Para los distintos pasajes bíblicos, ¿quién finalmente es el prójimo? Favor poner correo en las respuestas. SERGIO R. MUÑOZ C. E mail sergioricardomc@hotmail.com

Pues, se encuentra la respuesta en San Lucas 10:27-37,  donde leemos

“27 Aquél, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo.

28 Y le dijo: Bien has respondido; haz esto, y vivirás.

29 Pero él, queriendo justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo?

30 Respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto.

31 Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo.

32 Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo.

33 Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia;

34 y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él.

35 Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese.

36 ¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones?

37 Él dijo: El que usó de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo mismo.”

La respuesta a la pregunta, “¿Quién es mi prójimo?” no es la persona del mismo país, o nación, o raza, o religión, o clase, o color, o creencias, porque aunque el sacerdote y el levita eran lo mismo o casi lo mismo, no ayudaron al hombre que fue asaltado. Al contrario, el samaritano, a quien todos despreciaron y rechazaron por ser diferente, era el prójimo, porque ayudó al pobre hombre. Así también, amemos a nuestros prójimos, no porque son iguales a nosotros, mas precisamente porque no son así, y tienen necesidad, y en cuanto que Cristo nos amó cuando éramos sus enemigos, también amemos a nuestros enemigos y los que nos rechacen, para ser como Cristo.

Y es algo por el momento, y si quiere más, solo tiene que escribirme, y voy a tratar de contestar.

Y hermano, favor de saludar a los santos allá de nuestra parte, y especialmente a su familia, y hermano, como siempre, si puedo servirle más, estoy a sus pies en Cristo Jesús, y espero que nuestro Dios de gracia y amor le bendiga en todo.


Muy atte.

Su hermano en Cristo,

Esteban Larsón Macías, de www.iglesiareformada.com
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