No sean Meras Sombras, Ecos y Residuos

por John Piper

No somos Dios. De manera que comparados con la Realidad absoluta y fundamental, no somos gran cosa. Nuestra existencia es secundaria y depende de la Realidad absoluta de Dios. Él es el único Dado en el universo. Nosotros somos derivados. Él siempre fue y no tuvo principio, nadie más le dio forma.  A nosotros sí.  Él simplemente es; pero nosotros nos convertimos. "Yo soy el que soy” es su nombre (Éxodo 3:14).
Sin embargo, ya que Él nos hizo con el más alto propósito en mente para una criatura – gozar y manifestar la gloria del Creador – podemos tener una vida con mucho significado y que dure para siempre. Ésta es la razón por la que fuimos creados ("todo ha sido creado por medio de Él y para Él" Colosenses 1:16). Es por eso que nuestra sexualidad fue redimida ("Huyan de la inmoralidad sexual....  Ustedes no son sus propios dueños; fueron comprados por un precio. Por tanto, honren con su cuerpo a Dios." 1 Corintios 6:18-20). Es por eso que comemos y bebemos ("Entonces, ya sea que comáis, que bebáis, o que hagáis cualquier otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios." 1 Corintios 10:31). Es por eso que oramos ("Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo." Juan 14:13). Es por eso que hacemos todas las buenas obras ("Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos." Mateo 5:16).

Es por eso que existimos – para manifestar la gloria de Dios. La vida humana se trata de Dios. Ese es el significado de ser humano. Nuestra naturaleza de criaturas es engrandecer a Dios. Nuestra gloria es adorar la gloria de Dios. Cuando cumplimos con esta razón de ser, le damos sentido a nuestra vida. Nuestra existencia tiene peso y significado. Conocer, gozar y (por tanto) manifestar la gloria de Dios, es participar de la gloria de Dios. No es que nos convirtamos en Dios, pero algo de su grandiosidad y belleza está en nosotros cuando comprendemos este propósito de nuestra existencia - manifestar Su excelencia. Ésta es nuestra esencia.

No cumplir con este propósito de nuestra existencia humana nos convierte en una mera sombra del propósito para el que fuimos creados.  No manifestar el valor de Dios, gozándonos en Él por sobre todas las cosas, nos convierte en un simple eco de la música para la que fuimos creados para hacer.  Es simplemente ser un mero residuo del impacto para el que fuimos creados para tener.

Esta es una gran tragedia. Los humanos no están hechos para ser simples sombras, ecos y residuos. Fuimos hechos para tener una esencia como la de Dios, y hacer música como de Dios, y tener impacto como aquel que Dios tiene. Esto es lo que significa ser creados a imagen de Dios (Génesis 1:27). Pero cuando los humanos abandonan a su Creador y aman más otras cosas, se convierten en algo semejante a las cosas que aman – pequeños, insignificantes, sin peso, inconsecuentes, y que disminuyen la importancia de Dios.

Escucha cómo lo dice el Salmista: "Los ídolos de las naciones son plata y oro, obra de manos de hombres. Tienen boca, y no hablan; tienen ojos, y no ven; tienen orejas, y no oyen; tampoco hay aliento en sus bocas. Semejantes a ellos son los que los hacen, y todos los que en ellos confían." (Salmos 135:15-18).

Piensa y tiembla. Te volverás como las cosas fabricadas por el hombre en las que confías: no pueden hablar, ni ver, ni oír. Esta es una existencia de sombras. Es un eco y un residuo de lo que se supone que deberías ser. Es un mimo vacío en el escenario de la historia, con mucho movimiento y sin significado.

O, Belén, no sean sombras, ecos, y residuos.  Libérate de la epidemia de nuestros tiempos, que es un espíritu enfocado en los hombres. Pon tu rostro como un pedernal para ver y conocer y disfrutar y vivir en la luz del Señor. "Casa de Jacob, venid y caminemos a la luz del SEÑOR" (Isaías 2:5). En su luz lo verás a Él y a todas las cosas como realmente son. Despertarás de los sueños de tu existencia en la tierra de las sombras.  Buscarás y encontrarás la esencia. Harás con tu vida música de Dios. La muerte no hará más que enviarte al paraíso. Y lo que dejes detrás de ti no será un residuo sino un tributo escrito en el cielo a la gracia triunfante de Dios.

Escapando de las sombras contigo,

Pastor John

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