ENFRENTADO EL DOCETISMO Y GNOSTICISMO EN LA CRISTOLOGÍA REFORMADA
Por Rev. Carlos Mena
Los Ande – Chile
Abril 2007 2
INTRODUCCIÓN
Un texto muy interesante que trata a fondo este tema es el del Dr. Heber Carlos de Campo, “Las dos naturalezas del Redentor”. De hecho, este artículo está basado en ese texto. Lo recomiendo altamente.
No existe en la Iglesia Cristiana contemporánea un movimiento específico que pueda ser llamado docético, más hay mucho docetismo enrolado dentro de las iglesias locales y en la vida individual de muchos cristianos. Estos cristianos luchan celosamente por la Persona de Jesucristo, más, preferencialmente para ellos, Cristo es divino. Cuando hacen esa preferencia, ellos acaban, sin querer, perjudicando el concepto de la plena humanidad de Jesús Cristo. Pero mayormente, encontramos estas viejas doctrinas en los círculos sectarios que pasan a rayar en lo herético.
No abordaré ninguna secta en particular, sino más bien trataré este tema en función del efecto que vemos hoy en el cristianismo, el cual, en su cristología, ha sido infectado por el docetismo, que será el tema permanente a rebatir. Haré un recordatorio de su condena a través de la historia de la iglesia, la influencia en la vida del creyente, un análisis del texto de 1 Juan 4:1,2, y por último la importancia para el cristianismo del misterio de las dos naturalezas de Jesucristo. 3
DEFINICIONES
DOCETISMO
Herejía cristiana. Viene del término griego DOKEIN, parecer, aparentar. Con orígenes helenísticos y orientales, el docetismo sostiene que Jesús no era real como ser humano, sino que parecía serlo. Según algunos historiadores, esta herejía puede proceder de Alejandría, pero hay evidencias de que ya había partidarios de esa teoría en el primer siglo y puede encontrarse en grupos gnósticos y pregnósticos. 1 Cierto grado de docetismo se encuentra en varias sectas que circundan la Iglesia cristiana, como los gnósticos, rosacruces, y otros con claras tendencias docéticas.
Sirve para designar el error de los que se niegan a admitir que Jesucristo ha sido hombre verdadero, con cuerpo de carne como el nuestro. Por consiguiente, sería pura ilusión o apariencia todo lo que los Evangelios cuentan y la Iglesia enseña sobre la concepción humana de Cristo, su nacimiento y su vida, sobre su pasión, muerte y resurrección.
Como todas las herejías de los primeros siglos cristianos, el d. se debe a la dificultad de concebir una realidad humana, material y carnal, unida íntimamente a una realidad divina, espiritual, trascendente y sobrenatural. Parecía repugnar a Dios un nacimiento como el nuestro, la pasión, muerte y resurrección. Un Hijo de Dios que se encarna, redime y salva a la humanidad mediante el dolor real en su cuerpo real, era para los judíos una blasfemia sacrílega, y una fábula bella para los paganos
1Ramos, M. A. (2000, c1998). Nuevo diccionario de religiones denominaciones y sectas (electronic ed.). Nashville: Editorial Caribe.  4
(1 Cor 1,23). De aquí una doble serie de herejías: judaizantes (hebreos) y docetas (paganos), que se fusionaron en el Gnosticismo (v.), la más grande y complicada síntesis racional-especulativa anticristiana.
No constituye, pues, este error la nota distintiva, única y exclusiva de una secta aparte, sino que forma parte de los elementos erróneos de los distintos sistemas gnósticos, que florecen en los dos primeros siglos cristianos. Se admitía con dificultad que el Salvador era el Hijo de Dios hecho hombre. Estos dos dogmas (Encarnación y Redención) han sido los verdaderos obstáculos con que han tropezado los partidarios de la gnosis. Para algunos autores de esta teoría Cristo fue simplemente el hijo de José y María, negando así su divinidad. Otros niegan su humanidad y vieron en su concepción, nacimiento, muerte y resurrección solamente fenómenos aparentes, sin la menor realidad objetiva.
Gnosticismo
Término que viene del griego GNOSIS, significa "conocimiento" El Gnosticismo pretende conocer la "verdad" basado en las doctrinas del Irán y Mesopotamia de antes de Cristo, practicando rituales mágicos ocultistas. Fue una de las primeras herejías anticristianas, diciendo que Jesús no era Dios, sino un intermediario entre Dios y los hombres, ¡algo así como los modernos Testigos de Jehová!, y que Jesús era o un mago o un desviado sexual... San Pablo escribió su Carta a los Colosenses para condenarlos, y mostrar que la salvación completa es en Jesucristo, verdadero hombre y verdadero Dios. 5
2 http://biblia.com/p0000458.htm
3Ramos, M. A. (2000, c1998). Nuevo diccionario de religiones denominaciones y sectas (electronic ed.). Nashville: Editorial Caribe.
Esta Herejía después se fundió con el Maniqueísmo, pero "actualmente" han surgidos los "Neo-gnósticos", publicando "El Evangelio Secreto", "El Evangelio de Tomás", y "El Evangelio Prohibido", invocando y usando la magia en general, y especialmente la "magia sexual"... así han surgido en nuestros días varias Iglesias Gnósticas... en Colombia, la establecida por Victor Manuel Gómez, con el nombre de Samael Aun Weor,actualmente dirigida por Julio Medina, el "Gran Buda Viviente".2
En las últimas décadas se ha organizado un alto número de «iglesias gnósticas» en varios países latinoamericanos. La proliferación de sectas ha sido una constante en la historia del gnosticismo y de los sistemas gnósticos.3 6
4 http://iechipna.iespana.es/3/index.htm
CONDENACIÓN DEL DOCETISMO
I. EL DOCETISMO CONDENADO EN NICEA 325 dc
El credo niceno tenía en mente, principalmente los errores del arrianismo, que negaba la plena humanidad de Jesús Cristo, y contiene afirmaciones claras sobre la humanidad de Cristo.
”Creo en un solo Dios Padre Todopodersos, Creador del cielo y de la tierra, y de todas las cosas visibles e invisibles; Y en un solo Señor Jesucristo, Hijo Unigénito de Dios, Engendrado del Padre antes de todos los siglos, Dios de Dios, Luz de Luz, verdadero Dios de Dios verdadero, Engendrado, no hecho, consubstancial con el Padre; Por el cual todas las cosas fueron hechas, El cual por amor a nosotros y por nuestra salud descendió del cielo, Y tomando nuestra carne de la virgen María, por el Espíritu Santo, fue hecho hombre, Y fue crucificado por nosotros bajo el poder de Poncio Pilatos, Padeció, y fue sepultado; Y al tercer dia resucitó sugún las Escrituras, Subió a los cielos y está sentado a la diestra de Dios Padre. Y vendrá otra vez con gloria a juzgar a los vivos y a los muertos;…”4
Las frases con negrilla apuntan a la verdadera humanidad del Redentor. La preocupación nicena era anti-arriana, pero no dejó de lado el combate contra el docetismo que andaba campeando en las iglesias. Por lo tanto, de acuerdo a este credo podemos que:

1. El Hijo de Dios descendió a este mundo para nuestra salvación
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5 http://iechipna.iespana.es/3/index.htm

2. El Hijo de Dios se encarnó

3. El Hijo de Dios se hizo hombre

4. El Hijo de Dios sufrió siendo hombre

5. El Hijo de Dios murió siendo hombre

6. El Hijo de Dios resucitó siendo hombre

7. El Hijo de Dios subió al cielo siendo hombre

8. El Hijo de Dios habrá de volver para juzgarnos siendo hombre.

Todas estas cosas apuntan contra la idea docetista en la era de la patrística.
II. EL DOCETISMO CONDENADO EN CALCEDONIA 451 dc
A fin de percibir la condenación del docetismo en Calcedonia, es importante que analicemos la fórmula.
“Nosotros, entonces, siguiendo a los santos Padres, todos de comúnconsentimiento, enseñamos a los hombres a confesar a Uno y el mismo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, el mismo perfecto en Deidad y también perfecto en humanidad; verdadero Dios y verdadero hombre, de cuerpo y alma racional; cosustancial (coesencial) con el Padre de acuerdo a la Deidad, y cosustancial con nosotros de acuerdo a la Humanidad; en todas las cosas como nosotros, sin pecado; engendrado del Padre antes de todas las edades, de acuerdo a la Deidad; y en estos postreros días, para nosotros, y por nuestra salvación, nacido de la virgen María, de acuerdo a la Humanidad; uno y el mismo, Cristo, Hijo, Señor, Unigénito, para ser reconocido en dos naturalezas, inconfundibles, incambiables, indivisibles, inseparables; por ningún medio de distinción de naturalezas desaparece por la unión, más bien es preservada la propiedad de cada naturaleza y concurrentes en una Persona y una Sustancia, no partida ni dividida en dos personas, sino uno y el mismo Hijo, y Unigénito, Dios, la Palabra, el Señor Jesucristo; como los profetas desde el principio lo han declarado con respecto a Él, y como el Señor Jesucristo mismo nos lo ha enseñado, y el Credo de los Santos Padres que nos ha sido dado. AMEN”5 8
6 http://iechipna.iespana.es/3/index.htm
A. Calcedonia reafirmo a Nicea sobre la verdadera humanidad del Redentor
Las primeras frases de Calcedonia muestran la armonía de estos dos concilios respecto a la naturaleza divina y humana de Cristo.
“…nuestro Señor Jesucristo, el mismo perfecto en Deidad y también perfecto en humanidad; verdadero Dios y verdadero hombre, de cuerpo y alma racional.”6
Esto indica que los primeros concilios, Nicea y Constantinopla, los que generaron el Credo Niceno, estaban teológicamente en consonancia con los pasos que había dado la Iglesia hasta ese entonces respecto a la humanidad de Cristo.
En el Credo de calcedonia, la expresión “Perfecto en divinidad”, es equivalente a la expresión nicena “Verdadero Dios de verdadero Dios”. Y la expresión “Perfecto en humanidad”, es equivalente a “Fue hecho carne del Espíritu Santo y de la virgen María, y fue hecho hombre”
También en el Credo Niceno, tanto la divinidad como la humanidad, afirmadas en Nicea y Constantinopla, por los “santos padres”, fueron ratificados en Calcedonia. Por tanto, el Credo de Calcedonia solamente reafirma el Credo Niceno como enseñanza ortodoxa.
B. Calcedonia afirmó la plena humanidad del Redentor
La cristología de Calcedonia, en la siguiente expresión, de manera inequívoca combate el docetismo del apolinarismo. 9
7 http://iechipna.iespana.es/3/index.htm
“verdadero Dios y verdadero hombre, de cuerpo y alma racional”
Contra apolinario, el Credo de Calcedonia afirma que Jesús Cristo era “verdadero hombre y verdadero Dios”
III. EL DOCETISMO FUE CONDENADO EN LA REFORMA
No es el objetivo de este estudio tratar sobre la reforma como un todo. Solo por cuestiones de conveniencia doy a conocer ejemplos de confesiones reformadas que apuntan contra el docetismo.
A. Confesión Belga (1561)
El Artículo XVIII reafirma el Credo Niceno y Constantinopla respecto a la verdadera humanidad y divinidad del Redentor:
“Y no solamente tomó la naturaleza humana en lo que al cuerpo se refiere, sino que también tomó una verdadera alma humana, a fin de que El fuese un verdadero hombre. Pues, ya que tanto el alma como el cuerpo estaban perdidos, así era necesario que El tomara los dos para salvarlos a ambos. Por eso confesamos (contra la herejía de los anabaptistas, quienes niegan que Cristo tomó carne humana de su madre”7
Ciertamente el grupo religioso que tenía en mente los escritores de esta confesión, eran los Anabaptistas. Este grupo fue radical en algunas de sus posiciones, a modo de ejemplo, ellos creían que la humanidad de Cristo venía del cielo y que María sólo era un recipiente, donde la humanidad de Cristo venida del cielo, alojó. Esta enseñanza fue llamada herejía. 10
8 http://iechipna.iespana.es/3/index.htm
9 http://iechipna.iespana.es/3/index.htm
B. Segunda Confesión Helvética (1566)
Esta confesión que es una de las mejores en el círculo reformado, en el tratamiento Cristológico, condena vehementemente el docetismo. Parte del capítulo XI, nos dice:
“Cristo, hombre verdadero con carne y alma.
También Pablo dice: «Porque ciertamente no tomó a los ángeles, sino a la simiente de Abraham tomó» (Hebr.2:16). Igualmente afirma el apóstol Juan que quien no crea que Cristo ha venido en carne; quien así no crea, no es de Dios. Es decir, la carne de Cristo no era de aparente naturaleza, ni tampoco descendida del cielo, como soñaban Valentín y Marción. Tampoco carecía el alma de nuestro Señor Jesús de sentimiento y razón, como pensaba Apolinario; ni poseía un cuerpo sin alma, como Eunomio enseñaba;”8
Es curioso que esta confesión no sólo afirma la creencia en la verdadera humanidad de Cristo, sino también denuncia a los adversarios. Este capítulo o artículo de la confesión, combate abiertamente las creencias antiguas de algunos herejes del pasado.
C. Confesión de Westmisnter (1648)
“…habiendo llegado la plenitud del tiempo, tomo sobre si la naturaleza humana (1) con todas sus propiedades esenciales y con sus debilidades comunes, mas sin pecado. (2) Fue concebido por el poder del Espíritu Santo en el vientre de la virgen María, de la sustancia de ella. (3) Así que, dos naturalezas completas, perfectas y distintas, la divina y humana, se unieron inseparablemente en una persona, pero sin conversión composición o confusión alguna. (4) Esta persona es verdadero Dios y verdadero hombre, un solo Cristo, el único mediador entre Dios y el hombre.”9 11
Esta confesión afirma categóricamente la consustancialidad del Hijo encarnado con el hombre. Poseyendo todas las cosas que le son propias. Esta confesión sigue totalmente las afirmaciones de Calcedonia, afirmando la verdadera humanidad de Cristo, y condenado cualquier tendencia docética en el seno de la Iglesia. 12
INFLUENCIAS DEL DOCETISMO EN LA VIDA DEL CRISTIANO
I. LO QUE PIENSA EL CREYENTE INFLUENCIADO POR EL DOCETISMO
Después de repasar estos hechos históricos y confesionales sobre la verdadera humanidad y divinidad de Cristo, pero más bien denunciando la herejía del docetismo y gnosticismo, es importante observar y corregir su influencia en la vida de muchos cristianos.
Hoy podemos ver que hay muchos creyentes comunes que tienen problemas en afirmar que Jesús recibió su naturaleza humana de María, con el miedo de que esto venga a minimizar o manchar su naturaleza divina. Por tanto, cuando se refieren a Cristo, enfatizan su divinidad en desmedro de su humanidad. Sin querer, acaban creyendo en un Cristo excelentemente divino, más no totalmente humano, porque un Cristo totalmente humano no puede ser divino, en la concepción de ellos.
La creencia entre los gnósticos era que “el hombre debe ser redimido precisamente de su naturaleza terrena y física, porque en ellas reposa su miseria.” En última instancia, en el pensamiento de muchos creyentes comunes y sinceros, cuando todos seamos redimidos, seremos libres de nuestra corporeidad, pues el cuerpo es la prisión del alma y la razón final de nuestra miseria, piensan algunos. 13
No es sin razón que, inconscientemente, todos pensamos en algún momento, que nuestro estado final será como algo celestial, viviendo todos en espíritu y con espíritu, sin la noción física (o noción de las cosas físicas), pues ellas parecen apuntar para lo que es pecaminoso, inferior o más bajo. De ahí el temor escondido de no tratar mucho el tema del nuevo cielo y la nueva tierra, pues estas cosas recuerdan la corporeidad o lo material, con trazos de pecaminosidad, concepción ésta, totalmente ajena a la enseñanza bíblica.
Alguien dijo, “el énfasis evangelístico de los creyentes, por siglos ha sido la salvación del alma, y no la salvación del cuerpo.” La única vez en que el cuerpo es referido un poco más enfáticamente, es en las ceremonias de sepultamiento, cuando se habla de la resurrección final, como una referencia para consolar a los creyentes, y no tanto una afirmación de redención final del hombre que habitará en la nueva tierra. Este pensamiento es reflejo de una clara cristología docetista.
Todavía, cuando piensan en Cristo, muchos recuerdan especialmente su naturaleza divina, pues esta es la que liberta, piensan estos hermanos. La liberación que los creyentes han adquirido, según el pensamiento docetista, no tiene nada que ver con la humanidad de Cristo.
Pero no podemos caer en tal error. No podría haber verdaderamente salvación si Aquel que asumió nuestro lugar no fuese real y plenamente humano. La plena humanidad de Cristo es el medio por el cual Dios realizó nuestra salvación. No puede haber real salvación sin substitución, y no puede haber substitución si el sustituto no tuviera la misma y completa naturaleza de los sustituidos, la naturaleza humana. 14
Por tanto, para nuestra salvación, la creencia en la humanidad plena de Jesús Cristo, es tan importante como la creencia en su plena divinidad. No puede haber Redentor si él no fuera plenamente divino y plenamente humano.
II. ANALISIS DE TEXTO: 1 JUAN 4:1,2
“Queridos hermanos, no crean a cualquiera que pretenda estar inspirado por el Espíritu,* sino sométanlo a prueba para ver si es de Dios, porque han salido por el mundo muchos falsos profetas. En esto pueden discernir quién tiene el Espíritu de Dios: todo profeta* que reconoce que Jesucristo ha venido en cuerpo humano, es de Dios” (NVI)
“Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios” (RVR 60)

A. El docetismo y gnosticismo negaba la plena humanidad de Jesús. Juan los llama engañadores, vea 2 Juan 7: “Es que han salido por el mundo muchos engañadores que no reconocen que Jesucristo ha venido en cuerpo humano. El que así actúa es el engañador y el anticristo.” La idea de “Cuerpo humano” (“Carne” RVR) tiene que ver con la totalidad de la naturaleza humana en Cristo.

B. El docetismo y gnosticismo no pertenece a Dios. Juan nos dice que “todo profeta* que reconoce que Jesucristo ha venido en cuerpo humano, es de Dios” En sentido contrario, los que no reconocen la humanidad de Cristo, no son de Dios, sino engañadores.
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C. El docetismo y gnosticismo era predicado por falsos profetas. “porque han salido por el mundo muchos falsos profetas.” Los falsos profetas venían fuera de la iglesia penetrando como lobos rapaces. Pablo advierte en Hechos 20:29,30 que también saldrán de la misma iglesia, “Sé que después de mi partida entrarán en medio de ustedes lobos feroces que procurarán acabar con el rebaño. Aun de entre ustedes mismos se levantarán algunos que enseñarán falsedades para arrastrar a los discípulos que los sigan.”

D. El docetismo y gnosticismo se estaba expandiendo por el mundo conocido. “porque han salido por el mundo muchos falsos profetas” Los falsos profetas no perdían tiempo en dar a conocer su herejía. Todas las fronteras del cristianismo fueron atacadas por el gnosticismo. No se cansaban de negar la verdadera humanidad de Cristo.

E. El docetismo y gnosticismo es un engaño del anticristo. “sométanlo a prueba para ver si es de Dios” Tanto Jesús como los apóstoles advertían que las enseñanzas erróneas provienen del maligno, porque ellas contradecían la verdad de Dios. El gnosticismo enseñaba la herejía docética de la negación plena de la humanidad de Jesús, y esta es llamada por Juan la enseñanza del anticristo. Vea 2 Juan 7 Esta enseñanza planteaba que si no había naturaleza humana en Cristo, realmente no había encarnación. Si no hubo una real corporeidad en Jesús Cristo, él realmente no murió, porque la muerte incluía la separación del espíritu del cuerpo. Además, si no hay humanidad en Cristo, no hay Redentor porque este debía morir como tal.

F. El docetismo y gnosticismo debe ser rechazado. “Queridos hermanos, no crean a cualquiera que pretenda estar inspirado por el Espíritu,* sino sométanlo a prueba para ver si es de Dios” El
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espíritu del docetismo y gonosticismo que niega la humanidad de Cristo, debe ser rechazado por la Iglesia. Juan nos recomienda al respecto:


• No dar crédito a cualquier pensamiento teológico

• Someter a prueba la enseñanza. Hoy más que nunca la Iglesia debe verificar qué es de Dios y qué no es de Dios.

• No recibir a los engañadores. Engañador y anticristo son la misma cosa (2 Juan 7)

• Debemos predicar la divinidad y la humanidad de Cristo. 1 Juan 1:1: “Lo que ha sido desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros propios ojos, lo que hemos contemplado, lo que hemos tocado con las manos, esto les anunciamos respecto al Verbo que es vida.”
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RELACIÓN DE LAS DOS NATURALEZAS DE CRISTO
En la encarnación nuestro Señor agregó a Su naturaleza divina, no otra persona (lo que le habría dado una doble personalidad), sino una naturaleza humana, impersonal, de modo que él era y continúa siendo Dios y hombre, en dos naturalezas distintas y una sola persona para siempre. Hay, por cierto, un misterio aquí que no podemos explicar. Probablemente la analogía más cercana que tenemos es la que se encuentra en el propio ser del hombre.
El hombre está compuesto de dos sustancias radicalmente diferentes un alma o espíritu inmaterial que está sujeto a influencias mentales y espirituales, y un cuerpo material que está sujeto a todas las fuerzas físicas, químicas, y eléctricas que operan en el mundo a su alrededor. Estas dos naturalezas no están fusionadas o mezcladas como para producir una tercera que sea diferente de ambas, sino que existen lado a lado en perfecta armonía con todos sus atributos distintivos. Cada una continúa obedeciendo las leyes que le son propias como si estuviera separada de la otra. Y como en un hombre el alma es el factor dominante y controladora.
En el hombre los atributos o peculiaridades de cada una de sus naturalezas (es decir, las partes material e inmaterial, cuerpo y alma) son los atributos o peculiaridades de la persona. Lo que puede afirmarse de cada una de sus naturalezas puede ser afirmado de la persona. Si su espíritu es moral o inmoral, feliz o desdichado, sabio o necio, o si su cuerpo pesa setenta kilos, es alto o bajo, tiene ojos azules, sufre dolor o está enfermo, no nos molestamos en indicar a qué naturaleza se aplican 18
estas cosas si no simplemente decimos que él como persona tiene estas cualidades o experimenta estas cosas. Se reconocerá que cada una de estas cualidades o condiciones se aplica exclusivamente a una naturaleza y no a la otra. El alma no puede ser herida o quemada o paralizada o hecha sorda; ni puede el cuerpo pensar, o ser feliz o desgraciado, o tener una buena conciencia o sufrir remordimientos. No obstante, lo que el hombre es o experimenta en una u otra naturaleza él lo es o experimenta como una persona.
De ahí que, en vista del hecho de que Cristo tiene dos naturalezas, y dependiendo de cual naturaleza tenemos en mente, es propio decir que Él es infinito o que Él es finito, que Él existía desde la eternidad o que Él nació en Belén, que Él era omnisciente o que Él era limitado en conocimientos. En su personalidad compuesta Él era, por una parte, “de la simiente de David, según la carne”, y por otra, Él fue “declarado (es decir se demostró que era) Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de Santidad, por la resurrección de los muertos”, Rom. 1: 3, 4. En consecuencia, las Escrituras lo presentan como el hijo de David, y no obstante como Señor de David. El nació como un flujo, y no obstante es el Anciano de Días. Él es el hijo de María, y no obstante al mismo tiempo Dios sobre todas las cosas, bendito para siempre. Él se cansa cuando viaja, y no obstante El sostiene todas las cosas por la palabra de Su poder. El no puede hacer nada sin el Padre, sin embargo sin Él nada de lo que ha sido hecho fue hecho. El es hueso de nuestros huesos y carne de nuestra carne, y no obstante pudo haberse aferrado exclusivamente a Su igualdad con Dios. Él toma la forma de un siervo, y no obstante su forma propia y natural era la forma de Dios. El crece en estatura, y no obstante es el mismo ayer, hoy y por los siglos. Él crece en sabiduría, y no obstante conoce al Padre perfectamente. Él nace bajo la ley y cumple la ley, y no obstante en Su propio nombre Él da una 19
nueva y más perfecta ley y se proclama Señor del sábado y mayor que el templo. Su alma se turba, y no obstante Él es el Príncipe de Paz. El se dirige a Su muerte a la orden del gobernador romano, y no obstante Él es el Rey de reyes y Señor de señores. Él es recibido en el cielo fuera de la vista de sus discípulos, y no obstante continúa con ellos hasta el fin del mundo. Por eso, los escritores del Evangelio algunas veces lo presentan a Él como Divino, algunas veces como humano no que debemos tomar uno y dejar el otro, sino que debemos aceptarlo como una persona Divina-humana, como la Deidad encarnada, cuya vida terrenal total no fue sino un episodio en la existencia de un Ser celestial.
Hemos dicho que las dos naturalezas en Cristo están unidas de tal modo que los atributos o peculiaridades de cada naturaleza pueden ser predicados de la persona. Y puesto que nos referimos exactamente a la misma persona, sea que lo llamemos Jesús o Cristo, Dios u hombre, el Hijo de Dios o el Hijo del Hombre, es perfectamente correcto decir que Jesús tenía sed o que Dios tenía sed, que Jesús sufrió o que Dios sufrió, que Jesús tomó el lugar del hombre en la cruz, y murió por el lugar del hombre en la cruz y murió por Él, siempre que, por supuesto, tengamos en mente la naturaleza particular a través de la cual es llevada a cabo la acción. En las Escrituras los atributos y poderes de cada naturaleza son atribuidos al mismo Cristo, y. al revés, las obras y características del mismo Cristo son atribuidas a una u otra naturaleza de una manera que puede ser explicado sólo sobre el principio de que estas dos naturalezas estaban orgánica e indisolublemente unidas en una misma persona. Las Escrituras nos dicen, por ejemplo, que los hombres pecadores “crucificaron al Señor de gloria”, 1 Cor. 2:8. Pablo se refiere a “la iglesia del Señor que él compró con su propia sangre”, Hech. 20:28, y declara que “hay un sólo Dios, y un sólo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre”, 1 Tim. 2:5. 20
Juan escribe de “lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida” 1ª Jn 1:1, y en otro lugar declara que “mirarán al que traspasaron”, Juan 19:37. Cuando Jesús preguntó, “qué, si viereis al Hijo del Hombre subir a donde estaba primero?” término que tenía especial referencia a su naturaleza humana (Hijo del Hombre) era usado para designar la persona cuando la cosa a que se refería era verdad sólo de su naturaleza divina, (“a dónde estaba primero”).
La expresión, “María, madre de Dios”, usada tan repetidamente en la Iglesia Católica Romana, es generalmente ofensiva a los oídos protestantes. No obstante, hay un sentido en el que es cierto, siempre que tengamos en mente que María fue la madre no de su naturaleza divina, sino sólo de su naturaleza humana. 21
CONCLUSIÓN
Era necesario para el Redentor de la humanidad tener tanto la naturaleza humana como la divina.
Era necesario que Él fuera humano si realmente iba a tomar el lugar del hombre e iba a sufrir y morir, porque la deidad como tal no podía hacer eso. Y fue necesario que Él fuera divino si su sufrimiento y muerte habían de tener un valor infinito. Para expresarlo en una frase, su humanidad hizo su sufrimiento posible, mientras que su deidad le dio valor infinito.
Como había sido imposible, por lo tanto, para quien era solamente Dios sufrir la muerte, o para quien era un mero hombre vencerla, Él asoció la naturaleza humana con la divina, para que pudiera someter la debilidad de la primera a la muerte, como expiación por los pecados; y que con el poder de la última Él pudiera contender con la muerte y obtener una victoria por nosotros.
A través del estudio de la relación que existe entre las dos naturalezas nos hallamos, por supuesto, enfrentados a un impenetrable misterio. Es uno de aquellos misterios que la Escritura revela, pero que no hace esfuerzos por explicar. Todo lo que podemos saber son los simples hechos revelados a nosotros en la Escritura, y más allá de ellos no es necesario ir.
A la vez, hoy más que nunca, y a través de sus distintas formas, el docetismo como el gonosticismo contemporáneo, que creo yo ha sido el 22
mismo de siempre, han mantenido su influencia en el cristianismo, y especialmente en la cristología. De hecho, estas influencias han provocado y siguen provocando divisiones dentro de la iglesia, de las cuales han surgido las grandes sectas.
Con una enseñanza clara y recurriendo a sanos principios hermenéuticos y exegéticos, se pueden combatir estas herejías, que han sido hasta, los grandes puntos de controversia para el cristianismo.
REFLEXIÓN FINAL

• ¿Es el espiritismo parte de la creencia evangélica?

• ¿Es el cielo el estado final de las cosas?

• No hay que confundir humanidad de Cristo con pecaminosidad

• No hay que confundir la flaqueza de la humanidad de Cristo con pecaminosidad

• No hay que confundir limitación de la humanidad de Cristo con pecaminosidad
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BIBLIOGRAFÍA

1. Campos, Heber Carlos de, A Uniao das Naturazas do Redentor. Sao Paulo, Editorial Cultura Crista. 2004

2. Campos, Heber Carlos de, A Pessoa de Cristo as duas Naturazas do Redentor. Sao Paulo, Editorial Cultura Crista. 2004

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