| ¿ESTÁ CRISTO DIVIDIDO? Un 
      estudio exegético de 1 Corintios 1:10-17
 
 Pbro. Wilbur Alberto 
      Madera Rivas
 I. Introducción. 
       La Iglesia de Corinto fue fundada por 
      el Apóstol Pablo (1 Cor. 3:6). Según nos relata Hecho 18, el apóstol pasó 
      de Macedonia a Grecia, y fue de Atenas a Corinto. Habiendo dejado a Silas 
      y a Timoteo en Macedonia, Pablo estaba solo. Estaba llegando de Atenas 
      donde su proclamación había hallado poca acogida, pero el Señor le animó 
      diciéndole que allí, en Corinto, tenía un pueblo numeroso (Hechos 
      18:9-10); y en efecto, el Apóstol se quedó allí por un espacio aproximado 
      de diez y ocho meses. Pablo vio levantarse a su alrededor una iglesia 
      numerosa (Hechos 18:4, 8, 10), compuesta en gran parte de gentiles (1 Cor. 
      12:2), pero que contenía también judíos; aun Crispo, el principal de la 
      sinagoga, creyó en el Señor con toda su casa. Pero el apóstol se ausentó y 
      se estableció en Éfeso, donde residió por tres años y durante los cuales 
      escribió la epístola a los Corintios. 
      ¿Qué sucedió durante su ausencia? La 
      Epístola nos describe los tipos de problemas que se habían desarrollado en 
      la Iglesia de Corinto. Entre otras cosas, había división, desorden moral, 
      confusión en cuanto al matrimonio, a lo ofrecido a los ídolos, a los dones 
      espirituales, a la cena del Señor y a la resurrección. En pocas palabras, 
      la Iglesia de Corinto no era muy distinta a nuestras iglesias, por lo que 
      podemos sacar mucho provecho al estudiar detenidamente esta carta. 
      Este ensayo es un estudio Exegético de 
      1 Corintios 1:10-17. Antes de entrar al estudio versículo por versículo, 
      se explorará brevemente el trasfondo general de la Epístola para tener una 
      mejor perspectiva del pasaje que nos ocupa. Espero de todo corazón que el 
      lector sea enriquecido espiritualmente tanto como yo lo he sido al 
      realizar este trabajo. ¡A Dios sea la Gloria! 
 
 II. Trasfondo 
      de la Epístola
 Corinto era una de las ciudades más 
      importantes de toda Grecia. Era conocida, por lo menos, por cuatro cosas: 
      
        
          Su comercio. Corinto era el puerto de paso de comerciantes y 
          viajeros. Del este recibía comerciantes de Asia menor, Fenicia y 
          Egipto, y por el oeste de Italia y España. Por lo tanto, era una 
          ciudad en la que convergían personas de varias partes del mundo. 
          Su cultura. Aunque en Corinto no había una universidad como la de 
          Atenas, sin embargo la sociedad estaba caracterizada por la cultura 
          griega típica. A la gente le interesaba la filosofía griega y hacía 
          mucho énfasis en la sabiduría. 
          Su Religión. En Corinto habían doce templos por lo menos. Uno de 
          los más importantes era el templo de la diosa Afrodita (diosa del 
          amor), en el que se practicaba la prostitución religiosa. 
          Su inmoralidad. Como toda ciudad cosmopolita, Corinto era un 
          centro de inmoralidad franca y abierta. Tan grande era la fama de la 
          inmoralidad en Corinto que en griego surgió el vocablo "corintiar" 
          como un verbo que significaba "practicar inmoralidad sexual". 
       Es a la Iglesia en esta clase de ciudad 
      que el Apóstol Pablo escribe su epístola alrededor del año 55 d.C. Por su 
      referencia a que permanecería en Éfeso hasta el Pentecostés (1 Cor. 
      16:5-9) podemos deducir que la epístola fue escrita en esa ciudad. 
      El contenido de la Epístola deja bien 
      claro que aunque la iglesia de Corinto había recibido dones del Señor (1 
      Cor. 1:4-7), era inmadura y falta de espiritualidad (3:1-4). El propósito 
      de Pablo al escribir la carta fue: (1) instruir y restaurar a la iglesia 
      en sus áreas débiles, corrigiendo sus prácticas erróneas tales como 
      divisionismo, inmoralidad, litigaciones ante paganos, y abusos de los 
      dones espirituales y de la Cena del Señor (caps. 1-14); (2) corregir 
      enseñanza falsa a cerca de la resurrección (cap. 15) ; y (3) dar 
      instrucción con respecto a la ofrenda para los creyentes pobres de 
      Jerusalén (cap. 16). 
 
 III. Estudio Exegético
 Después de cumplir con las formalidades 
      epistolares de la época y de haber elevado brevemente a Dios su acción de 
      gracias, el Apóstol pasa inmediatamente a tratar los asuntos que le han 
      hecho escribir la epístola. La sección que estudiaremos (1 Cor. 1:10-17) 
      es la introducción del primer tema que ocupa la mente del apóstol y que no 
      abandonará sino hasta el final del capítulo 4: "Las divisiones por causa 
      de partidismos". 
      a) Versículo 10 
       En este versículo el apóstol plantea la 
      exhortación general, y en los demás, explicará la causa de la exhortación. 
      Es decir, primero declara la conclusión y luego elabora el argumento que 
      lo lleva a esa conclusión. 
      Es muy claro desde el principio que con 
      este versículo se inicia una nueva sección. No solamente por el cambio de 
      tema, sino también por la partícula de (traducida por Reina-Valera 60 como 
      "pues"). Esta partícula también puede significar "pero", de esta manera se 
      establece el contraste entre la acción de gracias elevada a Dios en los 
      primeros 9 versículos y la sección que empieza a partir del versículo 10. 
      La Reina-Valera 60 traduce el verbo 
      parakaleo como "Os ruego". Esta traducción suaviza un poco el tenor 
      de la amonestación de Pablo. Es mejor traducir como lo hace la 
      Reina-Valera Actualizada diciendo "Os exhorto". El Apóstol tiene la 
      urgencia de ver a la Iglesia de Corinto cambiar sus actitudes y acciones, 
      por lo que los exhorta en su calidad de apostolos Christou Iesou 
      (apóstol de Cristo Jesús [v.1]). La exhortación no sólo tiene el respaldo 
      del apostolado de Pablo sino que tiene toda la autoridad del tou 
      onomatos tou kuriou hemon Iesou Christou (el Nombre de nuestro Señor 
      Jesucristo). De esta manera, los Corintios no podían rehusarse a la 
      exhortación apremiante del apóstol. Su reverencia y amor a Cristo era la 
      motivación para obedecer. 
      La esencia de la exhortación es que 
      hablen la misma cosa (to auto leghte panteV) y no haya divisiones 
      (scismata). La Frase "hablar la misma cosa" se utiliza frecuentemente para 
      expresar avenencia o consenso. Es decir Pablo, desea que los hermanos de 
      Corinto dejen de estar en desacuerdo. La Palabra "schismata" significa 
      "desavenencia", "ruptura", o "división". El término es empleado por Marcos 
      (2:21) y Mateo (9:16) para describir un desgarrón en un vestido viejo. Las 
      divisiones partidistas de la Iglesia en Corinto eran más que simples 
      desacuerdos, aunque todavía se mantenía unidos, las divisiones 
      probablemente estaban encaminando a la Iglesia hacia una ruptura seria. 
      Por eso el Apóstol inicia su epístola dándole prioridad a este tema. 
      El ideal al que el Apóstol está 
      llamando a la Iglesia en Corinto es expresado por el resto del versículo. 
      kathrtismenoi (hecho completo o perfecto) tiene que ver con restaurar algo 
      a su correcta condición. La palabra "unidos" aunque no aparece en el 
      griego, está implícita y es suplementada por los traductores para darle 
      sentido a la oración. El apóstol no les está pidiendo que tengan en todo 
      las mismas opiniones, sino que mantengan una unión de fe y amor, 
      suficiente para evitar que se formen partidos dentro de la iglesia. Pablo 
      anhela que ellos lleguen a un entendimiento y aceptación general. 
      b) Versículo 11 
       Por este versículo nos enteramos del 
      porqué de la exhortación del apóstol. Le han llegado informes a Pablo a 
      cerca de lo que ocurre en Corinto. Estos informes vienen por conducto de 
      twn ClohV (los de Cloé), queriendo decir, "los de la familia, la iglesia o 
      la casa de Cloé." Esta referencia es lo único que sabemos de Cloé. Pero de 
      esta referencia podemos inferir varias cosas. Primero, que el apóstol 
      confiaba en la palabra de los mensajeros, ya que basto sólo el testimonio 
      de estas personas para que respondiera como lo hace en la carta. Segundo, 
      nos muestra que Cloé y los suyos eran bien conocidos para la Iglesia en 
      Corinto, pues fue suficiente con la mención de su nombre, sin más 
      información accesoria, para identificar a la fuente de los reportes. 
      Los reportes que trajeron al apóstol 
      los de Cloé fueron que en la iglesia en Corinto habían erideV 
      (contiendas). "La palabra "eris" (contiendas) es un término que significa 
      una pelea encarnizada.[. . .] Las divisiones en Corinto no eran ligeras 
      diferencias de opinión. Eran reyertas profundamente arraigadas que 
      amenazaban la existencia de la Iglesia." 
      c) Versículo 12 
       El versículo 12 nos describe de una 
      manera más clara en qué consistía el problema. Pablo repite textualmente 
      las declaraciones que se escuchaban dentro de la Iglesia. Es interesante 
      notar que Pablo menciona que cada uno (ekastoV) está diciendo esto o 
      aquello, implicando que todos los hermanos han tomado algún partido. Nadie 
      queda excluido, todos están en el mismo error. 
      Pablo identifica los cuatro partidos 
      que equivocadamente se han formado en la Iglesia: Pablo, Apolos, Cefas, 
      Cristo. ¿Existe alguna razón por la que la gente en Corinto prefería 
      identificarse con alguna de estas personas? Seguramente sí; consideremos 
      algunas posibilidades. 
      
        
          Pablo. Pablo había plantado la iglesia de Corinto (3:6). Como el 
          fundador de la iglesia y defensor de las doctrinas de la gracia, no es 
          de extrañar que tuviera fuertes adherentes dentro de esta iglesia. 
          Apolos. Apolos había regado lo que Pablo plantó (3:6; 4:6). Apolos 
          era de Alejandría y pudo haber tenido un trasfondo de apelación 
          intelectual, el cual, unido a su capacidad oratoria, habrían hecho de 
          él un predicador magnético. Es de suponer que este era el motivo por 
          el que muchos lo preferían. Quizá también él se rehusaba a regresar a 
          Corinto (16:12) precisamente para no causar más división entre los 
          hermanos. 
          Cefas. Cefas es el nombre arameo de Pedro. Tal vez era percibido 
          como el más apegado a la ley, y a las tradiciones y ceremonias judías. 
          Es de suponer que era la elección de los hermanos judíos de Corinto. 
          Cristo. Es interesante notar que había un partido que alegaban ser 
          los verdaderos seguidores de Cristo. Posiblemente declaraban que no se 
          querían someter a maestros humanos, sino que toda su fe se basaba en 
          las palabras de Cristo. Pero contrariamente a lo que suponían, el 
          apóstol Pablo, al mencionarlos, está haciendo notar que aún ellos 
          están equivocados en su partidismo y divisionismo "en nombre" de 
          Cristo.  d) Versículo 13 
       En el versículo 13, Pablo formula tres 
      sencillas, pero poderosas, preguntas retóricas para hacer notar a sus 
      lectores el grave error en el que están al haber partidismos en la 
      iglesia. Comienza hablando diciendo: memeristai ho Christos? (lit. 
      ¿Está siendo Cristo dividido?). Algunos intérpretes traducen la frase no 
      como una pregunta sino como una exclamación (¡Cristo está divido!). En 
      cualquiera de los dos casos el significado no se afecta. El apóstol está 
      indignado por los sectarismos en Corinto y les reprocha lo erróneo de sus 
      divisiones. ¿Puede acaso Cristo dividirse? ¿Pueden las partes clamar ser 
      el todo del cuerpo? ¿Puede una parte del cuerpo clamar exclusividad para 
      sí? No cabe duda que el apóstol está contrariado por el proceder de los 
      Corintios. 
      La segunda y tercera pregunta resaltan 
      la obra y la posición de Cristo, aun sin mencionar su nombre. Pablo 
      utiliza su propio nombre para señalar a sus lectores el error tan grave en 
      el que estaban cayendo. No fue Pablo el que fue crucificado ni tampoco en 
      su nombre fueron bautizados los corintios. Es inútil apelar a los líderes 
      humanos, son inútiles los partidismos. Solamente Cristo es el redentor y 
      en quien tenemos acceso a la comunión con el Padre. 
      Es interesante notar que el apóstol 
      utiliza su propio nombre como ejemplo. Este es un movimiento muy 
      inteligente, pues aparte de no menoscabar a los otros líderes, con esto el 
      Apóstol deja claro que él no tiene ningún interés en ganar adeptos para 
      sí, sino sólo para el Señor Jesucristo. 
      e) Versículos 14, 15 y 16 
       Estos versículos hay que considerarlos 
      juntos porque forman un sólo pensamiento. En el versículo 14, Pablo eleva 
      a Dios una acción de Gracias (eucharisto). El motivo de gracias es 
      no haber bautizado a muchos en Corinto. Dada la situación en la Iglesia, 
      el apóstol considera muy favorable el no haber administrado muchos 
      bautizos. El versículo 15 nos aclara el razonamiento de Pablo. El se 
      alegra de que las cosas hayan ocurrido de ese modo, para que todo pretexto 
      de que él estaba haciendo discípulos para sí quedara descartado. Esto en 
      la mente de Pablo no es un accidente sino un acto dirigido por la 
      providencia de Dios por lo que eleva al cielo su acción de gracias. 
      Los que Pablo bautizo pueden ser 
      contados fácilmente. Crispo, el Jefe de la Sinagoga, (Hechos 18:8); Gayo 
      (Rom. 16:23) quien era tenido en muy buen concepto por toda la comunidad y 
      se menciona como anfitrión del apóstol; y Estéfanas con su familia quien 
      vuelve a ser citado al final de la carta (16:15). 
      En el versículo 16, Pablo confiesa no 
      recordar si había bautizado a algún otro. Esta declaración podría sugerir 
      que el bautizo no era importante para el apóstol, pero en el contexto 
      debemos entender lo que el apóstol está diciendo. El no está diciendo que 
      el bautismo carece de valor, sino que su labor prioritaria no es la de 
      bautizar. El versículo 17 nos aclara esta idea un poco más. 
      h) Versículo 17 
       Este versículo es el enlace con el 
      resto del capítulo, pero también explica en parte el porqué Pablo no ha 
      bautizado a muchos en Corinto. La razón es que su deber principal es la 
      predicación del evangelio. 
      La Reina-Valera 60 traduce la 
      conjunción gar como "pues", pero dada la línea del pensamiento es 
      mejor traducirla como "porque," como lo hace la Reina Valera Actualizada. 
      De esta manera, gar nos aclara lo que Pablo ha estado diciendo: 
      "bautice a pocos, porque Cristo no me envió a bautiza, sino a predicar". 
      Su predicación tiene una característica 
      especial: ouk en sofia logou (No en sabiduría de palabras). El 
      significado de esta frase puede ser "no con discursos caracterizados por 
      la sabiduría humana", en lugar de verdades reveladas por Dios. El contexto 
      favorece esta interpretación. En todo el resto del capítulo el apóstol 
      contrasta dos clases de sabiduría. Una de ellas la describe como sabiduría 
      del mundo (1:20) y sabiduría humana (2:4). A esta la declara locura, y 
      afirma que es completamente ineficaz para la salvación de los hombres. La 
      otra sabiduría es la que procede de Dios y le llama Sabiduría de Dios 
      (1:24). Su predicación no es con palabras meramente humanas, sino con 
      palabras que vienen de Dios. 
      La razón para no usar mera sabiduría 
      humana es me kenothe o stauros tou Cristou (no sea hecha vana la 
      cruz de Cristo). Si Pablo se dedicara a usar pura sabiduría humana en su 
      proclamación, su predicación carecería de poder, hubiera quedado 
      convertida en mera sabiduría de hombres. La cruz hubiera quedado vacía de 
      su significado. El poder de la predicación no está en el uso de la 
      elocuencia o la retórica, sino en el mensaje de la cruz. 
      
 
 IV. Conclusión
 1 Corintios 1:10-17 nos introduce al 
      tema que el apóstol desarrollará en los primeros cuatro capítulos de la 
      epístola: La división de la Iglesia en partidos. En estos primeros 
      versículos, el apóstol nos muestra el error tan grande en que se puede 
      caer cuando la identificación empedernida con un maestro de la Iglesia 
      amenaza la unidad del cuerpo de Cristo. 
      El mensaje de este pasaje es pertinente 
      para la iglesia de hoy. En medio de un mar de denominaciones debemos 
      preguntarnos ¿está Cristo dividido?. Si bien es cierto que no podemos 
      tolerar lo intolerable, también es cierto que debemos amarnos y reconocer 
      las áreas de convergencia para explotarlas al máximo. No estamos hablando 
      aquí de ecumenismo, sino de cristianismo. Quiera Dios que la exhortación 
      del Apóstol tenga resonancia visible en nuestras iglesias hoy en día: 
      "Que estéis completamente unidos en la misma mente y en el 
      mismo parecer"Amén.
 
 
 
 V. Bibliografía 
       Bonnet, L. y Schroeder, A. Comentario del Nuevo Testamento (Argentina: 
      Casa Bautista de Publicaciones, 1974) Tomo III. 
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       Eerdamn, C. La Primera Epístola de Pablo a los Corintios (Grand Rapids, 
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      1989) 
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       Kuss, O. Carta a los Corintios (Barcelona: Editorial Herder, 1976) 
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      Publicaciones, 1968) Tomo VIII 
       Walter, E. Primera Carta a los Corintios. (Barcelona: Editorial Herder, 
      1977)  |