Yo Te Envío, Para Que Abras Sus Ojos

por John Piper

2da a los Corintios 4:1-7
Por tanto, puesto que tenemos este ministerio, según hemos recibido misericordia, no desfallecemos; 2 sino que hemos renunciado a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino que, mediante la manifestación de la verdad, nos recomendamos a la conciencia de todo hombre en la presencia de Dios. 3 Y si todavía nuestro evangelio está velado, para los que se pierden está velado, 4 en los cuales el dios de este mundo ha cegado el entendimiento de los incrédulos, para que no vean el resplandor del evangelio de la gloria de Cristo, que es la imagen de Dios. 5 Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Cristo Jesús como Señor, y a nosotros como siervos vuestros por amor de Jesús. 6 Pues Dios, que dijo que de las tinieblas resplandecerá la luz, es el que ha resplandecido en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Cristo. 7 Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la extraordinaria grandeza del poder sea de Dios y no de nosotros.
Hoy terminaremos nuestra serie de sermones sobre la regeneración, la enseñanza bíblica acerca de la realidad del nuevo nacimiento. Estaremos terminando en el terreno, en las calles, en el auto, en el Dunn Brothers, en nuestro traspatio, en la escuela, en el trabajo, mientras almorzamos, en el teléfono, en Facebook y en My Space, en los mensajes de texto (SMS), en Skyping, en blogging, en los aviones, y en cientos de conversaciones ordinarias. Estaremos culminando con el evangelismo personal: un antiguo compromiso expresado en nuevos contextos por amor del nuevo nacimiento en miles de personas muertas espiritualmente, para la gloria de Jesucristo.

Nacidos de Nuevo Por Medio del Evangelio
La semana pasada reafirmamos la verdad bíblica de 1ra de Pedro 1:23: “Pues habéis nacido de nuevo […], mediante la palabra de Dios que vive y permanece”, seguida de la explicación en el versículo 25: “Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada” [RVR 1960]. En otras palabras, Dios produce el nuevo nacimiento mediante el evangelio, la buena noticia de que Dios envió a su hijo al mundo para vivir una vida perfecta, morir por los pecadores, absorber la ira de Dios, llevar nuestra culpa, otorgarnos el don de la justicia, y darnos un gozo eterno, solo mediante la fe, aparte de las obras de la ley.

Las personas nacen de nuevo al escuchar esa noticia, y nunca nacerán de nuevo, sin ella: “Así que la feviene del oír, y el oír, por la palabra de Cristo” (Romanos 10:17). Es por esta razón que cuando entonces preguntamos, « ¿qué se debe hacer para nacer de nuevo?», la respuesta bíblica fue clara: Prediquen la buena noticia con un corazón de amor y una vida de servicio.

Ahora, hoy, tengo la esperanza de subrayar ese punto principal con un par de nuevos textos, y luego darles una colección de ayudas y exhortaciones prácticas.

Nuestra Condición Sin Cristo
Vea conmigo el texto de hoy en 2da a los Corintios 4. Comienza con la condición del hombre sin Cristo. Versículo 4: "en los cuales el dios de este mundo ha cegado el entendimiento de los incrédulos, para que no vean el resplandor del evangelio de la gloria de Cristo, que es la imagen de Dios". El hombre que no cree en Cristo está ciego. No pude ver que Cristo es supremamente valioso, y por tanto no le recibe como su Tesoro, y no es salvo. Se necesita una obra de Dios en su vida para abrir sus ojos y darle vida, de modo que pueda ver y recibir a Cristo como Salvador, Señor, y Tesoro de su vida. Se necesita la obra del Nuevo Nacimiento.

La Solución: El Nuevo Nacimiento
Luego veamos la solución a esta condición de ceguera y muerte. Versículo 6: “Pues Dios, que dijo que de las tinieblas resplandecerá la luz, es el que ha resplandecido en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Cristo”. Aun cuando ese término no es utilizado, esta es la descripción del nuevo nacimiento. El Dios que creó la luz en el principio hace lo mismo en el corazón humano. Solo que en esta ocasión, no crea una luz física, sino la luz “del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Cristo”. O, como le llama el versículo 4: “el resplandor del evangelio de la gloria de Cristo”.

Él hace que el corazón humano vea la verdad y belleza y dignidad de Cristo (la gloria de Cristo). Y cuando le vemos como realmente es, le recibimos como quien realmente es. Y a todos los que le reciben les dio potestad de ser hechos hijos de Dios (Juan 1:12). Es lo que deseamos para nuestros hijos (a los seis años, a los dieciséis, o a los veintiséis) y para nuestros padres, cónyuges, vecinos, colegas, y amigos de la escuela. Queremos que la luz resplandezca en sus corazones para que puedan ver y recibir a Cristo. Queremos que nazcan de nuevo.

Los Medios Humanos que Dios Usa: La Predicación del Evangelio
¿Qué debemos hacer para ayudar a las personas a nacer de nuevo?, es: Predicarles la buena noticia de Cristo con un corazón de amor y una vida de servicio.

“Yo Te Envío, Para Que Abras Sus Ojos”
Permítanme darles un texto más, antes de ver la colección de ayudas y exhortaciones prácticas. En Hechos 26, Pablo está relatando al rey Agripa su conversión y su llamado al ministerio. Cuenta su espectacular encuentro con Cristo en el camino a Damasco. Entonces, señala la comisión que Cristo le entregó. Las palabras de esta comisión son sumamente sorprendentes y relevantes para nuestro estudio acerca del evangelismo.

Él nos dice en los versículos 15-17 qué fue lo que Jesús le dijo: “Yo soy Jesús a quien tú persigues. 16 “Pero levántate y ponte en pie; porque te he aparecido con el fin de designarte como ministro y testigo, no sólo de las cosas que has visto, sino también de aquellas en que me apareceré a ti; 17 librándote del pueblo judío y de los gentiles, a los cuales yo te envío…”. Ahora escuche cuidadosamente para qué Jesús le envía en su ministerio de predicación del evangelio. Versículo 18: “yo te envío, 18 para que abras sus ojos a fin de que se vuelvan de la oscuridad a la luz, y del dominio de Satanás a Dios, para que reciban, por la fe en mí, el perdón de pecados y herencia entre los que han sido santificados”.

Según 2da a los Corintios 4, el hombre será espiritualmente ciego, hasta que Dios le dé ojos para ver, es decir, hasta que Dios le haga nacer de nuevo. Pero aquí Jesús dice en el versículo 18: “yo te envío, 18 para que abras sus ojos”. No es difícil comprender cuál era el mensaje. Dios abre los ojos de los ciegos para que vean la verdad y la belleza y la dignidad de Cristo. Pero lo hace al enviar a las creyentes a predicarles la buena noticia con un corazón de amor y una vida de servicio.

Esa es mi oración constante: « Señor, inunda nuestra iglesia con una pasión para abrir los ojos de los ciegos. Inúndanos con una pasión para hacer aquello que Dios utiliza para generar el nuevo nacimiento».

Diez Exhortaciones a los que Predican el Evangelio
Así que aquí tenemos unas pocas exhortaciones que espero les ayuden.

1) Sepan esto: Dios Utiliza Vasijas de Barro
De vuelta a nuestro texto, piense en 2da a los Corintios 4:7: Usualmente no leemos este pasaje en su contexto, hagámoslo hoy. El versículo 6 acaba de decir que el Dios que creó la luz, hace lo mismo para producir en los ciegos espirituales como nosotros la “iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Cristo”. En el versículo 4, esta luz es llamada el “resplandor del evangelio de la gloria de Cristo”.

Este es el contexto, ahora leamos el versículo 7: “Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la extraordinaria grandeza del poder sea de Dios y no de nosotros”. Tenemos “este tesoro” ¿Cuál tesoro? El “conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Cristo”. O la “iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Cristo”. En pocas palabras, tenemos el evangelio con su poder de dar luz.

Ahora, esta es la exhortación: “Pero tenemos este tesoro en vasos de barro”. Los “vasos de barro” es una referencia a nosotros. Somos los vasos de barro. Es decir, comparados con el tesoro que hay en nosotros, somos vasos de barro. No somos oro. El evangelio es oro. No somos plata. La noticia acerca de Cristo, es plata. No somos bronce. El poder de Cristo es bronce.

Esto significa que si usted se siente común, o por debajo de lo normal en su aptitud para compartir el evangelio, está más cerca de la verdad que alguien que se siente poderoso, sabio y autosuficiente. Pablo quiere que nos demos cuenta de que somos vasijas de barro, no oro, plata, o cristal. Quiere que nos percatemos de que, desde los más sofisticados hasta los más comunes, todos somos vasijas de barro en lo referente a contener y compartir el evangelio. El evangelio es tan valioso y poderoso, que cualquier pensamiento que haga que su contenedor se sienta especial, es necedad.

¿Cómo habla Pablo de sí mismo y de Apolos, el cristiano más elocuente del primer siglo?: “¿Qué es, pues, Apolos? Y ¿qué es Pablo? Servidores mediante los cuales vosotros habéis creído, según el Señor dio oportunidad a cada uno. 6 Yo planté, Apolos regó, pero Dios ha dado el crecimiento. 7 Así que ni el que planta ni el que riega es algo, sino Dios que da el crecimiento” (1ra a los Corintios 3:5-7).

Entonces, ¿cuál es el propósito de ser vasijas de barro? Volvamos a 2da a los Corintios 4:7: “Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la extraordinaria grandeza del poder sea de Dios y no de nosotros”. El propósito de Dios es que su poder sea honrado, mediante el evangelio, no que nosotros seamos honrados. Lo que significa que si usted se siente común, o poco capacitado en su propia idoneidad para predicar el evangelio, entonces usted es la persona que Dios busca; una vasija de barro que simplemente comparta el Tesoro del evangelio, no con un intelecto brillante, o una elocuencia brillante, o una belleza o fortaleza brillantes, ni con astucia cultural. Dios hará su obra mediante el evangelio, y el poder incomparable poder le pertenecerá a él, y no a nosotros.

Siéntase animado si es un cristiano ordinario. Precisamente por ser ordinario, ha sido alistado para la obra más grande del mundo: mostrar el Tesoro que es Cristo

2) Obtenga los Recursos a Compartir
Después de estos servicios, hay mesas de venta con algunos recursos evangelísticos:For Your Joy, Quest for Joy, Quest for Joy CD. Son recursos que hemos desarrollado en Bethlehem como métodos para extender nuestras conversaciones personales con las personas al darles algo que puedan llevar consigo, que podamos leer junto con ellas. También hay muchos otros recursos igualmente útiles.

Esta es la exhortación: piense así: «Siempre que pueda, quiero recomendar a Cristo. Quiero contar la historia que Dios utiliza para dar vida a las personas». Ponga estos recursos en su bolsillo, en su bolso, en su portafolios, en su automóvil (John Sather me contó que lleva una caja llena de estos recursos en su auto). Y ore cada día: «Señor, conviérteme en una bendición salvadora para alguien hoy».

3) Sepa que Dios Influencia de Muchas Formas

Tenga en mente que lo que usted dice a alguien acerca de Jesús puede ser complementado por media docena de otras personas a quienes Dios providencialmente alinea para influenciar a este individuo a medida que Dios le llama para salvación. A usted le puede parecer que su palabra ha sido desperdiciada. Nunca es desperdiciada (1ra a los Corintios 15:58). Nuestra palabra puede ser el comienzo del trato de Dios. O la palabra final y decisiva que Dios utiliza para traer a una persona a la fe. Hable la palabra. La palabra más pequeña acerca de Cristo no es desperdiciada.

4) Dé Abundantemente

Dé abundantemente. Sea conocido como alguien generoso, no tacaño. Jesús dijo: “prestad no esperando nada a cambio” (Lucas 6: 35). Combine esta reputación con la entrega de libros, si usted conoce a alguien que es lector, dele un libro cristiano que le cueste a usted unos diez o quince dólares. Dígale qué significó para usted y que le encantaría hablar sobre él en algún momento. Si no conoce a la persona, pídale permiso para regalarle un libro que haya significado mucho para su vida.

Esto es lo que regularmente hago en el avión. Algunas veces las conversaciones son fáciles de llevar hacia Cristo, porque soy un pastor. Otras veces no. Pero en cualquier caso, a menudo digo: «escribí un libro que me encantaría regalarle ¿Puedo darle uno?» Casi nunca dicen que no. He escrito dos libros enfocados principalmente en los incrédulos: Seeing and Savoring Christ y Fifty Reasons Why Jesus Came to Die. Estos son los que llevo en mi portafolio en el avión. Desarrolle el hábito de pensar de esta forma: « ¿Cómo puedo recomendar a Cristo hoy?». Dé abundantemente.

Y por supuesto, entregue la Biblia. Esta tarde abrí casualmente una biografía de la vida del misioneroHenry Martyn, y leí lo siguiente acerca del autor,B. V. Henry: “Henry se volvió a la fe en Cristo a la edad de 17 mediante una lectura del Nuevo Testamento, que le entregó una anciana mujer” (B. V. Henry,Forsaking All for Christ: A Biography of Henry Martyn [London: Capítulo 2, 2003], p. 167). Entregue la Biblia abundantemente, y también porciones bíblicas.

5) Encuentre Personas Interesantes
Anímese, pues el simple hecho de encontrar personas interesantes, y cuidarlas, es un hermoso atajo hacia sus corazones. El evangelismo obtiene una mala reputación cuando no estamos realmente interesados en las personas y ellas no parecen importarnos. Las personas son verdaderamente interesantes. La persona con quien usted habla es una maravillosa creación de Dios con mil experiencias interesantes. Muy pocas personas se interesan en ella. Si usted verdaderamente descubre que su vida es interesante, y le cuida, ella se abrirá y querrá oír su historia, la historia de Cristo.

6) Anímese Pues No Está Solo
Anímese pues los martes en la noche, en el Templo a Distancia en el centro de la ciudad, y en los jueves en la noche en el Templo a Distancia del Sur, tenemos entrenamiento evangelístico y actividades de encuentro. Esta es la carta que recibí esta semana de parte de Justin Hoover:

Pastor John, “… nuestra misión es encender y esparcir una pasión por Jesucristo mediante el gozo del evangelismo. Nos reunimos los martes en la noche, en el centro de la ciudad, a las 6:30 pm, en los Commons, para adorar, para la exposición de la Palabra, y para la oración, y en los jueves a las 6:30 pm, en la ubicación del Sur, Edificio 501, Suite 110, con Elijah Layfield. Entrenaremos nuevos evangelistas y luego les uniremos con evangelistas de experiencia. Esta es una excelente oportunidad para aprender cómo articular mejor y compartir el evangelio de Cristo. … nuestro mayor deseo y oración es que el evangelio de Jesucristo sea conocido por medio de las vidas de los santos en Bethlehem. Estamos aquí para ayudar a que esta visión y deseo de Dios sea una realidad en las vidas de los creyentes en Bethlehem. Esta es una oportunidad de ser equipados, motivados, afirmados, y llenos de gozo por el evangelio de Jesucristo. Quieran muchos de nosotros venir y encender y dar a conocer una pasión por la gloria de Cristo en nuestras familias, nuestras comunidades, ciudades, en nuestra nación y en nuestro mundo. De nuevo, el martes a las 6:30 pm en los Commons y el jueves, en el Sitio Sur, edificio 50, suite 110, a las 6:30 pm. Estaremos listos y orando para que haya más obreros para encender y esparcir una pasión por Jesucristo mediante el gozo del evangelismo. Para la gloria de Cristo y el gozo de los santos,
Justin Hoover
7) Invite a las Personas a Asistir a la Iglesia
En sus relaciones interpersonales, invite a las personas a asistir a la iglesia, aun antes de ser cristianos. Algunos aspectos que parecen extraños al pensar en ser cristianos, pueden vencerse al incrementar la familiaridad con nuestra manera de cantar, conversar, y relacionarnos en la iglesia. Y la predicación de la Palabra de Dios tiene un poder único.

O, hoy en día con el internet, si ellos se sienten inseguros en cuanto a asistir a la iglesia, invítelos awww.desiringGod o a www.hopeinGod.org. Dígales que a usted le gustaría que ellos escucharan un saludo de 5 minutos de parte del pastor en el sitio web de la iglesia, y deles la dirección electrónica.

8) Llenen la Ciudad con la Enseñanza del Evangelio
Cuando los apóstoles fueron puestos a juicio en Jerusalén, el sumo sacerdote dijo: “habéis llenado a Jerusalén con vuestras enseñanzas” (Hechos 5:28). Ese es mi sueño para las iglesias de las Twin Cities. Si todos los cristianos estuvieran hablando acerca de Cristo, y entregando literatura acerca de Cristo, y enviando correos electrónicos acerca de Cristo, e invitando a la gente a asistir a la iglesia para Cristo, y estuvieran dando a otros, generosamente, para Cristo, entonces alguien pudiera decir: «Esos cristianos han llenado las Twin Cities con su enseñanza». Que así sea.

9) Usen sus Dones
Anímense porque todos tenemos dones diferentes y no debiéramos tratar de imitar todo lo que hacen los demás. Cada cristiano debe ser un siervo (Gálatas 5:13), pero algunos tienen el don de servicio (Romanos 12:7). Cada cristiano debe tener un corazón misericordioso (Lucas 6:36), pero algunos tienen el don de misericordia (Romanos 12:8). Cada cristiano debe hablar a otros acerca de Cristo (1ra de Pedro 2:9), pero algunos tienen el don de profecía, de exhortación y de enseñanza (Romanos 12:7). Esta es la idea, todos estamos juntos en este cuerpo, pero algunos hemos sido dotados de una manera y otros de otra. Encuentre dónde debe estar, y avive las llamas de su efectividad allí. Crezca en cada área, pero no se paralice porque no es como otras personas. Dios le hizo y su propósito es usarle en el evangelismo.

10) Lea Libros sobre Evangelismo
Finalmente (y esta debe ser su expectativa en Bethlehem), aquí tenemos tres libros que puede obtener de la librería (o encargar aquí), para llevar este mensaje al resto de su vida: Will Metzger, Tell the Truth;Mark Dever, The Gospel and Personal Evangelism; J. I. Packer, Evangelism and the Sovereignty of God.

Predicando la Palabra con Valor
¿Convertiría a Hechos 4:31 en su sueño y oración para todos nosotros en Bethlehem?: “Después que oraron, el lugar donde estaban reunidos tembló, y todos fueron llenos del Espíritu Santo y hablaban la palabra de Dios con valor” (Hechos 4:31).



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