Quiero que me digan porque no debo adorar imágenes

Su primera pregunta, “Quiero que me digan porque no debo adorar imágenes”, es fácil contestar. Primero, nos dice el Señor en los Diez Mandamientos—“No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.” (Éxodo 20:4)  Y, la razón porque es así, según su Palabra, es “Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.” (1 Timoteo 1:17) El Dios verdadero no sé puede ver, sino, es invisible. Por eso, nos dice en Hechos 17:24 y 25, “El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas.” Sí, hay una imagen de Dios, y su nombre es Cristo Jesús, como dice en Hebreos 1:3, “el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.”  Y, la evidencia de la corrupción del hombre está visto en sus intentos de hacer dibujos de Cristo. Casi siempre la gente hace dibujos de Él que le muestran como si fuera un hombre fuerte y guapo, que apela a la gente, cuando Dios nos dice sobre su Hijo, “Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos. Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.” (Isaías 53:2,3)
También nos dice, “Yo soy devota del Señor de los Milagros quiero que me digan en que parte de la Biblia habla sobre los diferentes nombres que le hemos dado a Jesucristo.” Pues, de verdad, no le hemos dado nombres, sino, es Dios hablando directamente o por medio de sus apóstoles quien le da nombres. Por ejemplo, en San Mateo 1:23, nos dice, “Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros.” Y, de verdad, Él solo tiene un nombre en sí, como nos dice en San Lucas 1:31, “Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS.” Por supuesto, es Dios por medio del ángel Gabriel quien dio a su hijo el nombre Jesús, pero, así es. Pero, tras todas las Escrituras, encontramos varios nombres y descripciones del Salvador.
Pues, hay mucho más que decir, y si quiere más, estoy a sus pies en Cristo para servirle.

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