Dios es Nuestra Fortaleza

Ezequiel

por Gabriel Otero

Tenemos ante nosotros un libro magnífico: Ezequiel. Vamos a analizarlo y ver la parte fundamental por la cual Dios colocó a este libro dentro del conjunto de libros de las Escrituras. Su autor es sin lugar a dudas Ezequiel mismo de acuerdo al Cap.1:1-2. Dice así: "Aconteció en el año treinta, en el mes cuarto, a los cinco días del mes, que estando yo en medio de los cautivos junto al río Quebar, los cielos se abrieron, y vi visiones de Dios. En el quinto año de la deportación del rey Joaquín, a los cinco días del mes,..." Ezequiel fue un hombre que vivió en la cautividad y la autoría de su libro nos la confirma en el Vr.3, donde leemos: "...vino palabra de Jehová al sacerdote Ezequiel hijo de Buzi, en la tierra de los caldeos, junto al río Quebar; vino allí sobre él la mano de Jehová." Esta escritura de Ezequiel es la base fundamental por la cual nosotros podemos entender algo tan significativo como es la comprensión del futuro, ya sea en el tiempo de Israel y también para nuestros tiempos, pues este libro lleva en sí mismo muchas escrituras proféticas.



Sin embargo, el título que vamos a asignar a este estudio es el siguiente: "Dios es nuestra fortaleza". Ahora bien, al decir Dios es nuestra fortaleza, vamos a tratar de revisar en sus páginas ciertos aspectos vitales para comprender lo que Dios quiere hablarnos y de esta manera entender en una forma más precisa el tópico del mismo. Hay tres cosas que vemos aquí en el libro explicada en forma práctica. En primer lugar, Dios es nuestra fortaleza a través de un encuentro personal con él. En segundo lugar, a través de un llamado personal. Y en tercer lugar, a través de una salvación personal.



Vamos a mirar entonces cada uno de estos puntos y a analizarlos para tomar en cuenta exactamente lo que ellos significan. Primero, Dios es nuestra fortaleza a través de un encuentro personal con él. Fijémonos lo que dice el Cap.1:1 el cual nos explica esta deducción: "Aconteció en el año treinta, en el mes cuarto, a los cinco días del mes, que estando yo en medio de los cautivos junto al río Quebar, los cielos se abrieron, y vi visiones de Dios." Notamos que la persona que escribió este libro, no lo copió de otro por cierto. Lo escribió en base a la visión que tuvo directamente de Dios, a su entendimiento y a su comprensión. "...y vi visiones de Dios." Los cielos se abrieron, y la Escritura nos dice que Ezequiel recibió instrucciones en forma de visión de Dios.



En la palabra de Dios, la Biblia, encontramos hombres como Pablo, Juan, Esteban, que pudieron ver los cielos abiertos y ver también el trono de Dios. Realmente no podemos describir en forma clara lo que vieron. La Biblia dice simplemente, "visiones de Dios". Pero sí podemos decir que tuvieron un encuentro personal con Dios. La Biblia nos enseña a través de este libro que Ezequiel fue lo que realmente llegó a ser, porque tuvo un encuentro personal con Dios. Y eso es lo que llevó a la vida de Ezequiel algo maravilloso, algo distinto, algo completamente fuera de lo común. Ese encuentro personal con Dios le dio a Ezequiel el derecho de poder decir, lo que voy a hablar lo se de Dios. Esto nos lleva a decir que a menos que tengamos un encuentro personal con Dios, no podremos comenzar a hablar de Dios. Hay muchas personas que tratan de analizar y razonar a Dios. Recordemos que en el tiempo de Jesús, por ejemplo, los fariceos trataban de razonar a Dios; los saduceos asumían una actitud hipócrita delante de Dios; y los herodianos eran materialistas para comprender a Dios. Es decir, a través de este simple estudio de la palabra de Dios nos damos cuenta que siempre existen aquellos que tratan de llegar a Dios por medios externos, a través de la ciencia, a través de razonamiento, a través de experiencias, pero la Biblia nos enseña que la única manera de llegar a Dios es a través de una experiencia personal con él.



En el evangelio de Juan Cap.1:12-13, la Escritura nos habla de ello. Dice: "Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios." Vemos que hay una necesidad en la vida del hombre: La necesidad de buscar a Dios. En la epístola de Santiago la Escritura nos habla de ello. En el Cap.4:7, dice: "Someteos, pues, a Dios;..." y luego el Vr.8: "Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros...." ¿Hemos tenido ese encuentro personal con Dios? No significamos con esto que los cielos se abran y veamos visiones, pero a través de la palabra de Dios vemos nuestra condición delante de él, y frente a Dios su palabra nos muestra que somos pecadores, y que no hay nada que pueda hablar bien en nuestro beneficio. ¿Sabíamos que frente a Dios el alma no regenerada es inmunda? Lo que queremos mostrar entonces es que hay una necesidad en nuestra vida, y que si bien el libro de Ezequiel nos habla de que Dios es nuestra fortaleza, esa fortaleza comienza con un encuentro personal con Dios y ese encuentro debe ser honesto, debe ser sincero. Las cosas deben verse tal cual son. Pensemos seriamente en esto.



En segundo lugar, el libro de Ezequiel nos habla de Dios como nuestra fortaleza a través de un llamado personal. Fijémonos bien en el Cap.1:3: "...vino palabra de Jehová al sacerdote Ezequiel hijo de Buzi, en la tierra de los caldeos, junto al río Quebar;..." Ezequiel estaba en la tierra de los caldeos, es decir, no estaba en su propia tierra, como sacerdote no estaba dentro del templo. El estaba practicamente como un expatriado en tierra extraña. Sin embargo dice la Escritura en este Vr.3: "...vino palabra de Jehová al sacerdote Ezequiel hijo de Buzi,..." Dios se dirigió personalmente a una persona. Y si bien necesitamos un encuentro personal con Dios, necesitamos también un llamado personal. Recordemos el relato que encontramos en el evangelio de Juan Cap.11. En ese capítulo leemos respecto a la muerte de Lázaro. Al final, en el Vr.43 leemos el incidente donde Jesús llama a Lázaro y lo vuelve a la vida. Lo que nos llama la atención es la forma en que Jesús procedió para llamar a Lázaro. El no dijo solamente "ven fuera" Fijémonos, dice: "Y habiendo dicho esto, -es decir, habiendo ya hablado Jesús- clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera! ¿Nos damos cuenta? Un llamado personal, por nombre, individualmente. En una palabra, no solamente debemos tener un encuentro personal con Dios en el cual nos vea tal cual somos, no solamente eso es necesario para que Dios sea nuestra fortaleza, sino que debemos ser llamados por Dios;-eso nos enseña la Escritura- directamente, es decir, debemos haber experimentado esa voz que dice: ¡Gabriel, ven fuera! ¡Juan, ven fuera! ¡Enrique, ven fuera! Nos preguntamos: ¿Hemos oído esa voz que dice, ven fuera? ¿Hemos escuchado nuestro propio nombre en esa voz? Dios habla a través de su Espíritu, individualmente. Y la resurrección espiritual, porque esto no es más que la resurrección espiritual de acuerdo a lo que Pablo dice en Efesios Cap.2:1-10. Esa resurrección espiritual la experimenta cada creyente en forma personal cuando reconoce el llamado de Dios como ocurre aquí en Ezequiel: "...vino palabra de Jehová al sacerdote Ezequiel..."



Ahora vamos a avanzar un poquito más y hablar acerca del tercer punto que nos ha de revelar aun más esta idea principal que hemos tomado del libro de Ezequiel, "Dios es nuestra fortaleza". En el Cap.11:17-21, encontramos una salvación personal. Vemos que Dios se acerca a Ezequiel y le dice lo siguiente: é"Di, por tanto: Así ha dicho Jehová el Señor: Yo os recogeré de los pueblos, y os congregaré de las tierras en las cuales estáis esparcidos, y os daré la tierra de israel. Y volverán allá, y quitarán de ella todas sus idolatrías y todas sus abominaciones. Y les daré un corazón, y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne, y les dar un corazón de carne, para que anden en mis ordenanzas, y guarden mis decretos y los cumplan, y me sean por pueblo, y yo sea a ellos por Dios. Mas a aquellos cuyo corazón anda tras el deseo de sus idolatrías y de sus abominaciones, yo traigo su camino sobre sus propias cabezas, dice Jehová el Señor."



Muchas personas piensan que este pasaje se refiere a una época futura la cual muchos llaman "el milenio", luego del rapto de la iglesia al cielo. Creemos que el pasaje aquí nos habla de muchas cosas que no pueden existir en el cielo, por ejemplo el Vr.19 donde dice: "...y quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne, y les daré un corazón de carne,..." Ni sangre ni carne heredarán el cielo, dice la Biblia (l.Cor.15:50). No habrá ni carne ni sangre en el cielo, por lo cual esta Escritura no nos habla del cielo; nos está hablando de la venida del Salvador. Por lo cual, de acuerdo al libro de Ezequiel no sólo debemos tener un encuentro personal con Dios para tener fortaleza, no sólo debemos tener un llamado personal de Dios, pero también debemos tener una salvación personal. ¿Y qué es la salvación personal? Fijémonos nuevamente cómo la explica el Vr.19: "Y les daré un corazón, y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos;..." La Escritura nos dice que Dios pondrá un espíritu nuevo.



En la epístola a los Efesios Cap.1:13, fijémonos cómo Pablo comenta la salvación: "En él también vosotros, habiendo oido la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,..." Es decir, nos habla de un Espíritu que llega dentro nuestro. Ahora leamos otro versiculo que encontramos en 2.Timoteo Cap.1:7. Pablo, hablando acerca del Espíritu y de la experiencia de la salvación, le dice a su discípulo Timoteo lo siguiente: "Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio." Esto quiere decir que Pablo está hablando que nosotros como creyentes si hemos experimentado una salvación personal, tenemos un Espíritu nuevo del cual Ezequiel nos habla ¿verdad? Más aun, cuando Pablo escribe a la iglesia de Corinto en su primera carta Cap.2:12, nos explica qué clase de espíritu hemos recibido. Dice así: "Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido,..." Y en el Vr.14 dice: "Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente." Vemos que la Escritura nos habla en una manera firme acerca de ese ministerio de la salvación. La salvación es una salvación personal, es una salvación que se experimenta a través de la manifestación de un nuevo Espíritu en nuestra vida. Es decir, pensamos diferente, tenemos una mente que discierne en forma diferente, y tenemos una actitud diferente. Y alguien podrá decir: "Pastor, ¿usted está diciendo con ello entonces que de acuerdo al libro de Ezequiel Cap.11:19, si una persona que es cristiana peca, entonces tal persona no es cristiana? ¿O quizás si hay algún cristiano que lo conocemos por años y ahora está andando por el mundo, está usted diciendo que tal persona no ha experimentado un nuevo Espíritu? La respuesta es: No. Fijémonos por qué decimos que no. En Efesios Cap.4:30 la Escritura dice así: "Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención." Notamos que la Escritura nos habla en forma precisa de algo de mucha importancia. El Espíritu Santo puede ser contristado y la palabra original es un poquito más fuerte de lo que imaginamos. Más que contristar, o sea poner a alguien triste, la palabra de Dios nos enseña que podemos pisotear el Espíritu Santo y eso es algo terrible. ¿Cuándo hacemos eso?: Cuando pecamos y no dejamos que ese nuevo Espíritu de Dios dirija nuestro corazón. Cuando nos enojamos, cuando nos airamos, cuando mentimos, cuando hacemos aquellas cosas que no son dirigidas por el Espíritu de Dios, recordemos, estamos pisoteando el Espíritu de Dios.



Dios es nuestra fortaleza. ¿Cómo?: A través de un encuentro personal con Dios; a través de un llamado personal de Dios; y a través de una salvación personal dada por Dios. Preguntémonos: ¿Hemos experimentado esa fortaleza de Dios a través de esos medios?


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