“Nuestra visión e interpretación
sobre denominaciones cristianas
en el contexto de la política universal”

Por Evert de Vries - Dijkstra


Si usamos el adjetivo “cristiano” significa simplemente: “estamos de acuerdo con las enseñanzas de Cristo”. Esta enseñanza la encuentra en la Biblia, que son las Sagradas Escrituras, la Palabra de Dios. La política cristiana toma las normas bíblicas, en eso todos los cristianos estarán conscientes. Aunque esta concordancia es una garantía insuficiente para tomar los puntos de vista en común con respecto a como se toma la posición enfrente a toda conducción internacional. La base más importante es que toda la cristiandad no tiene una contemplación idónea sobre la Biblia, y cada uno interpreta la Biblia en distinta forma, leyéndola con distintos anteojos, cuál es la hermenéutica, son las reglas y la asistencia a la exégesis e interpretación de la Biblia!?
Antes de comenzar a explicar lo que nosotros confesamos respecto a la Biblia, hacemos algunas observaciones sobre dos corrientes y que nosotros rechazamos. Si nos explicarán como los cristianos se conducen por caminos disidentes. La primera corriente es la del modernismo, la crítica sobre las Escrituras, según ellos la cual es la Biblia no es solamente circunstancial del tiempo, pero totalmente comprometido a su tiempo y época. La veracidad histórica de cualquier porción bíblica se están negando; la doctrina de la inspiración de toda la Biblia y su infalibilidad se abandona.
La teología moderna pone énfasis sobre que la Biblia no solo le explica la continuación de la historia de revelación de salvación, pero también es más un adelanto de la historia en general.
La creencia en el: “sujeto a tiempo y época” sobre la Biblia, significa que se subraya “la distancia histórica entre la Biblia de aquel entonces y la actualidad, se deberá descontar”. Esto significa en este contexto que las porciones bíblicas se deben someter a un proceso de “desocialización”. Se deberán arrancar del contexto social del “allí y el aquel entonces”. Muchos profesores modernos y de origen calvinistas dicen por ejemplo: “La Biblia que tenemos está escrito en un lenguaje o idioma que viene de un circulo cultural, que ahora no existe más y se hallaba en cierto momento, que ahora no existe aún más.
En consecuencia esto concierne que está llenada con ejemplos, completada con figuras, símbolos e historias, narraciones que estaban totalmente incubadas en un tiempo que no es el nuestro.
A consecuencia, y con la desocialización se han obtenido grandes cambios, pensando no más en todas formas de cuestiones: de los principios mantenidos.
Pero si uno se expresa en la inalterabilidad de la Palabra de Dios, de la cual eso se puede directamente aplicar a la vida de aquí y de ahora, se toma por ejemplo el sostenimiento a la validez de Rom. 13.
Cada persona se debe someter a las autoridades competentes sobre él. Porque no hay otra autoridad o gobierno o que lo ha puesto Dios. El que se opone a la autoridad puesto Dios, se resiste a la institución Divina: (vers. 1,2). Pero si se somete esta porción bíblica a un proceso sujetivo de desocialización (o desmitologización) se llega a una opinión totalmente diferente.  
Referente a Rom. 13 por ejemplo escribe un teólogo moderno de que un cristiano no debe ser más obediente a una autoridad, que tiene su poder por Dios, porque ahora el cristiano debe acompañar solo críticamente al gobernante y continuamente hacerse el interrogante si está facultado para dirigir poder. A pesar de eso de que el teólogo moderno llama tradicional a las dogmas o teología de obediencia con prioridad, a considerar, también está escrito que a Dios se debe obedecer más que a los humanos, como también está escrito que Dios se obedece antes que los seres humanos, queda aquí nada para diferenciar los de la creencia en el “humano autónomo”.
Ahora la teología moderna interpreta que el Estado ya no es más una institución de Dios, pero un producto del manejo humano. La autoridad solo se debe aceptar cuando se legitiman los funcionarios mereciendo esa función. Que Pablo no rechazaba la soberanía dura de Roma como tal pero al contrario llamó a sujetarse a ella (Rom. 13:5), se debería a la incompetencia del autor para destacarse en su tiempo y en su ambiente.
La sujeción al tiempo o época de las Sagradas Escrituras significa que en esa visión no hay conexión directa con el mandamiento de Dios de lo que era anteriormente a lo de la actualidad, que no se debe invocar directamente a la Biblia, pero solo indirectamente apenas aplicarlo a algunos ítems. Los mandamientos de aquel entonces ahora se convirtieron en ejemplos, “modelos”, Se reemplaza “el así dice el Señor: por un modelo de enseñanza”, la obediencia por la fe, como lo interpreta la Biblia, nos debe ser como “ejemplos”. El modelo de entonces se lo podemos repetir en la actualidad.
La opinión de que la Biblia se completa con narraciones, imaginaciones, semejanzas y modelos, se origina desde ciertas fuentes y círculos culturales, y que ya no existen más, se los pronunciaba en cierta época, la que ya pasó, éste se aplica especialmente al primer libro de Génesis. La historia del paraíso ya no es una revelación confiable, porque en realidad es “la humanidad antigua” la que podemos ubicar, una humanidad primitiva, más vale un individuo de esas hordas que un ser humano fino y sensible como lo describen a Adán en Génesis.
Las descripciones sobre Adán, de la cual su origen se le dio pensando de que fue inventado por los rabinos de la época de Pablo no se deben pasar como ser encubiertas. Estos deben servir con propósito para la cual sirve toda la Biblia para nosotros en un lenguaje con imágenes de aquel tiempo, para explicar la envergadura de la aparición de Jesús.
Opuesto y contrario a esa razón de la que la primera pareja ancestral de padres, incluye no más un paquete de conocimientos de las épocas antiguas y que solamente sirve para ser modelo de enseñanzas, otro teólogo fiel analiza y consta que esta descripción caracterizada no justifica en ninguna manera a la razón representativa, que toma el lugar tan central como por ejemplo Romanos 5: 12 a 21. Si cuando alguien funciona como modelo de enseñanza, no es posible de tener un significado tan único, a saber: la condición “del uno”, la cabeza representativa de la antigua humanidad, de lo cual queda excluido totalmente ese “modelo de enseñanza”.
El que reduce la historia de Génesis como “modelo de enseñanza” o “representación de imagen”, llega a minimizar el significado enérgico de la caída en el pecado, y por consecuencia, la necesidad de la salvación por Cristo Jesús. En los círculos modernos siempre por tal presenta a un ser humano en el sentido más optimista. Pero que al posterior: “Dios vio que era bueno en gran manera” de Génesis 1, se produjo la ruptura total por un hombre inclinado a odiar a Dios y su prójimo: “p.e. la mujer que me diste de compañera” (Gén. 3:12); no puede desaparecer impune de todas esas consideraciones.
Porque aunque él que declara como un mito a Génesis, no entiende con profundidad la recuperación de la armonía suficientemente que ofrece solo y posible por Cristo Jesús, sobre Quién uno escribió en su momento que: “sin El no se podrá entender ni una palabra o algún paso de la historia de la Biblia.
Con El desde aquí en adelante se puede explicar y orientar, porque con El estará todo y todos medidos.
Con el modernismo se ha construido un puente de conexión para el ser quien rechaza a Cristo, y con la base de ideas de la sociedad se puede crear una comunidad y mundo mejor. La antitesis pertenece al pasado, promoviendo una abertura amplia para todos. El hombre no es tan perverso como dicen. 

El Fundamentalismo

La segunda corriente que queremos mencionar es la del fundamentalismo. Aquí se tratan de cristianos que con insistencia confiesan la verdad de las Sagradas Escrituras. La razón aquí es que ellos tienen distintos puntos de vista políticos que los reformados en su interpretación atomística general de las Escrituras, aunque no dudan de la veracidad. Tienen la costumbre de emplear “textos sueltos fuera del contexto, con reemplazo de la Palabra Indivisa del Señor”. Los fundamentalistas saben seleccionar y extraer reglas de Conducta de la Biblia, sin tener en cuenta lo suficiente que todas esas palabras bíblicas tienen y reciben su significado preciso en la venida de Cristo como hombre en la tierra. Esto dirige integralmente la exégesis. Si se niega eso, corre el peligro de caer en biblicismo y el uso ejemplar de la Biblia.
Con eso se disolverían todas las historias bíblicas en episodios individuales las que serían ejemplos para nosotros.
Para tomar como ejemplo y muestra del uso bíblico en ese sentido: “en 1978 apareció como publicidad en el “Jerusalem Post”, en la que expresaban los fundamentalistas americanos, entre ellos Dr. Carl McIntire, de elegir por el estado de Israel. Se expresaban en especial con relación a la cuestión de las regiones ocupadas: en concreto: del mantener ocupado el Banco Occidental por el primer ministro Bejín, la que incluye la antigua Judea y Samaria, es totalmente justificado. Argumentan en su publicidad, que así lo dice la Biblia. Sigue lo que dicen: escuchen: Estos publicistas que se hacen llamar como “fundamentalistas”, comienzan con remarcar que por el Antiguo Testamento, le pertenece en partes iguales a los judíos como cristianos. Por consiguiente leemos en el Antiguo Testamento que la Tierra Santa es la “Tierra de la Promesa”, tanto para Israel como para el mesías.
Por tal nosotros nos llamamos fundamentalistas porque creemos que la Biblia es la verdadera Palabra de Dios y lo debemos tomar literalmente, sea la forma en la que se nos presenta”.
Continúa esa publicidad refiriéndose con indicación a los pactos que el Todopoderoso Dios confirmó con Abraham, Isaac y Jacob, que no se debe definir como leyendas o mitos. Repetidos durante a través de todo el Antiguo Testamento significa una adjudicación de estas tierras por designación del propio Dios.
En ese contexto se los designan en ciertos textos tomados de Génesis 12:7 – 17: 1,7,8 y 35: 10. El Señor apareció a Abraham y le dijo: “contigo celebro Mi Pacto, entre Mi y tu con tus descendientes y sus generaciones, como un pacto eterno, para ser Yo tu Dios para ti y tu descendencia. A ti te daré esta tierra para tu descendencia, en la cual permanecen como un extranjero, toda la tierra Canaan como una propiedad para siempre y Yo seré su Dios”.
Los componentes de esa publicidad indican además que los oponentes inmediatos de Israel en la actualidad no son los canaanitas, los Filisteos, los Babilónicos, los Griegos, o los Romanos que el año 70 destruyeron a Jerusalem. Sino que son los descendientes de Esaú, los Palestinos y los Árabes.
El mundo se retornó a Jacob y Esaú. Esaú pretendía sus derechos sobre las tierras de Jacob. “Eso hace el gran significado de que Dios adjudica las tierras a Jacob y Esaú para su relación mutua de paz”.
La publicidad del “Jerusalem Post” continúa concretamente sobre la manera como Dios ha tratado con la tribu o casa de Esaú. Indican con una remisión a Deutr. 2:5, adonde los “hijos de Esaú” se le adjudican las montañas se Seir como región para habitar y a los Palestinos un lugar al sudoeste del Mar Muerto, pasando Massada para ser su destino. (Seir es el nombre de la zona montañosa que se extiende desde el mar Muerto al Golfo de Eilat, a saber el desierto de Sinai).
Pero la orilla occidental del Jordán hasta el mar Muerto y de ahí al mar Tiberias pertenece a Israel.
Cuando tanto la casa de Jacob como la casa de Esaú reclama y pretende las mismas tierras, sin tener en cuenta el pacto de Dios en la adjudicación de estas tierras. Dios será, el Dios de la Biblia. El que juzgará a través del mensaje, a que la humanidad se someterá según esa publicidad. Los componentes de esa publicidad remarcan “¿adónde están los estadistas que confirman que a Israel estas tierras le pertenecen, porque la Biblia dice, y a los árabes?”: “¿Esta es la tierra que Dios entregó a sus padres?” (Gen. 16:8 y 9): Por eso fue a vivir Esaú en las montañas Seir: Esaú es Edom. Estos son los descendientes de Esaú, el padre de los Edomitas...
En Gen. 37:1 – más Jacob habitó en la tierra que moraba su padre, en la tierra de Canaan. Si Israel y los Árabes se sostenían a lo citado, según McIntire, tendrían paz. La Biblia da la respuesta, aun a las preguntas molestas.
“¿Pero los fundamentalistas americanos tienen razón?”
Creemos que no, y confirmamos que su interpretación bíblica es totalmente errónea e injusta. Los textos mencionados que ponen en su publicidad no se deben aplicar literalmente a la época actual. No sólo esto conduce a una desprolijidad, más al mismo tiempo contrario al hilo de oro que atraviesa conectando desde el libro de Génesis hasta la última página de Apocalipsis, la revelación de Juan.
Tomando cualquier ejemplo de la publicidad de estos fundamentalistas de sus textos sueltos citados: (Génesis 36:8 y 37:1) aconsejan en las mismas, que serían dividir las tierras entre Judíos y Árabes (los Palestinos) en la actual Israel, incluyendo la orilla occidental y la región del sudoeste del mar Muerto, queda por preguntar ¿qué es lo que queda de Gen. 15:7 adónde el Señor le adjudica la tierra a Abram del río de Egipto al gran río de Eufratis? 
Otra desprolijidad se encuentra con la referencia de Esaú y su descendencia. Por supuesto leemos en la Biblia que Esaú – todo en la línea del desprecio de su primogenitura – abandona sus derechos sobre la tierra prometida, haciendo lugar para su hermano Jacob, y el permanece viviendo en Seir. Además leemos que en toda esa región, “por la voluntad del Señor” (Deutr. 2:12) quedó para los edomitas; un pueblo que surgió con la unión y mezcla con Horitas, que vivían en Seir junto con los hijos de Esaú. En lo único que coincidimos con el contenido de esta publicidad del “Jerusalem Post”.
Si realmente los fundamentalistas nos quieren hacer creer que sus datos textuales sobre los Palestinos actuales deberían vivir en el lugar alrededor de Seir, decimos que no. En primer lugar, y aplicando a igual el uso bíblico que ellos, debemos indicarles lo que se menciona en Num. 24:18. Ahí preanuncia el profeta Bileam que Seir en el futuro será conquistado por otros, lo que aclara un teólogo sobre que Seir no será destinado para siempre para Edom.
Por consiguiente seria lo más fácil en destinar a los actuales Palestinos la herencia de los Edomitas.
Pero los Edomitas en el trascurso del tiempo se han integrado con el pueblo judío y otros pueblos vecinos después de la destrucción de Jerusalem en el año 70. Los palestinos son realmente árabes que han habituado siempre el antiguo protectorado británico. Su relación con los hijos de Esaú apenas puede tener alguna dependencia.
Los “textos” sobre el habitar en Seir no se deben usar “sueltos”. Todo demuestra el proceso de enajenación de Esaú de las promesas de Dios.
Sabemos que no Seir, sino Canaan se encuentra dentro de la obra de revelación de bienaventuranza en Cristo Jesús. El Señor mantiene la división entre Jacob y Esaú a beneficio de la venida del Mesías.
Con ésto leemos detallado el inconveniente principal contra el biblicismo ya indirectamente indicado. La unión entre el Antiguo y el Nuevo Testamento no se ha tenido en cuenta suficientemente.
Lo expresa muy extremadamente, cuando Dr. McIntire escribe sobre “tierra prometida”, como esa se encuentra en Génesis 17. Ahí el Señor erige un “pacto eterno” con Abraham y su descendencia, “para ser el Dios para ti”, con la cual las tierras Canaan les sea dado como propiedad permanente.
Entonces ¿de qué se trata este contrato pactal?
Primero está la promesa de Dios. Y de El sale toda la iniciativa, el hombre no necesita más que recibirla. Pues ese pacto concierne tanto a Abraham con su descendencia como las tierras. Relacionado a lo primero es destacable el cambio de nombre de Abram a Abraham. Abram significa algo así como: “mi padre es grande”, la abreviatura de Abi-ram. Abraham significa: “padre de una multitud de pueblos”. A las cuales el Señor “les será su Dios”, si aceptan el pacto de Dios. No es solo para pueblo judío, significa multitudes de pueblos. Con palabras más claras aquí se designa a Abraham como padre de todos “los creyentes”, como padre del pacto anterior y el nuevo.
Rom. 16 dice eso. bien claro, que todo es por la fe, que es por gracia, y que la promesa es vigente para toda la descendencia, no solo para los que  son por la fe, de Abraham que es el padre de todos nosotros, como está escrito, “te he puesto como un padre de muchos pueblos”. El “puesto o dado” (Gén. 17:4) indica la disposición divina: “que la paternidad de Abraham no se origina de la fortaleza de la vida natural, (generación de descendencia) sino por la creación Divina de generar vida religiosa de evitar la muerte espiritual.
Aquí Dios proclama a Abraham como padre de la Iglesia. El será la raíz, el árbol olivo de que habla el apóstol Pablo en Rom. 11:7. En la luz de esa referencia se debe leer o entender sobre que Abraham se debe ir de Ur de los Caldeos, a las tierras, al país adonde Israel puede vivir separado de los paganos.
El destino o indicación rige igual para la descendencia de Abraham, se interpreta religiosamente, y no como que en primer lugar por la parte natural. Que todos (los verdaderos creyentes en Cristo) les dará toda la tierra Canaan, como desterrados, como una posesión eterna. Esto vale para toda la raza de Abraham, no solo Israel, pero también para todos los pueblos, esta promesa con perspectiva eterna para el canaan celestial está basada bíblicamente para toda persona que cree.
Este será el mensaje profundo que nosotros como cristianos fieles a la Biblia debemos entregar a los judíos del estado de Israel. Con profundidad y énfasis es este el mensaje que nosotros debemos recordarles, y Dios cuando comenzó su obra con Adán, y que el hombre mismo lo destruyó, El jamás lo abandono. Desde el principio prometió a la humanidad el Mesías y con Su Pacto de Salvación con Abraham se han incluido todas las naciones.
Por supuesto, Dios eligió Su pueblo, Israel, para que de ese pueblo naciera el Cristo. Esto lo hizo para el bien de todos los pueblos, para que desde el norte al sur, del este al oeste, hereden el Canaan eterno que comprende a todos..

“Los Reformados”

Nuestra pregunta ¿cómo leemos la Biblia?: por nuestra confesión contestamos a todo esto, lo que nos enseñan nuestros tres formularios unidos de las Iglesias Reformadas, que en breve lo tomamos como la verdad de Dios, como enseñanza de las Escrituras, que son la Confesión Belga y Catecismo de Heidelberg y todos los formularios litúrgicos, como las Confesiones Apostólicas, que entregan la explicación legal de todas las Escrituras, la enseñanza de la verdad de Dios. Nuestra vocación es la confesión de la verdad y de Su Palabra. La vocación de la verdad Divina en forma personal de los creyentes que pertenecen a su comunión (Mat. 10:32,33).
Cada uno que Me confiesa delante ...; y Pedro 3:15.Siempre listos para dar responsabilidad a cada uno rindiendo cuentas a quien se lo pide de la esperanza que esta a ti....; Rom. 10:10: con la boca se confiesa a la salvación... Esta confesión se debe deducir de la Escrituras y no debe contener otra cosa mayor que puede superar “la Palabra de Dios.
¿Cuáles son los núcleos de la confesión reformada referente al verdadero conocimiento de las Escrituras?
Ante todo el lector debe creer. Sin la fe es imposible de aceptar la Biblia como se presenta, lo que quiere decir entender su intención. Pero el lector necesita un renacimiento para asimilar el contenido de las Escrituras. Los escribas durante el tiempo del paseo de Jesús por la tierra conocían todos los libros del antiguo testamento como de memoria. A pesar de todo no conocían la Biblia. El propio Cristo se los echaba en cara: “Ay de vosotros, intérpretes de la ley ¿por qué has quitado la llave de la ciencia (Luc. 11:52)?”. Nos demuestra que es posible entretenernos todo el día todo con la Biblia y de la cual extraer todo tipo de información de Ella, sin entender el mensaje central. Esto siempre va a ocurrir, como lo describe Pablo, cuando la cobertura de la lectura del Antiguo Pacto, en Cristo “se hace niebla”. Solamente con Cristo se abre (para nosotros) la Biblia con claridad. Por eso es el conocimiento por la fe el único entendimiento posible para conocer el mensaje de las Sagradas Escrituras.
Pero el que rechaza a Cristo, se quita la sabiduría también la sabiduría política, como nos es dado en las Escrituras (2 Pedro 3:16); “Porque el ignorante” ... “porque las personas que buscan su propia perdición, igual como las demás Escrituras: 1 Cor. 2:12 – 14. Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locuras y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.
El lector de la Biblia necesita ser guiado por el Espíritu Santo y no puede entenderse sin una vida de oración intensa.
Para la confesión reformada se debe creer además que la Biblia es la verdad irreemplazable  como la Palabra única de Dios. La Biblia tiene la autoridad divina, por tal sin más pide nuestra fe. Nosotros no debemos ponernos con nuestra crítica por encima de las Escrituras, pero debemos someter nuestros pensamientos como cautivos a la obediencia a Cristo (2 Cor. 10:5). La Biblia es la revelación de Dios, y no un testimonio humano relacionado con la revelación de Dios. Se puede discernir fácilmente entre el Autor Divino y los colaboradores humanos. Se percibe que el texto de la Escritura no es grabado mecánicamente como con un grabador. Lenguaje, estilo, forma de expresión de los profetas y apóstoles están interpuestos por el espíritu al lado de los escritores de la Biblia que no se convirtieron en un factor lateral a Dios. El que rechaza esta verdad, no solo nos quita la visión fija de la Biblia, con la cual se mantiene la Biblia intacta, pero nos quita la Biblia misma. El Señor mismo lo ha dicho (Mat. 1:22) lo ha pronunciado; Cada palabra de la Biblia está inspirada. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre sea perfecto, enteramente preparado para toda obra buena (2 Tim. 1:16).
Las Sagradas Escrituras forman la revelación del Propio Dios, nuestro Señor, adonde el hilo dorado de conexión es la promesa y la realización de nuestra salvación por Cristo. Se trata del mensaje de vida o muerte de nuestra salvación, por Su revelación, por la historia de la bienaventuranza eterna.
Con lo que confirma que la Biblia forma una unión inquebrantable.
Así también se presenta, Lucas 24:..., que Uds. no creen todo lo dicho por los profetas... Y El (Jesús) comenzó por Moisés y por todos los profetas y les explico todo lo que en las Escrituras tenia referencia a El (vers. 27) y, “estas son mis palabras que Yo (Cristo) les he dicho cuando todavía estaba con vosotros, que todo lo que está escrito sobre Mi se encuentra en la Ley de Moisés y los profetas y los salmos y que debe ser cumplido: (Luc. 24:44).
La unión de las Sagradas Escrituras se encuentran en Cristo Jesús, el Autor de las Escrituras: el Espíritu Santo, no se contradice. En vez de ser un manual científico, o político, o de verdades sueltas, se debe interpretar cada texto bíblico en el contexto de todas las Sagradas Escrituras. Ellos lo explican por si solos. Contrario y opuesto a la explicación ejemplar se encuentra la exégesis Cristocéntrico o histórico de la Salvación: la intención de entender los textos en su contexto entre si, en su unión total, como centro de enlace la historia y salvadora de Cristo Jesús.
La Biblia misma forma la llave para entenderse con la explicación por si misma. Pedro escribe: Esto deberás saber en especial: que ninguna profecía de las Escrituras admite alguna explicación propia (2 Pedro 1:20).
Que cada porción bíblica conoce su lugar en la gran totalidad en la Revelación de Dios, significa que con cada explicación de los textos se deberá analizar como esa porción se adapta en el conjunto bíblico y a cual pertenece. Aparentemente hay diversos círculos concéntricos dentro de las que se mueven los textos, para entendimiento siempre se mueve del más pequeño y círculo céntrico al círculo más amplio. Hasta el termino del total del libro. La comparación de “Escrituras” con “Escrituras” no deberá decaer en una comparación con las palabras similares, como se presentan esparcidas en las Escrituras.
“Primero se debe exegetizar el texto en su contexto directo en el cuadro bíblico a que pertenece”.
Por último el punto central de la confesión reformada relacionada a las Escrituras es que a través de la Palabra de Dios, realmente y con profundidad nos llegan directamente los mandamientos, que son nuestro interés vital en conocerlos y seguirlos. Nosotros estamos salvados de la maldición del jugo de la ley, este será nuestro camino a la salvación. Pero esa ley sirve también para el Nuevo Testamento y Pacto para ser guardados, y liberarnos, de Egipto, que significa esclavitud. Es valido universalmente y debe ser conservado impecable. Cuando escribe el apóstol Pablo que los “mandamientos”: “no mataras, no cometerás adulterio, no robar, no codiciaras”, o los otros mandamientos, cualquiera que sea, que existen, se concentran en esta sola frase: “amaras a tu prójimo como a tu mismo”, aclara que también hoy estos diez mandamientos son vigentes en la separación nuevotestaméntica (Rom. 13:9; y Jac. 2:10 y 11). Mientras tanto, se debe remarcar y explicar que estos mandamientos no se deben desligar de la gracia, fe y amor, que están en el relieve del preámbulo de la redención por Dios.

“Con referencia a la historia mundial”.
Si abrimos la Biblia ¿qué es lo que debemos opinar de la política mundial? La política mundial comienza con la historia. Esa historia se inicia con dos personas Adán y Eva en la cual la creación tuvo su destino.
Existía un conocimiento perfecto, una relación limpia con Dios, completa dedicatoria a El, todo dirigido a su servicio. Todo era en sí: “perfecto”.
Más ahí llega el gran cambio, el hombre se dirige voluntariamente al camino del pecado y la muerte. El comete la ruptura del Pacto, y con el cae en conjunto toda la creación. Se quebró toda la armonía de la vida y los poderes de las tinieblas se han estallado dentro del hombre.
El verdadero conocimiento sobre Dios desaparece, y está inclinado a odiar a Dios y su prójimo.
Es realmente llamativo: “la mujer que me diste por compañera”, Gén. 3:12. El hombre se ha transformado para ser el mal, su corazón se ha convertido como ser una fuente sucia para hacer el mal, Cristo dice: ... sin Mi no puede hacer nada, (Juan 15:5) y Pablo escribe: el ocuparse de la carne es muerte (Rom. 8:6 y 7) “que no somos competentes para nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios” (2 Cor. 3:5) y “haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, y lo mismo que los demás”.
Pero Dios es rico en misericordia (Ef. 2:4).
Más la historia del cielo y tierra continúa.
Dios persevera en lo que una vez ha definido.
Se vuelve otra vez sobre el humano, que a él solo le esperaba nada más que la muerte y la perdición eterna. Esta vuelta y regreso se entiende solo en Cristo Jesús. Por lo que dice Juan 3:16.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en El cree, no se pierda, más tenga vida eterna. Por Cristo puede volver el hombre a su Creador. Igual llega la pena capital: la muerte, pero en Gólgotha, y sólo por medio de esa Cruz va a existir nuevamente el cielo y tierra.
Desde la caída en el pecado está la historia mundial dominado por la enemistad. Enemistad entre los que esperan la venida de Cristo (simiente de a mujer) y los que a El lo rechazan como su Salvador (simiente de la serpiente) (Gén. 3:15).
La pelea desde el principio ya esta entre los primeros hijos que nacieron. La pelea sigue hasta el día del juicio, porque el camino de Abel termina en Cristo y desemboca en el cielo, pero sobre el camino de Caín se encuentra el anticristo y esta senda termina en el infierno.
Pero fuera de Dios no se realiza nada. El sigue siendo el Gobernador de todas las cosas. El que niega este hecho fundamental, no sabe que hacer con la misericordia y la desdicha de esta tierra.
Están las líneas que conocemos; la de Abel, Jacob, David, Pedro, Lutero y Calvino (preelección) y la de Caín, Esaú, Saúl, Judas, Rosseau y Nietzsche (condenación). Les dejo a su criterio y juicio para analizar la política actual del mundo.
Leemos para terminar: 1 Pedro 2:1 al 17: necesitamos la Palabra de Dios para alimentarnos espiritualmente, nuestro deseo es saber cada día más del mensaje de salvación. Estamos en este mundo pero no somos de este mundo, y con 1 Pedro 2:13 de someternos a las instituciones humanas por la voluntad del Señor. Cuando Pedro lo escribió: gobernaba el tremendo y famoso Nero como emperador, que exigía con un rito a que él fuera un Dios, pero Nero también dependía de Dios, pero eso no es vigente para los cristianos de rendirle culto pagano a un gobernador pagano o que se quiere llamarse cristiano. Solo que Dios lo colocó como autoridad sobre él y su país o región. Esto es contrario a todo lo relacionado con  la Revolución Francesa: con “igualdad – libertad y fraternidad”, o el proletarismo sin autoridad.

Dios los bendiga en su análisis.



Evert de Vries - Dijkstra

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