Los Sacramentos de la Fe Cristiana

Por Pbro. David Legters
Seminario San Pablo
Merida, Mexico

Primer Estudio: Ideas Básicas


Introdución
La palabra "sacramento" viene del latín sa­cramentum. Fue el término que escogió San Jeronimo (autor de la versión latina conocida como la Vulgata, 383-406 d.C.) para traducir la pa­labra griega “misterion". En nuestra Biblia, no aparece la palabra "sacramento", pues es un término que inventaron los teólogos cristianos en sus discusiones sobre la doctrina. Tampoco aparecen en la Biblia palabras como "Trinidad" "encarnación", o inclusive "teología" pero las usamos, pues lo que importa no es tanto la pa­labra, sino la doctrina. Si la Biblia enseña una doctrina, debemos creerla. Ya después le damos el nombre. Como presbiterianos, tenemos una Confesión de Fe que resume la doctrina en­señada en la Biblia. El cap 27 de esta Confe­sión de Fe explica la doctrina de los sacra­mentos, y consta de 5 secciones:

Primera Seccion:

"Los sacramentos son signos y sellos santos del pacto de gracia (Rm 4:11; Gn 17:7) insti­tuídos directamente por Dios (Mt 28:19; 1 Cor 11:23) para simbolizar a Cristo y a sus bene­ficios y para confirmar nuestro interés en él (1 Cor 10:16 y 11:25-26; Gál 3:27), y también para hacer una distinción visible de aquellos que pertenecen a la Iglesia y los que son del mundo (Ex 12:48; I Cor 10:21), y para obligar solemnemente aquellos al servicio de Dios en Cristo conforme a su palabra. (Rm 6:3-4; 1 Cor 10:2-16).

Segunda Seccion:

En todo sacramento hay una relación espiri­tual o unión sacramental entre el signo y la cosa significada, de donde resulta que los nombres y efectos del uno se atribuyen al otro. (Gén 17:10; Mat 26:27-28; Tito 3:5)."

I. ¿Que es un Sacramento?

La Confesión dice que "los sacramentos son signos y sellos santos del pacto de gracia".

A. El sacramento es una señal.

La señal sirve para indicar otra cosa (no a la señal misma). Ejemplos de señales serían:

Ejemplo 1- (Ex 4:1-5): La vara de Moisés, al volverse serpiente, fue una señal para los que la vieron de que Dios en verdad había aparecido a Moisés.

Ejemplo 2- (Mat 24:29, 30, 34): La destruc­ción de la ciudad de Jerusalén (vv 15-22, por los romanos en el año 70 d.C.) fue la señal de que Jesucristo había iniciado ya su reinado y ministerio de mediador en el cielo.

Ejemplo 3- (Juan 2:ll,23) Los milagros de Jesús fueron "señales" de que era quien decía ser: el Hijo de Dios, el Mesías divino.

Ejemplo 4- (Rom 4:11): La circuncisión de Abraham fue la señal, "como sello de la justi­cia de la fe que tuvo estando aún incircunciso.”

Por lo tanto, no confundamos la cosa señalada con la señal. Un sacramento, en cuanto es señal, muestra que ha venido la gracia de Dios pero no es en sí el instrumento por el que vino la gracia de Dios. Solamente la confirma y la declara.

B. El sacramento es un sello.

Un sello sirve para autenticar, o autorizar algo. Por ej, Ester 3:12: "en nombre del rey Asuero fúe escrito y sellado con el anillo del rey". Si no hubiera sido sellado, siempre hu­biera sido autoritativo, pues era un documento genuino del rey. El sello sirvió para los que lo recibieron, para convencerles de que en verdad procedía del rey. Así es con un sacramento, no beneficia al que lo da, sino a los que lo reciben. Confirma la gracia ya recibida.

C. El sacramento es algo instituído por Dios

El romanismo afirma que son 7 los sacra­mentos: el bautismo, la confirmación, la cena del Señor, el matrimonio, las órdenes, la penitencia y la extrema unción. Nosotros sólo a­ceptamos 2, el bautismo y la cena del Señor, pues es imposible comprobar por la Biblia que Dios haya instituído los demás como señal de su gracia y de su pacto. En cambio, es fácil demostrar que Cristo ordenó tanto el bautismo (Mat 28:19) como la santa cena (l Cor 11:23).

I I. ¿Para Que Es Un Sacramento?

La Confesión habla de 4 propósitos:

A. Para simbolizar a Cristo y a sus bene­ficios. Es otra manera de decir que un sacramento sirve como una señal.

B. Para confirmar el interés del creyente en Cristo. Es otra manera de decir que un sacramento sirve como un sello

Nota: los sacramentos se dan a creyentes. Son de beneficio exclusivamente a los que son hijos de Dios, no a los que son del mundo. La palabra de Dios es el gran medio que sirve pa­ra dar a conocer a Jesucristo a los mundanos (1 Cor 1:17), así como para confirmar a los creyentes en su fe. Los sacramentos son una prueba adicional para los creyentes que les confirma la gracia que anteriormente han reci­bido del Señor.
C. Para hacer una distinción visible de aquellos que pertenecen a la Iglesia y los que son del mundo.

D. Para obligar solemnemente a los creyentes al servicio de Cristo.


Segundo Estudio: Los Medios De Gracia
En su sentido general, un "medio de gracia" es una ordenanza de Dios por medio de la cual recibimos en nuestra vida los beneficios del pacto, es decir, los beneficios de la redención comprada por Jesucristo. En este sentido, la iglesia pue­de ser un medio de gracia (por ejemplo, cuando en forma unida y comunitaria alaba a Dios en el cul­to). También para unos, la fe es un medio de gra­cia, aunque para otros, es el fruto de la gracia que obra el Espíritu Santo en el corazón de todos los elegidos. En su sentido técnico, o restringido, los "medios de gracia" serían solamente 2: la Palabra, y el Sacramento. A éstos, el Catecismo Menor añade un tercer “medio de gracia," la oracion.


Preg # 88 "¿Cuáles son los medios externos y ordinarios por los cuales Cristo nos comunica los beneficios de la redención?"
Resp : “Los medios externos y ordinarios por los cuales Cristo nos comunica los beneficios de la redención, son sus ordenanzas, y especialmente, la palabra, los sacramentos y la oración; a to­dos los cuales hace él eficaces para la salva­ción de los elegidos.” (Hechos 2:41-42)

Al hablar de "medios externos", quedan eliminados la fe y el arrepentimiento, pues son medlos internos que Dios usa para hacer eficaz la salva­ción en beneficio de los suyos. En cuanto a la ­iglesia como un medio de gracia, Ezequiel Lango (Cat. Menor Explicado, p. 143) comenta que: "forma parte también muy importante de estos medios, a nuestro juicio, la comunión personal con los creyentes y la particlpación con ellos de las alabanzas que se rinden en espiritu y en verdad a nuestro Dios".

Pero como él también dice: "Los más importantes son la Palabra de Dios contenida en las Santas Escrituras, los Sacramentos y la Oración". Hablemos primeramente sobre la Palabra de Dios y sobre la oración como "medios de gracia", luego en otro estudio continuamos con los sacramentos.

I. La Palabra De Dios

Notemos las preguntas # 89 y 90 del Cat. Menor y sus respectivas respuestas:

Pr # 89 “¿Cómo viene la Palabra a ser eficaz para la salvación?”
Resp "El Espíritu de Dios hace que la lec­tura, y aún más especialmente, la predicación de la Palabra, sean medios eficaces de convencer y de convertir a los pecadores, y de edi­ficarles en santidad y consuelo por la fe, ­hasta la salvación." (Neh 8:8; Sant 1:21; Hech 20:32; Rom 15:4 y 2, Tim 3:15)

Pr # 90 “¿Cómo ha de ser leída y escuchada la Pa­labra para que se haga eficaz para la salvación?”

Resp "A fin de que la Palabra se haga efi­caz para nuestra salvacion, hemos de prestar­le atención con diligencia, preparación de espíritu y oración; hemos de recibirla con fe y amor, atesorarla en el corazón, y practicarla en la vida." (Deut 6:6-7; 1. Ped 2:1-2; Sal 119:18; Rom 1:16; 24 Tes 2:10; Salmo 119:11 y Santiago 1:25)

Al respecto, Ezequiel Lango comenta:

“La Pala­bra de Dios, que es por muchos despreciada y aun tenida como una falsedad y una locura, es un ex­celente medio de gracia para los creyentes sinceros, que encuentran en ella oportuno consejo, ­sabia amonestación, luz suficiente para andar en el camino de la rectitud, y otras muchas bendi­ciones que no es posible enumerar (1' Cor 1:18­21). Esto es debido al gran poder que Dios ha dado a su Palabra, para hacerla útil sobre toda cosa, para la instrucción con fines salvadores, de sus hijos (Heb 4:12). Por eso nunca será sufi­ciente el tiempo que el cristiano dé a su estudio y reverente meditación, ni será nunca vano el es­fuerzo hecho para obedecerla (1. Tim 4:16).
¿Cómo es que algo escrito en blanco y negro, en palabras humanas, como lo fue la Biblia, puede ser un medio de gracia para nosotros? Sucede que la Biblia no es unicamente de origen humano, pues procede de la inspiración divina, por la que es en verdad Palabra de Dios, autoritativa para todo ser humano. Y esa Palabra la toma el Espíritu de Dios (que fue su Autor) para aplicar con poder su mensaje en los corazanes de aquellos a quienes él quiere redimir. Por ese poder del Espíritu, la Palabra es eficaz, porque: (tomado de Lango)”

1- Ilumina brillantemente el camino de los hom­bres, mostrándoles los peligros en que pueden tropezar y caer (Sal 119:105).

2- Penetrando hasta lo más hondo de su corazón, les convence de su condición pecaminosa y desven­turada, humillándolos en la presencia de Dios (Hb)

3- Les conduce después, de una manera natural hacia Cristo, como el único Salvador (Hch 8:27-38)

4- Los arranca poderosamente de la servidumbre del pecado y los hace siervos de la justicia (Rm)

5- Usada sabiamente por el creyente, se convierte en un arma incomparable para su propia protec­ción, como para el ataque al enemigo: Satanás (Ef

6- Hace crecer en la gracia divina, enseñando, corrigiendo e instruyendo permanentemente al cre­yente, hasta un grado imposible de alcanzar sin ella (2' Tim 3:14,17).

7- Afirma su corazón en la santidad y en la consolación por medio de la fe (Rm 16:25; 1’ Ts 3:13 y Rm 15:4).

Ejemplos de los resultados que da la predica­ción de la Palabra se encuentran en Jonás 3:1-10 (los Ninivitas); Neh 8:8-9 (los judíos que regresaron del cautiverio); y Hech 2:37-41 (el Día de Pentecostés).

¿Por qué tantos cristianos son apáticos para leer la Palabra de Dios? ¿Por qué no tienen en la debida estima la predicación de esa Palabra? Porque Satanás, conociendo por sí mismo cuán po­derosa es esta Palabra (pues con ella fue vencido cuando quiso tentar a nuestro Señor Jesus), procura de mil modos estorbar a los creyentes y alejar los de esa Palabra. ¡Alerta, entonces! No te dejes engañar por el enemigo de tu alma, querido hermano. Ama, lee, estudia la Palabra de Dios, y no desperdicies ninguna oportunidad de escuchar la predicación de ella.

II. La Oración

En cuanto a la oración, no puede haber razona­miento alguno que presentar en contra de la ense­ñanza que nuestro Catecismo presenta al conside­rarlo como un medio externo de gracia. Siempre ha sido considerada la oración como un medio precio­sísimo de gracia; y esto no sólo porque se supone así, o porque así se dice; sino por el testimonio permanente de todos los que la practican con con­stancia y fe. La primera gran bendición que el mundo recibió por la práctica de la oración, fue el descenso del Espíritu Santo que tanto benefi­cio ha hecho a los hombres (Hech 1:13-14; 2:1-4).

¡Con cuánta razón se recomienda a todos la práctica de la oración! (ver Ef 6:18; Sgo 5:14-15)


Estudio #3, Los Sacramentos
La Santa Cena: (Juan 6:27-63)


I- Lo Que Enseña el Catecismo:

1.1- Preg #96: ¿Qué es la Cena del Señor?
­R- La Cena del Señor es un Sacramento por el cual dando y recibiendo pan y vino según la ordenanza de Cristo, se simboliza su muerte; y aque­llos que dignamente lo reciben son hechos, no de una manera corporal y carnal, sino por la fe, partícipes de su cuerpo y sangre, como también de todos los beneficios consiguientes; lo cual conduce a su nutrimiento espiritual y a su crecimiento en la gracia. (1 Cor 11:23-26; Hech 3:21; 1 Cor 10:16)

1.2- Preg #97: ¿Qué se requiere para recibir dignamente la Cena del Señor?

R- Para que los participantes reciban dignamente la Cena del Señor, es necesario que hagan un examen del conocimiento que tienen para discernir el cuerpo del Señor; de su fe para alimen­tarse en él; de su arrepentimiento, amor y nueva obediencia, para que no sea que recibiendo indignamente el sacramento, coman y beban su propia condenación. (1 Cor 11:27, 31-32; Rom 6: 17-18)

II- El Significado Espiritual:

2.1- Los elementos:

a)- El pan: representa el cuerpo del Señor. Desde el tabernáculo en el A.T. (Lv 24:1-9) había en el Lugar Santo--"delante de Jehová"--una mesa con el Pan de la Proposición, q. en realidad eran 12 hogazas de pan (1 por c/u de las 12 tribus), las que se comían por los levitas en el Lugar Santo cada día de reposo y se reponían con nuevas hogazas. La Mesa del Pan en el Tabernáculo sim­bolizaba a Jesús, la fuente del sustento diario para todo el pueblo elegido.

En Juan 6, Jesús alimenta en forma milagrosa a más de 5,000 personas, y seguidamente discute con la gente sobre la señal del maná ( w 30-35). Jesús dice que él en su persona cumple el simbo­lismo del maná, pues él (Jesús) es el pan de vida que descendió del cielo y da vida al mundo Comer de este pan (de Jesús), es "creer en él" (v 29), o bien, "venir a él" (v 37). El resultado para el que comiere de él, sería nada menos que ¡la vida eterna! (vv 47-51).

b)- El vino: representa la sangre del Señor. También en el A.T., en el sistema de ofrendas en­señadas por Moisés ante al Monte Sinaí, estaban incluídas las llamadas "libaciones", ofrendas de vino que se tomaban o se derramaban junto con las ofrendas por el pecado y por la culpa.

La vid es un cultivo muy importante para los pueblos del medio oriente. En el desierto, Israel sólo tuvo maná, no hubo mucha oportunidad de to­mar del fruto de la vid. Los 12 espías trajeron grandes racimos de uvas (Núm 13:17-24) como mues­tra de lo fértil que era la Tierra Prometida, pe­ro el pueblo tuvo miedo, y no entró. Cuarenta a­ños más tarde, bajo el mando de Josué, entraron, celebraron la pascua, cesó el maná, y comieron del fruto de la tierra (Jos 6:12). Para muchos, el racimo de uvas representa los frutos del Espí­ritu Santo en la vida del creyente.

En Juan 15, Jesús dijo, "Yo soy la vid ver­dadera, mi Padre es el labrador". Jesús derramó su propia sangre en ofrenda (libación) por noso­tros. Y nos envía su Espíritu Santo para darnos la energía espiritual que necesitamos para vivir la vida cristiana en obediencia a Dios.

c)- no hay carne: La Cena del Señor susti­tuye lo que en el A.T. celebraban en la Pascua, con el sacrificio de un cordero, recordando así la liberación de la esclavitud en Egipto y de la muerte de los primogénitos. Cristo es el sacri­ficio único para los creyentes. El derramó su sangre en sacrificio cruento. En la Iglesia del N.T. no hay más derramamiento de sangre, por lo que en los sacramentos del N.T. (a diferencia de los sacramentos del A.T., Pascua y Circuncisión) no hay más necesidad de derramar sangre. Tanto el Bautismo, como la Santa Cena, son sacramentos incruentos, recordatorios solamente del único sa­crificio hecho una vez para siempre por Jesús. (Ver Heb 9:26 y 10:12)

2.2- Los requisitos:

a)- El discernimiento. Esto quiere decir que el creyente debe, ante todo, entender perfecta­mente que el pan no es más que pan, y el vino no es más que vino; pero que ambos elementos repre­sentan cuerpo y sangre del Salvador; y que al participar de ellos se recibe una especial bendición espiritual, por la comunión con Cristo el Señor.

b)- La fe en el comulgante (no necesariamen­te en el oficiante). Debe haber certidumbre de que efectivamente estamos en Cristo (2 Cor 13:5); que estamos dispuestos a confesarlo en todo tiem­po, lugar y circunstancia (Mc 8:38; Lc '2:8-9). Por ello, en la Igl Presbiteriana sólo permitimos a los que han hecho ya su pública profesión de fe en Cristo y han entrado así a formar par~e de su Iglesia, que participen de la Cena del Señor.

c)- El arrepentimiento. Aun siendo miembros de la Iglesia, sabemos que hemos desobedecido a los santos mandatos del Señor, por lo que debe haber un arrepentimiento sincero, nacido desde lo más hondo del corazón. Por ello, ningún creyente que, desgraciadamente, esté viviendo en vida es­candalosa (prueba evidente de que no hay arrepen­timiento), debe participar de la Cena del Señor.

d)- E1 amor. Debemos examinarnos con respecto al amor que hay en el corazón, no tan sólo pa­ra Dios, sino también para con nuestros prójimos (1 Jn 4:20-21). Por ello, ninguno que está en disgusto con alguno de sus prójimos, o que sabe que alguno está con él disgustado, debe partici­par de la Cena, sino hasta que haya quitado el obstáculo, perdonando y buscando verdadera recon­ciliación (Mat 5:23-24).

e)- Por último, un propósito de nueva obe­diencia al Señor (14 Ped 1:22). De este modo, se renueva el pacto, la alianza con el Señor, en la que Jesús promete estar con nosotros, ser nuestro Dios y tenernos como su pueblo (Deut 29:12-13); y nosotros a la vez le prometemos lealtad, amor y odediencia. Todo ello, por gratitud.

III- Los Resultados:

3.1- Cristo se hace presente. No en sentido literal, como en la doctrina romana de la transubstanciación, que enseña que al comer el pan y be­ber del vino, tomamos del verdadero cuerpo y de la verdadera sangre de Jesús. Recordemos Jn 6:63 "El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espiritu y son vida".

3.2- Cristo nos da nuestro nutrimiento y nues­tro crecimiento en gracia. Así como el pan y el vino son asimilados por el cuerpo para darle vi­gor, así Cristo viene al alma para darle fortale­za, consuelo, y todas las gracias salvíficas que necesitamos para nuestro crecimiento y madurez en Cristo. De modo que resistamos a la tentación, odedezcamos su voluntad revelada, testifiquemos con valor, y aumentemos en nuestro amor a él y a todo aquello que él ama.

IV- Su Celebración

4.1- Su frecuencia:

4 . 2- Su manera:


Estudio #4, Los Sacramentos
El Bautismo por Aspersión:
Entre evangalicos, mucho nos peleamos sobre el tema del bautismo: si debe ser por inmer­sión, o si puede ser por aspersión; también si se puede bautizar a niños, o sólo a adultos. Quizá ni debemos estar peleando sobre el tema, pues no es fundamental a la fe. ¿afecta en algo mi salvación la manera en que me bautizo? Pero como algunos insisten, pues entonces hay que entender lo que hacemos con este sacramento.

Antes de seguir, mencionamos las 3 maneras de bautizar con agua:

a- inmersión (todo el cuerpo sumergido de­bajo del agua);
b- efusión, o sea, derramamiento de agua:
c- aspersión, o sea, rociamiento.
I- Su Definición

Hay dos palabras en griego: bapto y baptizo. 'Bapto' se refiere más a la acción de mojar, (como p.ej en Luc 16:24; Jn 13:26 y Ap 19:13). "Baptizo" se refiere más al resultado: aquello que puede cambiar el carácter, el estado o la condición de un objeto o de una persona; y en virtud de ese cambio se dice que la cosa o la persona ha sido "bautizada'. (ver Luc 11:38)

1.1- Hb 9:10-21 es clave para entender cómo los autores bíblicos manejaban el término. El v 10 dice "diversas abluciones", y la idea del griego es: "diferentes clases de bautismos". Se trata de unos lavamientos ceramoniales, los cuales NO necesariamente se hacen por inmer­sión. Inclusive, sería imposible hacer por inmersión las "abluciones" mencionadas en este pasaje. Pues bien, la palabra "abluciones" (v 10) traduce el griego "baptismoi'', o sea, bau­tismos. ¿Quién dice, pues, que un bautismo tiene que ser por inmersión? No se trata de un método, sino de un efecto. Veámoslo:

Elemento usado,

Origen en el AT:

v 13- sangre y cenizas,

Núm 19:17-18 v 19- sangre, y agua sobre el libro y el pueblo,

Ex 24:ó-8 v 21- sangre sobre los vasos­ y el tabernáculo,

Lev 8:18; 16:14

Según el v 22, son ritos de purificación, y tenía que haber sangre pues sin ella no habría remisión. Estas son las famosas "abluciones” del v 10, (en griego "bautismos"), Obviamente no son por inmersión, sino por rociamiento.

1.2- Ritos de purificación en el AT:

En el AT, el método preferido para obrener la putificación (limpieza, en su sentido cere­monial, la que permitía a la persona acercarse a Dios en adoración), era la aspersión. Ver:

a)- Nm 8:7, "Rocía sobre ellos el agua de la expiación!”
b)- Nm 19:11-13 (por contacto con un cadá­ver) "rociada".
c)- Lv 14:6-7 (por lepra) "rociará 7 veces" y soltar una avecilla.
d)- Lv 15:11 y 11:29-44 (antes de comer) lo que era interpretado así por los fariseos, que no comían sin ''lavarse". Ver Mc 7:3-4 ("bauti­zaban" sus manos; probablemente tomando agua del lebrillo y derramándola sobre sus manos).
e)- Sal 51:7 "purifícame con hisopo" (sería por aspersión; luego"lávame".
f)- Ez 36:25-27 "esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vues­tras inmundicias"
g)- Ef 5:26 "habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra."
h)- Hch 92:16 (Pablo) "Ahora, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus ­pecados."
1.3- Juan 3: 27-34 - JUAN EL BAUTISTA:

a)- "Enón":

Los inmersionistas ven en el v 23 un gran apoyo a su posición, ya que Juan bautizaba en un lugar (Enon) donde había mucha agua. Realmente están equivocados. El texto no dice mucha agua sino “muchas aguas”. Enón es un nombre toponí­mico que sinifica “fuentes o manantiales” (en plural). La arqueología ha descubierto recien­temente lo que es Salim, una fuente en el arranque del Wadi Farah (nota Biblia Caribe). Tratándose de manantiales, no habría mucha profundidad, pero eso sí, aguas cristalinas y puras.

b)- agua limpia:

Pero, ¿por qué habría dejado Juan el Jordán (la mayor fuente de agua en toda Palestina) para ir a bautizar en Enón?

R- Era la estación de lluvias en la que el Jordán se desbordaba las aguas que bajan son turbias y cargadas con sedimento. La ley ceremonial requería para el rito de purificación el uso de agua limpia.

c)- Purificación (vv 25-26) :

En este pasaje vemos que los términos puri­ficación y bautismo son intercambiables (sinó­nimos). El v 25 menciona una discusión entre los judíos y los discípulos de Juan "acerca de la purificación''; y según el v 26, resulta que estaban discutiendo acerca de... ¡bautismos!

Por todo esto creemos que el bautismo prac­ticado por Juan no necesariamente fue por in­mersión, sino más probablemente por aspersión, como era el caso de los ritos de purificación.

1.4- E1 bautismo de Jesucristo (por Juan), Mt 3:13-17; Mc 1:9-11; Lc 3:21-22; Jn 1:29-34:

a)- Su significado:

No era lo mismo que normalmente se conoce como el “bautismo de Juan", pues éste era exclusivamente para pecadores arrepentidos (ver Mat 3:2,6,8-11). Jesús no tenía pecado, por lo que no necesitaba de este bautismo (Mat 3:14).

El significado tenía que ser otro: no el arre­pentimiento, sino como dice en Mat 3:15, para cumplir toda justicia. Según Dt 6:25 se cumple la justicia obedeciendo la ley. Según Gál 4:4, Jesús nació "bajo la ley", por lo que se preocu­pó siempre por cumplirla. La ley que Jesus cumple cuando le pide a Juan el "bautismo'', es la del levita, o sea la unción (ordenación al sacerdocio): ver Nm 8:6-7. Los requisitos para el sacerdocio eran: tener un llamamiento, te­ner 30 años, y ser ordenado por un sacerdote. Cisto era el elegido de Dios ("éste es mi Hi­jo amado''); tenía ya 30 años de edad, y fue ordenado por Juan (sacerdote por ser descen­diente de Zacarias), por lo que cumplió todos los requisitos de la ley.

b)- El método:

Parte de la ceremonia de ordenación de un sacerdote, según Núm 6, era el rociamiento con agua. Por otra parte, Jesús aplica a su propia persona la profecía de Is 61:1-2, que en parte dice:"El Espiriru del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para..." (su ministerio que desarrolló en diferences aspectos). Y, ¿cuándo habria sido "ungido"? R- Obviamente, cuando fue bautizado por Juan, que coincidió con la venida sobre él del Espíritu Santo en forma de paloma (Lc 3:1-22). Fueron 2 bautismos: uno de Dios Padre usando como elemento el Espíritu Santo, (que evidentemente no fue por inmersión); y uno de Juan usando como elemento el agua, y que por lógica tampoco tuvo que ser por inmersión, sino sim­plemente una "unción", o sea, sobre la cabeza.

En efecto, varias pinturas de la iglesia primitiva (p.ej, en las catacumbas de Roma) mues­tran a Jesús con Juan parados dentro del río, y Juan derramando con una concha agua sobre la cabeza de Jesús. Eso podría explicar la frase de Mt 3:16, que Jesús "subió del agua", pero no necesariamente indicando que hubo una inmersión como algunos llegan a decir.

1.5- El bautismo del Espíritu Santo - Pentecostés:

a)- Se profetizó (J1 2:28-29 y Mt 3:11):

Joel habla de un "derramamiento” del Espíritu Santo. Juan había dicho, "El que viene tras mí, ...él os bautizará en Espíritu Santo y fuego". Todavía más,en Hech 1:4-5, Jesús les anticipó a los discí­pulos que, "vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de muchos días”. ¿Cuándo sucedió este bautismo? R- En el Dia de Pentecostés. b)- Se cumplió (Hch 2:3-4,16-17,33):

“Y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos... esto es lo dicho por el profeta Joel ...deramaré mi Espíritu sobre toda carne...(Jesús) ha derramado esto que veis y oís".

c)- Se explicó (Hch 11:15-16):

“...cayó el Espíritu Santo sobre ellos tam­bién... Entonces me acordé de lo dicho por el Señor: Juan ciertamente bautizó en agua, mas vosatros seréis bautizados con el Espíritu Santo”.

Nota la acción de los verbos en todos estos textos: que el Espíritu Santo ''cayó sobre", fue "derra­mado sobre", o bien "se asentó sobre", etc. ­Obviamente no fue una acción de sumergir, de modo que no fue por inmersión; sin embargo, la Biblia sí lo llama un bautismo.


Conclusiones:
l- Los ritos de purificación no fueron por inmersión, sino por aspersión (rociamiento) .
2- Juan Bautista practicaba el bautismo co­mo un rito de pucificación.
3- Cuando Jesús fue bautizado, no fue una purificación, sino su ordenación al sacerdocio
4- Al evento del día de Pentecostés se le llamó "bautismo" 5- El bautismo con el Espíritu Santo no fue una inmersión, sino más estrictamente una efusión, un derramamiento, sobre la cabeza.

Estudio # 5, Los Sacramentos;
El Significado del Bautismo:

II- Su Significado(Simbolismo del Bautismo)

2.1- El bautismo con el Espíritu Santo:

El N.T. habla de dos "bautismos” en la vida de la iglesia: uno con agua, y uno con el Espíritu Santo. Más bien, serían dos aspectos del mismo bautismo como vemos en el siguiente esquema: El bautismo: real, ritual
característica: interno, externo
valor: verdadero, simbólico
elemento: el Espíritu Santo, el agua
el que bautiza: Jesucristo, un ministro
le da su validez: el llamamiento eficaz, arrepenti­miento y fe
resultado:la adopción­ a la familía de Dios, la membresía en la iglesia

El bautismo con agua simboliza, o repre­senta en forma actuada, que el Espíritu Santo ha caído sobre la persona a la que se bautiza. En el caso de adultos, se trata de bautizar con agua a los que ya fueron bautizados con el Espíritu Santo. De modo que hay una relación muy íntima, o sea, una unidad fundamental entre el bautismo con agua y el bautismo con el Espíritu Santo (Hch 10:44-48).

Ver Ez 36:25-28. Aquí en un mismo pasaje se habla del rociamiento con agua, y de la ve­nida del Espíritu que cambia el corazón. Entonces, el bautismo externo (con agua) representa una realidad interna (venida del Espíritu). No representa la muerte, sepultura y resurrección sino representa en primer lugar, nada menos que el bautismo con el Espíritu Santo. Indica que el Espíritu Santo ya vino sobre la persona;...ya la regeneró, ya la adoptó, ... ¡ya la salvó!

Cuando Dios me bautiza con el E.S, entonces Dios me da vida nueva, me cambia el corazón de piedra a un corazón de carne, me llama eficaz­mente, me levanta de mi condición de muerto en mis pecados y me pone en capacidad de abrazar a Cristo por fe. En fin...¡me convierte! (ver Tito 3:3-5). Por eso, sí me uno a Cristo en su muerte, sepultura y resurrección. Pero lo hago porque el Espíritu Santo ya ha sido derramado sobre mí. Por eso hago lo que ahora hago en Cristo.

2.2- Lavamiento (limpieza, purificación):

Ez. 26:35 indica que el agua que esparce Dios sobre nosotros es la que nos limpia de toda inmundicia. En Jn 7:39, Jesus explica que el agua que él da es realmente el Espíritu Santo.El agua es buen símbolo para el Espíritu Santo, por dos razones: a)- ambos dan vida; y b)- ambos limpian.

a)- Como las corrientes de agua simbolizan la vida abundante que viene de Dios (Is 55: 1; Jer 2:13; Ez 47:1-9; Ap 22:1-2), así el Espíritu Santo es el que da vida al hombre (Rm 8:6-11; Gál 6:8). Is 44:3 hace claro el simbolismo,"Yo derramaré aguas sobre el sequeda y ríos sobre la tierra árida; mi Espíritu derramaré sobre tu genera­ción, y mi bendición sobre tus renuevos."

b)- Como el agua sirve para limpiar sucie­dad (Ez 16:4; Mt 15:2; Hb 10:22 etc) así es el Espíritu Santo quien limpia el corazón (Tito 3:5, 1 Cor 6:11). Ver Hech 22:16: "Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre".

Técnicamente, es la sangre de Cristo la que limpia de todo pecado (Heb 9:14; 1 Jn 1:7; Ap 1:5c); pero el Espíritu Santo aplica esa sangre a nuestra vida; o sea, aplica a los elegidos los benefi­cios de la obra redentora de Jesús. Limpieza... santidad... putificación. Requisitos para estar en la presencia de Dios. Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos...

2.3- Señal del pacto:

La Biblia enseña un solo pacto de gracia desde Adán hasta Cristo. Sólo hay una manera de obtener la salvación en todas las épocas: es por gracia, por medio de la fe. En el A.T. se anticipaba la persona y la obra salvífica de Jesús mediante ritos y otras figuras exter­nas. En el N.T conmemoramos esa obra de Jesús y la aplicamos a nuestra vida. Simplemente no hay otro mediador del pacto, sino sólo Jesús. No hay otra sangre que limpia, sino sólo la de Jesús. El A.T. y el N.T.: 2 administraciones, pero un solo pacto de gracia. Por eso, sólo hay un evangelio para todos (Hechos 13:32-33).

Al entrar en este pacto con Dios (o sea, al aceptar uno los términos que él soberanamente nos ofrece), se da una señal, la "señal del pacto" (ver Gén 17:9-14), que le da el derecho a ser miembro del pueblo de Dios con todo lo que ello implica (Ex 12:48; Rom 4:11). En el A.T. la señal del pacto era la circuncisión; en el N.T. es el bautismo (Mc 16:16; Hch 2:38; 8:12, 36-37; 18:8). Pablo dijo en Ef. 4:5, que sólo hay "un Señor, una fe, un bautismo". En Col 2:11-13, Pablo practicamente identifica el bautismo que ahora practicamos con el rito an­tiguo de la circuncisión.

El bautismo, pues, es el sello externo del pacto de la gracia que Dios hace con nosotros en el nombre y por la mediación de Cristo, y solamente por él. Es por decirlo así, la puer­ta de entrada a la Iglesia visible de Cristo, por lo cual todo aqual que de veras cree en ­Cristo como su Salvador y está arrepentido de sus pecados, para entrar a formar parte de la Iglesia de Cristo, debe ser bautizado (1 Cor. 12:13; Hech 2:41; 10:47-48; 16:31-33). Es un solemnísimo compromiso que hace quien lo reci­be, de ser de Cristo por toda su vida. (Tomado del Cat. Men. Explic. de Ezeq. Lango, p 153.)

2.4- Unión con Cristo: Gál 3:27, "Porque todos los que habéis sido bautizados en Cris­to, de Cristo estáis revestidos".

Cuando la Biblia habla de estar bautizado en alguien, quiere decir que la persona bautizada se identifica con aquella persona; o sea, unen sus vidas y destinos. Por ej:

a)- I Cor 10:1-4. Aquí Pablo hace una com­paración entre los corintios y los israelitas del tiempo de Moisés. Todos los israelitas pa­saron por la prueba y la liberación del éxodo, en virtud de haber confiado en su líder Moisés Lo dice Ex 14:31: que después de haber cruzado el Mar Rojo y haber sido salvados por el Señor de la mano de los egipcios, "vio Israel aqual grande hecho que Jehová ejecutó contra los egipcios; y el pueblo temió a Jehová, y creyeron a Jehová y a Moisés su siervo".

Lo importante es entender el verso 2: todos "en Moisés fueron bautizados". Ese bautismo, claro, no fue por inmersión, pues los sumergi­dos fueron los egipcios, que murieron ahogados. Dice Pablo que fueron bautizados en la nube y en el mar. Pero sabemos que pasaron por el mar ¡en seco! Simplemente quiere decir que tuvie­ron un líder (Moisés), y tuvieron que creer en él. Su suerte dependia de la suerte de Moisés. Estaban ligados...identificados...unidos. Así sucede con el que se bautiza en Cristo, o "en el nombre de Jesús". Indica que cree en él a tal grado que se identifica con él, y une sus intereses y su destino a los de él.

b)- Rom 6:3-7, y Col 2:11-13. Nuevamente se trata del EFECTO del bautismo y no su modo. Si nos bautizamos en Jesús, significa que nos unimos a él en su muerte, resu­rrección, e inclusive en su ascensión. Donde esté Jesús, ahí estoy con él. ¡Estamos UNIDOS!


Estudio 6: Los Sacramentos:
Casos de Bautismos
III- Algunos Casos en el N.T.:

3.1- El etíope (Hech 8:38-39)

Los verbos "bajar" y "subir" en este pasaje simplemente indican lo que tuvieron que ha­cer para primero llegar al agua (un oasis en el desierto) y dejarla.

3.2- Los 3,000 y los 5,000 (Hch 2:41 y 4:4)

a)- Difícil la logística si en un solo día; cada uno de los 11 apóstoles tendría que haber bau­tizado a 273 personas. Es más fácil pensar que fue por aspersión (o efusión) ...dando 15 segundos por persona, en una hora lo habrían hecho.

b)- Y ¿dónde en Jerusalén lo harían? Si por inmersión, debió ser en el estanque de Salomón alimentado por acueducto, y guardado para el uso de los habitantes de la ciudad. El estan­que de Siloé tenía usos de orden religloso. No permitirían las autoridades la entrada de unos 3,000 a contaminar el agua; ni se cree que las autoridades darían permiso para ello a los de una "secta" odiosa.

3.3- Saulo de Tarso (Hch 9:17-19; 22:12-16)

Nótase las acciones enumeradas, y tómese en cuenta el estado físico de Saulo, y el lugar donde estaba. Dice:

"le cayeron de los ojos como escamas..."
"recibió al instante la vista..."
"levantándose, fue bautizado..."
"habiendo tomado alimento, recobró fuerzas" Por supuesto, que bautizado en el mismo cuarto donde esta guardando reposo. No pudo haber si­do por inmersión.

3.4- Cornelio (Hech 10:44-48)

El bautismo con agua sucedió al bautismo con el Espíritu Santo; probablemente en la misma casa.

3.5- El carcelero de Filipos (Hch 16:30-33)

Las circunstancias no permiten pensar que pudo haber sido por inmersión. Considera:

a)- La hora: medianoche (o poco después)
b)- La condición física de Pablo y de Silas: lacerados, necesitando curación...¿tener que caminar una distancia para encontrar un rio o un estanque?
c)- El agua que sirvió: fue la misma agua traída para lavarles sus heridas (v 33).
Conclusión:

No hay ningún caso evidente de bautismo por inmersión. Más bien pareciera ser que fue por otro medio, por las circunstancias en las que se dieron estos bautismos. Realmente, el bautismo no habla tanto de un método, sino representa más el EFECTO que pro­ duce el Espíritu Santo al purificarnos (lavarnos) del pecado, y unirnos a Jesucristo para una vida nueva en él.


Estudio #7- Los Sacramentos:
El Bautismo de Niños
Introducción:

Pocos entienden el significado del bautismo de infantes. Los que tienen tendencia católica piensan que el agua “bendita" tiene propieda­des casi mágicas, o sea, que el sacramento da al niño automáticamente una seguridad eterna para su alma...;que le asegura su salvación!

Otros evangélicos entienden que la ceremo­nia simplemente es una "dedicación" del niño al Señor...una promesa que hacen los padres de consagrar al hijo a Dios, pero no se habla de una promesa de Dios a los padres.

I- NUESTROS SIMBOLOS DOCTRINALES:

1.1- E1 Catecismo Menor (Pr. 95)

Pr.- ¿A quiénes ha de administrarse el bau­tismo?
R- E1 bautismo no debe administrarse a los que están fuera de la Iglesia visible hasta que no profesen su fe en Cristo y su obediencia a él; mas los párvulos de los que son miembros de la Iglesia visible han de ser bautizados.

1.2- La Confesión de Fe (Cap 28, inc. 4)

"No sólo los que personalmente profesan su fe en Cristo y su obediencia a él deben ser ­bautizados, sino también deben serlo los párvulos cuyos padres son, a lo menos uno de ellos, creyentes".
II- LOS PRINCIPIOS BIBLICOS:

2.1- Los niños están incluídos en el pacto:

a)- Doctrinas bíblicas:


El bautismo es la señal del pacto (anterior­mente lo había sido la circuncisión).
El pacto de gracia es el plan de Dios para la redención del hombre.
La comunidad del pacto es la Iglesia.
Hay Iglesia en el Antiguo Testamento, así como en el Nuevo.
La Iglesia incluye tanto a niños como a los adultos. En apoyo a este principio y a las verdades arriba enumeradas, notemos la siguiente rela­ción breve de textos, tanto por lo que direc­tamente enseñan, como por lo que claramente implican:
(1) Gén 17:7-8.
(2) Deut 29:10-11 (Tanto niños como mujeres tomaron parte en la ceremonia solemne de la ­ratificación del pacto).
(3) Hech 2:38-39: La promesa es para los hijos. ¿Cuál promesa? R- La mencionada por Joel, que es la misma dada a Abraham cuando Dios hizo el pacto con él.
(4) Tito 1:6 Un requisito para ser anciano es que sus hijos sean creyentes.
(5) Mar 1:17 (compara con Jn 21:15-16). La función del pastor es de pastorear ovejas, in­cluyendo a los corderos. Hay ovejas grandes, como las hay recién paridas (Is 40:11). Como Jesús, llevarlas en sus brazos...
b)- Beneficios del pacto:

El pacto es para adultos, y para sus hijos. Todos reciben los beneficios que señalamos a continuación. Si los niños los reciben, sola­mente sería porque Dios ya los incluye dentro de los términos de su pacto. Veámoslos:

(1) Pertenecer a Dios: "yo seré a vosotros por Dios, y vosotros me seréis por pueblo” (yo soy suyo, y mío es él).
(2) Tener comunión con Dios (orar a él).
(3) Tener fe en Dios, Tito 1:6. Es decir, creer en sus promesas, y esto desde temprana edad.
(4) Recibir la protección, la dirección de Dios, tanto en lo físico como en lo espiritual
(5) Ser salvos. Creemos que los niños que mueren en su infancia van al cielo, y estarán con Cristo por toda la eternidad.
2.2- E1 principio representativo:

Es el principio que Dios nos trata siempre como parte de una comunidad (sea familia, iglesia, nación o inclusive raza humana). El indi­viduo es parte de una entidad mayor. Por ello, sus acciones, siempre afectan de algún modo a los demás. Se conocen grados de jerarquía, y dentro de éstos, los responsables llevan la representacion de su grupo (sea familia, tribu, etc.). Unos ejemplos serían:

a)- Estuvimos en Adán, Rom 5:15,18-19. No sólo en potencia o en semilla, sino que ju­rídicamente hablando, él nos representó, y -­nuestro destino (para bien o para mal) estuvo ligado con el de él.

b)- Estamos en Cristo: en su vida, muerte, resurrección, ascensión. Con él estábamos cuando él vivió aquí en el mundo; y con él estamos hoy día (Gál 2:20; Ef 2:6; etc.).

c)- Estamos ligados a nuestros padres:

Por las maldiciones del pacto (Ex 34:7; 20:5 ver Jos 7:24, el caso de Acán).
Por las bendiciones del pacto; o sea, la consecuencia de la fe en un padre (Dt 4:37,40).
Ej 1- Noé, Gn 6:8: Noé halló gracia ante los ojos de Dios, y fueron salvas ocho personas.
Ej 2- Abraham, Gn 17:7.
Ej 3- Isaac, Gn 26:3,5,24. Se benefició pór ser el hijo de Abraham.
Ej 4- Los israelitas en Egipto, Ex 2:24-25. Dios se acordó de su pacto ¡con Abraham!
Ej 5- Salomón, 1° Rey 11:11-12. "No lo haré en tus días, por amor a David tu padre; lo romperé de la mano de tu hijo".
Aplicación: Leer Jer 32:18. Padres, madres: tus pecados tendrán sus efectos en tus hijos. Esto nos debe instar a cuidar nuestro testimo­nio, nuestro proceder y andar en el camino de Dios, no sólo por nuestro propio bien, sino por el de nuestros hijos también. ­

2.3- La unidad de la Biblia:

Hay una unidad entre el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento. Este principio merece una mayor explicación, pero nos limitamos en este estudio a recordar las verdades siguientes:

a)- Hay un solo plan de salvación. Tanto en el Nuevo Testamento como en el Antiguo Testamento, la salvación es sólo por gracia, por medio de la fe.
b)- Los signos externos pueden cambiar de un testamento a otro; pero la realidad espiri­tual que simbolizan es la misma (ver estudio anterior sobre el significado del bautismo).
c)- La relación entre los dos testamentos: el Antiguo Testamento es preparación para el Nuevo; el Nuevo encuentra su base en el Antiguo.
d)- E1 Nuevo Testamento no puede ser más limitante, o reducido, en sus beneficios que el Antiguo; sino todo lo contrario. El Nuevo amplía y pro­fundiza las experiencias del Antiguo. La Ep. a los Hebreos habla de cuánto mejor es el nue­vo pacto. El Antiguo es en parte; el Nuevo es la plenitud. El Antiguo Testamento es promesa; el Nuevo Testamento es cumplimiento. El Nuevo no es menos que el an­terior, sino más.

Ejemplos:
El Espíritu Santo. Su presencia y su actividad en ambos testamentos: son limitadas en el Antiguo Testamento, pero plenas en el Nuevo Testamento.
El concepto del Pueblo de Dios. En el Antiguo Testamento, es Iscael como nación; en el Nuevo Testamento, es la Igle­sia universal.
Los sacramentos. En ambos testamentos son dos. En el Antiguo Testamento, fueron la circuncisión y la pas­cua; en el Nuevo Testamento son el bautismo y la Cena. Pero tanto Cena como Bautismo comprenden un significado mucho más rico que la circuncisión y la pascua, por la obra de Cristo realizada.
El bautismo. Hoy se ofrece a mujeres como a varones, cuando que en el Antiguo Testamento la señal del pacto se daba sólo a varones. Si en el Antiguo Testamento se daba a niños, ¿por qué no dárselos hoy?

Estudio #8, Los Sacramentos
Los niños en el Nuevo Testamento
Podemos aprender mucho de la manera en la que Jesús y los apóstoles trataron a los ni­ños, especialmente a los hijos de creyentes. Veamos los cinco considerandos siguientes:

1- DIOS Y LA FAMILIA:

Tenemos varios casos de hijos que recibieeron ­bendición de Jesús, por la consideración que tuvo a los padres. Por ej.,

Mat 9:18-19 y 23-26. La hija de un hombre principal murió y Jesús intervino, pero por la fe del padre.
Mat 17:14-18. El caso del muchacho ''epi­léptico" (realmente, endemoniado).
Luc 7:11-17. El hijo de la viuda de Naín. Ella ni pidió, Jesús simplemente tuvo compasión de ella, y el hijo recibió la vida como un favor hecho a la madre.
Jn 4:46-54. El hijo de un oficial del rey en Capernaum.
2- JESUS BENDICE A LOS NIÑOS:

Los textos son: Mat 18:1-6; 19:13-14; Mar 9:36-37; 10:14-16; y Luc 18:15-17.

El término traducido niños, es "brefe", que significa infantes. Ahora bien, notamos que:

--Jesús puso sus manos sobre ellos. Para los judíos era un acto solemne, de significado teológico, de transferir algo a otra persona. Leemos de casos de imposición de manos en señal de unción, otros de bendición impartida, de comunicación de autoridad, de recepción del Espíritu Santo, de pronunciación de anatema, etc. En cuanto es para bendición, las manos no se imponen a incrédulos, sino sólo a los que están en el Pacto.

--Jesús oró por ellos. Esto confirma los privilegios del Pacto: el que el Mediador (Cristo) ore por la persona. Recordemos que las ora­ciones de Jesús siempre son efectivas (ver Luc 22:32 y Jn 17:9 y 20).

--"De los tales" es el reino de los cielos. No dice que el reino sólo es de los adultos que se hacen semejantes a los niños; sino que de ellos (de los niños) ES el Reino.

¿Por qué, pues, no las habrá bautizado? R-­Porque Jesús aún no había muerto y resucitado; no había establecido aún el Pacto nuevo "en su sangre". Por lo que el antiguo todavía estaba vigente. Los niños de estos padres (por lo me­nos los varoncitos) ya tenían la señal del pacto, la circuncisión: estaban dentro del Pacto.

3- LOS NIÑOS DE UN CREYENTE SON SANTOS:

El contexto es el problema de los matrimo­nios mixtos, y si la mujer cristiana debe o no dejar a su marido inconverso. La respuesta es: si él consiente en que vivan juntos, que así sea (ella no debe dejarlo). Y la razón que da el apóstol es, que la parte creyente del matrmonio "santifica" a la parte no creyente. La base que se tiene para afirmar esto es: que el hijo de un creyente es "santo". Es decir, son "apartados", y Dios los mira de una manera es­pecial, por la relación que tiene con su madre (o padre) creyente; o sea, por consideración a la parte creyente el hijo recibe beneficio es­piritual que obrará para su salvación también.

4- EFESIOS 6:1.4 comparado con EF. 1:1: y Col 3:20-23, comparado con Col 1:2.

La epístola está dirigida a los "santos". ¿Quiénes son estos "santos"? R- La Iglesia. Y ¿qué grupos sociales incluye la Iglesia? ­R- Incluye a maridos, a esposas, a padres, a hiios, a siervos y a amos. Vemos, pues, que los niños ("hijos") están entre los "santos".

5- LOS TEXTOS DE LAS "CASAS" (familias):

--Luc 19:9, Zaqueo, "hoy ha venido salva­ción a esta casa".

--Hech 16:15, Lidia, "fue bautizada, y su familia".

--Hech 16:31, el carcelero de Filipos:

"Cree (tú) en el Señor Jesucristo y serás salvo, tú y tu casa". Luego, vv 33-34: "se bautizó él con todos los suyos... se regocijó con toda su casa de haber creído a Dios".

--I Cor 1:16, "También bauticé a la familia de Estéfanas'.

--Otras referencias: Hech 10:47-48; 11:14.

CONCLUSIONES:

--Hay pocos casos de bautismos en el Nuevo Testamento. Los apóstoles bautizaron a muchos, pero sólo conocemos de 12 casos, y de éstos, tres fueron de familias enteras.

--No hay seguridad, pues la Biblia guarda silencio, pero sería sorprendente que en ninguno de estos casos de familias enteras hubiesen niños; lo razonable por su grado de probabili­dad, es pensar en que sí los hubo.

--Lo importante es la unidad de la familia. Estos casos son un ejemplo más del principio representativo en acción: por la decisión y la acción de uno (su jefe), los demás se bene­fician.


Estudio #9, Los Sacramentos:
Objeciones al Bautismo de Niños.
INTRO: Para concluir nuestro estudio sobre los sacramentos, y en especial sobre el tema del bautismo, hacemos incapié sobre la realidad de que a nosotros los presbiterianos se nos critica mucho nuestra doctrina y práctica en cuanto al bautismo. Sólo los metodistas comprenden y comparten con nosotros. Los demás se dedican a la crítica. Sin embargo, cree­mos que sus objeciones carecen de base. Por ello, analicemos los argumentos siguientes:

I- OBJECION #1: QUE LA BIBLIA ENSEÑA QUE SOlO LOS QUE PUEDEN HACER UNA PROFESION DE FE ­DEBEN SER BAUTIZADOS.

(Esto obviamente no incluye a niños)

Respuesta: Hay que ver el contexto de cada caso mencionado en la Biblia. Los bautistas, por ejemplo citan textos como Hech 2:38 y Rom 10:9 entre otros, que enseñan que es necesario cre­er para ser bautizado. Lo que no hay que ol­vidar, sin embargo, es el contexto de la situación en la que se dio esa enseñanza, pues son pasajes dirigidos a personas adultas, y no a infantes, ni acerca de infantes. La instruc­ción es para adultos, no para niños. Si la referencia principal hubiese sido los niños, otra cosa se diría. De hecho, en los textos vistos en el estudio anterior sobre los casos de bautismos de familias enteras, no aparece la instrucción de que todos tienen que creer para poder ser bautizados. Al carcelero de ­Filipos, por ejemplo, Pablo le dijo a él que creye­ra, y que incluyera a toda su casa en su deci­sión, lo cual hizo. El tuvo que creer, como adulto y como jefe del hogar, pero los que ­fueron salvos (y bautizados) fueron todos los de su casa.

II- OBJECION #2: QUE NO SABEMOS SI LOS NIÑOS SERAN REGENERADOS (SALVOS), POR LO QUE ES PREFERIBLE ESPERAR HASTA QUE ELLOS PUEDAN DECIDIR POR SI MISMOS.

Respuesta: Si bautizamos a niños, debemos tener una base bíblica para ello. ¿Cuál es? La base no lo constituye el que sepamos o no sobre su futura salvación (eso sólo Dios lo ­sabe). La base es, más que nada, el mandato de Dios. El ordenó que a nuestros niños les diésemos la señal del Pacto, y es por eso que lo hacemos. Es más: Abraham, aún sabiendo que su primer hijo Ismael NO era el hijo elegido, todavía así lo hizo circuncidar (Gn 17:18-27).

Si un niño recibe una propiedad en heren­cia, ¿no lo procuraría guardar el padre o el tutor responsable, hasta que el niño llegase a la mayoría de edad para disfrutar de ella, aun que quizá luego él la desprecie? Por otra par te, si un padre dice dudar sobre la salvación futura de su hijo, es hombre de poca fe. Real­mente no cree la promesa de Dios: "porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos" (Hechos 2:39).

III- OBJECION #3: QUE LOS NINOS NO ENTIENDEN ELSIGNIFICADO DE LO QE SE HACE.

Respuesta: Por supuesto que no lo entienden. Mas no por falta de entenderlo dejan de recibir ellos los beneficios del acto (de bau­tismo) y del Pacto. Luego lo entenderán.

IV- OBJECION #4: QUE LA TRISTE HISTORIA ES QUE MUCHOS BAUTIZADOS EN SU NIÑEZ LUEGO­ ERRARON EL CAMINO Y MURIERON EN SU INCREDULIDAD

Respuesta: ¡Es muy cierto! Pero lo mismo podemos decir acerca de muchos adultos que han sido bautizados, y luego se echaron para atrás y murieron en su incredulidad. No porque ello suceda se deja de practicar el bautismo. Lo mismo sucede con el bautismo de infantes. El hecho de que se pervierta una práctica, no por ello la desvirtúa o la invalida.

V- OBJECION #5: QUE SOMOS INCONSECUENTES AL BAUTIZAR A NIÑOS Y LUEGO NO DARLES LA COMU­NION, CUANDO EN EL ANTIGUO TESTAMENTO LOS NINOS SI COMIAN LA PASCUA CON EL RESTO DE LA FAMILIA.

Respuesta: La falacia de este argumento es suponer que los infantes participaban de la pascua. Los de más tierna edad no comían, ya que su dieta era todavía la leche. Cuando crecía el organismo y permitía el cambio de dieta entonces sí participaban.

Analicemos esto un poco más: ¿por qué no admitimos a la Santa Cena a los niños bautiza­dos? ... R- Hay diferencias entre uno y otro sacramento (entre el bautismo y la cena), las cuales justifican la distinción que hacemos al excluir de la cena a los niños bautizados:

a)- El bautismo es señal y sello de nuestro ­inicio en el estado de salvación o de salud. Esto los niños pueden poseer: la unión con Cristo, la limpieza de la contaminación y la culpa del pecado, vivir bajo la gracia. En cambio, la cena es posterior al bautismo, y tiene dos significados primordiales: (1)- memoria (conmemoración); y (2)- comunión. O sea, es la participación en la gracia y la vida de Jesucristo. Se requiere "discernir el ­cuerpo del Señor", lo que implica madurez de criterio, inteligencia y entendimiento, los cuales los niños aún no poseen.

b)- El bautismo representa algo que sucede una vez nada más, y no se repite. Los frutos y las bendiciones, en cambio, aumentan. En la cena, es todo lo contrario; por ello se re­pite con frecuencia (así esperamos al menos) La cena implica nutrición.

c)- El bautismo es iniciación. Es, por decir, un nacer. La cena es edificación y creci­miento. Los niños reciben su edificación y crecimiento por mediación de los padres.

d)- El bautismo es un acto en el que el inte­resado es totalmente pasivo. Aún el adulto, después de profesar su fe, recibe en forma pasiva lo que otra persona (el pastor) le a­plica. En la cena, en cambio, la persona interesada tiene una parte activa, al partici­par y comer.

e) CONCLUSION: Tenemos como cristianos, ciertas responsabilidades con respecto a esta doctrina.

LOS PADRES debemos ser cumplidos con lo que el Señor nos ordena. Al bautizar al niño, no le damos un seguro de vida (o contra incendio). Gén 18:19 dice: "Yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová..."

Por ello, debe enseñar a sus hijos el camino del Señor. Esto no es deber principalmente de la Iglesia, ni de la madre, sino del Padre.

También, debemos ponerlos a los hijos en el camino del Señor. Esto quiere decir: llevár­los al templo, enviarlos a los campamentos y a escuelas bíblicas, aconsejarlos cristianamente en sus decisiones vocacionales y sentimentales

Y por último, hay que darles el buen ejemplo: amarse como esposos, que la disciplina sea en el Señor; en fin, tener a Cristo como el centro del hogar. Amén. "Soli Deo gloria"


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