LA PRIMERA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL SAN PABLO

Á LOS

CORINTIOS.



CAPITULO 1.

1 PABLO, llamado [á ser] apóstol de Jesu-Cristo por la voluntad de Dios, y
Sostenes el hermano,

2 A la iglesia de Dios que está en Corinto, santificados en Cristo Jesus,
llamados santos, y á todos los que invocan el nombre de nuestro Señor Jesu-
Cristo en cualquier lugar, [Señor] de ellos y nuestro:

3 Gracia y paz de Dios nuestro Padre, y del Señor Jesu-Cristo.

4 Gracias doy á mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os
es dada en Cristo Jesus;

5 Que en todas las cosas sois enriquecidos en él, en toda lengua y en toda
ciencia;

6 Así como el testimonio de Cristo ha sido confirmado en vosotros:

7 De tal manera que nada os falte en ningun don, esperando la manifestacion
de nuestro Señor Jesu-Cristo:

8 El cual tambien os confirmará hasta el fin, [para que seais] sin falta en
el dia de nuestro Señor Jesu-Cristo:

9 Fiel [es] Dios, por el cual sois llamados á la participacion de su Hijo
Jesu-Cristo nuestro Señor.

10 Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesu-Cristo, que
hableis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros disensiones, ántes
seais perfectamente unidos en una misma mente, y en un mismo parecer.

11 Porque me ha sido declarado de vosotros, hermanos mios, por los [que son]
de Cloé, que hay entre vosotros contiendas;

12 Quiero decir, que cada uno de vosotros dice: Yo cierto soy de Pablo; pues
yo de Apólos; y yo de Céfas;. y yo de Cristo.

13 ¿Está dividido Cristo? ¿Fué crucificado Pablo por vosotros? ó habeis sido
bautizados en el nombre de Pablo?

14 Doy gracias á [mi] Dios, que á ninguno de vosotros he bautizado, sino á
Crispo y á Gayo;

15 Para que ninguno diga que habeis sido bautizados en mi nombre.

16 Y tambien bauticé la familia de Estéfanas: mas no sé si he bautizado á
algun otro.

17 Porque no me envió Cristo á bautizar; sino á predicar el Evangelio: no en
sabiduría de palabras, porque no sea hecha vana la cruz de Cristo.

18 Porque la palabra de la cruz es locura á los que se pierden; mas á los
que se salvan, [es á saber,] á nosotros, es potencia de Dios.

19 Porque está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, y desecharé la
inteligencia de los entendidos.

20 ¿Qué es del sabio? ¿Qué del escriba? ¿Qué del escudriñador de este siglo?
¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo?

21 Porque por no haber el mundo conocido en la sabiduría de Dios á Dios por
sabiduría, agradó á Dios salvar los creyentes por la locura de la
predicacion.

22 Porque los Judíos piden señales, y los Griegos buscan sabiduría:

23 Mas nosotros predicamos á Cristo crucificado, [que es] á los Judíos
ciertamente tropezadero, y á los Gentiles locura:

24 Empero á los llamados, así Judíos como Griegos, Cristo potencia de Dios,
y sabiduría de Dios.

25 Porque lo loco de Dios es mas sabio que los hombres; y lo flaco de Dios
es mas fuerte que los hombres.

26 Porque mirad, hermanos, vuestra vocacion, que no sois muchos sabios segun
la carne, no muchos poderosos, no muchos nobles:

27 Antes lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar á los sabios; y lo
flaco del mundo escogió Dios, para avergonzar lo fuerte;

28 Y lo vil del mundo, y lo menospreciado escogió Dios; [y] lo que no es,
para deshacer lo que es:

29 Para que ninguna carne se jacte en su presencia.

30 Mas de él sois vosotros en Cristo Jesus, el cual nos ha sido hecho por
Dios sabiduría, y justificacion, y santificacion, y redencion:

31 Para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor.



CAPITULO 2.

1 ASÍ que, hermanos, cuando fuí á vosotros, no fuí con altivez de palabra, ó
de sabiduría, á anunciaros el testimonio de Cristo.

2 Porque no me propuse saber algo entre vosotros, sino á Jesu-Cristo, y á
este crucificado.

3 Y estuve yo con vosotros con flaqueza, y mucho temor y temblor:

4 Y ni mi palabra ni mi predicacion [fué] con palabras persuasivas de humana
sabiduría, mas con demostracion del Espíritu y de poder;

5 Para que vuestra fé no esté fundada en sabiduría de hombres, mas en poder
de Dios.

6 Empero hablamos sabiduría entre perfectos; y sabiduría, no de este siglo,
ni de los príncipes de este siglo, que se deshacen:

7 Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la [sabiduría] oculta, la cual
Dios predestinó ántes de los siglos para nuestra gloria:

8 La que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si [la]
hubieran conocido, nunca hubieran crucificado al Señor de gloria:

9 Antes, como está escrito: Cosas que ojo no vió, ni oreja oyó, ni han
subido en corazon de hombre, [son] las que ha Dios preparado para aquellos
que le aman.

10 Empero Dios nos [lo] reveló á nosotros por [su] Espíritu: porque el
Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.

11 Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu
del [mismo] hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas [que
son] de Dios, sino el Espíritu de Dios.

12 Y nosotros hemos recibido, no el espíritu del mundo, sino el Espíritu que
es de Dios, para que conozcamos lo que Dios nos ha dado:

13 Lo cual tambien hablamos, no con doctas palabras de humana sabiduría, mas
con doctrina del Espíritu, acomodando lo espiritual á lo espiritual.

14 Mas el hombre animal no percibe las cosas [que son] del Espíritu de Dios,
porque le son locura: y no las puede entender, porque se han de examinar
espiritualmente.

15 Empero el espiritual juzga todas las cosas; mas él no es juzgado de
nadie.

16 Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruyo? Mas
nosotros tenemos la mente de Cristo.



CAPITULO 3.

1 DE manera que yo, hermanos, no pude hablaros como á espirituales, sino
como á carnales, como á niños en Cristo.

2 Os dí á beber leche, y no [os dí] vianda: porque aun no podiais, ni aun
podeis ahora;

3 Porque todavía sois carnales: pues habiendo entre vosotros celos, y
contiendas, y disensiones, ¿no sois carnales, y andais como hombres?

4 Porque diciendo el uno: Yo cierto soy de Pablo; y el otro: Yo de Apólos;
¿no sois carnales?

5 ¿Que pues es Pablo? y ¿qué [es] Apólos? Ministros por los cuales habeis
creido; y [eso] segun que á cada uno ha concedido el Señor.

6 Yo planté, Apólos regó; mas Dios ha dado el crecimiento.

7 Así que ni el que planta es algo, ni el que riega; sino Dios, que da el
crecimiento.

8 Y el que planta y el que riega son una misma cosa: aunque cada uno
recibirá su recompensa conforme á su labor.

9 Porque [nosotros] coadjutores somos de Dios: [y vosotros] labranza de Dios
sois, edificio de Dios sois.

10 Conforme á la gracia de Dios que me ha sido dada, [yo] como perito
arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima: empero cada uno vea
cómo sobreedifica.

11 Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual
es Jesu-Cristo.

12 Y si alguno edificare sobre este fundamento oro, plata, piedras
preciosas, madera, heno, hojarasca,

13 La obra de cada uno será manifestada; porque el dia la declarará: porque
por el fuego será manifestada, y la obra de cada uno cuál sea, el fuego hará
la prueba.

14 Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa.

15 Si la obra de alguno fuere quemada, será perdida: él empero será salvo,
mas así como [escapado] por fuego.

16 ¿No sabeis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en
vosotros?

17 Si alguno violare el templo de Dios, Dios destruirá al tal; porque el
templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es.

18 Nadie se engañe á sí mismo; si alguno entre vosotros parece ser sabio en
este siglo, hágase simple, para ser [de veras] sabio.

19 Porque la sabiduría de este mundo es necedad para con Dios: pues escrito
está: El que prende á los sabios en la astucia de ellos.

20 Y otra vez: El Señor conoce los pensamientos de los sabios, que son
vanos.

21 Así que ninguno se gloríe en los hombres; porque todo es vuestro;

22 Sea Pablo, sea Apólos, sea Céfas, sea el mundo, sea la vida, sea la
muerte, sea lo presente, sea lo porvenir; todo es vuestro:

23 Y vosotros de Cristo; y Cristo de Dios.



CAPITULO 4.

1 TÉNGANNOS los hombres por ministros de Cristo, y dispensadores de los
misterios de Dios.

2 Mas ahora se requiere en los dispensadores, que cada uno sea hallado fiel.

3 Yo en muy poco tengo el ser juzgado de vosotros, [ó de cualquier] juicio
humano; y ni aun yo me juzgo.

4 Porque aunque de nada tengo [mala] conciencia, no por eso soy justificado;
mas el que me juzga el Señor es.

5 Así que no juzgueis nada ántes de tiempo, hasta que venga el Señor, el
cual tambien aclarará lo oculto de las tinieblas, y manifestará los intentos
de los corazones; y entónces cada uno tendrá de Dios la alabanza.

6 Esto empero, hermanos, he pasado por ejemplo en mí y en Apólos por amor de
vosotros; para que en nosotros aprendais á no saber más de lo que está
escrito, hinchándoos por causa de otro el uno contra el otro.

7 Porque ¿quién te distingue? ó ¿qué tienes que no hayas recibido? Y si [lo]
recibiste, ¿de qué te gloríes como si no hubieras recibido?

8 Ya estais hartos, ya estais ricos; sin nosotros reinais [ya;] y ojalá
reineis, para que nosotros reinemos tambien juntamente con vosotros.

9 Porque á lo que pienso, Dios nos ha mostrado á nosotros los apóstoles por
los postreros, como á sentenciados á muerte: porque somos hechos espectáculo
al mundo, y á los ángeles, y á los hombres.

10 Nosotros necios por amor de Cristo, y vosotros prudentes en Cristo;
nosotros flacos, y vosotros fuertes; vosotros nobles, y nosotros viles.

11 Hasta esta hora hambreamos, y tenemos sed, y estamos desnudos, y somos
heridos de golpes, y andamos vagabundos,

12 Y trabajamos, obrando con nuestras manos: nos maldicen, y bendecimos,
padecemos persecucion, y sufrimos,

13 Somos blasfemados, y rogamos: hemos venido á ser como la hez del mundo,
el desecho de todos hasta ahora.

14 No escribo esto para avergonzaros; mas amonéstoos como á mis hijos
amados.

15 Porque aunque tengais diez mil ayos en Cristo, no [tendreis] muchos
padres; que en Cristo Jesus yo os engendré por el Evangelio.

16 Por tanto os ruego que me imiteis.

17 Por lo cual os he enviado á Timotéo, que es mi hijo amado, y fiel en el
Señor, el cual os amonestará de mis caminos cuales sean en Cristo, de la
manera que enseño en todas partes, en todas las iglesias.

18 Mas algunos están envanecidos, como si nunca hubiese yo de ir á vosotros,

19 Empero iré presto á vosotros, si el Señor quisiere; y entenderé, no las
palabras de los que [así] andan hinchados, sino la virtud.

20 Porque el reino de Dios no consiste en palabras, sino en virtud.

21 ¿Qué quereis? ¿iré á vosotros con vara, ó con caridad, y espíritu de
mansedumbre?



CAPITULO 5.

1 DE cierto se oye [que hay] entre vosotros fornicacion, y tal fornicacion
cual ni aun se nombra entre los Gentiles, tanto que alguno tenga la mujer de
[su] padre.

2 Y vosotros estais hinchados, y no más bien tuvisteis duelo, para que fuese
quitado de en medio de vosotros el que hizo tal obra.

3 Y ciertamente, como ausente con el cuerpo, mas presente en espíritu, ya
como presente he juzgado al que esto así ha cometido:

4 En el nombre del Señor nuestro Jesu-Cristo, juntados vosotros y mi
espíritu, con la facultad de nuestro Señor Jesu-Cristo,

5 El tal sea entregado á Satanás para muerte de la carne, porque el espíritu
sea salvo en el dia del Señor Jesus.

6 No [es] buena vuestra jactancia. ¿No sabeis que un poco de levadura leuda
toda la mesa?

7 Limpiad pues la vieja levadura para que seais nueva mesa, como sois sin
levadura: porque nuestra Pascua, [que es] Cristo, fué sacrificada por
nosotros,

8 Así que hagamos fiesta, no en la vieja levadura ni en la levadura de
malicia, y de maldad; sino en ázimos de sinceridad y de verdad.

9 Os he escrito por carta, que no os envolvais con los fornicarios:

10 No absolutamente con los fornicarios de este mundo, ó con los avaros, ó
con los ladrones, ó con los idólatras; pues en tal caso os seria menester
salir del mundo,

11 Mas ahora os he escrito, que no os envolvais [es á saber,] que si alguno
llamándose hermano fuere fornicario, ó avaro, ó idólatra, ó maldiciente, ó
borracho, ó ladron; con el tal ni aun comais.

12 Porque ¿qué me va á mí en juzgar á los que están fuera? ¿no juzgais
vosotros á los que están dentro?

13 Porque á los que están fuera, Dios juzgará. Quitad [pues] á ese malo de
entre vosotros mismos.



CAPITULO 6.

1 ¿OSA alguno de vosotros, teniendo algo con otro, ir á juicio delante de
los injustos, y no delante de los santos?

2 O ¿no sabeis que los santos han de juzgar al mundo? Y si el mundo ha de
ser juzgado por vosotros, ¿sois indignos de juzgar [en] cosas muy pequeñas?

3 O ¿no sabeis que hemos de juzgar á los ángeles? ¿cuánto mas las cosas de^
este siglo?

4 Por tanto si hubiereis de tener juicios de cosas de este siglo, poned para
juzgar[las] á los que son de menor estima en la iglesia.

5 Para avergonzaros lo digo. ¿Pues qué, no hay entre vosotros sabio, ni aun
uno, que pueda juzgar entre sus hermanos?

6 Sino que el hermano con el hermano pleitea en juicio, y esto ante los
infieles?

7 Así que, por cierto es ya una falta en vosotros, que tengais pleitos entre
vosotros mismos. ¿Por qué no sufrís ántes la injuria? ¿por qué no [sufris]
ántes ser defraudados?

8 Empero vosotros haceis la injuria, y defraudais; y esto á los hermanos.

9 ¿No sabeis que los injustos no poseerán el reino de Dios? No erreis, que
ni los fornicarios ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni
los que se echan con varones,

10 Ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni
los robadores heredarán el reino de Dios.

11 Y esto erais algunos: mas [ya] sois lavados, mas [ya] sois santificados,
mas [ya] sois justificados en el nombre del Señor Jesus, y por el Espíritu de
nuestro Dios.

12 Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen: todas las cosas
me son lícitas, mas yo no me meteré debajo de potestad de nada.

13 Las viandas [son] para el vientre, y el vientre para las viandas; empero
y á él y á ellas deshará Dios: mas el cuerpo no [es] para la fornicacion,
sino para el Señor; y el Señor para el cuerpo.

14 Y Dios que levantó al Señor, tambien á nosotros nos levantará con su
poder.

15 ¿No sabeis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? ¿Quitaré pues los
miembros de Cristo, y [los] haré miembros de una ramera? Lejos sea.

16 O ¿no sabeis que el que se junta con una ramera, es hecho [con ella] un
cuerpo? porque serán, dice, los dos en una carne.

17 Empero el que se junta con el Señor, un espíritu es.

18 Huid la fornicacion. Cualquier [otro] pecado que el hombre hiciere, fuera
del cuerpo es; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca.

19 O ¿ignorais que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, [el cual
está] en vosotros, el cual teneis de Dios, y que no sois vuestros?

20 Porque comprados sois por precio: glorificad pues á Dios en vuestro
cuerpo, y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.



CAPITULO 7.

1 CUANTO á las cosas de que me escribísteis: bien [seria] al hombre no tocar
mujer.

2 Mas á causa de las fornicaciones cada uno tenga su mujer, y cada una tenga
su marido.

3 El marido pague á la mujer la debida benevolencia; y asimismo la mujer al
marido.

4 La mujer no tiene potestad de su propio cuerpo, sino el marido: é
igualmente tampoco el marido tiene potestad de su propio cuerpo, sino la
mujer.

5 No os defraudeis el uno al otro, á no ser por algun tiempo, de [mútuo]
consentimiento, para ocuparos en la oracion; y volved á juntaros en uno,
porque no os tiente Satanás á causa de vuestra incontinencia.

6 Mas esto digo por permision, no por mandamiento.

7 Quisiera mas bien que todos los hombres fuesen como yo: empero cada uno
tiene su propio don de Dios; uno á la verdad así, y otro así.

8 Digo, pues, á los solteros y á las viudas, que bueno les es si se quedaren
como yo.

9 Y si no tienen don de continencia, cásense; que mejor es casarse que
quemarse.

10 Mas á los que están juntos en matrimonio denuncio, no yo, sino el Señor:
Que la mujer no se aparte del marido,

11 Y si se apartare, que se quede sin casar ó reconcíliese con [su] marido:
y que el marido no despida á [su] mujer.

12 Y á los demás yo digo, no el Señor: Si algun hermano tiene mujer infiel,
y ella consiente en habitar con él, no la despida.

13 Y la mujer que tiene marido infiel, y él consiente en habitar con ella,
no lo deje.

14 Porque el marido infiel es santificado en la mujer [fiel,] y la mujer
infiel en el marido [fiel:] pues de otra manera vuestros hijos serian
inmundos; empero ahora son santos.

15 Pero si el infiel se aparta, apártese; que no es el hermano ó la hermana
sujeto á servidumbre en semejante [caso:] mas á paz nos llamó Dios.

16 Porque ¿de dónde sabes, oh mujer, si quizá harás salvo á [tu] marido? ó
¿de dónde sabes, oh marido, si quizá harás salva á [tu] mujer?

17 Empero cada uno como el Señor [le] repartió, y como Dios llamó á cada
uno, así ande: y así enseño en todas las iglesias.

18 ¿Es llamado alguno circuncidado? quédese circunciso: ¿es llamado alguno
incircuncidado? que no se circuncide.

19 La circuncision nada es, y la incircuncision nada es, sino la observancia
de los mandamientos de Dios.

20 Cada uno en la vocacion en que fué llamado, en ella se quede.

21 ¿Eres llamado [siendo] siervo? no se te dé cuidado: mas tambien si puedes
hacerte libre, procúralo más.

22 Porque el que en el Señor es llamado, [siendo] siervo, liberto es del
Señor: asimismo tambien el que es llamado [siendo] libre, siervo es de
Cristo.

23 Por precio sois comprados; no os hagais siervos de los hombres.

24 Cada uno, hermanos, en lo que es llamado, en esto se quede para con Dios.

25 Empero de las vírgenes no tengo mandamiento del Señor; mas doy [mi]
parecer, como quien ha alcanzado misericordia del Señor para ser fiel.

26 Tengo, pues, esto por bueno á causa de la necesidad que apremia, que
bueno es al hombre estarse así.

27 ¿Estás ligado á mujer? no procures soltarte. ¿Estás suelto de mujer? no
procures mujer.

28 Mas tambien si tomares mujer, no pecaste; y si la doncella se casare, no
pecó: pero afliccion de carne tendrán los tales: mas yo os dejo.

29 Esto empero digo, hermanos, que el tiempo es corto: lo que resta es, que
los que tienen mujeres sean como los que no las tienen;

30 Y los que lloran, como los que no lloran; y los que se huelgan, como los
que no se huelgan; y los que compran, como los que no poseen;

31 Y los que usan de este mundo, como los que no usan: porque la apariencia
de este mundo se pasa.

32 Quisiera pues que estuvieseis sin congoja. El soltero tiene cuidado de
las cosas que [son] del Señor, cómo ha de agradar al Señor.

33 Empero el que se casó tiene cuidado de las cosas que son del mundo, cómo
ha de agradar á [su] mujer.

34 Hay [asimismo] diferencia entre la casada y la doncella: la doncella
tiene cuidado de las cosas del Señor, para ser santa así en el cuerpo como en
el espíritu: mas la casada tiene cuidado de las cosas del mundo, cómo ha de
agradar á [su] marido.

35 Esto empero digo para vuestro provecho, no para echaros lazo, sino para
lo honesto y decente, y para que sin impedimento os llegueis al Señor.

36 Mas si á alguno parece cosa fea en su vírgen, que pase ya de edad, y que
así conviene que se haga, haga lo que quisiere; no peca, cásense.

37 Pero el que está firme en su corazon, y no tiene necesidad, sino que
tiene libertad de su voluntad, y determinó en su corazon esto, acerca de
guardar su vírgen, bien hace.

38 Así que el que [la] da en casamiento bien hace; y el que no [la] da en
casamiento, hace mejor.

39 La mujer [casada] está atada á la ley, mientras vive su marido. mas si su
marido muriere, libre es: cásase con quien quisiere, con tal que sea en el
Señor.

40 Empero más venturosa será si se quedare así, segun mi consejo; y pienso
que tambien yo tengo Espíritu de Dios.



CAPITULO 8.

1 Y POR lo que hace á lo sacrificado á los ídolos, sabemos que todos tenemos
ciencia. La ciencia hincha, mas la caridad edifica.

2 Y si alguno se imagina que sabe algo, aun no sabe nada como debe saber.

3 Mas si alguno ama á Dios, el tal es conocido de él.

4 Acerca pues de las viandas que son sacrificadas á los ídolos, sabemos que
el ídolo nada es en el mundo, y que no hay más de un Dios.

5 Porque aunque haya algunos que se llamen dioses, ó en el cielo, ó en la
tierra, (como hay muchos dioses y muchos señores,)

6 Nosotros empero no tenemos mas de un Dios, el Padre, del cual [son] todas
las cosas, y nosotros en él: y un Señor, Jesu-Cristo, por el cual [son] todas
las cosas, y nosotros por él.

7 Mas no en todos [hay] esta ciencia: porque algunos con conciencia del
ídolo hasta aquí, comen como sacrificado á ídolos; y su conciencia, siendo
flaca, es contaminada.

8 Si bien la vianda no nos hace más aceptos á Dios: porque ni que comamos,
serémos más ricos; ni que no comamos, serémos más pobres.

9 Mas mirad que esta vuestra libertad no sea tropezadero á los que son
flacos.

10 Porque si te ve alguno, á tí que tienes [esta] ciencia, que estás sentado
á la mesa en el lugar de los ídolos, ¿la conciencia de aquel que es flaco, no
será adelantada á comer de lo sacrificado á los ídolos?

11 Y por tu ciencia se perderá el hermano flaco, por el cual Cristo murió?

12 De esta manera, pues, pecando contra los hermanos, é hiriendo su flaca
conciencia, contra Cristo pecais.

13 Por lo cual, si la comida es á mi hermano ocasion de caer, jamás comeré
carne por no escandalizar á mi hermano.

CAPITULO 9.

1 ¿NO soy apóstol? ¿no soy libre? ¿no he visto á Jesus el Señor nuestro? ¿no
sois vosotros mi obra en el Señor?

2 Si á los otros no soy apóstol, á vosotros ciertamente lo soy; porque el
sello de mi apostolado sois vosotros en el Señor.

3 Esta es mi respuesta á los que me preguntan:

4 Qué, ¿no tenemos potestad de comer y de beber?

5 ¿O no tenemos potestad de traer [con nosotros] una hermana mujer tambien
como los otros apóstoles, y los hermanos del Señor, y Cephas?

6 ¿O solo yo y Bernabé no tenemos potestad de no trabajar?

7 ¿Quién jamás peleó á sus expensas? ¿Quién planta viña, y no come de su
fruto? ó ¿quién apacienta el ganado, y no come de la leche del ganado?

8 ¿Digo esto [solamente] segun los hombres? ¿No dice esto tambien la ley?

9 Porque en la ley de Moisés está escrito: No pondrás bozal al buey que
trilla. ¿Tiene Dios cuidado de los bueyes?

10 ¿O díce[lo] enteramente por nosotros? Pues por nosotros está escrito:
porque con esperanza ha de arar el que ara, y el que trilla, con esperanza de
recibir el fruto.

11 Si nosotros os sembramos lo espiritual, [¿será] gran cosa si segáremos
[de] lo vuestro carnal?

12 Si otros tienen en vosotros esta potestad, ¿no más bien nosotros? Mas no
hemos usado de esta potestad: ántes lo sufrimos todo por no poner ningun
obstáculo al Evangelio de Cristo.

13 ¿No sabeis que los que trabajan en el santuario, comen del santuario, y
que los que sirven al altar, del altar participan?

14 Así tambien ordenó el Señor á los que anuncian el Evangelio, que vivan
del Evangelio.

15 Mas yo de nada de esto me aproveché: ni tampoco he escrito esto para que
se haga así conmigo; porque tengo por mejor morir, ántes que nadie haga vana
[esta] mi gloria.

16 Pues bien que anuncio el Evangelio, no tengo por que gloriarme [de eso;]
porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el Evangelio!

17 Por lo cual si lo hago de voluntad premio tendré; mas si por fuerza, la
dispensacion me ha sido encargada.

18 ¿Cuál pues es mi merced? Que predicando el Evangelio, ponga el Evangelio
de Cristo de balde, para no usar mal de mi potestad en el Evangelio.

19 Por lo cual, siendo libre para con todos, me he hecho siervo de todos por
ganar á más.

20 Heme hecho á los Judíos como Judío, por ganar á los Judíos: á los que
están sujetos á la ley, como sujeto á la ley, por ganar á los que están
sujetos á la ley;

21 A los que son sin ley, como si yo fuera sin ley, (no estando yo sin ley
de Dios, mas en la ley de Cristo,) por ganar á los que estaban sin ley.

22 Me he hecho á los flacos flaco, por ganar á los flacos: á todos me he
hecho todo, para que de todo punto salve á algunos.

23 Y esto hago por causa del Evangelio, por hacerme juntamente participante
de él.

24 ¿O no sabeis que los que corren en el estadio, todos á la verdad corren,
mas uno lleva el premio? Corred de tal manera que [le] obtengais.

25 Y todo aquel que lucha, de todo se abstiene: y ellos, á la verdad, para
recibir una corona corruptible; mas nosotros incorruptible.

26 Así que yo de esta manera corro, no como á cosa incierta; de esta manera
peleo, no como quien hiere el aire:

21 Antes hiero mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre; no sea que, habiendo
predicado á otros, yo mismo venga á ser reprobado.



CAPITULO 10.

1 PORQUE no quiero, hermanos, que ignoreis que nuestros padres todos
estuvieron bajo la nube, y todos pasaron la mar.

2 Y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en la mar;

3 Y todos comieron la misma vianda espiritual.

4 Y todos bebieron la misma bebida espiritual: (porque bebian de la piedra
espiritual que los seguia; y la piedra era Cristo.)

5 Mas de muchos de ellos no se agradó Dios; por lo cual fueron postrados en
el desierto.

6 Empero estas cosas fueron en figura de nosotros, para que no codiciemos
cosas malas, como ellos codiciaron.

7 Ni seais honradores de ídolos como algunos de ellos, segun está escrito:
Sentóse el pueblo á comer y á beber, y se levantaron á jugar.

8 Ni forniquemos, como algunos de ellos fornicaron, y cayeron [muertos] en
un dia veinte y tres mil.

9 Ni tentemos á Cristo, como tambien algunos de ellos [lo] tentaron, y
perecieron por las serpientes.

10 Ni murmureis, como algunos de ellos murmuraron, y perecieron por el
destructor.

11 Y estas cosas les acontecieron en figura, y son escritas para nuestra
admonicion, en quienes los fines de los siglos han parado.

12 Así que, el que pienso estar [firme,] mire no caiga.

13 No os ha tomado tentacion, sino humana: mas fiel [es] Dios, que no os
dejará ser tentados más de lo que podeis [llevar;] ántes dará tambien
juntamente con la tentacion la salida, para que podais aguantar.

14 Por tanto, amados mios, huid de la idolatría.

15 Como á sabios hablo; juzgad vosotros lo que digo.

16 La copa de bendicion que bendecimos, ¿no es la comunion de la sangre de
Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunion del cuerpo de Cristo?

17 Porque un pan, [es que] muchos somos un cuerpo; pues todos participamos
de aquel un pan.

18 Mirad á Israel segun la carne: los que comen de los sacrificios ¿no son
partícipes con el altar?

19 ¿Qué pues digo? ¿Que el ídolo es algo? ¿ó que sea algo lo que es
sacrificado á los ídolos?

20 Antes [digo] que lo que los Gentiles sacrifican, a los demonios [lo]
sacrifican, y no á Dios: y no querria que vosotros fueseis participes con los
demonios.

21 No podeis beber la copa del Señor, y la copa de los demonios: no podeis
ser participes de la mesa del Señor, y de la mesa de los demonios.

22 ¿O provocarémos á celo al Señor? ¿Somos más fuertes que él?

23 Todo me es lícito, mas no todo conviene: todo me es lícito, mas no todo
edifica.

24 Ninguno busque su propio [bien,] sino el del otro.

25 De todo lo que se vende en la carnicería, comed sin preguntar nada por
causa de la conciencia:

26 Porque del Señor es la tierra y lo que la hinche.

27 Y si algun infiel os llama, y quereis ir, de todo lo que se os pone
delante comed, sin preguntar nada por causa de la conciencia.

28 Mas si alguien os dijere: Esto fué sacrificado á los ídolos, no [lo]
comais por causa de aquel que lo declaró, y por causa de la conciencia :
porque del Señor es la tierra, y lo que la hinche:

29 La conciencia digo, no tuya, sino del otro. Pues ¿por qué ha de ser
juzgada mi libertad por otra conciencia?

30 Y si yo con agradecimiento participo, ¿por qué he de ser blasfemado por
lo que doy gracias?

31 Si pues comeis, ó bebeis, ó haceis otra cosa, haced[lo] todo á gloria de
Dios.

32 Sed sin ofensa á Judíos y á Gentiles, y á la iglesia de Dios.

33 Como tambien yo en todas las cosas complazco á todos, no procurando mi
propio beneficio, sino el de muchos, para que sean salvos.



CAPITULO 11.

1 SED imitadores de mí, así como yo de Cristo.

2 Y os alabo, hermanos que en todo os acordais de mí, y reteneis las
instrucciones [mias] de la manera que os enseñé.

3 Mas quiero que sepais, que Cristo es la cabeza de todo varon; y el varon
[es] la cabeza de la mujer; y Dios la cabeza de Cristo.

4 Todo varon que ora, ó profetiza, cubierta la cabeza, afrenta á su cabeza.

5 Mas toda mujer que ora, ó profetiza no cubierta su cabeza, afrenta á su
cabeza, porque lo mismo es que si se rayese.

6 Porque si la mujer no se cubre, trasquílese tambien: y si es deshonesto á
la mujer trasquilarse ó raerse, cúbrase.

7 Porque el varon no ha de cubrir la cabeza, porque es imágen y gloria de
Dios; mas la mujer es gloria del varon.

8 Porque el varon no es de la mujer, sino la mujer del varon.

9 Porque tampoco el varon fué criado por causa de la mujer, sino la mujer
por causa del varon.

10 Por lo cual la mujer debe tener [señal de] potestad sobre [su] cabeza por
causa de los ángeles.

11 Mas ni el varon sin la mujer, ni la mujer sin el varon, en el Señor.

12 Porque como la mujer [es] del varon, así tambien el varon [es] por la
mujer; empero todo de Dios.

13 Juzgad vosotros mismos: ¿es honesto orar la mujer á Dios no cubierta?

14 La misma naturaleza ¿no os enseña que al hombre sea deshonesto criar
cabello?

15 Por el contrario, á la mujer criar el cabello le es honroso; porque en
lugar de velo le es dado el cabello.

16 Con todo eso si alguno parece ser contencioso, nosotros no tenemos tal
costumbre, ni las iglesias de Dios.

17 Esto empero [os] denuncio, que no alabo, que no por mejor, sino por peor
os juntais.

18 Porque lo primero, cuando os juntais en la^ iglesia, oigo que hay entre
vosotros disensiones; y en parte lo creo.

19 Porque preciso es que haya entre vosotros aun herejías, para que los que
son probados se manifiesten entre vosotros.

20 Cuando pues os juntais en uno, [esto] no es comer la Cena del Señor;

21 Porque cada uno toma ántes para comer su propia cena; y el uno tiene
hambre, y el otro está embriagado.

22 Pues qué, ¿no teneis casas en que comais y bebais? ¿O menospreciais la
iglesia de Dios, y avergonzais á los que no tienen? ¿Que os diré? ¿Os
alabaré? En esto no os alabo.

23 Porque yo recibí del Señor lo que tambien os he enseñado: Que el Señor
Jesus, la noche que fué entregado, tomó pan;

24 Y habiendo dado gracias, [lo] partió, y dijo: Tomad, comed: Esto es mi
cuerpo que por vosotros es partido: haced esto en memoria de mí.

25 Asimismo [tomó] tambien la copa despues de haber cenado, diciendo: Esta
copa es el nuevo pacto en mi sangre: haced esto todas las veces que bebiereis
en memoria de mí.

26 Porque todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la
muerte del Señor anunciais hasta que venga.

27 De manera que cualquiera que comiere este pan, ó bebiere esta copa del
Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor.

28 Por tanto pruébese cada uno á sí mismo, y coma así de aquel pan, y beba
de aquella copa.

29 Porque el que come y bebe indignamente, juicio come y bebe para sí, no
discerniendo el cuerpo del Señor.

30 Por lo cual [hay] muchos enfermos y debilitados entre vosotros; y muchos
duermen.

31 Que si nos examinásemos á nosotros mismos, cierto no seríamos juzgados.

32 Mas siendo juzgados, somos castigados del Señor, para que no seamos
condenados con el mundo.

33 Así que, hermanos mios, cuando os juntais á comer, esperáos unos á otros.

34 Si alguno tuviere hambre, coma en su casa; porque no os junteis para
juicio. Las demás cosas ordenaré cuando llegare.



CAPITULO 12.

1 Y ACERCA de los [dones] espirituales, no quiero, hermanos, que ignoreis.

2 Sabeis que cuando erais Gentiles ibais, como erais llevados, á los ídolos
mudos.

3 Por tanto os hago saber, que nadie que hable por Espíritu de Dios, llama
anatema á Jesus, y [que] nadie puede llamar á Jesus Señor, sino por Espíritu
Santo.

4 Empero hay repartimientos de dones; mas el mismo Espíritu [es.]

5 Y hay repartimientos de ministerios; mas el mismo Señor [es.]

6 Y hay repartimientos de operaciones; mas el mismo Dios es el que obra
todas las cosas en todos.

7 Empero á cada uno le es dada manifestacion del Espíritu para provecho.

8 Porque á la verdad á este es dado por el Espíritu palabra de sabiduría; á
otro, palabra de ciencia segun el mismo Espíritu;

9 A otro, fé por el mismo Espíritu; y á otro, dones de sanidades por el
mismo Espíritu;

10 A otro, operaciones de milagros; y á otro, profecía; y á otro, discrecion
de espíritus; y á otro, géneros de lenguas; y á otro, interpretacion de
lenguas.

11 Mas todas estas cosas obra uno y el mismo Espíritu, repartiendo
particularmente á cada uno como quiere.

12 Porque de la manera que el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, empero
todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un cuerpo, así tambien
Cristo.

13 Porque por un Espíritu somos todos bautizados en un cuerpo, ora Judíos ó
Griegos, ora siervos ó libres; y todos hemos bebido de un mismo Espíritu.

14 Pues ni tampoco el cuerpo es un miembro, sino muchos.

15 Si dijere el pié: Porque no soy mano, no soy del cuerpo: ¿por eso no será
del cuerpo?

16 Y si dijere la oreja: Porque no soy ojo, no soy del cuerpo: ¿por eso no
será del cuerpo?

17 Si todo el cuerpo [fuese] ojo ¿dónde [estaria] el oido? si todo [fuese]
oido, ¿dónde [estaria] el olfato?

18 Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos [por sí] en el
cuerpo, como quiso.

19 Que si todos fueran un miembro, ¿donde [estuviera] el cuerpo?

20 Mas ahora muchos miembros [son] á la verdad, empero un cuerpo.

21 Ni el ojo puede decir á la mano: No te he menester: ni asimismo la cabeza
á los piés: No tengo necesidad de vosotros.

22 Antes, mucho mas los miembros del cuerpo que parecen más flacos, son
necesarios;

23 Y aquellos del cuerpo que estimamos ser más viles, á estos vestimos más
honrosamente; y los que en nosotros [son] ménos honestos, tienen más
compostura.

24 Porque los que en nosotros [son] más honestos, no tienen necesidad [de
eso:] mas Dios ordenó el cuerpo dando mas abundante honor al que le faltaba;

25 Para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos
se interesen los unos por los otros.

26 Por manera que si un miembro padece, todos los miembros á una se duelen;
y si un miembro es honrado, todos los miembros á una se gozan.

27 Pues vosotros sois el cuerpo de Cristo, y miembros en parte.

28 Y á unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas,
lo tercero, doctores: luego facultades; luego dones de sanidades, ayudas,
gobernaciones, géneros de lenguas.

29 ¿[Son] todos apóstoles? ¿[son] todos profetas? ¿todos doctores? ¿todos
facultades?

30 ¿Tienen todos dones de sanidad? ¿hablan todos lenguas? ¿interpretan
todos?

31 Empero procurad los mejores dones: mas aun, yo os muestro un camino más
excelente.



CAPITULO 13.

1 SI yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo caridad, vengo á ser
[como] metal que resuena, ó címbalo que retiñe.

2 Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios, y toda ciencia; y
si tuviese toda la fé, de tal manera que traspasase los montes, y no tengo
caridad, nada soy.

3 Y si repartiese toda mi hacienda para dar de comer [á pobres;] y si
entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo caridad, de nada [me] sirve.

4 La caridad es sufrida, es benigna; la caridad no tiene envidia, la caridad
no hace sin razon, no se ensancha,

5 No es injuriosa, no busca lo suyo, no se irrita, no piensa el mal;

6 No se huelga de la injusticia, mas se huelga de la verdad:

7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

8 La caridad nunca deja de ser: mas las profecías se han de acabar, y
cesarán las lenguas, y la ciencia ha de ser quitada.

9 Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos.

10 Mas cuando venga lo que es perfecto, entónces lo que es en parte será
quitado.

11 Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como
niño; mas cuando ya fuí hombre hecho, dejé lo que era de niño.

12 Ahora vemos por espejo, en oscuridad; mas entónces [verémos] cara á cara:
ahora conozco en parte; mas entónces conoceré como soy conocido.

13 Y ahora permanecen la fé, la esperanza, y la caridad; estas tres cosas;
empero la mayor de ellas [es] la caridad.



CAPITULO 14.

1 SEGUID la caridad; y procurad los [dones] espirituales: mas sobre todo que
profeticeis.

2 Porque el que habla en lenguas, no habla á los hombres, sino á Dios;
porque nadie le entiende, aunque en espíritu hable misterios.

3 Mas el que profetiza, habla á los hombres, [para] edificacion, y
exhortacion, y consolacion.

4 El que habla lengua [extraña,] á sí mismo se edifica; mas el que
profetiza, edifica á la iglesia.

5 Así que quisiera que todos vosotros hablaseis lenguas; empero más
[quisiera] que profetizaseis; porque mayor es el que profetiza que el que
habla lenguas, si tambien no interpretare, para que la iglesia tome
edificacion.

6 Ahora pues, hermanos, si yo fuere á vosotros hablando lenguas, qué os
aprovecharé, si no os hablare ó con revelacion, ó con ciencia, ó con
profecía, ó con doctrina?

7 Ciertamente si las cosas inanimadas que hacen sonidos, como la flauta ó la
vihuela, si no dieren distincion de voces, ¿cómo se sabrá lo que se tañe con
la flauta, ó con la vihuela?

8 Y si la trompeta diere sonido incierto, ¿quién se apercibirá á la batalla?

9 Así tambien vosotros, si por la lengua no diereis palabra bien
significante, ¿cómo se entenderá lo que se dice? porque hablaréis al aire.

10 Tantos géneros de voces, (por ejemplo,) hay en el mundo; y nada hay mudo;

11 Mas si [yo] ignorare el valor de la voz, seré bárbaro al que habla, y el
que habla [será] bárbaro para mí.

12 Así tambien vosotros; pues que anhelais espirituales [dones,] procurad
ser excelentes para la edificacion de la iglesia.

13 Por lo cual el que habla lengua [extraña,] pida que [la] interprete.

14 Porque si yo orare en lengua [desconocida,] mi espíritu ora; mas mi
entendimiento es sin fruto.

15 ¿Qué pues? Oraré con el espíritu, mas oraré tambien con entendimiento:
cantaré con el espíritu, mas cantaré tambien con entendimiento.

16 Porque si bendijeres con el espíritu, el que ocupa lugar de un mero
particular, ¿cómo dirá Amen á tu accion de gracias? pues no sabe lo que has
dicho.

17 Porque tú, á la verdad, bien haces gracias; mas el otro no es edificado.

18 Doy gracias á Dios que hablo lenguas más que todos vosotros:

19 Pero en la iglesia [más] quiero hablar cinco palabras con mi sentido,
para que enseñe tambien á los otros, que diez mil palabras en lengua
[desconocida.]

20 Hermanos, no seais niños en el sentido, sino sed niños en la malicia;
empero perfectos en el sentido.

21 En la ley está escrito: En otras lenguas y en otros labios hablaré á este
pueblo; y ni aun así me oirán, dice el Señor.

22 Así que las lenguas por señal son no á los fieles, sino á los infieles:
mas la profecía no [se da] á los infieles, sino á los fieles.

23 De manera que si toda la iglesia se juntare en uno y todos hablan
lenguas, y entran indoctos, ó infieles, ¿no dirán que estais locos?

24 Mas si todos profetizan, y entra algun infiel ó indocto, de todos es
convencido, de todos es juzgado;

25 Lo oculto de su corazon se hace manifiesto: y así postrándose sobre el
rostro, adorará á Dios, declarando que verdaderamente Dios está en vosotros.

26 ¿Qué hay, pues, hermanos? Cuando os juntais, cada uno de vosotros tiene
salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene revelacion, tiene interpretacion:
hágase todo para edificacion.

27 Si hablare alguno en lengua [extraña, sea esto] por dos, ó á lo más tres,
y por turno; mas uno interprete.

28 Y si no hubiere intérprete, calle en la iglesia; y hable á sí mismo, y á
Dios.

29 Asimismo los profetas hablen dos ó tres, y los demás juzguen.

30 Y si á otro que estuviere sentado, fuere revelado, calle el primero.

31 Porque podeis todos profetizar uno por uno, para que todos aprendan, y
todos sean exhortados.

32 Y los espíritus de los que profetizaren, sujétense á los profetas:

33 Porque Dios no es [Dios] de disension, sino de paz; como en todas las
iglesias de los santos.

34 Vuestras mujeres callen en las congregaciones: porque no les es permitido
hablar, sino que estén sujetas, como tambien la ley dice.

35 Y si quieren aprender alguna cosa, pregunten en casa á sus maridos;
porque deshonesta cosa es hablar una mujer en la congregacion.

36 Qué ¿ha salido de vosotros la palabra de Dios? ó ¿á vosotros solos ha
llegado?

37 Si alguno, á su parecer, es profeta, o espiritual, reconozca lo que os
escribo, porque son mandamientos del Señor.

38 Mas el que ignora, ignore.

39 Así que, hermanos procurad profetizar; y no impidais el hablar lenguas.

40 Empero hágase todo decentemente y con orden.



CAPITULO 15.

1 ADEMÁS os declaro, hermanos, el Evangelio que os he predicado, el cual
tambien recibisteis, en el cual tambien perseverais;

2 Por el cual asimismo, si reteneis la palabra que os he predicado, sois
salvos, si no creisteis en vano.

3 Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo fué
muerto por nuestros pecados, conforme á las escrituras;

4 Y que fué sepultado, y que resucitó al tercer dia, conforme á las
escrituras;

5 Y que apareció á Cephas, y despues á los doce.

6 Despues apareció a más de quinientos hermanos juntos; de los cuales muchos
viven aun, y otros son muertos.

7 Despues apareció á Jacobo; despues á todos los apóstoles.

8 Y el postrero de todos, como á un abortivo, me apareció á mí.

9 Porque yo soy el mas pequeño de los apóstoles, que no soy digno de ser
llamado apóstol, porque perseguí la iglesia de Dios.

10 Empero por la gracia de Dios soy lo que soy: y su gracia no ha sido en
vano para conmigo; ántes he trabajado más que todos ellos: pero no yo, sino
la gracia de Dios que [fué] conmigo.

11 Porque, ó [sea] yo, ó [sean] ellos, así predicamos, y así habeis creido.

12 Y si Cristo es predicado que resucitó de los muertos, ¿cómo dicen algunos
entre vosotros que no hay resurreccion de muertos?

13 Porque si no hay resurreccion de muertos, Cristo tampoco resucitó.

14 Y si Cristo no resucitó, vana [es] entónces nuestra predicacion, vana
[es] tambien vuestra fé.

15 Y aun somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos testificado de
Dios, que él haya levantado á Cristo, al cual no levantó, si en verdad los
muertos no resucitan.

16 Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó.

17 Y si Cristo no resucitó, vuestra fé es vana; aun estais en vuestros
pecados.

18 Entónces tambien los que durmieron en Cristo son perdidos.

19 Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, los más miserables somos
de todos los hombres.

20 Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que
durmieron es hecho.

21 Porque por cuanto la muerte [entró] por un hombre, tambien por un hombre
la resurreccion de los muertos.

22 Porque así como en Adam todos mueren, así tambien en Cristo todos serán
vivificados.

23 Mas cada uno en su orden: Cristo las primicias; luego los que son de
Cristo, en su venida.

24 Luego el fin, cuando entregará el reino á Dios y al Padre, cuando habrá
quitado todo imperio, y toda potencia, y potestad.

25 Porque es menester que él reine, hasta poner todos sus enemigos debajo de
sus piés.

26 Y el postrer enemigo [que] será deshecho, [será] la muerte.

27 Porque todas las cosas sujetó debajo^ de sus piés. Y cuando dice: Todas
las cosas son sujetadas á él, claro está exceptuado aquel que sujetó á él
todas las cosas.

28 Mas luego que todas las cosas le fueren sujetas, entónces tambien el
mismo Hijo se sujetará al que le sujetó á él todas las cosas, para que Dios
sea todas las cosas en todos.

29 De otro modo ¿qué harán los que se bautizan por los muertos, si en
ninguna manera los muertos resucitan? ¿Por qué, pues, se bautizan por los
muertos?

30 Y ¿por qué nosotros peligramos á toda hora?

31 Sí, por la gloria que en órden á vosotros tengo en Cristo Jesus, Señor
nuestro, cada dia muero.

32 Si como hombre batallé en Efeso contra las bestias, ¿qué me aprovecha? Si
los muertos no resucitan, comamos y bebamos, que mañana morirémos.

33 No erreis: Las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres.

34 Velad debidamente, y no pequeis; porque algunos no conocen á Dios: para
vergüenza vuestra hablo.

35 Mas dirá alguno: ¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Con qué cuerpo vendrán,

36 Nécio, lo que tú siembras, no se vivifica, si no muriere [ántes.]

37 Y lo que siembras, no siembras el cuerpo que ha de salir, sino el grano
desnudo, acaso de trigo, ó de otro [grano:]

38 Mas Dios le da el cuerpo como quiso, y á cada simiente su propio cuerpo.

39 Toda carne no [es] la misma carne; mas una carne ciertamente [es] la de
los hombres, y otra carne la de los animales, y otra la de los peces, y otra
la de las aves.

40 Y cuerpos [hay] celestiales, y cuerpos terrestres: mas ciertamente una
[es] la gloria de los celestiales, y otra la de los terrestres.

41 Otra [es] la gloria del sol, y otra la gloria de la tuna, y otra la
gloria de las estrellas: porque una estrella es diferente de otra en gloria.

42 Así tambien [es] la resurreccion de los muertos. Se siembra en
corrupcion; se levantará en incorrupcion:

43 Se siembra en vergüenza; se levantará con gloria; se siembra en flaqueza;
se levantará con potencia:

44 Se siembra cuerpo animal; resucitará espiritual cuerpo. Hay cuerpo
animal, y hay cuerpo espiritual.

45 Así tambien está escrito: Fué hecho el primer hombre Adam en ánima
viviente; el postrer Adam, en Espíritu vivificante.

46 Mas lo espiritual no es primero sino lo animal; luego lo espiritual.

47 El primer hombre [es] de la tierra, terreno: el segundo hombre, [que es]
el Señor, [es] del cielo.

48 Cual el terreno, tales tambien los terrenos; y cual el celestial, tales
tambien los celestiales.

49 Y como trajimos la imágen del terreno, traerémos tambien la imágen del
celestial.

50 Esto empero digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el
reino de Dios; ni la corrupcion hereda la incorrupcion.

51 Hé aquí, os digo un misterio. Todos ciertamente no dormirémos; mas todos
serémos trasformados,

52 En un momento, en un abrir de ojo, á la final trompeta: porque será
tocada la trompeta, y los muertos serán levantados sin corrupcion; y nosotros
serémos trasformados.

53 Porque es menester que esto corruptible sea vestido de incorrupcion, y
esto mortal sea vestido de inmortalidad.

54 Y cuando esto corruptible fuere vestido de incorrupcion y esto mortal
fuere vestido de inmortalidad, entónces se efectuará la palabra que está
escrita: Sorbida es la muerte con victoria.

55 ¿Dónde [está,] oh muerte, tu aguijon? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?

56 Ya que el aguijon de la muerte [es] el pecado, y la potencia del pecado,
la ley.

51 Mas á Dios gracias, que nos da la victoria por el Señor nuestro Jesu-
Cristo.

58 Así que, hermanos mios amados, estad firmes y constantes, creciendo en la
obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es vano.



CAPITULO 16.

1 CUANTO á la colecta [que se hace] para los santos, haced vosotros tambien
de la manera que ordené en las iglesias de Galacia.

2 Cada primer [dia] de la semana cada uno de vosotros aparte en su casa,
guardando lo que por la bondad de Dios pudiere; para que cuando [yo] llegare,
no se hagan entónces colectas:

3 Y cuando habré llegado, los que aprobareis por cartas, á estos enviaré que
lleven vuestro beneficio á Jerusalem.

4 Y si fuere digno el negocio que yo tambien vaya, irán conmigo.

5 Y á vosotros iré, cuando hubiere pasado á Macedonia; porque á Macedonia
tengo de pasar:

6 Y podrá ser que me quede con vosotros, ó invernaré tambien, para que
vosotros me lleveis adonde hubiere de ir.

7 Porque no os quiero ahora ver de paso; porque espero estar con vosotros
algun tiempo, si el Señor [lo] permitiere.

8 Empero estaré en Efeso hasta Pentecostes.

9 Porque se me ha abierto puerta grande y eficaz: y muchos [son] los
adversarios.

10 Y si llegare Timotéo, mirad que esté con vosotros seguramente; porque la
obra del Señor hace, tambien como yo.

11 Por tanto nadie le tenga en poco; ántes llevadlo en paz, para que venga á
mí: porque lo espero con los hermanos.

12 Acerca del hermano Apólos, mucho le he rogado que fuese á vosotros con
los hermanos; mas en ninguna manera tuvo voluntad de ir por ahora: pero irá
cuando tuviere oportunidad.

13 Velad, estad firmes en la fé; portáos varonilmente, y esforzáos.

14 Todas vuestras cosas sean hechas con caridad.

15 Y os ruego hermanos, (ya sabeis que la casa de Estéfanas es las primicias
de Achaia, y que se han dedicado al ministerio de los santos,)

16 Que vosotros os sujeteis á los tales, y á todos los que ayudan, y
trabajan.

17 Huélgome de la venida de Estéfanas, y de Fortunato, y de Achaico; porque
estos suplieron lo que á vosotros faltaba.

18 Porque recrearon mi espíritu y el vuestro. Reconoced pues á los tales.

19 Las iglesias de Asia os saludan. Os saludan mucho en el Señor Aquila y
Priscila, con la iglesia que está en su casa.

20 Os saludan todos los hermanos. Saludáos los unos á los otros con ósculo
santo.

21 La salutacion de mí, Pablo, de mi mano.

22 El que no amare al Señor Jesu-Cristo, sea Anatema: Maran-atha.

23 La gracia del Señor Jesu-Cristo [sea] con vosotros.

24 Mi amor en Cristo Jesus [sea] con todos vosotros. Amen.

La primera á los Corintios fué enviada de Filipos con Estéfanas, y
Fortunato, y Achaico, y Timotéo.



Biblioteca

La Santa Biblia
Reina-Valera de 1862
www.iglesiareformada.com