Esteban, se que le pregunté varias veces este tema pero la verdad me inquieta, cada vez mas hay gente que me comenta cosas extrañas que le sucedieron, desde que vuelan cosas en alguna casa, platos, muebles, se cierran puertas, ruidos extraños, gritos, llantos, luces o sombras que siguen o se quejan, seres raros de pequeños tamaños, etc.

La verdad me inquieta un poco que decir en esos casos, quisiera su  opinión sobre el tema y que posición tiene la OPC al respecto, la verdad es demasiada gente  que ve o oye esas cosas, y en algunos casos gente que me merece cierta credibilidad, porque se que son gente sensata y no lo mistifica, si no lo toma como algo raro nada mas que eso.

Pues, sí, hermano, entiendo el argumento de los que dicen que hay cosas que les pasaron. La primera cosa que tenemos que mantener es que nuestras creencias no están basadas en nuestras experiencias, sino en la Palabra de Dios. Por eso, si alguien hace un milagro, digo yo, ¿y qué? Dios me habló en su palabra, y no me importa lo que pasa con los que puede hacer milagros. Es como dice en Gálatas 1:8, “Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema,” y también en Apocalipsis 22:18, “18 Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro.”

La segunda cosa es que la habilidad de hacer un milagro no quiere decir que alguien es de Dios. Por ejemplo, los magos del Faraón hicieron milagros, y nos dice en San Mateo 24:24, “Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos.” También, en el último día, van a ser unos que hicieron milagros, y el Señor va a decirles, “Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.” (San Mateo 7:22-23)

Y, la tercera cosa es que debemos probar lo que pasa. Es decir, si alguien dice que ha hecho, o ha visto, un milagro, debemos probarlo para ver si son de Dios o no. Así hicieron los de Berea, quienes “eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así.” (Hechos 17:11)

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