Cinco Periodos de Remorma

II Crónicas

por Gabriel Otero

Pasamos a estudiar el Segundo libro de Crónicas. Como ya lo dijimos con relación al libro Primero, el autor de este libro es anónimo. Es decir, no tenemos aquí realmente la información de quién lo escribió. No obstante, volvemos a repetir, se supone que el autor fue el escritor Esdras, pero no tenemos hechos que puedan probar tal manifestación.



El tema del libro es acerca de la historia del pueblo de Israel, especialmente tomando a Salomón como elemento principal dentro de las tareas de presentarnos su reinado, los reyes que le sucedieron, y los momentos finales hasta la cautividad de Judá. Tomemos entonces el libro como un comentario histórico acerca de los eventos que llevaron al cierre completo de la nación de Israel sobre su tierra. El libro comienza con el reinado de Salomón como podemos ver en el Cap.1. Encontramos allí la historia breve de Salomón como elemento principal en este libro. Luego al final en el Cap.36, vemos la cautividad de Judá, es decir, el territorio de Israel completamente limpio de todo tipo de gobierno. Y finalmente, el decreto del rey Ciro de Persia, que brinda a Israel la posibilidad de su regreso a la tierra prometida bajo la dirección de Esdras. Así que, leyendo el libro de Segunda de Crónicas, podremos informarnos de la historia israelita después de la muerte del rey David.



¿Es para eso que el libro de Crónicas está puesto dentro del canon de la palabra de Dios? Por supuesto que no. El libro está puesto allí para darnos a conocer hechos históricos, pero asimismo está puesto en la Biblia para darnos a conocer ciertas verdades espirituales de mucha importancia para la vida del creyente. Por ello podríamos decir que el tema del libro es: Cinco períodos de reforma. Y al mirar a través del libro estas reformas, vamos a aplicarlas en forma espiritual a nuestra vida. De esta manera cuando tengamos que tratar acerca de cambios en nuestra vida, cambios radicales profundos, sin duda este libro nos dará la información precisa de cómo esos cambios realmente pueden realizarse.



Comencemos entonces haciendo un pequeño análisis del bosquejo que hemos mencionado.



Tema: "Cinco períodos de reforma"

1er. período: Una reforma personal (Cap.15)

2do. período: Una reforma misionera (Cap.17)

3er. período: Una reforma religiosa (Cap.23)

4to. período: Una reforma interna (Cap.29-31)

5to. período: Una reforma verdadera (Cap.34-35)



1er. período: Una reforma personal.



Dice el Cap.15:1-2: "Vino el Espíritu de Dios sobre Azarías hijo de Obed, y salió al encuentro de Asa, y le dijo: Oíme, Asa y todo Judá y Benjamín: Jehová estará con vosotros, si vosotros estuviereis con él; y si le buscareis, será hallado de vosotros; mas si le dejareis, él también os dejará." Fijémonos en el detalle de esa reforma personal. Dice: "...Jehová estará con vosotros, si vosotros estuviereis con él; y si le buscareis será hallado..." Es decir, debe haber una iniciativa en el ser humano primero para poder buscar una reforma personal. ¿Comprendemos la idea? En el Vr.2 la Escritura nos habla de que debe haber una iniciativa en el ser humano y esa iniciativa debe estar puesta en el individuo en sí. Es el individuo quien debe volcarse en forma personal a establecer el hecho de que él debe encontrarse a sí mismo y por consiguiente encontrarse con Dios. Dice el Vr.4: "...pero cuando en su tribulación se convirtieron a Jehová Dios de Israel, y le buscaron, él fue hallado de ellos." Aun en tiempos difíciles, aun en momentos irreparables, podemos buscar a Jehová y Jehová es hallado. en el Vr.8 leemos: "Cuando oyó Asa las palabras y la profecía del profeta Azarías hijo de Obed, cobró ánimo, y quitó los ídolos abominables..." Y en el Vr.12 dice: "Entonces prometieron solemnemente que buscarían a Jehová el Dios de sus padres, de todo su corazón y de toda su alma;..." Notamos que la primer reforma es una reforma personal. Azarías le dio al rey la clave, el secreto para obtener una verdadera reforma: Tomar la iniciativa de buscar a Dios. Eso es lo que nosotros debemos hacer. ¿Queremos experimentar la reforma más grande de nuestra vida, que es la reforma interna de nuestro corazón? Entonces lo que debemos hacer es cambiar y buscar a Dios. Debemos movernos y buscar la presencia de Dios.



2do. período: Una reforma misionera



Vemos también que la segunda reforma que encontramos como lección espiritual aquí en este libro, se encuentra en el Cap.17:6-10. Dice así con respecto al reinado de Josafat: "Y se animó su corazón en los caminos de Jehová, y quitó los lugares altos y las imágenes de Asera de en medio de Judá. Al tercer año de su reinado envió sus príncipes Ben-hail, Abdías, Zacarías, Natanael y Micaías, para que enseñasen en las ciudades de Judá; y con ellos a los levitas Semaías, Netanías, Zebadías, Asael, Semiramot, Jonatán, Adonías, Tobías y Tobadonías; y con ellos a los sacerdotes Elisama y Joram. Y enseñaron en Judá, teniendo consigo el libro de la ley de jehová, y recorrieron todas las ciudades de Judá enseñando al pueblo. Y cayó el pavor de Jehová sobre todos los reinos de las tierras que estaban alrededor de Judá, y no osaron hacer guerra contra Josafat." ¿Cuál fue la reforma que experimentó este rey? Muy simple, una reforma misionera. Notamos que esa reforma involucra no ya lo personal de ir a Dios, sino todo aquello que nos rodea, es decir, ese rey cuidó su testimonio. Y no solamente cuidó su testimonio, sino que lo expandió en grado mayor. Ese rey extendió su creencia a aquellos que le rodeaban. Ese rey expandió lo que él creía a otros y especialmente a aquellos que estaban a su alrededor. ¡Qué desafío misionero! ¿verdad? Ese es el verdadero desafío que nosotros debemos experimentar: Una reforma misionera.



3er. período: Una reforma religiosa



En el Cap.23:16-19 encontramos un verdadera reforma religiosa. Dice la Escritura: "Y Joiada hizo pacto entre sí y todo el pueblo y el rey, que serían pueblo de Jehová. Después de esto entró todo el pueblo en el templo de Baal, y lo derribaron,y también sus altares; e hicieron pedazos sus imágenes, y mataron delante de los altares a Matán, sacerdote de Baal. Luego ordenó Joiada los oficios en la casa de Jehová, bajo la mano de los sacerdotes y levitas, según David los había distribuído en la casa de Jehová, para ofrecer a Jehová los holocaustos, como está escrito en la ley de Moisés, con gozo y con cánticos, conforme a la disposición de David. Puso también porteros a las puertas de la casa de Jehová, para que por ninguna via entrase ningún inmundo." ¡Esta es una reforma religiosa! Notamos en esa reforma ciertas características que nos han de servir también como marcas para una verdadera reforma religiosa en el día de hoy. Dice el Vr.16: "Y Joiada hizo pacto entre sí y todo el pueblo y el rey, que serían pueblo de Jehová." Encontramos que aquí hay un acuerdo entre el individuo y Dios. ¿Hemos pensado a qué pueblo pertenecemos? No nos referimos a que si pertenecemos al pueblo de la ciudad de Buenos Aires en Argentina, o al pueblo de la ciudad de Santiago en Chile, o al pueblo español, o al pueblo alemán, etc. Tampoco nos referimos a clases sociales o políticas, sino que nos referimos al pueblo de Dios o al pueblo de Satanás. Porque hay dos clases de pueblo: El pueblo de Dios y el pueblo de Satanás. Y aquí las Escrituras nos dicen que Joiada sometió su vida a Dios. El hizo lo que nosotros llamaríamos un contrato entre él y Dios, de que su nación sería una nación que adoraría a Dios. Dice el Vr.17 que cuando una persona hace eso, ocurren ciertas cosas en la vida de tal persona. Y fijémonos, en este versículo descubrimos que después que él afirmó su fe en Dios, encontramos la reacción de afirmar esa fe, pues eliminó toda la idolatría que había en su nación. Vemos entonces que una reforma religiosa comienza primero afirmando su fe en Dios; segundo, eliminando la idolatría, y tercero, cuidando la doctrina. En el Vr.19 encontramos que cuidar la doctrina, la de la casa de Dios, es un imperativo para tener una verdadera reforma religiosa.



4to. período: Una reforma interna



En los Caps.29 al 31, encontramos una reforma interna. Esa reforma tiene varios pasos. Primero, la fuente de la reforma interna. En el Cap.29:3, leemos: "En el primer año de su reinado, en el mes primero, abrió las puertas de la casa de Jehová, y las reparó." Estamos hablando del rey Ezequías. Vemos que la fuente de una reforma interna es limpiar el templo de Dios. En 1.Pedro Cap.2:5, la Biblia dice que nosotros somos piedras vivas en el templo de Dios. En 1.Corintios Cap.3:16-19, se nos habla de que nosotros somos el templo de Dios. Y si hemos de experimentar una reforma interna, debe comenzar en nosotros mismos. En los Vrs.16-17, tenemos allí el segundo paso: "Y entrando los sacerdotes dentro de la casa de Jehová para limpiarla, sacaron toda la inmundicia que hallaron en el templo de Jehová, al atrio de la casa de Jehová; y de allí los levitas la llevaron fuera al torrente de Cedrón." Vemos entonces que el primer paso es reparar nuestra vida; el segundo es limpiarla, y el tercero lo encontramos en los Vrs.27-31: "Entonces mandó Ezequías sacrificar el holocausto en el altar; y cuando comenzó el holocausto, comenzó también el cántico de Jehová, con las trompetas y los instrumentos de David rey de Israel. Y toda la multitud adoraba, y los cantores cantaban, y los trompeteros sonaban las trompetas; todo esto duró hasta consumirse el holocausto. Y cuando acabaron de ofrecer, se inclinó el rey, y todos los que con él estaban, y adoraron. Entonces el rey Ezequías y los príncipes dijeron a los levitas que alabasen a Jehová con las palabras de David y de Asaf vidente; y ellos alabaron con gran alegría, y se inclinaron y adoraron. Y respondiendo Ezequías, dijo: Vosotros os habéis consagrado ahora a Jehová; acercaos, pues, y presentad sacrificios y alabanzas en la casa de Jehová. Y la multitud presentó sacrificios y alabanzas; y todos los generosos de corazón trajeron holocaustos." Notamos que el tercer paso en una reforma interna es la gratitud.



5to. período: Una reforma verdadera



En los Caps.34-35, encontramos esa reforma que mencionamos. En el Cap.34 comenzamos a mirar cuándo esa reforma verdadera debe comenzar en la vida de la persona. Dice el Vr.3: "A los ocho años de su reinado, siendo aún muchacho, comenzó a buscar al Dios de David su padre; -la Escritura se refiere al rey Josías- y a los doce años comenzó a limpiar a Judá y a Jerusalén de los lugares altos, imágenes de Asera, esculturas, e imágenes fundidas." Notamos entonces que una reforma verdadera comienza en la juventud. El segundo paso es que se desarrolla en la madurez. "A los dieciocho años de su reinado, después de haber limpiado la tierra y la casa, envió a Safán hijo de Azalía, a Maasías gobernador de la ciudad, y a Joa hijo de Joacaz, canciller, para que reparasen la casa de Jehová su Dios." El rey Josías siendo muy joven se consagró a Dios. Y se consagró de una manera tal, comenzando a tomar medidas que hablaban claramente de un hombre de Dios. Hay muchas personas que en la juventud comienzan de esa manera, pero no así cuando ya crecen o entran en la madurez. Pero el rey Josías hizo una verdadera reforma. ¿Cuál es el secreto de una verdadera reforma?: Comienza en la juventud, y se desarrolla en la madurez. Es decir, el rey Josías no cambió por el hecho de que él se encontró ante la espectativa de su reinado y ante el problema radical de que ahora había crecido y no necesitaba de Dios. Por el contrario, desarrolló con toda plenitud el trabajo inesperado de limpiar al pueblo de Dios. Primero, se limpió a sí mismo, y luego limpió a los que estaban a su lado. Se consagró a sí mismo y consagró a aquellos que estaban a su lado. No se detuvo en sí mismo, progresó, desarrolló una reforma verdadera y profunda.



Encontramos entonces en este libro elementos de instrucción espiritual poderosos, ¿verdad? Si bien el tópico es la historia fría y cruda de Israel, encontramos que el tema nos habla de un verdadero período de reforma en la vida espiritual del hombre. Primero, una reforma personal; segundo, una reforma misionera, o sea de lo personal hacia aquellos que nos rodean. Seguidamente y en tercer lugar, una reforma religiosa, es decir, reparar el templo de Dios, nuestra vida. En cuarto lugar, una reforma interna, lo cual significa tener cuidado de nuestro corazón. Y en quinto lugar, una reforma verdadera, es decir, una reforma que comienza en nuestra juventud y se desarrolla en nuestra madurez.



Este es el secreto del Segundo libro de Crónicas. No ya su historia fría y cruda, sino que podemos ver en este libro el verdadero poder, el verdadero sentimiento de una elección espiritual. Reformándonos espiritualmente, reformando nuestra posición misionera, reformando nuestra posición religiosa, reformando nuestra vida interna, reformando aun nuestro propio carácter, dándonos el vigor y la energía de una reforma verdadera.


www.iglesiareformada.com
Sermones