es de bien
Como rayos gloriosos y que á cada quien
Recibe sus luces, le da tu solaz 
Y le hace más sabio, contento y veraz. —Coro

3 Que plata ó que el oro es mucho mejor
O piedras ó joyas de mucho valor,
Aun miel que destila del rico panal
No tiene dulzura que sea su igual. —Coro.

4 De todos lo males te pido, Señor;
Me libres haciendo escaparme mejor
De altivos pecados y_ ocultos porque
Jamás su dominio mortal sufriré —Coro.

5 Que sean mis palabras y meditación
Contigo muy gratas y de aceptación,
Te es cosa que pido con todo fervor
Sostén en mi vida mi Redentor. —Coro.

(Es de Salmos de David en Verso Coleccionados por el Revdo. Neill E. Pressly,
publicado por Imprenta "La Fe Cristiana", 1909)

     Salmo 19:9-14

1 Sin mancha es el temor de Dios
Y siempre es eternal;
De Dios los juicios son verdad,
Y justicia cabal.

CORO

Oh, ¡qué amor á Tu ley!
Oh, ¡qué amor á Tu ley!
Ahora es mi meditación todo el día
Oh, ¡qué amor á Tu ley!
Oh, ¡qué amor á Tu ley!
Ya es mi meditación todo el día.

2 Más que oro mucho del crisol
Deseado has de ser;
Más dulces que aun miel de panal
Preciosos de placer.

3 Pues á tu siervo enseñarán
A guiar su vida bien,
Riquezas grandes se darán
A todos los cumplen.

4 ¿Sus culpas quien conocerá?
De culto error de paz,
También de su arrogante error
Tu siervo librarás.

5 Tampoco les permitirás
Tenerme en dominión,
Pues, justo y libre yo seré
De la gran rebelión.

(Es de Salmos de David en Verso Coleccionados por el Revdo. Neill E. Pressly,
publicado por Imprenta "La Fe Cristiana", 1909)

Salmo 19

  Los cielos de alta voz
Cuentan del Señor Dios
La gloria sin parar:
De sus manos así
El firmamento en sí
Nos denuncia el obrar.
  Recordando está mas
Palabra por compás
Un día al otro día;
y la noche también
Declara a la otra el bien
De su sabiduría.

  De ellos palabra acá,
Ni voz oída está:
Mas en tierra salió
Su hilo, y se oyeron
Al cabo del mundo aun
Sus palabras: y dio
  Para el sol demás
En ellos a jamás
Tabernáculo claro.
Y como un novio él es
Que sale a cada vez
De tu tálamo raro:

  Se alegra en su sazón
Como fuerte varón,
Para presto correr
Su curso natural:
y su salida tal
Como se suele ver,
  Desde el un cabo está
De los cielos hasta
Que sus cabos rodea,
Y no hay con valor
Quien de su gran calor
Se esconda cual que sea.

  Del Altísimo Rey
Muy perfecta es la Ley,
Que el alma hace volver:
Su testimonio de él
Al pequeño es fiel,
Que lo hace entender.
  Sus mandamientos son
Rectos, que el corazón
Alegran con su sombra:
Puro está de el Señor
El precepto, es esplendor
Que los ojos alumbra.

          (. . . )

  Del Señor el temor
Limpio es, que con amor
Permanece a jamás:
Sus derechos, verdad,
Son con toda equidad.
Y deseables mas
  Que el oro puro son,
Y más que mucho oro aun
Afinado: y los tales
Al corazón sin hiel
Son mas dulces que miel,
Y licor de panales.

  Con ellos es también
Amonestado a bien
Tu siervo en toda paz:
En guardarlos está
Gran salario, y habrá.
Sus errores demás,
  Quien los entenderá,
¿Quien los conocerá,
Y nombrará de cierto?
Soberano Señor
Líbrame del error
Oculto y encubierto.

  Así mismo detén
De soberbias, y ten
Tu siervo sin maldad,
Que no domínenme,
Y enseñoréense
De mí con potestad:
  Entonces yo seré Perfecto,
Y estaré Limpio de gran pecado,
Y de gran rebelión:
Y yo con bendición
Tu siervo conservado.

  ¡Sea en gracia mi voz!
Y voluntario ó Dios
De mi boca el hablar:
Y la meditación
Del mío corazón
En todo su pensar,
  A jamás sea así
Delante ó Dios de ti,
Mi Señor, Roca mía,
Mi Dios, mi Redentor,
Y mío Salvador,
Guiador de mi vída,

(Es de los Salmos metrificados por Juan LeQuesne, de 1606, utilizando el deletreo moderno del castellano.)

SALMO 20: Versos 1-5

1 El día que te aflija el mal
Respóndate el Señor;
Se nombra el Fuerte de Jacob
Tu invicto defensor.

2 De su santuario salvación
Envíete Jehová;
Su fortaleza desde Sión
Tu amparo fiel será.

3 Presente tenga cada don
Humilde de tu fe;
En tu consejo y ambición
Buen éxito te dé.

4 De gozo r tu libertad,
Oiráse á una voz:
“¡Bandera santa enarbolad!”
Oyó tus preces Dios.
(Es de Salmos de David en Verso Coleccionados por el Revdo. Niell E. Pressly,
publicado por Imprenta "La Fe Cristiana", 1909)

SALMO 20: VERSOS 1-4

1 Respóndate el Eterno Amor
En angustioso día;
El nombre del Dios de Jacob
Te de alzada vía.

CORO
Gozamos con tu salvación,
Y en nombre de Jehová
Enarbolamos el perdón;
Tus ruegos él oirá.

2 Desde el santuario él te envíe
Ayuda, y desde Sión
Su fortaleza para ti
Será precioso don;

3 Presente tenga tu oblación,
Y tus presentes vea;
Te dé lo de tu corazón,
Propicio á tu idea.

4 Del cielo santo, ya lo sé,
El á su Ungido da
Salud con diestra fuerte y fiel,
Y siempre le oirá.
(Es de Salmos de David en Verso Coleccionados por el Revdo. Niell E. Pressly,
publicado por Imprenta "La Fe Cristiana", 1909)

        Salmo 20

  En el día de pesadumbre
Oigate Dios en paz;
Ensálzate el alto nombre
Del Dios de Jacob. Mas
Te envíe ayuda prestamente
Desde su Santuario:
Y desde Sión te sustente
Y dé lo necesario.

  De tus presentes ofrecidos
Tenga memoria: así
Tus holocaustos reducidos
Que requiere de ti
En ceniza estén.
Dé ti mismo
Conforme a tu deseo
y cumpla todo el Altísimo
Tu consejo no feo.

  Con tu salud, ó Rey muy diestro,
Alegrar nos hemos,
Y en el gran Nombre del Dios nuestro
Pendón alzaremos:
Cumpla todas tus peticiones
El Señor Dios del cielo:
Dé a tus ruegos y oraciones
Favor, gracia y consuelo.

  Conocido he que su Ungido
Ha guardado el Señor:
Y de su santo cielo oído
Con tu diestra y valor.
Estos en carros y caballos
Esperaron su gloria;
Mas del Señor
Tendremos nos memoria.

  Estos fueron arrodillados
Y abajo cayeron:
Mas nosotros muy levantados
Somos en corazón.
Salva ó Dios, ó omnipotente,
Que el Rey nos oiga el día
Que de invocarlo justamente
Tendremos esta vía.

(Es de los Salmos metrificados por Juan LeQuesne, de 1606, utilizando el deletreo moderno del castellano.)

        Salmo 21

  Señor, el Rey se alegrará
En tu gran fortaleza,
En tu virtud y pieza:
Y mucho más se gozará
Señor en tu salud,
Cantando tu virtud.

  Diste le dé su corazón
El deseo cumplido
De ti favorecido:
Todo lo que pronunciaron
Sus labios y su voz
No le negaste oh Dios.

  Mismo lo adelantarás
En peticiones suyas
De bendiciones tuyas
Puesto sobre su cabeza has
De oro fino demás
Corona en toda paz.

  Vida Señor te demandó,
Dístese la en tus vías;
Y longura de días
Por siglo y siglo él alcanzó.
Grande es en tu salud
Su gloria y su quietud:

  Sobre la majestad y esplendor
Has puesto: y sin ficciones
A jamás bendiciones
Puesto lo has oh Salvador;
Lo hiciste alegrar
Con tu rostro, y gozar.

  ( . . . )

  Por cuanto el Rey confía en Dios:
Y en la misericordia
De Dios, Dios de concordia
Espera su clamor y voz:
No titubeará,
Nunca resbalará.

  Tu mano alcanzando estará
A todos tus contrarios,
Y tuyos adversarios:
Tu diestra más alcanzará
A los que te odiaron,
Y te aborrecieron.

  Poner los has en tu furor
Como horno de fuego:
Y los deshará luego:
En la ira suya el Señor:
Fuego ardiente, echará
Que los consumirá.

  De la tierra aniquilarás
Su fruto, y su simiente.
Porque mal ciertamente
Contra ti han tendido: Mas
En su maquinación
No prevalecieron.

  Aparte pues poner los has:
Y apuntarás derechas
A sus rostros tus flechas.
Con fuerza ó Dios te en salzarás:
De ti cantaremos,
Tu valor diremos.

(Es de los Salmos metrificados por Juan LeQuesne, de 1606, utilizando el deletreo moderno del castellano.)

                      Salmo 22

  Dios mío, oh Dios, ¿porque dejado me has?
De mi salud ¿porque lejos estás?
¿Y de el clamor, de las palabras mas
De mi bramido?

  Dios mío, a ti grito y clamo oprimido,
De día y noche, y no soy entendido;
Y para mi silencio no ha sido
En mi clamor.

  Y tu, el Santo, habitante el loor
De Israel todo, En ti con gran fervor
Confiaron nuestros padres, Señor.
Y los salvaste.

  Clamaron a ti, y los libraste,
Esperaron en ti, y les hablaste,
Y en su clamor no los avergonzaste
Gracia tuvieron.

  Y yo que soy gusano, y no varón:
Vergüenza mas de todos hombres, aun
El menosprecio y del pueblo el pregón
Me desechando.

  Escarnecen de mí los que mirando
Todos me están, de los labios echando,
Y la cabeza en alto meneando
Son dos a dos.

  Remítese, dicen ellos, a Dios,
Libre lo pues, que su clamor y voz.
Pues bien lo que quiere, eche y lance él en pos
De él que reclama,

  Mas eres el que me dio vida y fama.
Que me sacó del vientre: y que mi alma
Desde la cuna y tetas de mi ama
Hizo esperar.

  Echado estoy sobre ti, sin dudar,
Desde Señor la matriz: sin mudar,
Desde el vientre, y de mi madre el cuidar
Eres Dios mío.

  No alejes de mí el poder tuyo,
Porque está de angustia cerca el río;
Y quien me ayude, y dé socorro suyo
No hay ninguno
 
                  ( . . . )

  Rodeáronme muchos toros aun:
Y de Basan fuertes me cercaron.
Su boca mas sobre mí abrieron
     Con gran fiereza.

  Como lean que brama y hace presa.
Yo me escurrí como aguas, de tristeza,
Descoyuntar mis huesos de flaqueza
Todos sentí.

  Mi corazón muy congojado en sí
En medio fue y de dentro de mí
Se desliendo aun como cera así:
     Y con todo esto.

  Sacó se más mi vigor, como un tiesto,
Pegada a mi paladar fue presto
Mi lengua: En el polvo de muerte puesto
Me has en verdad.

  Rodeáronme perros con maldad;
Cercaron me malos en cantidad;
Horadaron con muy gran crueldad
     Mis pies y mis manos.

  Contaría yo todos mis huesos sanos:
Ellos miran con ojos inhumanos,
Burlándose considerán muy vanos.
     Mi condición.

  Entre sí mis vestidos partieron:
Entre sí más malvados jugaron
Sobre mi ropa, y suertes echaron
     A quien sería.

  Mas tu Señor, tu fortaleza mía,
No te alejes de mí; mi sola guía,
Apresúrate por la gracia tuya,
     Y ayuda me.

  Escapar del cuchillo acuérdate
El alma mía, y socorro dalle,
Que de poder del perro salva esté
     Mi sola vida.

  Sálvame mas de la boca atrevida
Y el león fiero: a ti mi voz subida.
De cuernos aun de unicornios oída
Esperaré.

                 ( . . . )

  A todos mis hermanos contaré
El nombre tuyo: y así hablaré
Cuando alabando, Oh Señor, te estaré
Yo congregado.

  Los que teméis al Señor, alabadlo,
Los de Jacob todos glorificadlo,
Y de Israel toda simiente amadlo
     Y temed lo.

  Porque del pobre el no menospreció
La aflicción grande, y nunca él escondió
Su rostro del: mas siempre le oyó
Si fue clamando.

  De ti será mi alabanza orando,
En la congregación seré loando
Y ante de los que le temen pagando
Mis votos más.

  Han de comer todos pobres en paz,
Hartarán sé: y al Señor Dios demás
Alabarán los que buscan su faz:
     Eternalmente.

  El corazón vuestro estará violento.
Los cabos más del mundo enteramente
Se acordarán, y a Dios omnipotente
Se volverán;

  Ante de ti todos se humillarán.
Porque de Dios es el reino; y serán
Las gentes del, todas le servirán
     Obedeciendo.

  Los poderosos mas adorarán, comiendo:
Delante del que está descendiendo
Al polvo, así el muy infirme siendo
Se postrará.

  La simiente aun de ellos le servirá:
Al Señor Dios para siempre será
Contada, y más a él se inclinará
     Humildemente.

  Ellos vendrán, y a todo pueblo y gente
Que naciere aun su justicia excelente
Anunciarán, y dirán juntamente,
Que esto hecho él ha.

(Es de los Salmos metrificados por Juan LeQuesne, de 1606, utilizando el deletreo moderno del castellano.)

Salmo 22: Versos 1-3, 6, 22, 24.

1 ¡Díos mío! ¡Dios! ¿De ti por qué 
Así desamparado estoy?
A ti de día voces doy.
Mis lágrimas de noche ve.

2 Del templo santo morador
Donde Israel tributa loor
Por la pedida libertad,
Tu don desde la antigüedad.
 
3 Gusano, no hombre; Fama tal
Es mía: pues los que me ven
De mí se mofan por mi mal,
Que me desamparaste creen.

4 A mis hermanos contaré
Las pruebas de tu gran bondad;
Piadosos hijos de la fe,
Sus alabanzas entonad.

5 Darále culto espiritual 
La humanidad sin excepción:
Ricos y pobres suyos son
Porque él los rescató del mal.

(Es de Salmos de David en Verso Coleccionados por el Revdo. Niell E. Pressly,
publicado por Imprenta "La Fe Cristiana", 1909)

   SALMO 22: 22,25

Al que me ciñe de poder
A quien su nombre alabaré
Sólo a él anunciaré.
Sólo a él exaltaré
Al que me ciñe de poder
A quien su nombre alabaré
Sólo a él anunciaré.
Sólo a él exaltaré

De ti será mi alabanza en la congregación.
Cantaré y cumpliré mis votos Señor.
De ti será mi alabanza en la congregación.
Cantaré y alabaré, tu nombre Señor.

(Es del himnario de la Iglesia "Betel” de la Iglesia Evangélica Presbiteriana y Reformada, Calle Agustín Lange s/n Ms. F. Lote 12, Urb. Las Brisas, Lima, Perú, ieprp_betel@yahoo.com, http://www.geocities.com/ieprp_betel/)

SALMO 22: 25-31

1 Mis alabanzas tuyas son
Do multitudes van; 
Mis votos cumplo mi oración,
Y todos lo verán.

CORO
Confines de la tierra volverán
Al Señor vendrán
Volviendo de nuestro Dios,
Su santo nombre adorarán;
Escucharán su voz.

2 Humilde temerosa grey
Del Inclito Pastor,
Su pasto siempre comeréis,
Saciado de su amor, 

3 Los que, buscando el sumo bien,
Confiesan á Jehová.
El sumo bien en este ven,
Y en ellos vivirá.

4 Confines do 1o terrenal.
Vendrán delante de él;
Es su gobierno universal.
La tierra su escabel.

(Es de Salmos de David en Verso Coleccionados por el Revdo. Niell E. Pressly,
publicado por Imprenta "La Fe Cristiana", 1909)

SALMO 22: Versos 17-19

1 Convertiránse á Jehová,
La tierra toda entenderá;
Sus términos serán de Dios,
De gentes único Señor.
Doquiera Dios imperará,
La resistencia cesará

2 Ya cada grueso terrenal
Comió, y humilde culto da
Al polvo yendo á descender,
De libertarse sin poder,
Doquiera Dios imperará;
La resistencia cesará.

3 Simiente habrá que sirva fiel,
Contada toda como de él;
A la posteridad la ley
Declarará del Santo Rey.
Doquiera Dios imperará;
La resistencia cesará.

(Es de Salmos de David en Verso Coleccionados por el Revdo. Niell E. Pressly,
publicado por Imprenta "La Fe Cristiana", 1909)

SALMO 22: Versos 27-31.
Acordarse y volverá
A Dios cada nación;
La tierra toda adorará
Ansiando su perdón,
Porque todas ellas so1amnté suyas son.

2 Robusta gente terrenal,
Gozando todo bien,
Bajando al polvo, culto dan
Con su lujoso tren,
Ya que ningún medio de salvar sus almas ven.

3 Simiente que le sirva habrá;
El le dará salud
Doquiera este anunciará
De Dios la rectitud
A los venideros pueblos muestre su virtud.

(Es de Salmos de David en Verso Coleccionados por el Revdo. Niell E. Pressly,
publicado por Imprenta "La Fe Cristiana", 1909)

               Salmo 23

  El Señor es mi pastor esforzado,
No faltará me nada. Sosegado
Yacer me hace en lugar muy yerboso:
Pastorear junto aguas de reposo.
Hace volver mi alma: y por su nombre
Por senda justa él me guía y da lumbre.

  Aunque ande en valle aun de sombra de muerte
No temeré algún mal, porque fuerte
Tu estarás conmigo, y a mi lado:
Confortar me han tu vara y tu cayado.
Y en presencia aun de mis contrarios mismo
Adornarás mi mesa, oh Altísimo.

  Con óleo ungiste oh Señor mi cabeza,
Mi copa está revertiendo sin cesar.
Misericordia y gracia concedida
Me seguirán los días de mi vida:
Y del Señor en la casa, en sus vías,
Reposaré en paz por largos días.

(Es de los Salmos metrificados por Juan LeQuesne, de 1606, utilizando el deletreo moderno del castellano.)

Salmo 23

1 Jehová es mi pastor
Nada me faltará;
Su deleitosa paz 
Me regocija ya,
¡Oh! sí, pradera espiritual
Su amable compañía,
Porque es de vida el manantial,
Y de salud la vía.

2 Plena consolación,
Si hubiere de sufrir;
Paterna corrección,
¿Que más puedo pedir?
¡Oh! sí, su faz alumbrará
De muerte la región;
Excede á mi necesidad
Su rica provisión

3 Mesa me alistará:
Verá mi opositor,
Trascendental unción
Del Gran Consolador.

4 ¡Oh! siempre, sí me seguirán
Misericordia y bien,
Siglo sin fin con él a1lá
En su glorioso edén.
(Es de Salmos de David en Verso Coleccionados por el Revdo. Niell E. Pressly,
publicado por Imprenta "La Fe Cristiana", 1909), alterada.

          Salmo 23.

1 Nada puede ya faltarme
Porque Dios mis pasos guía
A la tierra saludable
En divinos frutos rica.
Dulce néctar de reposo 
Son sus aguas cristalinas,
Ellas dan salud al alma
Y la llenan de delicias

2 Por la senda me conduce 
De su ley con mano pía,
En amor á su gran nombre
Fuente viva de justicia;
Cuando en tenebroso valle.
Cruce de la muerte fría
No tendré temor alguno
Siendo Dios el que me guía

3 Con su vara y su cayado
Me dará consuelo y vida
Y ante los que me persiguen
Mesa me pondrá surtida
Como el bálsamo divino
Mi cabeza aromatiza,
Y reboza ya la copa
Que me colma de alegría.

4 La misericordia santa
Seguirá la senda mía,
Y de Dios en las mansiones
Moraré por largos días.
Nada puede ya faltarme,
Porque Dios mis pasos guía,
A la tierra saludable,
En divinos frutos rica.

(Es de Salmos de David en Verso Coleccionados por el Revdo. Niell E. Pressly,
publicado por Imprenta "La Fe Cristiana", 1909)

SALMO 23.

Jehová es m pastor; provisto estoy.
Me pastorea do se da la hierba lozana;
Me lleva a la aguas tranquilas
Él restaurará mi alma, restaurad mi alma.
Me guía por las sendas plácidas por su nombre;
Mas andaré por el valle de la sombra mortal,
Sin temer los males, sin temerlos.
Estás conmigo; tu vara y cayado son mi bien,
Mesa tú me preparas a vista de mis enemigos;
Con aceite mi cabeza unges; revierte mi copa;
Bien y misericordia han de seguirme;
Bien y misericordia mientras viva me seguirán;
Y habitaré en la casa, en la casa de Jehová por siglos;
Moraré en la casa de Dios por siglos, por la eternidad.

(Es de Salmos de David en Verso Coleccionados por el Revdo. Niell E. Pressly,
publicado por Imprenta "La Fe Cristiana", 1909)

             Salmo 24

Todo el mundo en su latitud,
Y la tierra y su plenitud,
Y todo lo que habita en ella,
De Dios está. Él la fundó.
Sobre los mares: y afirmó
Sobre los ríos de agua bella.

¿Quien pues al monte subirá
De Dios? y ¿quien residirá
En su lugar santo y sagrado?
El de manos y corazón
Limpio: El que es sin vana ficción,
Y que en fraude no ha jurado.

  Bendición, justicia, y virtud
Del Señor Dios de su salud
Recibirá siempre tal hombre.
Es esta la generación
De los que buscan de afición
En Jacob tu rostro y tu nombre.

  Altas puertas levanta os
Puertas eternas alza os,
Pues entrará el Rey de gloria.
Este Rey de gloria ¿quien es?
El Dios fuerte y muy valiente es.
Fuerte en batalla y con victoria.

  Altas puertas levanta os
Puertas eternas alza os,
Pues entrará el Rey de gloria.
Este Rey de gloria ¿quien es?
El Dios de las armadas es,
Él está que es el Rey de gloria.

(Es de los Salmos metrificados por Juan LeQuesne, de 1606, utilizando el deletreo moderno del castellano.)

         Salmo 25

  A ti mi alma he alzado.
Confié Dios mío en ti
No sea yo avergonzado:
Y no se alegren de mí
Mis contrarios. No serán
Los que te esperan burlados
Mas con vergüenza estarán
Los sin causa rebelados.

  Entender haz me tu vía:
Tus sendas enseña me.
En tu verdad sé mi guía,
Señor, y endoctríname:
Porque tú eres el Dios
De mi salud: he echado
A ti mi clamor y voz,
y todo el día esperado.

  De tus gracias y concordias
Acuérdate, oh Señor,
Y de tus misericordias
Perpetuas con amor.
Olvides mi mocedad,
Mi rebelión y pecado:
Oh Dios, según tu bondad
De mí esté recordado.

  El Señor es bueno y recto:
Por tanto él enseñará
Al pecador el perfecto
Camino. Y más él hará
En justicia encaminar
Los humildes noche y día:
Y a los mansos enseñar
Su carrera y recta vía.

  De Dios las sendas de cierto
Misericordia, y verdad
Son a los que su concierto
Guardan con toda equidad.
Por tu nombre, oh Jehová,
Perdonarás me mi falta;
Porque mi pecado está
Grande ante tu justicia alta.

( . . . )

  ¿Quien es el varón con tino
Que al Señor ha de temer?
Mostrarle ha el camino
Que ha de escoger y tener.
En el bien reposará
Su alma seguramente.
Y la tierra heredará
Para siempre su simiente.

  De Dios el secreto es dado
A os que le temen: mas
Su concierto aparejado
A instruirlos en paz.
Mis ojos pues al Señor
Estarán siempre mirando:
Porque será tu favor
De la red mis pies sacando.

  Mira me, oh Altísimo,
Y misericordia ten
De mí: porque yo soy mismo
Solo, y pobre, y en desdén.
De mi triste corazón
Las angustias también flojas
Muy mucho se ensancharon:
Sácame de mis congojas.

  Mi aflicción, y mi pena
Con tus ojos mira: así
Mi alma de culpas llena
Perdón pidiedo de sí.
Mira mis contrarios aun.
Como han se multiplicado:
Que aborreciendo me son
De odio injusto, desechado.

  Guarda mi alma, y me vea
Tu bondad, y libra me:
Avergonzado yo no sea,
Porque en ti confié.
Integridad, rectitud
Me guarda, en ti confiado,
Israel por tu virtud
Sea de angustias librado.

(Es de los Salmos metrificados por Juan LeQuesne, de 1606, utilizando el deletreo moderno del castellano.)

Salmo 25 Versos 1, 2, 16-18, 20

1 Señor, levantaré
A ti mi corazón;
Dios mío, en quien confiaré
En salvó al débil pon,

2 No me avergüence yo;
No dejes que lugar
Encuentre quien me aborreció
De mí para  triunfar.

3 ¡Mírame! ten piedad;
Más mis congojas son;
Perdona toda mi maldad;
Mira mi aflicción.

4De mi alma guarda sé,
Libératala por fin,
Abochornado no seré
No téngasme por ruin.

(Es de Salmos de David en Verso Coleccionados por el Revdo. Niell E. Pressly,
publicado por Imprenta "La Fe Cristiana", 1909)

          Salmo 25:1
      
A ti, oh Señor, levantaré mi alma;
A ti, oh Señor, levantaré mi alma;
Dios mío, en ti confío;
no sea avergonzado,
no se alegren de mí mis enemigos.
(Se puede encontrar la melodía en el libro Celebremos su gloria, publicado por Centro de Publicaciones Cristianas, 8625 La Prada Dr., Dallas, TX 75228; teléfono 214-327-8971)

  Salmo 25: Versos 4-7

1 Tus vías, oh Jehová,
Que sepa yo dispón;
Que ande como quieres haz;
Tus sendas rectas son.

2 Mi maestro siempre sé,
Dios de mi salvación;
El día entero te esperé,
Ansioso el corazón.

3 Recuerda, oh mi Dios
Tu tierna compasión,
Perpetuas pruebas de tu amor,
Sin una interrupción

4 Y no recuerdes, no,
Que mozo y malo fui;
Conforme á tu piedad, oh Dios,
Acuérdate de mí.
(Es de Salmos de David en Verso Coleccionados por el Revdo. Niell E. Pressly,
publicado por Imprenta "La Fe Cristiana", 1909)

Salmo 25:1 Y 119:9, 10

A ti oh Jehová levantaré mi alma
A ti oh Jehová levantaré mi alma.
Dios mío, en Ti confío;
no sea avergonzado,
no se alegren de mí,
mis enemigos.
A ti oh Jehová
levantaré mi alma.

¿Con qué limpiará
el joven su camino?
¿Con que limpiará
el joven su camino?
Con guardar su palabra.
Con guardar su palabra. 
Con todo mi corazón
te he buscado.
Con todo mi corazón
te he buscado.
No me dejes desviarme
de tus mandamientos.
No me dejes desviarme
de tus mandamientos.
A ti, oh Jehová
levantaré mi alma.

(Es del himnario de la Iglesia "Betel"de la Iglesia Evangélica Presbiteriana y Reformada,
Calle Agustín Lange s/n Ms. F. Lote 12, Urb. Las Brisas, Lima, Perú,
ieprp_betel@yahoo.com, http://www.geocities.com/ieprp_betel/)

     Salmo 26

  Júzgame, oh Señor,
Porque con tu favor
Yo en mi integridad he
Andado y caminado,
Y en Dios he confiado:
Jamás yo no vacilaré:

  O Señor, pruébame,
Tienta me: funden se
Mis riñones, y corazón,
Porque la bondad tuya
Es en la vista mía:
Y siempre ando en tu verdad aun.

  Con hombres de maldad
Llenos de falsedad
Nunca y jamás no me asenté:
Con los que ocultamente,
Van, y encubiertamente,
Yo no me hallé ni entré.

  De malignos así
Cuadrilla aborrecí:
Con impíos no fue me asentar
En limpieza de mano
Iré, oh Soberano,
Al derredor de tu altar.

  Para oh Señor Dios,
De alabanza dar voz,
Y tus maravillas contar.
Oh Señor, he amado
Tu casa: y más preciado
De tu gloria el santo lugar.

  Mi alma, y vida pues
No juntes, oh Juez
Con homicida y pecador:
Cuya mano en mal hecho
Está: y de cohecho
Su diestra llena oh Salvador.

  En mi integridad
Ando; ten piedad
De mi Señor, redime me.
Mi pie recto ha estado;
Con rectos congregado
Al Señor Dios bendeciré.

(Es de los Salmos metrificados por Juan LeQuesne, de 1606, utilizando el deletreo moderno del castellano.)

SALMO 26 Versos 1, 2, 6-8

1Que seas tu mi Juez, Dios mío,
Si rectamente caminé:
Yo siempre en ti, Señor confío,
Cierto que no resbalaré.

2 Prueba, Señor, mi corazón;
Me he complacido en tu verdad:
Perpetuas tus piedades son,
Huiré de toda vanidad.

3 Del mal mis manos  lavaré,
Próximo, Dios mío, á tu altar;
Voz de alabanza oír podré:
Tus maravillas ahí contar.

4 Señor, amé de tu mansión
La hermosa luz espiritual,
Lugar de paz y bendición,
Morada de tu gloria real.
(Es de Salmos de David en Verso Coleccionados por el Revdo. Niell E. Pressly,
publicado por Imprenta "La Fe Cristiana", 1909)

Salmo 26:8-12

1 Amo, Señor, la habitación,
Tu casa, y el lugar,
De gloria tuya la mansión
Do quieres tu morar.

2 Con pecadores no me des,
Ni con los de maldad,
Sus manos cargan cosa soez;
Y tras el cohecho van.

3 Yo, por mi parte, andaré
En toda integridad;
Tu misericordioso sé,
Redímeme, Jehová.

4 Que nivelado está mi pié
En línea del amor;
Do se congrega el pueblo fiel,
Bendigo á mi Señor.

(Es de Salmos de David en Verso Coleccionados por el Revdo. Niell E. Pressly,
publicado por Imprenta "La Fe Cristiana", 1909)

                Salmo 27

  El Señor Dios, es mi luz en su vía,
Y mi salud, ¿de quien me temeré?
El Señor es la fortaleza mía,
¿De quien pues yo pavor tendré?
Cuando de mí malos se acercaron
Para comer mi carne: ellos atrás
De enemistad muy llenos y sin paz
Tropezaron todos y cayeron.

  Sobre mi pues aunque; campo se asiente.
Mi corazón jamás no temerá:
Sobre mi más guerra aunque; se levante
Mi alma en esto aun se confiará,
Una cosa he demandado al Señor,
Buscaré esta y la procuraré,
Que todos los mis días yo esté
En casa del Señor mi protector.

  Para de Dios ver la grande hermosura,
Benevolencia y gozo contemplar:
Y para mas con verdadera cura
Su Templo del buscar y visitar.
Porque en su tienda él me esconderá
En el día aun del mal: Justo y fiel,
Esconder me ha en el secreto de él:
Sobre alta roca alto pues me pondrá.

  Y sobre mis contrarios mi cabeza
Ensalzará: y sacrificaré
En su casa aun jubilando: y sin cesar
Yo cantaré, y a Dios salmearé:
Oye mi voz con que llamo: y da me
Repuesta oh Dios, ten piedad, de mí.
El corazón mío ha dicho de ti.
Buscad mi rostro: oh Dios lo buscaré.

  De mi no sea él tu rostro escondido,
Tu siervo no apartes con furor,
Desamparar pues mi ayuda has sido
No quieras me, oh Dios mi Salvador.
Si padre y madre a mí me dejaron:
Recogió me Dios, y me dio salud.
Enseña me tu vía, y rectitud:
A causa oh Dios, de mis contrarios aun.

  A voluntad no quieras, oh Potente,
De mis enemigos entregar me.
Casi contra mis testigos falsamente
Calumnia hablando han levantándose.
Pereciera yo, si no creyese mas
Que la bondad de Dios tengo de ver,
Y en la tierra aun de los vivientes ser.
Espera a Dios, esforzar te ha de más.

(Es de los Salmos metrificados por Juan LeQuesne, de 1606, utilizando el deletreo moderno del castellano.)

Salmo 27: Versos 1, 2,4.

1 Si Dios es mi vida
Y es él mi salud,
De nada yo temo
Ni tengo inquietud.
Pues Dios á mi alma
Confianza le da,
Sin miedo de nada
Tranquilo estará

2 Si acaso el maligno
Me quiere tentar
Y mis enemigos
Mi fe reprobar,
Ni angustias, ni males
Jamás lograrán
Quitar mi confianza 
Del Dios Jehová.

3 Yo busco y demando
De ti, mi Señor,
Que pase mi vida
Pensando en tu amor,
Mirar tu hermosura,
Cantar tu bondad
Espero tan solo
De tu voluntad.
(Es de Salmos de David en Verso Coleccionados por el Revdo. Niell E. Pressly,
publicado por Imprenta "La Fe Cristiana", 1909)

    SALMO 27:1,14

Jehová es mi luz y salvación
Jehová es mi luz y salvación,
¿De quién temeré?
¿De quién temeré?

Jehová es la fortaleza de mi vida;
Jehová es la fortaleza de mi vida;
¿De quién he de atemorizarme?
¿De quién he de atemorizarme?
Aguarda a Jehová,
Aguarda a Jehová,
Esfuérzate y aliéntese tu corazón;
Sí, espera a Jehová.

Jehová es mi luz y salvación
Jehová es mi luz y salvación,
¿De quién temeré?
¿De quién temeré?  
 
(Se puede encontrar la melodía en el libro Celebremos su gloria, publicado por Centro de Publicaciones Cristianas, 8625 La Prada Dr., Dallas, TX 75228; teléfono 214-327-8971)

SALMO 27:3                                                                                                                                                                
Aunque un ejército acampe contra mí,
No temerá mi corazón.
Aunque un ejército acampe contra mí,
No temerá mi corazón.                                                                                                             
Aunque contra mí se levante guerra,
Yo estaré confiado en mi Salvador.
Aunque contra mí se levante guerra,
Yo estaré confiado en mi Salvador.

(Es del himnario de la Iglesia "Betel” de la Iglesia Evangélica Presbiteriana y Reformada, Calle Agustín Lange s/n Ms. F. Lote 12, Urb. Las Brisas, Lima, Perú, ieprp_betel@yahoo.com, http://www.geocities.com/ieprp_betel/)

SALMO 27: VERSOS 4-9

1 Excelso bien pedí:
Este procuraré;
Que viva yo con él
Belleza del Eterno ver;
Lo de su templo inquirir.

2 Asilo me dará
Contra persecución;
Mi roca en derredor
En vano amargarán
Del mal guardado, mi canción
De triunfo á Dios ensalzará.

3 Escucha, pues, mi voz,
“Buscadme todos,” oí;
Te buscaré, mi Dios,
De quien luz recibí;
Como antes, sé mi ayudador,
No niegues lo que te pedí.

(Es de Salmos de David en Verso Coleccionados por el Revdo. Niell E. Pressly,
publicado por Imprenta "La Fe Cristiana", 1909)

SALMO 27: Versos 9-12

1 Señor accede al ruego mío;
Misericordia ten
Respóndeme, que en ti confío;
Con fe te llamo; ven.
Mi corazón ha dicho así;
Buscad, dijo mi Dios,
Mi, rostro, y hallará en mí
Fiel eco esa voz.

2 Tu rostro buscaré, Señor;
No me lo ocultes ya;
Ni airado á tu servidor
Apartes; ten piedad,
Has sido siempre ayuda mía;
No dejes á tu fiel,
Ampárame, divino guía;
Mi sol y escudo sé.

3 Padre y madre me dejarán;
Tal cosa puede ser;
Que cuidará de mí Jehová
Duda no puede haber.
Tu vía enséñame, Señor;
Senda de rectitud;
Por ella guíeme tu amor,
Do luchas á quietud.

(Es de Salmos de David en Verso Coleccionados por el Revdo. Niell E. Pressly,
publicado por Imprenta "La Fe Cristiana", 1909)

           Salmo 28

  Oh Señor Dios, oh fuerza mía,
A ti llamaré noche y día:
No hagas del sordo, yo te vea:
Porque callando te no sea
Semejante a los que en sazón
Descendiendo al sepulcro son.

  Oye la voz e intenciones
De mis ruegos y peticiones,
Cuando clamo a ti, oprimido:
Cuando alzo triste y afligido
Mis manos limpias de maldad
Al Templo de tu santidad.

  Con los llenos de iniquidades,
Con todos los que obran maldades,
Que paz hablan con su prójimo:
Y en su corazón está mismo.
La maldad de su falsa voz
No me tires, oh Señor Dios.

  Dales conforme a su malicia,
Conforme a su grande injusticia:
Según las obras de sus manos,
Y suyos hechos inhumanos
Dales y págales. Señor,
Su paga según su error.

  Porque de Dios Omnipotente
Las obras y el hecho excelente
De sus manos no han sabido,
Entendido ni conocido,
Por tanto derribar los ha,
Y no los edificará.

  Sea bendito y alabado,
El Altísimo sea honrado,
Que ha la voz de mi ruego oído,
Y mi petición concedido.
Mi fortaleza es Jehová,
Mi escudo y paves está.

  Mi corazón ha esperado
En él, y yo fui ayudado:
Gócese mi alma y por tanto
Alabarelo con mi canto.
La fortaleza, y protector
De los suyos es el Señor.

  Él es el esfuerzo y ha sido
De la salud de su ungido.
Salva al pueblo que en ti confía,
Bendice a la heredad tuya:
Y pastor pastorea los
Y para siempre ensálzalos.

(Es de los Salmos metrificados por Juan LeQuesne, de 1606, utilizando el deletreo moderno del castellano.)

   Salmo 28: 1-3
A ti, Señor, te llamo;
No te me ensordezcas;
No venga, Peña mía, á ser
De las tinieblas presa.

CORO
¡Bendito  el Señor!
¡Bendito  el Señor!
Oye mi petición.
Jehová la fuerza mía,
Jehová, escudo mío -
De él es mi corazón.

2 Escucha el ruego mío,
La voz que á ti elevo.
Alzando hacia tu mansión
Mis manos luz pidiendo.

3 No me arrebates nunca,
Cual malhechor impío,
Que al prójimo hablando paz,
Maquina como herirlo.

(Es de Salmos de David en Verso Coleccionados por el Revdo. Niell E. Pressly,
publicado por Imprenta "La Fe Cristiana", 1909)

SALMO 28:6-7

Bendito sea Jehová,
Que oyó la voz de mis ruegos.
Jehová es mi escudo y fortaleza.
Bendito sea Jehová,
Que oyó la voz de mis ruegos.
Jehová es mi escudo y fortaleza.
Mi corazón confía en él
Y yo fui ayudado.
Mi corazón se goza en él
Y con mi canto yo le alabo.
Mi corazón confía en él
Y yo fui ayudado.
Mi corazón se goza en él
Y con mi canto yo le alabo.

(Es del himnario de la Iglesia "Betel” de la Iglesia Evangélica Presbiteriana y Reformada, Calle Agustín Lange s/n Ms. F. Lote 12, Urb. Las Brisas, Lima, Perú, ieprp_betel@yahoo.com, http://www.geocities.com/ieprp_betel/)

Salmo 28: Versos 6-9

1 Al rey eterno bendecid;
Mis súplicas oyó;
Su protección, su luz, pedí;
No me menospreció.

2 Mi fortaleza es, mi broquel;
Dios me defenderá;
Me ayuda, si confío en él;
El triunfó me dará.

3 Sus alabanzas cantaré;
Al pueblo esfuerza Dios,
De los que unge guarda es,
Baluarte, salvación.

4 Tu pueblo alcance libertad;
Alcance bendición,
Sostén, sustento, santidad,
Tranquilidad, perdón.

(Es de Salmos de David en Verso Coleccionados por el Revdo. Niell E. Pressly,
publicado por Imprenta "La Fe Cristiana", 1909)

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